Lecciones para adultos: "El Fruto del Espíritu"
Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2010
Lección 3: "El fruto del Espíritu es gozo"
Para el 16 de enero de 2010
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El sábado enseñaré...
Saber reflexionar sobre la verdad de que el gozo es producto de hacer la voluntad de Dios.
Sentir gratitud y alegría en todas las circunstancias.
Hacer: desarrollar una influencia positiva en las relaciones personales y sociales.
Saber: El gozo de vivir para Cristo
El compañerismo con Jesús nos proporciona inmensos recursos para sobreponernos a cada dificultad y circunstancia. ¿Cómo accedemos a estos recursos en nuestra propia vida?
¿Cómo podemos regocijarnos siempre en las experiencias difíciles?
¿De qué modo el concentrarnos en nuestros problemas, independientemente de Dios, los hace peores?
¿De qué maneras podemos proporcionarle gozo a Dios? ¿Cómo podemos permitirle a Dios que mantenga vivo en nosotros su don del gozo?
Sentir: Practicar una actitud de alabanza
¿De qué modo la gratitud, el agradecimiento y la alabanza nos traen gozo?
Hacer: Vivir el gozo
¿De qué forma la alabanza agrada a Dios y le da honra?
¿Cómo el sentirnos amados por Dios contribuye a nuestro gozo?
¿De qué modo obedecer a Dios nos hace gozosos?
El gozo viene por hacer la voluntad de Dios. La obediencia nos lleva a estar en armonía con las leyes de la vida. La gratitud y la alegría por la salvación inspiran gozo. Expresar gozo en las relaciones sociales y personales ensalza nuestra fe ante otros, y actúa para animarlos; esto honra a Dios.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: El gozo es la reacción lógica ante el amor y el cuidado de Dios, como se manifiesta en lo que Cristo hizo y sigue haciendo en nosotros, y por nosotros.
Solo para los maestros: En esta lección nos concentramos en el gozo como un fruto del Espíritu. Reflexiona sobre la diferencia entre la felicidad (reacción a circunstancias positivas) y el gozo. Enfatiza que si confiamos en Dios y tenemos un sentido consistente de gratitud hacia él, el gozo será un resultado natural.
¿Cuán feliz eres tú? De acuerdo con las mejores investigaciones, 50 por ciento de tu capacidad para tener sentimientos positivos puede ser genético. Entre el 10 y el 15% puede ser atribuido a la situación socioeconómica, condición marital, salud, ingresos, y factores similares. El resto, de un 35 a un 40%, es el resultado de “variaciones no explicadas”. En resumen: la felicidad es algo que te ocurre –o deja de ocurrir–, tal vez antes de que hayas nacido. El gozo cristiano es algo enteramente diferente. Dios quiere dártelo, tengas o no “genes felices”. Permite que el gozo del Señor sea tus “variaciones no explicadas”. (Ver “Happiness” en http://en.wikipedia.org/wiki/Happiness).
Analiza con tu clase: Se puede alegar que la mayor parte de la actividad humana tiene la intención última de producir “felicidad”. ¿Qué falta en la mayoría de estos esfuerzos?
Considera: ¿De qué modo el gozo cristiano es la reacción natural ante la seguridad y la estabilidad que provienen del amor incondicional de Dios por nosotros?
Solo para los maestros: Enfatiza que la Biblia indica que Dios quiere que encaremos la vida cristiana con una actitud de gozo. Ayuda a tus alumnos a comprender lo que es el gozo bíblico, y lo que no es. Enfatiza especialmente que ser una persona gozosa no siempre significa que uno está exteriormente alegre en todo momento, aunque la expresión externa de gozo tiene su lugar.
Comentario de la Biblia
En el Nuevo Testamento, las palabras que principalmente suelen traducirse como “gozo” o “gozoso” son jára y jáiro, respectivamente. Jára se refiere al estado externo de estar gozoso o de regocijarse, mientras que jáiro se refiere a un estado sereno, de gozo interior. Estas palabras, como nuestra palabra “gozo”, no necesariamente tienen una connotación espiritual, aunque solo Dios puede proveer el gozo interior constante que tiene el cristiano. La principal diferencia objetiva entre el gozo cristiano y el gozo genérico o felicidad es aquello por lo que se regocija el cristiano. Este puede estar siempre gozoso, sabiendo que lo que causa su regocijo es constante e invariable.
I. Gozo externo
(Repasa con tu clase Sal. 98:6; Sant. 5:13).
Las personas en la Biblia eran demostrativas. Cuando sentían gozo o alegría por algo, no eran tímidas para expresarlo. No solo los diversos autores bíblicos no lo desaprueban, sino que lo estimulan. Algunas veces hasta lo ordenaron. Por ejemplo, Salmo 98:4 dice que toda la humanidad y la naturaleza deben cantar al Señor. Para evitar cualquier malentendido, el salmista especifica los diferentes instrumentos musicales sonoros que se pueden usar para hacerlo: trompetas, cuernos, liras.
También es importante el hecho de que el salmista llama a la naturaleza a alabar a Dios haciendo lo que ella hace de todos modos; el mar brama, por ejemplo. Para el cristiano debería ser igual. No necesitamos que se nos diga que nos regocijemos. ¿Cómo podríamos no hacerlo?
La Biblia también indica que es completamente apropiado expresar el gozo en circunstancias positivas. Además de los muchos casos en los cuales personajes importantes se regocijaron en tiempos de buena fortuna, Santiago 5:13 nos dice que, si estamos contentos, deberíamos entonar cantos de alabanza. Aquí está el concepto clave: sé gozoso; regocíjate en las buenas circunstancias, pero recuerda de dónde vienen. Recuerda que aunque sean agradables, no son lo único ni lo principal. El Dios que te las dio es lo importante, y él estará allí también en las circunstancias adversas, así como está en las buenas.
Considera: Los dos pasajes que estamos examinando asocian el gozo con una reacción de adoración a Dios, ya sea por ser Dios, o a causa de cosas específicas que puede haber hecho por nosotros en nuestras vidas. ¿Debería estar señalada toda adoración por el gozo? ¿Debería todo gozo ser expresado como adoración?
II. Gozo interior
(Repasa con tu clase Ecl. 3:1-4; Juan 16:33; Rom. 12:15; 1 Ped. 1:6).
En psicología, un síntoma de sicosis es el “afecto inapropiado”, o mostrar una emoción equivocada en una situación dada. Por ejemplo, reírse nerviosamente al describir a alguien que fue abusado de niño. La verdad es que hay situaciones en la vida que no pueden ser afrontadas con sonrisas, risas, o música alegre. La misma Biblia que nos dice “regocijaos siempre” también nos dice que hay “tiempo de llorar, y tiempo de reír” (Ecl. 3:4). En otras ocasiones, puede ser más apropiado apreciar con toda calma y serenidad lo que sucede.
Para el cristiano, lo que todas estas situaciones tienen en común es que nuestras vidas están edificadas sobre el sólido fundamento de la obra concluida por Dios en nuestro favor en el pasado, su presencia continua en nuestras vidas, y lo que sabemos que Dios hará en lo futuro. Por lo tanto, cualquier cosa que las circunstancias actuales demanden de nosotros, podemos enfrentar la vida con un sentido básico de gozo.
Considera: De acuerdo con la Biblia, ¿cuándo es apropiado lamentarse? (Ver Mat. 5:4; Sant. 4:8, 9).
Solo para los maestros: Enfatiza que mientras el gozo, como tal, no es la meta central del viaje cristiano, ciertamente es inseparable de él. Donde está Cristo, también encontramos gozo. Y ese gozo es la garantía que nos da Dios de que nos acompañará a través de cualquier situación en que el mundo nos coloque.
Preguntas para reflexionar:
Juan Crisóstomo, un padre de la iglesia del siglo IV, señaló que en ninguna parte de la Biblia tenemos evidencias de que Jesús específicamente se sonrió o se rió. Siendo esto así, ¿qué certeza bíblica tenemos que Jesús mismo era un Hombre gozoso? ¿De qué modo exhibió este gozo de Dios, en su vida y la de otras personas? (Ver Mat. 9:14-16; 11:18.)
De acuerdo con la Biblia, ¿qué hace que el cristiano esté gozoso? (Ver. Sal. 40:8.)
¿Cómo sugiere la Biblia que enfrentemos las dificultades que por lógica humana podrían hacernos perder nuestro gozo o “felicidad”? (Ver Luc. 6:22; Rom. 8:28; Fil. 4:4.)
Aplicaciones a la vida:
Filipenses 4:4 puede verse como un mandato para regocijarse. Si hemos de suponer que el gozarse está basado en las emociones, ¿cómo se nos puede mandar a regocijarnos más de lo que se nos pudiera mandar a sentir cualquier otra emoción? Si no es así, ¿qué está tratando de decir el autor?
Aunque no se nos puede mandar necesariamente a sentir gozo, podemos adoptar hábitos y actitudes que harán más fácil encarar la vida con regocijo. ¿Cuáles podrían ser algunos de estos hábitos y actitudes?
¿De qué modo el pueblo de Israel exhibió su gozo en el Señor? ¿Qué podemos aprender de estos modos de expresión, y cómo podemos adaptarlos a nuestro contexto cultural?
¿Cómo pueden las Escrituras ayudarnos a cultivar nuestra capacidad para el gozo cristiano?
Muchas personas tienen temor de testificar a otros, o encuentran que es una experiencia desagradable o atemorizadora. ¿Cómo puede una comprensión correcta del gozo cristiano hacer más fácil y más cómodo el compartir nuestra fe con otros? ¿Cómo puede un sentido contagioso de gozo hacer que otros sean más receptivos a nuestro mensaje?
Solo para los maestros: El cristiano encuentra gozo en aquello que agrada a Dios. Enfatiza que al procurar cosas que agradan a Dios, nos permitimos experimentar un sentido más duradero y verdadero de felicidad. Las siguientes actividades pueden ayudar a transmitir esto.
Decide pasar por lo menos una tardecita o una noche durante la semana próxima haciendo algo por otros. Visita a algún vecino que está solo; participa en un comedor popular como voluntario, o realiza algún otro trabajo comunitario; participa en alguna actividad cívica, tal como una reunión de vecinos. Asiste a la reunión semanal de oración o de estudio bíblico de tu iglesia. Comienza tu propio estudio de la Biblia, solo o con otros. Las posibilidades son interminables. Piensa en cómo te sientes después de hacer esto, y compara con la forma en que te sentías cuando te permitiste caer en la inercia, por ejemplo, de mirar televisión. ¿Cómo te sientes contigo mismo? ¿Cómo crees que Dios se siente acerca de ti? Recuérdalo. Hazlo otra vez. Dale a tu clase un informe de todo esto.
Resuelvan como clase realizar algún proyecto comunitario de servicio, aunque sea sencillo. Por ejemplo, poner avisos en diversos lugares del vecindario de la iglesia, solicitando comida no perecedera para ser retirada la semana próxima. Luego, reúnanse para tener una comida sencilla juntos. Analicen cómo los hizo sentir esto.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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