Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "La adoración"

Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2011

Lección 9: "“No confiéis en palabras engañosas”: Los profetas y la adoración"

Para el 27 de agosto de 2011

 

 

Enseña a tu clase | Bosquejo de la Lección | Resumen
Ciclo de Aprendizaje:
Motiva | Explora | Aplica | Crea

 

El sábado enseñaré...

Texto Clave: Miqueas 6:7, 8.

 

Ir ArribaEnseña a tu clase a:

Saber describir lo que Dios nos pide antes de aceptar nuestra adoración.

Sentir el mismo sentido de indignidad que Isaías, su anhelo de limpieza y su deseo de servir, mientras estaba delante de un Dios todopoderoso, santo y glorioso.

Hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con Dios.

 

Ir Arriba Bosquejo de la Lección

  1. Saber: Dios ve a través de nuestra hipocresía

    1. Aunque Dios instituyó muchos ritos de adoración, incluyendo los sacrificios, ¿de qué modo la conducta y el estilo de vida de Israel hacían que estos ritos no tuvieran significado?

    2. ¿De qué manera nuestras acciones demuestran que somos obedientes cuando venimos ante Dios en adoración? ¿Por qué el servicio a quienes son carenciados y oprimidos es un aspecto crítico de la adoración?

  2. Sentir: ¡Ay de mí!

    1. ¿Cómo nos sentimos en la presencia de Dios al reconocer su gloria, su poder creativo y su amor redentor?

    2. ¿Cuál debe ser nuestra actitud al responder a la presencia de Dios y a su llamamiento al servicio?

  3. Hacer: Justicia, misericordia y servicio humilde

    1. ¿Qué debemos hacer diariamente con quienes están a nuestro alrededor y tienen necesidades?

    2. ¿Cómo podemos apoyar a la iglesia en su servicio a la comunidad local y mundial?

 

Ir Arriba Resumen

Cuando sentimos realmente la presencia de Dios, requeriremos, como Isaías, la limpieza del alma. Entonces podemos aceptar su llamado y serviremos, con justicia y misericordia compasiva a todos los que se cruzan en nuestro sendero.

 

Ir Arriba CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: La transformación espiritual se completa cuando la vida diaria lleva la impresión del carácter de Jesús. Cuando la religión llega a ser la religión de la cabeza, las manos y los pies, y encuentra expresión en la acción, poseemos el carácter del Salvador.

 

Ir ArribaPASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Comparte lo siguiente en tus propias palabras. Tus alumnos sin duda se identificarán con el hecho de que hacer algo a menudo puede cambiar nuestra percepción mental de ello.

Hay un secreto que los oradores motivadores procuran transmitir a sus oyentes. Hay mucho en el tema de la motivación que es de un kilómetro de ancho y de un centímetro de profundo, pero esta verdad es un hecho. ¿Cuál es? El acto físico de hacer algo puede cambiar la actitud que uno tenga de ello.

El interiorizar este secreto separa a los grandes atletas del resto, a los que actúan en forma espectacular de los meramente talentosos. Cualquiera que alcanza grandeza en alguna empresa sabe que eso se consigue únicamente después de trabajo arduo y de esfuerzos consistentes. Eso significa que uno tiene que pasar por alto sentimientos y emociones para lograr su meta. Aquí es donde entra la “ley del hacer”. A veces, uno no siente deseos de practicar su habilidad. Pero si uno sigue adelante y comienza la práctica, las actitudes negativas a menudo se desvanecen. El “hacer” ayuda a cambiar el estado mental.

Considera: Pregunta en la clase si creen que la “ley del hacer” realmente funciona. Extiende el análisis al ámbito espiritual. ¿De qué manera hay allí una correlación? ¿Qué lugar tuvo el “hacer” en la vida de Jesús (Juan 8:29)? ¿De qué modo repetir lo que es correcto ayuda a cambiar quiénes somos en el interior?

 

Ir ArribaPASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Esta semana vemos que a los profetas del Antiguo Testamento les fue difícil exponer los pecados ocultos de personas que pretendían ser adoradoras del verdadero Dios.

Comentario de la Biblia

I. La vista desde allá arriba

(Repasa, con tu clase, Isa. 6:1-8; 1 Sam. 16:7; 2 Crón. 16:9).

Uno de los pasajes más hermosos de las Escrituras es la “entrevista” de Isaías con Dios (Isa. 6:1-8). Aquí vemos que Dios conocía a Isaías y a la gente de Judá mejor de lo que se conocían ellos mismos. Isaías ve que las costuras de su vida se rompen cuando Dios le revela quién es él.

El ojo escudriñador de Dios vio la verdadera condición de Adán y Eva después de la Caída, aun cuando ellos apenas podían captarlo (Gén. 3:11). Cuando Samuel vio a Eliab, el robusto hijo mayor de Isaí, como candidato a ser rey, Dios le recordó que él mira más allá de la apariencia externa y ve el corazón (1 Sam. 16:7). Cuando Asa, rey de Israel, formó una alianza con Ben-adad de Asiria, Dios le envió una reprimenda: “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” (2 Crón. 16:9).

El rey David hizo la pregunta inocente: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Sal. 139:7). David aprendió esta realidad de primera mano después de su aventura con Betsabé (2 Sam. 12). Como profesos seguidores de Dios, debemos comprender que el autoengaño no cambia la realidad de lo que realmente somos. Dios nos ve como somos: pecadores incapaces de corregirnos solos. Esconderse es inútil.

Considera: ¿Por qué tenemos miedo del ojo de Dios que todo lo ve? ¿Cómo podemos “practicar la presencia” de Dios en todo momento, de modo que transforme la manera en que vivimos?

II. Arrepentimiento, reavivamiento y reforma

(Repasa, con tu clase, Miq. 6:8; Rom. 2:4; Juan 6:44).

Los antiguos rabíes descubrían 613 preceptos en la ley de Dios. Esos 613 preceptos están reducidos a once principios en el Salmo 15 y, en Isaías 33:15, disminuyen a seis mandatos. En Miqueas 6:8, Dios resume los 613 preceptos en tres breves demandas: sé justo en todo lo que hagas; sé bondadoso, compasivo y fiel; vive una vida de humildad y sumisión a Dios.

Vivir Miqueas 6:8 requiere una reordenación radical de la vida y de las prioridades. Este cambio se puede producir solo cuando uno acepta el llamado de Dios al arrepentimiento, al reavivamiento y a la reforma. El arrepentimiento es tristeza por el pecado y un apartarse de él (Rom. 2:4; Eze. 18:30-32). El reavivamiento se demuestra por una renovación de la vida espiritual (Sal. 85:6; Isa. 57:15; Rom. 6:11). La reforma es una reordenación de las prioridades, un cambio en las ideas, los hábitos y las prácticas (Fil. 1:9, 10).

Esta transformación es la obra de Dios. Romanos 3:11 aclara que nosotros no buscamos a Dios. Él nos busca a nosotros. Cuando vamos a él, es en respuesta a esa divina búsqueda. En Juan 6:44, Jesús nota que ninguno viene a él a menos que el Padre lo atraiga. Hasta que Dios nos transforme hay una separación entre lo que profesamos y lo que hacemos.

Considera: Dios busca adoradores que lo adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:21-23). ¿De qué modo el arrepentimiento, el reavivamiento y la reforma nos ayudan a adorar a Dios en verdad y vivir la verdad?

III. Tomemos nuestra medicación

(Repasa, con tu clase, Isa. 58:1-10; Luc. 9:23; Luc. 22:31, 32).

Las amonestaciones de los profetas en el Antiguo Testamento eran asunto serio, de vida o muerte. Israel y Judá podían escoger seguir pecando o arrepentirse. El arrepentimiento y la obediencia a los mandatos de Dios requerían abnegación (Luc. 9:23).

A veces, cuando Dios nos muestra nuestro pecado, nos es difícil aceptar nuestra necesidad de Dios. Esto fue muy evidente en la vida de Pedro, el presuntuoso discípulo de Jesús. Nota Lucas 22:31 y 32. Jesús le dijo a Pedro que Satanás quería zarandearlo; la respuesta de Pedro fue orgullosa: “Dispuesto estoy a ir contigo no solo a la cárcel, sino también a la muerte” (vers. 33). No tenía idea de su debilidad, pero Jesús lo sabía. Jesús oraba por él, y predijo que Pedro realmente se convertiría y daría su vida completamente a Dios (vers. 32).

Considera: La presciencia divina significa que él sabe todo acerca de nosotros (Salmo 139). ¡Cuán bueno es saber que Dios no solo nos conoce, sino que ha hecho provisión para que vivamos en obediencia a él! ¿Cómo atiende Dios nuestras necesidades, aun las que no sabíamos que teníamos?

 

Ir ArribaPASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Anima a tus alumnos a considerar las preguntas que siguen. El objetivo es que cada persona se mire profundamente a sí misma.

Preguntas para reflexionar:

  1. ¿Cómo respondes cuando Dios te dice que cambies el rumbo en algún área de tu vida?     

  2. Si pudieras eliminar una decisión que hiciste contra la clara dirección de Dios, ¿cuál sería y por qué?

Preguntas de aplicación:

  1. “La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada, ya como señal de fidelidad, ya de infidelidad. Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen, con terrible exactitud, cada mala palabra, cada acto egoísta, cada deber descuidado y cada pecado secreto, con todas las tretas arteras. Las admoniciones o reconvenciones divinas despreciadas, los momentos perdidos, las oportunidades desperdiciadas, la influencia ejercida para bien o para mal, con sus abarcantes resultados, todo fue registrado por el ángel anotador” (CS 535, 536). El saber que cada momento, bueno o malo, está registrado atemoriza, especialmente cuando uno siente que los momentos perdidos y las oportunidades desaprovechadas sobrepasan lo bueno. Este pensamiento es tan solemne que puede tentar aun a los creyentes más fieles a renunciar a toda esperanza del cielo. Pero agradecemos que el Cielo vino a la tierra para que pudiéramos tener esperanza, y que tomó la forma humana y murió por todos los pecados registrados contra nosotros. Aparte del perdón de Cristo por nuestros errores y pecados pasados, y de su gracia para vivir de acuerdo con su voluntad, no hay nada bueno en nosotros. Por lo tanto, la pregunta: “¿Cómo quiero que aparezca el registro de mi vida?” debiera inspirarnos a conducir nuestras vidas a Cristo.

  2. Si tuvieras que terminar la siguiente afirmación, ¿qué dirías?: “Lo principal que impide mi compañerismo con Dios es...”

Preguntas para testificar:

  1. Los cristianos sabemos que contar a la gente las buenas noticias de la salvación por medio de Jesús es el núcleo del mensaje que debe ser compartido al mundo. ¿Cuándo es el tiempo adecuado para compartirlo con un incrédulo? ¿Cuándo no es un momento apropiado? Analiza.

  2. En Mateo 7:1 y 2 se nos advierte que no debemos juzgar a otros, “porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido” (vers. 2). Entonces, ¿cómo nos debemos acercar a un hermano que profesa a Cristo, pero vive en abierto pecado? ¿Qué orientación especial se da en Mateo 18:15 al 17?

 

Ir ArribaPASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Comparte los siguientes dilemas éticos con la clase, y solicita las respuestas de ellos. El objetivo es examinar los desafíos de vivir nuestra fe en un mundo que a menudo se opone a ella.

  1. Estás haciendo compras y notas que una mujer esconde un par de medias en su cartera. También ves, por su vestimenta, que tal vez está pasando un mal momento en lo financiero. ¿Informarás del hecho a la administración? Analiza.

  2. Tienes a tu cargo un orfanato y encuentras dificultades en llegar a fin de mes. Un concesionario de automóviles te ofrece gratis un vehículo nuevo que vale 15 mil dólares, si informas falsamente al gobierno que el concesionario te donó un vehículo que vale 30 mil dólares. Realmente necesitas ese vehículo, y te dará una oportunidad de hacer felices a los niños. ¿Lo aceptas? Analiza.

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