Lecciones para adultos: "Vestidos de gracia: Vestiduras figuradas en la Biblia"

Edición para maestros. Segundo trimestre (abril-junio) de 2011

Lección 1: "En el telar del cielo"

Para el 2 de abril de 2011

 

 

Enseña a tu clase | Bosquejo de la Lección | Resumen
Ciclo de Aprendizaje:
Motiva | Explora | Aplica | Crea

 

El sábado enseñaré...

 

Enseña a tu clase a:

Saber reconocer las profundidades de la depravación, y la completa perfección del don de Cristo de la justicia y de una vida correcta.

Sentir nuestra intensa necesidad de ser crucificados con Cristo y resucitar a una vida nueva en él.

Hacer: aferrarnos de lo que Cristo hizo por nosotros al cubrirnos con su justicia, y avanzar entregando diariamente nuestra voluntad a él.

 

Bosquejo de la Lección

1. Saber: Ningún hilo nuestro

   1. ¿Por qué es tan importante reconocer que todos nuestros esfuerzos no pueden darnos la salvación?

   2. Al examinar la perfección del generoso don de la justicia de Cristo, en contraste con nuestra depravación, ¿a qué conclusión llegamos?

2. Sentir: Anhelo del manto tejido en el cielo

   1. ¿Cómo nos hace sentir el contraste entre nuestra imperfección y la perfecta bondad de Cristo?

   2. ¿Cómo se satisface nuestro anhelo al aceptar estar vestidos con el manto de la justicia de Cristo, y cómo expresamos nuestro gozo?

3. Hacer: Una elección diaria

   1. ¿Cuál es la conexión entre aceptar el manto de la justicia de Cristo, tejido en el cielo, y vivir una vida de obediencia aquí sobre la tierra? ¿Qué tenemos que hacer diariamente para vivir con Cristo?

 

Resumen

El manto de la justicia de Cristo es un don inmerecido. Sin embargo, debemos aceptar sus provisiones y entregar diariamente a Dios nuestra voluntad, deseos y anhelos. Debemos permitir que Cristo viva en nuestras vidas su voluntad, sus deseos y sus anhelos.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Por buenos que pensemos que somos, o que lo parezcamos, nuestra bondad no tiene méritos para nuestra salvación. Todos somos pecadores necesitados de la gracia divina simbolizada en la Biblia como el manto de la justicia perfecta de Cristo.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Enfatiza que aunque es imposible para nosotros hacer el bien por nosotros mismos, podemos ser considerados buenos por Dios si le permitimos que nos vista con la justicia de Cristo. Esto debería motivarnos a llegar a ser más como Cristo, para lo cual el término teológico es santificación, o ser hechos santos.

¿Cómo sería si toda nuestra vida fuera juzgada por nuestro peor momento? ¿Lo peor que hayas hecho, o el pensamiento más egoísta o malvado? Tal vez es algo que no conoce ningún otro ser humano, algo que haría que otros te evitaran. O tal vez sea terriblemente vergonzoso y no represente realmente “lo que eres”. “Ese ya no soy yo”, dices. “Pregúntame acerca del huérfano en Bangladesh a quien le estoy ayudando a estudiar”.

Muy bien, ¿qué pasa con el huérfano en Bangladesh a quien ayudas con sus estudios? ¿Qué ocurre con todas las otras cosas que hiciste que ayudaron a tu comunidad y a la humanidad? ¿Y todos estos años de no fumar, no beber y no usar drogas, aun cuando otros pensaban que eso te hacía “raro” o “aburrido”; toda tu vida de asistencia fiel a la iglesia cuando todos tus amigos estaban atacando la “religión organizada” y hablándote de cómo ellos eran “espirituales, pero no religiosos”? Eso debería valer algo, aun equilibrando las cosas malas que hiciste, ¿verdad?

Desdichadamente, no vale nada. De hecho, desde el punto de vista de Dios, las cosas buenas que hacemos se describen en la Biblia como trapos de inmundicia. ¿Es justo? Después de todo, hiciste lo mejor que podías. Pero Dios requiere perfección, y tú no eres perfecto. Dios tiene todo el derecho de dejar todo así no más. En cambio, él nos ofrece a todos la oportunidad de cambiar los trapos de inmundicia por el manto de su perfecta justicia, dado a nosotros por la vida salvadora, la muerte y la resurrección de su Hijo, Jesucristo.
Analiza con tu clase: Dios podría vernos como un experimento fallido; en cambio, él se sacrifica para darnos algo que no tenemos y que nunca podríamos tener por nosotros mismos. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta, y por qué?

 

PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Enfatiza que la Biblia hace una distinción clara entre la justicia que viene de Dios y la justicia que como humanos fabricamos para sentirnos mejor acerca de nosotros y de nuestra condición perdida. Exteriormente, pueden parecer idénticas, pero la justicia humana es superficial, viene de un confuso montón de motivaciones y es totalmente ineficaz. La justicia de Dios, en cambio, conduce a la salvación, tanto para nosotros mismos como para los que entran en contacto con nosotros.

Comentario de la Biblia

I. Justicia como trapos de inmundicia

(Repasa, con tu clase, Isa. 64:5-7).

Profetas como Isaías son bien conocidos porque Dios les hablaba y ellos trasmitían el mensaje. Pero la relación no era unilateral. Los profetas también le hablaban a Dios. Tal vez lo que los distinguía era su disposición para buscar a Dios en lo que llamaríamos oración, y su deseo, mayor que el del promedio, de escuchar una respuesta. De cualquier modo, hay muchos ejemplos de profetas que hablaron con Dios, y este pasaje es uno de ellos.

Esto es importante porque no es Dios quien le dice a Isaías que su justicia es como trapos de inmundicia, sino Isaías mismo quien llega a darse cuenta de ello. Isaías está hablando por su pueblo, la mayoría de los cuales no se daban cuenta de este hecho. Colectivamente, el pueblo de Isaías sabía que ningún dios –o cosa alguna sobre la tierra– había hecho por alguien lo que el Dios de Israel había hecho por su pueblo. No obstante, ellos estaban voluntariamente decididos a ignorarlo a él y su justicia, y a formular su propia justicia, que les permitía –eso es lo que creían– alcanzar la salvación aparte de Dios. Y cuando llegó el momento para poner a prueba el sistema que habían construido, demostró ser inútil. No era lo que pretendían y no tenía ningún poder.

Las personas en esa situación bien podían pensar que Dios las había abandonado. Pero realmente, fueron ellas quienes abandonaron a Dios. Por lejos que nos vayamos de Dios, él nos llama de vuelta, y usará cualquier medio necesario que esté disponible para atraernos a sí.

Considera: ¿Has dejado alguna vez a Dios sin siquiera darte cuenta de ello? Tal vez querías algo que era incompatible con Dios, pero te convenciste de que podías tener a Dios y... O tal vez abandonaste o ignoraste a Dios por algo que era bueno en sí mismo, pero no estaba a la altura de ser tu salvador. Inevitablemente, llega el momento cuando tienes que evaluar tus elecciones y decidir si aquello en que confiaste era digno de confianza. Solamente Dios pasa esa prueba cada vez. Analiza con tu clase lo que esto significa.

II. Cubierto

(Repasa, con tu clase, Rom. 4:7, 8).

“Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones, y se les cubren los pecados” (NVI). Esta afirmación, que aparece en Romanos 4:7 es una cita de Salmos 32:1, y es notable más por lo que no dice que por lo que dice. La palabra usada aquí y traducida como dichoso significa “feliz” en el original hebreo. Felices puede referirse al sentimiento de felicidad, pero también se refiere a la buena suerte. Aquel cuyos pecados son perdonados y cubiertos siente gozo y alivio por la buena suerte de la gracia de Dios. La gracia de Dios no es un asunto de azar o de circunstancias, sino que es tan diferente de lo que se podría esperar que parece ser buena suerte para nosotros. Además, como la buena suerte o las circunstancias, no tenemos nada que hacer con ella. No podemos poner a Dios de buen humor al donar más dinero o al sacrificar una cabra. Dios nos perdona, y cubre nuestros pecados porque él es Dios, y ese es su carácter.

También podríamos esperar que el versículo dijera: “Dichoso el que no tiene pecado”. Pero entonces tendría un significado enteramente diferente. Pocos de nosotros negaríamos que seríamos felices si nunca hubiésemos pecado y no tuviésemos que afrontar las consecuencias de nuestras transgresiones o de las de otros. Pero ninguno de nosotros puede afirmar que esa es su realidad. Si el pasaje dijera lo que escribimos arriba, estaría poniendo una norma que ninguno podría alcanzar. La bienaventuranza también tendría un significado diferente. Significaría que Dios reconoce y recompensa el logro personal de estar sin pecado, si tal cosa fuese posible.

Felices somos de tener un Dios que perdona nuestros pecados y nos ayuda a vencerlos, más bien que un Dios que meramente nos entrega un mapa y dice: “Espero que puedan llegar”.
Considera: Todos tenemos circunstancias diferentes en nuestras vidas. Pero como este pasaje nos dice, lo que realmente importa es que nuestros pecados estén perdonados y que tengamos compañerismo con Dios. ¿Cómo puede este conocimiento ayudarnos a afrontar las tristezas y sufrimientos que inevitablemente confrontamos como seres humanos que vivimos en un mundo imperfecto?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Usa las siguientes preguntas y ejercicios para enfatizar la necesidad de que todos nosotros reclamemos el manto de justicia de Cristo para ser aceptados por Dios.

Preguntas para reflexionar:

1. Aceptemos que el mensaje de nuestra propia inadecuación para ganar el favor de Dios, y de la necesidad de reclamar la vida y muerte de Cristo a nuestro favor, no es nuevo para la mayoría de nosotros. Afrontemos también el hecho de que necesitamos que se nos recuerde esto. ¿Por qué es tan difícil integrar esta idea en nuestras vidas y pensamientos diarios?

2. Lee otra vez la afirmación del predicador en la sección del martes. Allí el predicador nota que, con la ayuda de Cristo, había ganado muchas victorias sobre el pecado en su vida. No obstante, no importa cuántas victorias haya ganado, o siga ganando, nunca serán suficientes.

Pregunta de aplicación:

En la teología cristiana, justificación es el nombre de la condición legal en la que se dice que, por causa de la sustitución hecha por la vida de Cristo en lugar de la nuestra a los ojos de Dios, el Juez, ya no somos culpables de pecado. Santificación es el proceso por el cual realmente llegamos a ser más santos. ¿De qué modo el conocimiento de tu justificación te ayuda a alcanzar una vida más santificada?

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Tal vez la idea clave en esta lección es la sustitución que hace Cristo con su vida sin pecado y de obediencia a la ley, por nuestro pecado y desobediencia. Las siguientes actividades pretenden enfatizar la necesidad de aceptar la nueva vestidura ofrecida por Cristo para nuestra justificación, santificación y salvación.

La idea de “renovar” la apariencia de uno, de su hogar, etcétera, es popular en este tiempo, y es el tema de varios programas de televisión. Pregunta a tu clase: “¿Cómo te ha permitido tu relación con Jesús ser renovado?” En este caso, el énfasis sería en los cambios positivos que han sucedido en la vida de cada uno. Por supuesto, es querer mantenernos enfocados en Jesús, y agradecidos a él en vez de atribuirnos el mérito del cambio a nosotros.

Alternativa: Pide a los miembros de tu clase que consideren áreas de su vida que puede ser que todavía necesiten ser renovadas. Sugiere que tomen nota de estas áreas, que las hagan tema de oración en los próximos días, semanas o meses, y que esperen ver los cambios.