Lecciones para adultos: "Jesús lloró: La Biblia y las emociones humanas"

Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2011

Lección 5: "La culpa"

Para el 29 de enero de 2011

 

Enseña a tu clase | Bosquejo de la Lección | Resumen
Ciclo de Aprendizaje:
Motiva | Explora | Aplica | Crea

 

El sábado enseñaré...

 

Enseña a tu clase a:

Saber distinguir entre una respuesta no saludable a la culpa, y una respuesta sana, centrada en Cristo.

Sentir el reconocimiento de una confesión humilde y la aceptación de las provisiones de Dios para tratar con nuestros pecados.

Hacer una confesión de nuestros pecados, aceptar el perdón de Cristo y vivir gozosamente la libertad de su amor.

 

Bosquejo de la Lección

1. Saber: El bien para el alma

   1. Una conciencia saludable nos alerta del mal que hemos hecho. ¿Cómo podemos cultivar una conciencia sana?

   2. ¿Cuál es la mejor manera de relacionarnos con la culpa por el pecado? ¿Qué hace Dios por nosotros cuando confesamos nuestros pecados?

   3. ¿Qué problemas pueden surgir cuando no confesamos nuestros pecados?

   4. ¿Por qué es importante perdonar a otros que pecan contra nosotros?

2. Sentir: Humildad y confianza

   1. ¿Qué sentimientos podemos tener al reconocer nuestros errores?

   2. ¿Qué sentimientos deberían acompañar la confesión?

   3. ¿Cómo nos sentimos cuando aceptamos el perdón de Dios?

3. Hacer: Vida abundante

   1. ¿Qué pecados necesitamos confesar?

   2. Una vez que confesamos nuestros pecados, ¿qué ha hecho Dios por nosotros que necesitamos apreciar y aceptar?

   3. ¿Qué se requiere para vivir una vida libre y gozosa en Cristo? ¿Cómo podemos compartir la noticia de esta libertad con otros?

 

Resumen

Los sentimientos de culpa surgen por los pecados no confesados, pero el pecado reconocido y perdonado trae libertad, paz, gozo, y una vida abundante que comienza ahora y alcanza la eternidad.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: La culpa es una parte inevitable de la condición humana, pero no necesita ser el fin de la historia, porque Cristo ha provisto un remedio.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: La culpa es abrumadora; puede debilitar emocional e, incluso, físicamente. Cuando enseñes este material, apunta a poner la culpa en el contexto del llamado de Cristo al arrepentimiento y de su deseo de darnos el perdón, una fuerza más poderosa que la culpa.

Actividad inicial: El Dr. Kent Kiehl, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Nuevo Méjico, EE.UU., se sumergió en el mundo, a menudo horrible, de los psicópatas criminales. Exploró sus mentes –literalmente– escaneando sus cerebros y buscando, en la estructura, similitudes que pudieran ofrecer un indicio físico de por qué algunas personas tienen casi una completa incapacidad de experimentar culpa. Su interés en los psicópatas se inició cuando tenía ocho años y vivía en Tacoma, Washington. Su padre, que trabajaba en el diario local, un día llegó a su casa hablando de un tal Ted Bundy, un joven aparentemente encantador, inteligente y de aspecto sano, que había asaltado y asesinado por lo menos a treinta mujeres. “Este era un tipo que había crecido en esta misma calle”, dijo Kiehl. “Yo dije que quería comprender por qué las personas hacen cosas malas –por qué alguien podía ser como Ted Bundy– y quiero estudiar el cerebro”.–John Seabrook, revista New Yorker (10 de noviembre de 2008).

Considera: La “psicopatía” se caracteriza por un estado de vacío moral: una incapacidad de experimentar empatía o remordimiento. Las personas, generalmente, ven la “culpa” en términos negativos; implica fracaso, haber hecho algo malo. Y no obstante, la idea de un mundo donde la gente hace cosas malas sin la emoción de la culpa es horrible. Pide a tu clase que analice la función positiva de la culpa para los individuos y la sociedad.

 

PASO 2: ¡Explora!

 

Comentario de la Biblia

I. “Siento culpa, por lo tanto soy...”

(Repasa, con tu clase, Gén. 3:8-13; Rom. 5:18, 19).

Considera: La literatura y el arte de todas las épocas testifican de la naturaleza penetrante de la culpa como una parte inevitable de la experiencia humana. ¿Por qué esta emoción es una parte tan céntrica de la psiquis humana normal?

La “corrupción” original. La culpa no existe por sí misma; es un subproducto del pecado. Los teólogos han debatido mucho el concepto de “pecado original”. Se preguntaron: ¿Cuáles son, exactamente, las consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva a la voluntad de Dios para la humanidad?

Lee Salmo 51:5l. La palabra pecado obviamente describe actos específicos, pero ¿es también un estado general o condición que los humanos heredamos al nacer? Elena de White claramente vincula el problema del pecado humano con la caída de Adán. Ella escribe: “Hay en su naturaleza una inclinación hacia el mal, una fuerza que solo, sin ayuda, él no puede resistir” (Ed 29).

El teólogo adventista del séptimo día, Gerhard Pfandl sugiere que la frase “corrupción original” describe mejor la enseñanza de nuestra iglesia. No heredamos la culpa verdadera del pecado de Adán (pecado original), pero heredamos la tendencia humana a pecar. Él escribe: “El estudio del pecado original y la corrupción debería conducirnos a una mayor percepción de nuestra necesidad de justicia. Necesitamos un Salvador el día en que nacemos, no solo después de que hemos transgredido la ley de Dios... El evangelio eterno de Jesucristo satisface nuestra necesidad”.–Gerard Pfandl, Some Thoughts on Original Sin, p. 22.
Preguntas para reflexionar:

Considera teorías alternativas para explicar por qué existe la culpa. (Por ejemplo, las expectativas de la sociedad, la de los padres, un deseo innato de no herir a otros, neurosis psicológica, etc.) ¿Por qué no son adecuadas estas explicaciones? ¿Puede la emoción de la culpa existir sin una norma objetiva del bien y del mal?

II. “Soy culpable”

(Repasa, con tu clase, Sal. 32:5; Juan 16:7, 8).

Antes de los avances modernos en ventilación y maquinaria, la minería del carbón era una actividad sumamente peligrosa. Una técnica usada para verificar la seguridad de la calidad del aire en las minas, antes de bajar a ellas, era tener canarios en los pozos (estos pajaritos son sensibles al metano y al monóxido de carbono). Mientras las aves se mantuvieran sanas, los mineros sabían que el aire era seguro. Un canario muerto era la señal para evacuar la mina inmediatamente.

Considera: ¿De qué manera nuestra conciencia actúa como un “canario en una mina de carbón”, un “sistema de advertencia temprana” dado divinamente? ¿De qué nos advierte?

III. Nuestra elección: parálisis o transformación

(Repasa, con tu clase, Sal. 32).

¿Qué sucede después de que estamos convencidos de nuestra culpa? Las Escrituras ponen delante de nosotros dos senderos posibles: uno conduce a la parálisis espiritual, el otro a la transformación.

Parálisis. Lee Esdras 9:6 y Salmo 38:4. Martín Lutero, cuyas enseñanzas acerca de la gracia de Dios dividieron el mundo religioso y político de sus días, escribió acerca de un período anterior de su vida, como joven monje, cuando intentó expiar su sentido de culpa por medio del ayuno y las penitencias. Escribió: “Perdí mi asidero de Cristo el Salvador y Consolador, e hice de él un amo y verdugo de mi pobre alma”.–James Kittelson, Luther, The Reformer, pp. 78, 79.

Analiza: Considera la experiencia de Lutero y describe cómo el llevar la carga de culpa no resuelta puede modelar nuestro pensamiento, nuestras elecciones y nuestras relaciones con otros.

Pregunta para reflexionar:

Culpa católica”, “culpa judía”, “culpa adventista”. ¿Qué hay detrás de la idea popular de que quienes crecieron dentro de sólidas comunidades de fe, con altas expectativas morales, vivirán vidas arruinadas por la culpa?

Transformación. Repasa Mateo 26:75. Una culpa “saludable” actúa como un catalizador del conocimiento propio, estimulándonos hacia el arrepentimiento y la aceptación del perdón de Dios.

¿Qué se transforma? Nuestra percepción propia (reconocemos no solo nuestra culpa, sino nuestro valor para Dios, quien ha provisto el remedio para nuestra culpa); nuestra relación con Dios (nos arrepentimos y buscamos que nuestras acciones sean conforme a su voluntad); nuestra relación con otros (tratamos de arreglar, hasta donde podemos, las consecuencias de nuestro pecado).

Considera: Uno de los temas más hermosos de las Escrituras es que Cristo nos está “reconciliando” con Dios. Lean los siguiente pasajes: Romanos 5:10, 11; 2 Corintios 5:17 al 20; y Colosenses 1:21 y 22. ¿Qué emociones sientes cuando oyes de los esfuerzos que hace Dios para atraernos cerca de él? ¿Cuán efectivos son estos pasajes para poner la emoción de la culpa dentro del contexto del plan de Dios para nuestra salvación?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Cuanto más claramente veamos el pecado, tanto más intensamente sentiremos el poder de la culpa. Ayuda a tu clase a explorar cómo podemos destruir el poder negativo de la culpa en nuestras vidas, mientras seguimos tomando en serio el poder devastador del pecado.

Aplicación a la vida:

En la novela de Nathaniel Hawthorne, The Scarlet Letter, un pastor puritano oculta su aventura amorosa con una joven mientras preside la aplicación de un castigo a ella por el pecado de adulterio. Él oculta su culpa hasta que estalla en un dramático momento de confesión. Alexander Solzhenitsyn, en The First Circle, describe a un prisionero que, compulsivamente, registra cada falla o mal pensamiento suyo, marcando una hoja de papel.

¿Cómo manejas tus sentimientos de culpa? ¿Tiendes a cavilar sobre ellos? ¿Eres impulsado a tratar de “arreglar las cosas”? ¿Te encuentras atraído a confesar tus errores a Dios o a otras personas?

Actividad:

El político teórico John S. Mill vio la culpa como una cosa buena, que provee una limitación moral sobre la sociedad e impide que la gente dañe a otros. El filósofo Friedrich Nietzche vio la culpa como una señal de represión humana y de debilidad. Sigmund Freud, fundador de la psiquiatría moderna, consideraba la culpa como una enfermedad psicológica, el producto de demandas imposibles puestas sobre las personas por una conciencia excesivamente desarrollada.

¿Cómo describirías la culpa y su función? Como clase, desarrollen su propia definición de culpa basados en el estudio de las Escrituras.

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: La culpa raramente viene sin acompañamiento a nuestras vidas. También puede traer desesperación, falta de esperanza, baja estima propia, ira y frustración. Cierra la lección señalando a los miembros de la clase a Aquel que anhela reunirnos en sus brazos de perdón y sanidad.

El miedo a la separación de Dios, un aplastante sentido de temor, la soledad de soportar una carga de culpa: Cristo eligió experimentar todo eso. Él sabe íntimamente la angustia que la culpa puede traer.

¿De qué manera esto cambia nuestra comprensión de todo lo que estudiamos hoy? Cuando se trata de una comprensión de la carga que es la culpa, Jesús, el que no tuvo culpa, eligió caminar el sendero delante de nosotros.

Desafía a los miembros de tu clase a tomar tiempo cada día para meditar en la identificación total de Cristo con la humanidad, el hecho de que él cargó con nuestra culpa para que pudiéramos experimentar una vida libre del sentido paralizador de la culpa. Concluye la clase leyendo Mateo 11:28 al 30.