Lecciones para adultos: "Personajes secundarios del Antiguo Testamento"
Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2010
Lección 11: "La viuda de Sarepta: El salto de fe"
Para el 11 de diciembre de 2010
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El sábado enseñaré...
Saber describir las circunstancias que llevaron a Elías a pedir ayuda de una madre viuda pagana en un país extranjero.
Sentir empatía con los sentimientos conflictivos que una madre hambrienta debe haber tenido cuando un extraño, de otra religión, le pidió su último trozo de comida.
Hacer con fe lo que Dios te pida que hagas aun cuando no conozcas todos los detalles.
Saber: Al límite
La viuda estaba al límite de sus recursos, y también lo estaba Elías cuando Dios los reunió. ¿Cómo se sirvieron el uno a la otra, y cómo afectó esto el crecimiento de la fe de ambos?
Sentir: Fe suficiente para ser generoso
Aunque enfrentaba la muerte, la viuda fue lo suficientemente generosa para compartir con un extraño lo que ella creía que sería la última comida que podía proveer para su hijo y para ella misma. ¿Qué seguridad le dio Elías junto con su pedido de comida?
¿Qué seguridad nos da Dios cuando nos pide que actuemos según sus pedidos?
Hacer: Actuar con fe
¿Qué te ha pedido Dios que hagas que requiere salir hacia un territorio desconocido y potencialmente amenazador?
¿Sobre qué seguridad del cuidado de Dios descansas?
La viuda de Sarepta atendió, por fe, las necesidades de Elías aun cuando ella estaba al límite de sus recursos; y Dios los bendijo ricamente a ella, a su hijo y a Elías.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios tiene hoy, como lo tuvo para la viuda de Sarepta, la misma intención de diseñar para nosotros un salto de fe en nuestro viaje hacia el cielo.
Solo para los maestros: Usa la historia que sigue para recordar a los miembros de la clase que aunque Dios desea que demos un salto de fe en nuestro camino al cielo, tenemos que ser cuidadosos de no confundir fe con presunción.
Introducción: Un autor escribió una biografía. La protagonista de la biografía planificó un viaje para promover el libro en ocasión de su publicación. Sin embargo, ella no tenía los medios necesarios para viajar de un lugar a otro.
La mujer pensó un poco en el dilema y finalmente se decidió por un enfoque singular: buscar la dirección divina en el asunto. Después de obtener lo que ella creyó era una respuesta, se acercó al autor y le reveló su método para llegar a una solución. “Cuando cerré los ojos y abrí mi Biblia, mi dedo se detuvo en la frase ‘Baja a Egipto’. De modo que, ya que el mensaje indicaba viajar, necesito que usted me lleve consigo a sus reuniones y congresos para cumplir su programa de conferencias, y yo hacer firmar los libros este verano”, concluyó ella.
Sin embargo, el autor se resistió a esta manera de buscar respuestas en la Biblia. Este método podría haber tomado al autor con la guardia baja si él no hubiese podido, bíblicamente, detectar presunción en el pedido.
Considera: Examinemos por un momento qué habría sucedido si la viuda de Sarepta hubiese estado con la guardia baja por el pedido aparentemente audaz de comida en una época de hambre. El pedido de Elías también fue presentado como que venía “de arriba”, como había sido el pedido al autor. ¿Cuál fue la diferencia clave entre ambos pedidos? ¿Cómo pudo la viuda diferenciar un pedido hecho con fe de otro hecho con presunción? ¿Qué guía nos ofrece este relato para discernir entre la presunción y lo que es realmente conducción divina?
Solo para los maestros: ¿Cómo sabemos que la respuesta de la viuda a la promesa era una fe naciente y no presunción?
Comentario de la Biblia
I. Dios conduce a sus hijos hacia la fe
(Lee, con tu clase, 1 Rey. 17:9, 12, 14).
Es cierto, la viuda vivía adorando a Baal, en Fenicia. Pero aun antes de la llegada de Elías, ella “creía en el verdadero Dios, y había andado en toda la luz que resplandecía sobre su senda” (PR 94). Parafraseando, la viuda estaba en el paganismo, pero no era del paganismo (ver ATO 193).
Guía a tu clase a analizar cómo Dios edificó suavemente, paso a paso, la fe de la viuda para prepararla para la llegada y el pedido de Elías. Aspectos básicos para analizar:
Versículo 9: Dios, así como más tarde Elías, le dio una orden a la viuda. El recibir un mandato directo del Dios de Israel probablemente le habrá dicho que Dios era real y que estaba actuando en su vida.
Versículo 12: Así como Elías, bajo la conducción divina, reconoció a la viuda, ella reconoció a Elías en su saludo: “Vive Jehová tu Dios”.
Versículo 14: Antes de entregarle su última porción de comida, ella recibió de Elías la promesa de Dios de que, si cumplía con su parte, los suministros no le faltarían.
Esto fue suficiente. Después de que ella recibió una orden de Dios mismo, seguido por una percepción divina para reconocer a su huésped, el camino estaba preparado para que ella no rechazara, sin por lo menos hacer la prueba, el tercer paso: la promesa.
Considera: “Jamás eliminará Dios todo motivo de duda. Da suficiente evidencia en qué basar la fe y, si esta evidencia no se acepta, la mente es dejada en tinieblas” (PP 460). Analiza si la viuda actuó por presunción o por una fe naciente.
II. Mantener ardiente la fe
(Compara 1 Rey. 17:12 con el vers. 24).
¿Qué ocurrió en solo doce versículos para que la viuda sacase la conclusión: “Ahora sé quién eres”? Como conocemos el relato desde el principio hasta el fin, es fácil que preguntemos, después del milagro del aceite que seguía corriendo, ¿cómo podía tener alguna duda?
Tal vez ella pudo haber comenzado a dar por sentado que el aceite no se terminaba, y que necesitaba algo que sacudiera otra vez su fe. O tal vez el desánimo la invadió por falta de estima propia. Si esto fue así, hay dos razones posibles para esa falta: su posición social, o la culpa y algo de autorrecriminación.
Primero, las viudas vivían socialmente una situación casi nula. Samuel ni siquiera la nombra en la Biblia. No obstante, ella aparece en Lucas 4:26 como la primera ilustración de un sermón de Jesús. (¿Qué otra viuda –a menudo llamada la mayor recaudadora de recursos de todas las épocas– tampoco es mencionada por nombre? Lee Marcos 12:42 al 44).
Segundo, la viuda se echaba la culpa por la muerte de su hijo. La culpa es una trampa fácil y peligrosa en la que podemos caer. Aunque todos somos culpables de un modo u otro, siempre debemos recordar que Jesús llevó nuestra culpa en la cruz.
Considera: “Cuanto más nos acerquemos a Jesús, tanto más claramente veremos la pureza y grandeza de su carácter, y menos inclinados nos sentiremos a exaltar al yo. El contraste entre nuestros caracteres y el suyo conducirá a la humillación del alma y a un profundo escudriñamiento del corazón” (ATO 44). ¿Pueden, hasta los pecados perdonados, ser considerados más tarde ante una luz mayor? ¿Fue esta la experiencia “posterior al perdón” de David en el Salmo 51?
Solo para los maestros: Una evaluación de nuestra fe es introspectiva. ¿Estoy reconociendo las experiencias de la vida (pruebas que afligen el corazón, seguridades consoladoras, respuestas a la oración) como pasos en el crecimiento espiritual?
Preguntas para reflexionar:
A menudo afrontamos dos clases de “pruebas” con respecto a la fe. La primera clase es aquella en que realmente no tenemos posibilidad de elegir. Tal vez vas al médico y te dan malas noticias. Este no es un desafío que hayas elegido. Fue arrojado sobre ti.
En contraste, tal vez te ofrecen el trabajo con que soñabas, que siempre habías querido. Todo está listo hasta que oyes las palabras: “Tendrás que trabajar algunos sábados”.
¿Cuál es la diferencia entre estos dos escenarios? ¿Qué función tiene la fe en ambos?
Solo para los maestros: Impresiona a tus alumnos con el hecho de que “fe” no es simplemente una palabra abstracta. La fe visiblemente recompensada, probada en este informe de Fenicia, puede ocurrir también en (da el nombre de tu ciudad).
Ejemplo: Momentos antes del comienzo de una reunión de evangelización se cortó la electricidad y la iglesia quedó en total oscuridad. El diácono de turno apresuradamente pidió prestado un generador, y observó con preocupación un pequeño resto de combustible en el tanque casi vacío que debía mantener las luces, las computadoras y el proyector en funcionamiento. Estuvo orando más que nunca cuando la reunión se alargó casi media hora. Al pronunciar el último amén, las luces se volvieron a apagar.
¡El combustible había seguido fluyendo! Sin la historia de la viuda, ¿por qué podríamos tener la tentación de considerar tales informes como exageraciones?
Actividad: Lee otra vez el versículo para memorizar. En respuesta a las siguientes sugerencias, invita a los miembros a compartir voluntariamente una sola palabra que describa cómo se sintieron (desde el nacimiento espiritual hasta el momento actual) o sienten ahora que comenzó su experiencia cristiana:
Mi primera percepción de que “Jesús me ama”: _____________________
El día de mi bautismo: _____________________
La experiencia de “perdón” más memorable: ____________________
Oración final del maestro: “Jesús, gracias por nuestro versículo para memorizar esta semana. Sabemos, en forma absoluta, que ¡no nos trajiste hasta aquí para abandonarnos ahora!”
Por último, invita a la clase a repetir en voz alta, todos juntos, la siguiente frase, en la que cada uno insertará su propio nombre:
“Jesús, yo sé, en forma absoluta, que tú no trajiste a (___________) hasta aquí para abandonar a (__________) ahora. Amén”.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Juan 12:44,45.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Servid al señor de todo corazón basada en Colosenses 3:23-24.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Fábulas por arte compuestas basada en Daniel 8:14.
Envíe su Pedido de Oración, sus peticiones serán tratadas de una forma confidencial.
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