Lecciones para adultos: "La redención en Romanos"
Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2010
Lección 6: "Ampliación de la fe"
Para el 7 de agosto de 2010
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El sábado enseñaré...
Saber y entender que aunque todos los hijos de Adán pecaron, todos podemos llegar a ser hijos de Dios y parte de la familia real cuando aceptamos lo que Cristo hizo por nosotros para salvar al mundo.
Sentir gozo por la paz que tenemos a pesar de nuestras pruebas, y a causa de la esperanza y el amor derramados por medio del Espíritu.
Hacer: aceptar el regalo gratuito de la gracia que Cristo ofrece a fin de vivir la vida como una persona justificada ante Dios.
Saber: El pecado por medio de Adán, la gracia por medio de Cristo
Toda la raza humana está condenada a muerte por causa de nuestro padre Adán. ¿Por qué el acto de justicia de Cristo en nuestro favor hace posible que podamos ser parte de la familia de Dios?
Si la muerte de Cristo nos reconcilia con el Padre, ¿qué más logra la vida de Cristo en nuestro favor?
Sentir: Gozo en la esperanza y el amor
Cristo vivió y murió por nosotros, pero aún estamos en este mundo de dolor y muerte. No obstante, ¿por qué podemos regocijarnos en nuestros sufrimientos?
¿Qué derrama el Espíritu en nuestros corazones que nos ayuda a vivir una realidad diferente ahora, la realidad de la vida eterna?
Hacer: Regalo puro
¿Qué significa que el don de la gracia es mayor que el peso y la amenaza de la muerte?
¿Mediante qué actividades diarias podemos demostrar que nos gozamos en la gracia de Dios?
Aunque todos sufrimos las consecuencias del pecado, podemos elegir un conjunto diferente de consecuencias, como la paz, la esperanza y el amor que son el resultado de la justicia de Cristo.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Por cuanto Dios nos aceptó en su familia, tenemos acceso a las riquezas incomparables del cielo, que están disponibles para cada cristiano que desea ser como Jesús.
El deseo humano de aceptación parece insaciable. Se gastan miles de millones en cosméticos, cuidado del cabello y cirugías estéticas a fin de hacernos aceptables ante otras personas, sin mencionar los gastos excesivos en la moda, el diseño de los hogares y los automóviles. Los adolescentes molestan a sus padres pidiendo ropas de marca (algo “imprescindible” a fin de no ser un paria social) y otras “necesidades” similares porque el temor de no ser aceptados es muy fuerte.
Es triste que muchos nunca superen ese temor. ¿Es de sorprendernos, entonces, que muchas personas encuentren imposible creer que hay un Dios que nos acepta así como somos, “sin ninguna disculpa”? Así se forma nuestra conducta, no por el deseo de hacer lo que es correcto, sino por un temor enfermizo de que Dios nos excluya del cielo si fallamos en “ponernos en línea”. Cuántas personas temerosas han apartado a otras de Dios al decirles que él no podría aceptarlos si comen esto, o usan aquella ropa, o dan un paso en falso. Más importante, ¿cómo podremos convencer a las personas que han sido heridas de ese modo, de que Dios no es así, y que él está dispuesto a aceptar a cualquiera que acepte la invitación de la cruz de Cristo, la cruz que nos ofrece pertenecer a una familia eterna?
Actividad inicial: Distribuye papeles y pide a tus alumnos que hagan una lista honesta de cosas que hacen para llegar a ser aceptables a otros. Esta puede incluir cosas en las que gastan dinero, pero también cosas que hacen, como parecer estar de acuerdo con algunas personas cuando realmente no lo están, etc. Luego, pide a los miembros que hagan una lista honesta de cosas que hacen para que Dios los acepte. Finalmente, pídeles que compartan con la clase una de las cosas “sanas” de sus listas.
Analiza: Compara la carga por conseguir aceptación con la libertad que da una aceptación incondicional.
Comentario de la Biblia
I. Justificados, pues
(Repasa con tu clase Rom. 5:1-5).
La lección afirma, correctamente, que “justificados” se traduce más exactamente como “habiendo sido justificados”. La acción ha sido completada. Pablo eligió una metáfora legal en el libro de Romanos para explicar nuestra aceptación ante Dios. Por cuanto Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento usaron diversas metáforas para explicar el concepto de la salvación, no es impensable que, de haber vivido en nuestros días, él hubiera usado un modelo familiar. Si es así, podríamos verter la expresión de Romanos como “vosotros habéis sido exonerados legalmente” o “vosotros ya habéis sido aceptados como parte de la familia de Dios”. Como este es un hecho ya realizado, es claro que no hay nada que podamos hacer para que suceda. Ya ha sucedido. Siendo que ya estamos legalmente absueltos y aceptados en la familia de Dios, tenemos acceso a las herramientas que Dios nos ofrece de modo que podamos ser más semejantes a Jesús.
Podemos no estar emocionados inmediatamente cuando vemos las herramientas de Dios. La primera aquí mencionada es el sufrimiento (problemas y pruebas). ¡La madera y el clavo podrían plantear fuertes objeciones a la acción del serrucho y el martillo! Pero por medio de estos agentes, en las manos de un Carpintero maestro, puede surgir algo hermoso y útil. El sufrimiento nos enseña a depender de Jesús y a guardarnos contra las tentaciones de la arrogancia y el orgullo. Aun más sorprendente es la afirmación de Pablo (Rom. 8:17) de que el sufrimiento nos hace compañeros con Cristo. Los que quieren compartir la gloria de Cristo querrán compartir sus sufrimientos (ver también 1 Ped. 4).
Las pruebas, al obligarnos a ejercitar los músculos de nuestra fe, desarrollan resistencia. Los mejores corredores pasan mucho tiempo entrenándose cerro arriba porque saben que cuanto mayor sea la pendiente mayor será el beneficio, aunque no sea el ejercicio más fácil. La resistencia conduce a un carácter fuerte. No sorprende que los corredores de distancia atribuyan su éxito en lo académico, en el trabajo o aun en las actividades sociales a la disciplina que cultivaron al correr en forma sistemática. Del mismo modo, los cristianos fuertes atribuyen su éxito espiritual a la disciplina cultivada al afrontar pruebas en la compañía de Jesús. A su vez, un carácter fuerte sostiene una “esperanza confiada”. Cuando se está frente a un juego, el entrenador experimentado pone el resultado del juego sobre los hombros de sus jugadores veteranos, no de sus principiantes. Aquellos son los que han pasado por los altos y los bajos, y han cultivado una tranquila confianza como resultado. Una vida llena de acciones de Dios ante los pequeños cerros, da confianza en el apoyo divino cuando surgen las montañas.
Considera: ¿De qué modo el sufrimiento te ha capacitado para tener un caminar más íntimo con Jesús? ¿Te condujo el sufrimiento a poner en duda tu situación como miembro de la familia de Dios o la experiencia confirmó que estabas del mismo lado que Dios? ¿Sería mayor tu testimonio por Cristo si tuvieras una vida fácil o sería más fácil si has caminado con Cristo en medio de muchas pruebas?
Solo para maestros: Aunque la Biblia enseña claramente que la salvación y el compañerismo con Dios son un don, muchos cristianos, como los antiguos israelitas, actúan como si fueran un derecho. Examina las siguientes situaciones y pregunta: “¿Cómo puedo ayudar a otros a ver que Dios no me debe nada y, sin embargo, me ha ofrecido todo?”
Actividad: Analiza lo que podrías decir para ayudar a la gente a regocijarse en las siguientes situaciones:
Carlota no puede creer que Dios la haya aceptado. Ella tiene un cáncer terminal y es madre soltera de tres niños menores de diez años. Su tía, que pretende ser una pastora, le ha dicho que si realmente es hija de Dios, él la sanará si ejerce suficiente fe. El médico le da entre seis y doce meses de vida.
Franco acaba de salir de la prisión, donde pasó la mitad de su vida por un homicidio. Lamenta sus pecados pero, por causa de su pasado, no puede creer que Dios pueda salvarlo.
Marlene está amargada porque ha hecho todo de la mejor manera posible. Pero perdió su trabajo porque rehusó trabajar en sábado. Dejó de comer muchos de sus platos favoritos porque quería “santificar el templo de su cuerpo”. Echó de la casa a los compañeros de juegos de azar de su esposo a fin de que su mal ejemplo no manchara a sus niños. Su esposo la dejó, y los niños quieren vivir con él. El abogado de ella dice que como ella no tiene ingresos, el juez probablemente dejará que los niños vayan con él. Ella quiere saber por qué Dios le ha fallado.
Preguntas para reflexionar:
El hecho de pedir a Dios que cumpla sus promesas, ¿significa que Dios siempre las cumplirá como nosotros lo esperamos?
¿Cómo pueden las pruebas y los sufrimientos modelarnos a la imagen de Cristo?
¿Cómo podemos desarrollar una confianza tranquila y esperanzada en Dios de modo que las pruebas no nos hagan dudar de ser aceptados por Dios?
Testificación:
Una de las motivaciones primarias de Dan para vivir “con rectitud” era el deseo de no hacer nada que avergonzara a sus padres (por lo menos, no ser atrapado haciendo esas cosas). Siendo el nieto de agricultores migratorios, apreciaba el esfuerzo que habían hecho sus padres para elevar su nivel de vida y proveer un ambiente seguro para la familia. En algunos casos él aceptaba, aunque no siempre con alegría, las opiniones y preferencias de sus padres por respeto a ellos (no estamos hablando aquí acerca de asuntos de conciencia o moral). Sin embargo, debería entenderse que los padres no lo presionaban para que él se conformase a lo que ellos querían. Era una decisión voluntaria basada en la aceptación dentro de la familia.
La relación de Dan con Dios fue modelada por las mismas circunstancias. Muchas veces evitó actos malos porque sentía que si cedía a la tentación le daría una oportunidad a Satanás de avergonzar a Dios por extender su gracia a alguien tan indigno. Encontró que el amor de Dios era una motivación mucho mayor para vivir rectamente que las amenazas de un infierno de fuego, la censura de la iglesia o aun la vergüenza pública.
Considera: ¿Cómo determinamos si nuestra motivación para una conducta correcta es miedo a Dios o el hecho de que él ya nos ha aceptado?
Solo para los maestros: El deseo innato que tiene la humanidad de salvarse a sí misma ha llevado a casi todas las religiones del mundo a establecer sistemas de justificación que dependen de la conducta humana para ser aceptados. Solo el cristianismo dice que la aceptación depende de la acción de Dios en lugar de la nuestra. Siendo que Dios nos ha aceptado y nos ama en forma ilimitada, él nos da toda oportunidad posible para que lleguemos a ser semejantes a Cristo y no evita que suframos. Por medio del sufrimiento, nos unimos a Cristo en las agonías de esta vida, pero ciertamente también en la existencia gloriosa que ha preparado para nosotros.
Actividad: Usando historias de cómo Dios ha conducido a personas de tu clase en medio de pruebas y luchas para que llegaran a una tranquila confianza de que son hijos de Dios, prepara un pequeño panfleto que tu clase pueda usar como una herramienta de testificación para compartir con amigos, vecinos, colaboradores, empleados y familiares.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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