Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Vestidos de gracia: Vestiduras figuradas en la Biblia"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2011

Lección 8: "Vestiduras de gala"

Para el 21 de mayo de 2011

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 14 de mayo

Lee Para el Estudio de esta Semana: Isaías 1-5; 6:1-8; 51:6-8, 61; Lucas 4:16-20.

Para Memorizar: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas” (Isa. 61:10).

VIVIENDO DURANTE LOS REINADOS DE UZÍAS, JOTAM, ACAZ Y EZEQUÍAS, Isaías predicó durante más de cuatro décadas, en las que produjo algunos de los textos más ricos de la Biblia. Escrito durante un tiempo de agitación política, moral, militar y económica, el libro de Isaías está saturado, no solo con advertencias de lobreguez y condenación sobre los que no se arrepientan, sino también con temas de salvación, liberación y la esperanza que se encuentra en “Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel”, el que dice: “Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir” (Isa. 48:17).

Isaías animó a la gente a ponerse las gloriosas vestiduras de justicia y a aceptar la salvación de Dios. Las ilustraciones que describen vestiduras, cubiertas y sacos de cilicio enseñan grandes verdades espirituales a través de las edades. Para ellos y para nosotros, la pregunta es: ¿Reclamamos esas vestiduras para nosotros mismos o continuamos en la vergüenza de nuestra propia contaminación y desnudez?

 

Ir ArribaDomingo 15 de mayo: No traigan más sacrificios inútiles

“Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados” (Isa. 3:18-23).

Los capítulos iniciales de Isaías presentan un cuadro más bien sombrío de la condición espiritual del Reino del Sur. Con el tiempo, los descendientes de quienes habían presenciado los increíbles milagros del Éxodo habían caído en la complacencia, y ¡peor aún! Sin duda, la mayoría de ellos creía que todas esas cosas maravillosas habían sucedido, pero la pregunta que podrían haberse hecho es: ¿Y qué? ¿Qué tiene que ver eso con nosotros hoy? ¿Por qué lo que sucedió a nuestros antepasados hace mucho es relevante para nosotros en la actualidad?

Repasa someramente los cinco primeros capítulos de Isaías. ¿Cuáles eran algunas de las cosas que hacía la gente, o las actitudes que tenía, que provocaban una advertencia tan severa sobre ellas? ¿Qué similitudes puedes encontrar con nuestra iglesia hoy?

Nota lo que se encuentra en el primer capítulo, donde el Señor desprecia todas sus observancias y sus prácticas religiosas. En otras palabras, estas eran personas que profesaban servir al Señor y que cumplían las formas de la adoración. Pero ¿qué dice el Señor acerca de ellas y de su adoración? (Ver Isa. 1:11-15).

Como siempre, el Señor está lleno de gracia; y está buscando salvar a todos los que pueda. La cruz es toda la prueba que alguna vez tendremos acerca de cuánto quiere Dios que tengamos salvación. Así, aun en estos capítulos iniciales, vemos a Dios llamando a su pueblo, ofreciéndole un camino para evitar el desastre.

¿Cómo adoras al Señor? ¿En qué estás pensando cuando lo haces? ¿Cuánto es show, y cuánto es sumisión, alabanza y arrepentimiento profundamente sentidos, y cómo puedes conocer la diferencia?

 

Ir ArribaLunes 16 de mayo: Labios inmundos

En el contexto del triste cuadro presentado en la sección de ayer, el profeta Isaías recibió su llamado. Sucedió por el año 739 a.C., el año en que murió el rey Uzías de Israel. Uzías comenzó bien pero finalmente cayó en la apostasía (2 Crón. 26) y sufrió un final terrible. En ese momento, Isaías comenzó su ministerio pero no antes de tener una poderosa visión de Dios.

Lee Isaías 6:1 al 8. ¿Qué clase de reacción tuvo Isaías? ¿Por qué es tan importante, especialmente para nuestra comprensión del plan de salvación?

“¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos” (Isa. 6:5).

Nota, la respuesta de Isaías no fue acerca del poder y la majestad de Dios en contraste con su propia debilidad; ni fue acerca de la eternidad de Dios en contraste con su propia temporalidad. En cambio, la respuesta trató con la moralidad. Isaías, viendo esta visión de Dios, viendo las “orlas de su manto” (Isa. 6:1, NVI) que llenaban el templo, fue abrumado por el contraste entre la santidad de Dios y su propia condición pecaminosa. En ese momento, se dio cuenta de que su gran problema era moral, y que su naturaleza caída y su corrupción podían ser su ruina. Además, ¿cómo podría él, “hombre inmundo de labios” hablar en nombre de Jehová de los ejércitos?

¿Cuál fue la solución de este problema? (vers. 6, 7).

El acto simbólico de tocar sus labios con un carbón encendido revela la realidad de la conversión de Isaías. Ahora sus pecados estaban perdonados; tenía una vida nueva en el Señor, y el fruto de esa conversión se vio en el versículo 8, cuando clamó: “Heme aquí, envíame a mí”. Sabiendo que su pecado había sido purificado, ahora avanzaba por fe, confiando en la justicia y la santidad del Dios revelado a él en esa visión.

La culpa de Isaías fue quitada; su pecado, expiado. Era “nacido de nuevo”, y el fruto inmediato fue su disposición de responder al llamado: “¿A quién enviaré?” Pregúntate ahora: ¿Qué clase de fruto se manifiesta en tu vida después de tu conversión?

 

Ir ArribaMartes 17 de mayo: Vestidos que no permanecen

Como ya vimos, Isaías pasó mucho tiempo advirtiendo acerca de juicios, pero entrelazó esas advertencias con promesas animadoras de Dios. Después de explicar la devastación de la tierra que haría Dios, Isaías habló a quienes en Israel habían esperado sinceramente el cumplimiento de todas las promesas, pero que habían olvidado las circunstancias en las que el Señor dirigió a su pueblo a través de momentos difíciles.

Lee Isaías 51:6 al 8. ¿Qué mensaje está dando Dios al pueblo? ¿Qué contraste se presenta? Y también ¿qué esperanza?

¿Quién no ha visto cuán fácil y rápidamente la vestimenta puede dañarse o gastarse? No se necesita mucho para arruinar el traje más rico y fino. Qué comparación adecuada para este mundo y la gente que está en él. Cuán rápidamente estamos aquí, cuán rápidamente desaparecemos. Santiago, en el Nuevo Testamento, compara nuestra existencia con un “vapor” o una “neblina” (Sant. 4:14). Podemos enojarnos todo lo que queramos, pero más temprano o más tarde, como una vestidura, desapareceremos.

Y, no obstante, observa de qué otra cosa habla Isaías allí: de la salvación de Dios, la justicia de Dios, el vestido de la justicia de Cristo, que solo trae la salvación, una salvación que dura para siempre. El Señor, aquí, nos señala las únicas dos opciones que afrontan los humanos: la disolución y la muerte eterna, o la vida eterna en una tierra nueva, que no se “envejecerá como ropa de vestir” (vers. 6) sino que permanecerá para siempre. Desde Adán y Eva, en el Edén, hasta el día de la venida de Cristo, estos fueron y siguen siendo los dos destinos finales de toda la humanidad. Son mutuamente excluyentes; es decir, es lo uno o lo otro. Cuál de ellas tendremos, solo nosotros, como individuos, podemos decidirlo.

Lee Isaías 51:7, palabras dirigidas a quienes saben lo que es recto, que tienen la ley de Dios en su corazón. ¿Qué debería significar eso para nosotros hoy? ¿De qué modo el tener la ley en nuestros corazones nos ayuda a saber lo que es recto? ¿Es suficiente saber lo que es recto para llevarnos a hacer lo recto, o se necesita algo más? Si es así, ¿qué es eso?

 

Ir ArribaMiércoles 18 de mayo: Vestidos de gala

Al leer el Antiguo Testamento, es fácil ser atrapado por las advertencias de castigos. Los críticos de la Biblia destacan estas cosas y afirman: “¿Quién desearía adorar o amar a un Dios así?”

Esto es leer en forma selectiva. Pero Dios, en medio de las advertencias, ofrece también una salida del castigo. La rebelión y la desobediencia producen frutos de destrucción. Pero Dios anuncia a su pueblo que eso no necesita ser así: la salvación, la justicia y la seguridad están disponibles, si las reclamamos en el nombre del Señor.

Lee Isaías 52. ¿Cuál es el mensaje aquí y qué esperanza se ofrece? En ese contexto, ¿cuál es el significado de “tu ropa hermosa” (“vestidos de gala”, NVI) que la gente debe vestir?

Otra vez Dios llama a su pueblo a que regrese al arrepentimiento, a la obediencia y a la salvación. “Tus vestidos de gala” son las vestiduras de justicia, la cubierta que tienen todos cuantos se han entregado a Dios, y que viven por fe y en obediencia a sus mandamientos. Desde el Edén en adelante, todo lo que Dios ha pedido a su pueblo es que viva, por fe, en obediencia a él.

Lo que fascina en Isaías 52 es cómo termina y lo que viene después. No es coincidencia que, después de llamar al pueblo a ponerse “su ropa hermosa”, Isaías comience la mayor descripción profética del Antiguo Testamento de la muerte sustitutiva de Jesús, el acto mismo que pone a disposición, de todos los que lo deseen: esos “vestidos de gala”, o “ropa hermosa”. Solo por medio de la vida y la muerte de Cristo, y de todo lo que eso involucra, puede la humanidad ser salva de la ruina que trajo el pecado.

También es interesante que, en Isaías 52:3, se aluda al don de la salvación como algo que no podemos ganar o comprar. “Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados”. Cuán cierto es: nos vendemos por nada, por cosas de este mundo, un mundo que perecerá como un vestido. Y esto nos crea un dilema, porque es una situación en la que no podemos comprar nuestra salida, o salir de ella por nosotros mismos. Es solo por la gracia de Dios que somos salvos, una gracia revelada por medio del increíble sacrificio hecho por nosotros en la cruz.

 

Ir ArribaJueves 19 de mayo: Vestidos de salvación

Algunos de los textos más famosos en toda la Biblia aparecen en Lucas 4:16 al 20, cuando Jesús se levantó en la sinagoga de su pueblo natal y leyó del libro de Isaías, el capítulo 61. Luego, para gran asombro de los oyentes, declaró: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc. 4:21).

Lee todo Isaías 61. ¿Cuál es el tema del capítulo? ¿Cómo se presenta el evangelio aquí? ¿Qué temas presentados aquí son escogidos y explicados en el Nuevo Testamento? Ver, por ejemplo, el versículo 6.

Estos versículos son tan ricos, llenos de toda suerte de imágenes del Antiguo Testamento que llegan al Nuevo. El centro de nuestro interés es el versículo 10: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas”.

“La provisión hecha es completa y la justicia eterna de Cristo es acreditada a cada alma creyente. El manto costoso e inmaculado, tejido en el telar del cielo, ha sido provisto para el pecador arrepentido y creyente, y él puede decir: ‘En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia’” (MS 1: 461).

El verbo traducido “me atavió” viene de una palabra hebrea que significa “hacer la obra de un sacerdote”, una profecía de la comprensión del Nuevo Pacto de todo el pueblo de Dios, los que están vestidos con las vestiduras de salvación y que actúan como “sacerdotes”. Actúan, no como mediadores, como hacían los sacerdotes del Antiguo Testamento o como Jesús, sino más bien en el sentido de testificar a otros acerca de la misericordia, la gracia y la salvación de Dios.

Repasa Isaías 61 otra vez. ¿Qué promesas puedes obtener de esos versículos para ti mismo? ¿Cómo puedes aplicar esas promesas a tu vida; es decir, qué prácticas en tu vida debes cambiar a fin de que estas promesas se cumplan en ti y para ti?

 

Ir ArribaViernes 20 de mayo

Para Estudiar y Meditar:

Lee “La rehabilitación del hombre”, Palabras de vida del gran Maestro, pp. 162, 165; “Instruidos en la ley de Dios”, Profetas y reyes, pp. 492, 493; “El Calvario”, El Deseado de todas las gentes, p. 702; “Una obra de reforma”, El conflicto de los siglos, p. 513.

“La vestidura blanca es la pureza de carácter, la justicia de Cristo impartida al pecador. Es, a la verdad, una vestidura de tejido celestial, que puede comprarse únicamente de Cristo, para una vida de obediencia voluntaria” (JT 1:479).

Preguntas Para Dialogar:

  1. Medita más en el tema que se encuentra en los primeros capítulos de Isaías con respecto a la adoración, aun las formas verdaderas de adoración que son inaceptables para Dios. ¿Qué clases de adoración se ofrecen hoy, y aun las ofrecemos nosotros, que podrían ser inaceptables para Dios? El problema ¿es de la adoración misma o es otra cosa, como lo que hacen los adoradores cuando no están adorando? Analiza.

  2. Isaías 61:3 dice: “A ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”. ¿Qué significa esto? ¿Cómo podemos experimentar las promesas que se dan aquí?

  3. Delmore Schwartz escribió un cuento breve acerca de una nevada en la ciudad de Nueva York, que había creado, milagrosamente, hermosas estatuas por toda la ciudad. La gente estaba asombrada. Toda la ciudad estaba paralizada. Su personaje principal estaba especialmente emocionado, y hasta abandonó el trabajo a fin de poder tener tiempo para mirar fijamente las estatuas, que parecían haberle dado un significado y propósito a la vida que no obtuvo de ninguna otra cosa. Entonces, de acuerdo con el cuento, cayó una lluvia inacabable y miserable, y todas las estatuas desaparecieron de la noche a la mañana. Se habían ido, y las cosas volvieron a donde habían estado antes de que las estatuas aparecieran. Al terminar el cuento, el personaje principal cayó o saltó frente a un tren, y murió. El punto era que al poner las esperanzas en cosas de este mundo estamos destinados al chasco o al fracaso, porque la tierra se gasta como “una vestidura”. ¿Cuáles han sido tus propias experiencias con las cosas de este mundo, que fácilmente chasquean, y qué aprendiste de esas experiencias?

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