Lecciones para adultos: "Personajes secundarios del Antiguo Testamento"
Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2010
Lección 2: "Caleb: Vivir esperando"
Para el 9 de octubre de 2010
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El sábado enseñaré...
Saber identificar los modelos de la conducta de Caleb en los cuales se lo describe como sirviendo a Dios “de todo corazón”.
Sentir el anhelo de vivir una vida de fidelidad como la de Caleb en medio de la familia y los amigos, quienes podrían elegir vivir en forma diferente de ti.
Hacer la decisión de ser un ejemplo de firmeza a los propósitos de Dios en el liderazgo servidor, sin tomar en cuenta las consecuencias.
Saber: Liderazgo guerrero
Donde otros veían imposibilidades, Caleb vio oportunidades. ¿Qué evidencia de fe reveló Caleb en sus palabras y acciones?
¿Cómo afectó la fe de Caleb su liderazgo cuando estaba en el desierto, así como cuando estaba reclamando el territorio que Dios le había dado en la Tierra Prometida?
Sentir: Un camino solitario
Puede ser un viaje ingrato y solitario el seguir el camino de Dios mientras casi todos los demás no sienten el impulso de recorrer ese camino con nosotros. ¿De qué modo respondió Caleb cuando se enfrentó con una multitud quejosa y rebelde?
¿Cómo se relacionó Caleb con el castigo que merecía Israel, pero él no?
Hacer: Liderazgo servidor resuelto
Caleb eligió tomar una de las tierras más difíciles y desafiantes como su parte de la Tierra Prometida, aunque era mucho más anciano que la mayoría de Israel. ¿Qué aspectos de nuestra vida podría utilizar una buena dosis del valor y la determinación de Caleb para seguir a donde Dios nos guíe?
¿Cómo podemos ser modelos de fidelidad para quienes nos siguen?
Caleb, aunque estaba entre la minoría de quienes eran fieles a Dios, nunca se desvió de honrar los propósitos de Dios y de ser un modelo de fe y obediencia.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Debemos aprender a mirar nuestro mundo, en los tiempos buenos y en los malos, por medio de los ojos de la fe.
Solo para los maestros: Enfatiza que, frente a cada una de nuestras circunstancias, la fe nos ayuda a percibirlas y actuar en forma correcta.
Todos sabemos cuán difícil es tener fe cuando los tiempos son difíciles y Dios parece estar muy distante. En tales circunstancias, la fe entra en conflicto con la lógica. Tenemos que mantener nuestra creencia en Dios y en sus promesas aun cuando no veamos razones para tener fe o esperanza.
El tiempo en que vivió Caleb era lo opuesto. Dios acababa de traer a los israelitas por el desierto con muchos ejemplos diarios de milagros y manifestaciones sobrenaturales. Pocos de nosotros hemos experimentado tan claras evidencias del cuidado de Dios y de su conducción. Así, parece casi inconcebible que los israelitas evaluaran la situación, determinaran que no había esperanza y se acurrucaran en la proverbial posición fetal. No obstante, ¡lo hicieron! Caleb fue uno de los pocos que tomaron en serio la palabra de Dios.
La mayoría de los israelitas quizá no se consideraba pesimista, sino “realista”. Pero a la luz de sus experiencias recientes, Caleb fue el verdadero realista. ¡Que Dios nos ayude a ser lo suficientemente realistas como para creer en sus milagros!
Analiza con tu clase: La mayoría de nosotros creemos que Dios puede ayudarnos en las luchas de nuestra vida, sean físicas, espirituales, financieras, etc. De hecho, la mayoría de nosotros podemos –si pensamos en ello– señalar muchas ocasiones en las que Dios nos ayudó en esas áreas. ¿Por qué, entonces, como los israelitas del tiempo de Caleb, tenemos tanta dificultad en creer que Dios nos ayudará en el futuro?
Solo para los maestros: Haz notar que Dios tiene planes, y que nosotros tenemos lugar en esos planes. Somos, en cierto sentido, tanto el objeto de sus planes como los medios por los cuales él los realiza. Y algunas veces somos los medios por los cuales esos planes son demorados o impedidos. Por supuesto, todos podemos ver cuando otros los están perturbando o demorando. El enojo de Caleb y su resentimiento con sus conciudadanos israelitas habrían estado excepcionalmente bien fundados. No obstante, él no cedió a esos sentimientos. No tenemos ninguna evidencia de que existieran. ¿Qué nos dice eso a nosotros?
Comentario de la Biblia
I. Perdido en el lugar
(Repasa, con tu clase, Núm. 13:30; 14:20-24).
Una cosa que casi todos saben acerca del éxodo israelita de Egipto es que vagaron durante cuarenta años. Lo que generalmente no se sabe es que eso no era necesario. El desierto del Sinaí –suponiendo que las tradiciones acerca del ambiente son correctas– no requería cuarenta años cruzarlo. Los israelitas no tenían un desafío tan grande acerca de la dirección como para perderse en una pequeña franja del desierto, pero les llevó cuarenta años descubrir la dirección. No fue dictado por la preocupación de la Biblia con el número cuarenta; si así fuera, cuarenta días, semanas o meses hubieran sido suficientes.
No, Dios estaba listo para darles la tierra de Canaán de inmediato. Pero los israelitas no creyeron que fuera posible. Solo Caleb respondió con confianza, diciendo: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella” (Núm. 13:30). Los otros miraron el desafío y lo aumentaron. Los que no tenían fe, los pesimistas “realistas”, fueron los que vieron seres míticos de una mala ciencia-ficción, todo para evitar la conclusión obvia de que Dios no podía hacer lo que dijo que haría.
Y esto, después de que Dios les mostró su poder en forma dramática y sobrenatural diez veces (Núm. 14:22). Dios, que tenía todo el derecho de probarlos, les permitió que lo probaran diez veces, humillando a uno de los mayores imperios del mundo antiguo en ese proceso. Y todavía no creían en la capacidad de Dios de darles la tierra que les había prometido desde el tiempo de Abrahán. Dada la posibilidad de elegir entre confiar en Dios y andar en círculos alrededor de las formaciones de arena y rocas durante décadas, eligieron esto último.
Sabiendo cómo termina la historia, a nosotros nos resulta fácil ridiculizar a los hijos de Israel. ¿Pero qué sucede con nosotros? ¿Cuántas veces, con el pleno conocimiento de que Dios quiere algo nuevo, diferente y mejor para nosotros, hemos vuelto a las cosas que eran “seguras”, las cosas que conocíamos? Por ejemplo: ¿Adicciones que él quiere sacarnos, pero nosotros todavía no? ¿Rehusar crecer espiritualmente porque no queremos la responsabilidad que lo acompaña? ¿Evitar la verdadera intimidad con Dios porque no estamos seguros de lo que él pedirá de nosotros o cómo reaccionarán otras personas? ¿No son éstas las mismas formaciones rocosas que pierden su atractivo cuando pasamos por ese lugar por centésima vez?
Considera: Dios nos da una oportunidad de ir a un lugar nuevo y ser alguien nuevo, así como lo hizo con los israelitas. ¿Qué nos impide reclamar las promesas que él nos hizo? ¿Cómo podemos poner esos estorbos a un lado y alcanzar las cosas mejores que él tiene para nosotros?
Solo para los maestros: Enfatiza que aunque la vida es una lucha y hay personas que no desean lo mejor para nosotros, o que hay circunstancias que pueden cansarnos, Dios es superior a todo eso.
Preguntas para reflexionar:
Definido estrictamente, un milagro es una contravención perceptible de las leyes de la naturaleza, como las que pueden ocurrir por la intervención divina directa, o por medio de una “persona santa” u “obrador de milagros”. ¿Has experimentado personalmente milagros o intervenciones divinas? ¿Cómo afectó eso tu conducta en la vida desde ese momento en adelante?
Aplicaciones a la vida:
La vida está llena de peligros con resultados potencialmente negativos. Como tales, es muy natural que tomemos en cuenta esas posibilidades y hagamos planes para los peores escenarios. Por otro lado, la Biblia implícita y explícitamente nos advierte en contra de preocuparnos (Sal. 37:1, 5; 91:1, 2). ¿Cuál es la diferencia entre la preocupación y la prudencia? Siendo que la angustia es tanto una emoción como un hábito, ¿cómo podemos controlar la tendencia a preocuparnos? ¿Qué se pierde cuando nos rendimos a la preocupación? ¿Qué hay en el centro de la preocupación? ¿Cómo podemos desterrar nuestra incredulidad?
Una tendencia extrema a la preocupación y a esperar siempre lo peor –hasta el punto de dejar a Dios fuera de la ecuación– es algo que vemos muy claramente en la conducta de los otros espías en la historia de Caleb. Pero, ¿es posible equivocarse en el sentido de negar una realidad existente o seguir una presunción frente a desafíos futuros? ¿Cómo podemos distinguir entre presunción y fe, especialmente cuando otros pueden tratar de echarnos la culpa para hacer cosas o seguir cursos de acción que podemos sentir que parecen ser poco sabios?
Solo para los maestros: La siguiente actividad tiene la intención de enfatizar el hecho de que Dios está capacitado para resolver cualquier dificultad o temor que afrontemos ahora o en el futuro.
Corta papeles en trozos aproximadamente iguales para todos los que podrían asistir a tu clase. Trae también una caja de tamaño mediano.
Menciona que todos tenemos temores y preocupaciones acerca de cosas que podrían ocurrir, o que podrían no resultar como deseamos o esperamos. Pasa los trozos de papel y pide a cada miembro que escriba en forma anónima algo que él o ella temen o por lo que se preocupan. Pasa la caja y pide que cada uno ponga el papel escrito en ella. Cuando vuelva a ti, dirige a la clase en una oración acerca del contenido del recipiente, pidiendo a Dios que resuelva esos problemas. Puedes orar tú mismo o pedir a alguno de la clase que lo haga. Luego destruye los papeles escritos como te parezca mejor.
Una alternativa sería realizar el mismo ejercicio sin los papeles. Invita a los miembros a que construyan una caja de preocupaciones en su mente. Luego pídeles que imaginen que escriben sus preocupaciones en un trozo de papel, lo doblan y lo ponen en la caja que imaginaron. Ahora pídeles que imaginen cerrar la caja y luego quemarla hasta que no quede nada. Diles que esto es lo que Dios quiere que hagamos con nuestras preocupaciones. Invítalos a construir su caja imaginaria de preocupaciones cada vez que noten que están preocupados, y a orar a Dios para que les dé las fuerzas para poner sus preocupaciones en esa caja y que la tapen. Recuérdales orar a nuestro Dios, que es “fuego consumidor”, para que él queme la caja y su contenido hasta reducirlos a cenizas.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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