Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "La adoración"

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2011

Lección 1: "La adoración en Génesis: Dos clases de adoradores"

Para el 2 de julio de 2011

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 25 de junio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 3:1-13; 4:1-4; 6:1-8; 12:1-8; 22:1-18; 28:10-22; Tito 1:2.

Para Memorizar: “Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo” (Gén. 28:16, 17).

SE HA DICHO QUE, como seres humanos, necesitamos adorar algo. Qué adoramos... es otro asunto, aunque está lleno de consecuencias sumamente importantes, especialmente en los últimos días, cuando los dos grupos de adoradores se manifiestan: lo que adoran al Creador, y los que adoran a la bestia y a su imagen.

No obstante, las semillas para este contraste pueden verse muy temprano en la Biblia. En la historia de Caín y Abel aparecen dos clases de adoradores: uno que adora al verdadero Dios como debe ser adorado, y uno que se ocupa de una clase falsa de adoración. Uno es aceptado; el otro, no. Y eso sucede porque uno se basa en la salvación por la fe, y el otro, como ocurre con todas las formas falsas de adoración, se basa en las obras. Es un motivo que aparecerá una y otra vez en la Biblia. Un tipo de adoración se concentra exclusivamente en Dios, en su poder, en su gloria y en su gracia; y el otro, en la humanidad y en el yo.

 

Ir ArribaDomingo 26 de junio: La adoración en el Edén

Génesis 1 registra la historia de Adán y Eva en su flamante hogar. El Creador del universo acababa de diseñar y crear un hermoso planeta nuevo, coronando su obra con la creación de la primera familia. El mundo salió perfecto de sus manos; y, de algún modo, la Tierra debió haber sido una extensión del cielo.

Génesis 2:1 al 3 añade luego otro elemento: la separación divina y santificación del séptimo día, un acto ligado directamente a la obra divina de crear los cielos y la Tierra, acto que es el fundamento del cuarto Mandamiento: un día puesto aparte para la adoración de una manera especial. Aunque las Escrituras no lo dicen, podemos imaginar la clase de adoración que estos seres sin pecado, en la perfección de la creación, rindieron a su Hacedor, quien había hecho tanto para ellos. (No sabían, en ese momento, cuánto terminaría haciendo Dios por ellos).

Lee la trágica historia de la caída, en Génesis 3:1 al 13. ¿Qué cambios ocurrieron entonces en la relación de Adán con su Creador? (vers. 8-10). ¿De qué modo respondió Adán a las preguntas que él le hizo? (vers. 11-13). ¿Qué revelan sus respuestas acerca de lo que le había sucedido a él?

Después de la caída aparecieron, de repente, muchos elementos que no estaban allí antes. Del mismo modo, en un momento de desobediencia, cambió toda la trama moral de estos seres. En lugar de amar, confiar y adorar, sus corazones ahora estaban llenos de temor, culpa y vergüenza. En lugar de desear la santa Presencia, se escondieron de Dios. Para Adán y Eva, su relación con Dios, que seguramente impactaba por su adoración, había sido destrozada. La estrecha e íntima comunión con Dios que habían gozado antes (Gén. 3:8) tomaba ahora una forma distinta. De hecho, cuando Dios vino a ellos, ellos “se escondieron” de su presencia. Tan llenos estaban de vergüenza, culpa y aun temor que huyeron de aquel que los había creado.

Esta es una imagen poderosa de lo que hizo el pecado, y todavía sigue haciendo.

Piensa en los momentos de tu vida cuando alguna experiencia, tal vez algún pecado, te hizo sentir culpa, vergüenza y el deseo de esconderte de Dios. ¿Cómo afectó esto tu vida de oración? ¿Qué hizo con tu capacidad de adorar a Dios con todo tu corazón? No fue un sentimiento agradable, ¿verdad?

 

Ir ArribaLunes 27 de junio: Adoración fuera del Edén

Después de su expulsión, Adán y Eva comenzaron una vida fuera del Edén. Aunque la promesa del protoevangelio les fue dada allí, en el Edén (Gén. 3:15), la Biblia no nos muestra que se ofreciera ningún sacrificio hasta después del Edén (aunque uno podría inferir, de Génesis 3:21, algo de ese tipo, pero el texto mismo no dice nada acerca de un sacrificio o de una adoración. Sin embargo, en Génesis 4, con la historia de Caín y Abel, el Génesis revela por primera vez explícitamente un sistema de sacrificios.

Lee con cuidado la historia del primer culto de adoración registrado (Gén. 4:1-7). ¿Por qué no fue aceptable la ofrenda de Caín, pero sí la de Abel?

Caín y Abel representan a dos clases de adoradores que existieron desde la caída. Ambos edificaron altares, y fueron a adorar a Dios con ofrendas. Pero una ofrenda fue aceptable para Dios; y la otra, no.

¿Cuál fue la diferencia? La respuesta tiene que entenderse en el contexto de que la salvación es solo por fe: el evangelio que fue dado a Adán y a Eva en el Edén, aunque el plan mismo fue formulado antes de que el mundo existiera (Efe. 1:4; Tito 1:2).

La ofrenda de Caín representaba el intento de salvación por las obras, el fundamento de toda religión y adoración falsas. El hecho es que la brecha entre el cielo y la tierra es tan grande y profunda que nada de lo que los humanos pecadores pudieran hacer la cruzaría. La esencia del legalismo, de la salvación por obras, es el intento humano de hacer precisamente eso.
En contraste, la ofrenda de un animal que trajo Abel revela (aunque débilmente) la gran verdad de que solo la muerte de Cristo, que era igual a Dios (Fil. 2:6), podía hacer que el pecador estuviera bien con Dios.

Aquí se nos da una gran lección acerca de la adoración: toda verdadera adoración debe centrarse en la percepción de que somos impotentes para salvarnos, y de que todos nuestros intentos de salvación por obras son manifestaciones como la de Caín. La verdadera adoración debe estar basada en que solo en virtud de la gracia de Dios podemos tener esperanza de vida eterna.

Examina tus propios pensamientos, motivos y sentimientos interiores acerca de la adoración. ¿Cuán centrada en Cristo es tu adoración? ¿O podría estar concentrándose demasiado en ti mismo?

 

Ir ArribaMartes 28 de junio: Dos líneas de adoradores

En Génesis 4, comenzamos a tener indicios de la degradación moral que vino después de la caída. Lamec llegó a ser polígamo, y luego se involucró en alguna clase de violencia que produjo temor en su corazón. En contraste, Génesis 4:25 y 26 muestra que algunas personas procuraban ser fieles, porque en ese tiempo “comenzaron a invocar el nombre de Jehová”.

Lee Génesis 6:1 al 8. ¿Qué proceso vemos que ocurría aquí, y por qué era tan peligroso? ¿A qué resultados condujo esto?

Poco a poco, las dos clases de adoradores comenzaron a mezclarse (Gén. 6:1-4). No obstante, a pesar de la gran maldad en la Tierra, había hombres santos, de gran intelecto, que mantenían vivo el conocimiento de Dios. Aunque solo pocos de ellos se mencionan en las Escrituras, “a través de todos los tiempos, Dios tuvo testigos fieles y adoradores sinceros” (PP 71). Sin embargo, la maldad del corazón humano llegó a ser tan grande que Dios tuvo que eliminar a casi toda la humanidad y comenzar de nuevo.

Por eso, ocurrió el diluvio.

¿Qué fue lo primero que hizo Noé al salir del arca, según lo registra la Biblia, y por qué eso es importante?

¡Cuán fascinante es que lo primero que hizo Noé fue adorar! Y, en el centro de esa adoración, estuvo el sacrificio. Este es el primer registro de que los patriarcas edificaron un lugar de adoración, un altar sobre el cual ofrecer sus sacrificios. De este modo, antes de hacer cualquier otra cosa, Noé reconoció su dependencia total del Señor y de la venida del Mesías, quien daría su vida para redimir a la humanidad. Noé sabía que había sido salvado debido a la gracia de Dios; sin ella, él habría perecido con el resto del mundo.

¿Cómo muestras diariamente tu reconocimiento de la gracia de Dios en tu vida? Más importante aún, ¿cómo deberías mostrar ese reconocimiento?

 

Ir ArribaMiércoles 29 de junio: La fe de Abraham

Lee Génesis 12:1 al 8. ¿Qué revelan estos versículos acerca de Abram (más tarde, Abraham) y del llamado que recibió de Dios?

Abraham, descendiente de Set, fue fiel a Dios, aun cuando algunos de sus parientes habían comenzado a adorar ídolos, algo que era muy frecuente en su cultura. Pero Dios lo llamó a separarse de su parentela y de su ambiente cómodo a fin de que llegara a ser el padre de una nación de adoradores que representarían al verdadero Dios.

Sin duda, él y Sara influyeron sobre muchos para que aceptaran la adoración del verdadero Dios. Pero, también había otra razón por la que Dios llamó a Abraham para ser el padre de una nueva nación. “Por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (Gén. 26:5). Y también otra: “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Gén. 15:6).

Sin embargo, al mismo tiempo, Abraham tuvo que aprender algunas lecciones vitales y dolorosas.

Lee Génesis 22:1 al 18. ¿Por qué le sobrevino esta prueba terrible a Abraham? ¿Cuál era el verdadero mensaje que Dios quería que él comprendiera? Vers. 8, 13, 14.

Como hemos visto, el plan de salvación se centra en la muerte de Jesús, el Hijo de Dios, y desde el principio su muerte fue simbolizada por el sistema de sacrificios de adoración. Aunque Dios quería que la gente solo usara animales, en las culturas paganas las personas sacrificaban a sus propios hijos, algo que Dios dijo que odiaba (Deut. 12:31). Más allá de las grandes lecciones acerca de la fe y la confianza que aprendió Abraham por medio de esta prueba, este acto constituyó, a lo largo de los siglos, un símbolo increíblemente fuerte de cuán central era la muerte de Cristo para la salvación. Abraham, podemos imaginar, sufrió una pequeña dosis del dolor que la muerte de Cristo le habrá causado al Padre, pero solo por la muerte de Cristo podía salvarse la humanidad.

Medita en la fe que exhibió Abraham allí. Es realmente asombroso; uno difícilmente puede imaginarlo. ¿Qué debería enseñarnos esto acerca de la debilidad de nuestra propia fe?

 

Ir ArribaJueves 30 de junio: Bet-el, la casa de Dios

Jacob y Esaú, como Caín y Abel, representan dos clases de adoradores. El espíritu osado y aventurero de Esaú apelaba a su padre, que era tranquilo y retraído. Jacob, por otro lado, parecía tener una naturaleza más espiritual. Pero él también tenía serias deficiencias de carácter. Jacob quería la primogenitura, que legalmente le correspondía a su hermano mellizo mayor. Y estaba listo para involucrarse en el plan engañoso de su madre para obtenerla. Como resultado, Jacob huyó aterrado, para escapar de la ira y el odio de su hermano, para nunca más ver a su madre.

Lee la historia de la huida de Jacob (Gén. 28:10-22). Nota los mensajes de ánimo y seguridad que Dios le dio por medio de un sueño. ¿Cuál fue la respuesta de Jacob?

Esta es la primera mención, en el Génesis, de la “casa de Dios” (vers. 17). Aunque para Jacob fue solo un monumento de piedra, Bet-el llegó a tener un lugar importante en la historia sagrada. Aquí Jacob adoró al Dios de sus padres. Aquí él hizo un voto de fidelidad a Dios. Y aquí, como Abraham, prometió devolver a Dios el diezmo –un décimo de sus bendiciones materiales– como un acto de adoración.

Nota el sentido de temor y reverencia de Jacob por la presencia de Dios. Él debió de haber entendido mejor que nunca antes la grandeza de Dios en contraste consigo mismo, y así la Biblia registra su actitud de temor, reverencia y respeto. Lo siguiente que hace es adorar. Aquí, también, vemos un principio con respecto a la clase de actitud que deberíamos tener en la adoración, una actitud que se revela en Apocalipsis 14:7, en el llamado a “temer a Dios”.

La adoración no tiene que ver con acercarse a Dios como nos acercaríamos a un compañero o a un camarada. Nuestra actitud debería ser la de un pecador en extrema necesidad de gracia, que cae ante su Hacedor con un sentido de necesidad, temor y gratitud porque Dios, el Creador del universo, nos ama y hace tanto para redimirnos.

¿Cuánto temor, reverencia y respeto tienes tú cuando adoras a Dios? ¿O tu corazón está endurecido, frío y desagradecido? Si es esto último, ¿cómo puedes cambiar?

 

Ir ArribaViernes 1 de julio

Para Estudiar y Meditar:

Lee “La creación”, “La tentación y la caída”, “Caín y Abel probados”, “Después del diluvio”, “La prueba de la fe” y “La noche de lucha”, Patriarcas y profetas, pp. 27-33; 44-47; 58-61; 95-98; 144-149; 196-201.

“Este voto [el de Jacob en Bet-el] era la expresión de un corazón lleno de gratitud por la seguridad del amor y la misericordia de Dios. Jacob comprendía que Dios tenía sobre él derechos que estaba en el deber de reconocer, y que las señales especiales de la gracia divina que se le habían concedido le exigían reciprocidad. Cada bendición que se nos concede demanda una respuesta hacia el Autor de todos los dones de la gracia. El cristiano debería repasar muchas veces su vida pasada, y recordar con gratitud las preciosas liberaciones que Dios ha obrado en su favor. [...] Debería reconocer todo esto como pruebas de la protección de los ángeles celestiales. En vista de estas innumerables bendiciones, debería preguntarse muchas veces, con corazón humilde y agradecido: ‘¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?’ (Sal. 116:12)” (PP 185).

Preguntas Para Dialogar:

  1. Medita en el tema de cómo la justificación por la fe en lo que Cristo ha hecho por nosotros debería estar en el centro de toda nuestra adoración. Al hacerlo, medita en estas preguntas: 1) ¿Por qué adoramos a Dios? 2) ¿Qué ha hecho él que lo hace digno de adoración? 3) ¿Qué propósito tiene nuestra adoración a Dios?

  2. ¿Cómo pueden nuestros cultos de adoración llegar a ser herramientas más efectivas en cuanto a testificar ante el mundo acerca de quién es realmente Dios y cómo es él? ¿Qué elementos en la adoración, que hemos considerado en esta lección, pueden ser especialmente útiles en la testificación?

  3. Repasa la historia de cuando Abraham le dio los diezmos a Melquisedec (Gén. 14:20). ¿De qué maneras devolver el diezmo es un acto de adoración? ¿Qué estamos diciendo a Dios cuando le devolvemos nuestro diezmo?

  4. Medita en la idea del temor y la reverencia en la adoración. ¿Por qué estos elementos son importantes? ¿Qué está mal en la actitud de adoración que parece poner a Dios a nuestro nivel? ¿O nos relacionamos con Dios en adoración con la misma actitud que tenemos hacia un buen amigo, y nada más?

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