Lecciones para adultos: "Evangelismo y testificación"
Edición para maestros. Segundo trimestre (abril-junio) de 2012
Lección 12: "Evaluar los ministerios"
Para el 23 de junio de 2012
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El sábado enseñaré...
Saber explicar la necesidad de evaluar los resultados evangelizadores mientras recuerda los requisitos que Dios ha dado para el crecimiento.
Sentir la solemnidad de los tiempos en el contexto del llamado a la iglesia a proclamar los mensajes de los tres ángeles.
Hacer: Evaluar sus esfuerzos en la ganancia de almas a la luz de los requisitos de Dios y del Juicio venidero.
Saber: ¿Por qué evaluar?
¿Qué pidió Dios a su pueblo que hiciera por él a la luz del Juicio venidero?
¿Por qué es importante que la iglesia evalúe el crecimiento de sus miembros y de sus ministerios?
¿Por qué el desarrollo de las disciplinas espirituales en nuestras vidas personales requiere evaluación, como también los números y otros indicadores del crecimiento de la iglesia?
Sentir: Tiempos solemnes
¿De qué forma los tres mensajes angélicos le dan ímpetu a la necesidad de la iglesia de verificar las disciplinas espirituales y el crecimiento de la iglesia?
¿Qué papel desempeñan los comentarios estimulantes y las afirmaciones positivas en las evaluaciones de los miembros de la iglesia que trabajan en los ministerios?
Hacer: Estimularse unos a otros
¿Qué estamos haciendo para proclamar los mensajes de los tres ángeles, y cómo podemos saber que nuestra obra tiene éxito?
¿Cómo podemos edificarnos unos a otros en las disciplinas espirituales que se requieren para compartir el evangelio?
Nuestro trabajo en la causa de Dios necesita ser evaluado a la luz de los requerimientos de Dios, reflejados en los mensajes de los tres ángeles para estos últimos días.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: La evaluación de nuestros esfuerzos misioneros es un método para mantenernos fieles a la tarea en la forma más efectiva posible.
Solo para los maestros: Comparte la siguiente historia en tus propias palabras. El objetivo de esta historia es hacer que la clase vea la necesidad de evaluar nuestro trabajo en la ganancia de almas.
Se cuenta la historia de una aldea africana en la que el cristianismo se había arraigado. Los miembros de la comunidad habían dado sus vidas a Cristo y se pusieron a aprender las disciplinas espirituales para un sólido andar con Dios. La oración era una de las disciplinas que esos primeros creyentes comenzaron a practicar. Los pastizales altos que rodeaban cada hogar revelaron quiénes eran fieles en la oración y quiénes no lo eran.
Un día, un aldeano comenzó a preocuparse al notar que el lugar en que oraba otro aldeano era tapado por las malezas. Se acercó a este amigo y le dijo:
Hermano, ¿está todo bien contigo?
¿Por qué lo preguntas? -fue la respuesta del sorprendido aldeano.
Bueno, el pasto está creciendo en tu senda.
Considera: En el mundo actual “políticamente correcto”, pocas personas tendrían el coraje de acercarse a un amigo preguntando por su vida de oración. No obstante, como vimos esta semana, Dios nos pide que sometamos nuestro ministerio a un proceso de evaluación. ¿Por qué la mayor parte de la gente teme ser evaluada?
Solo para los maestros: Pablo y los líderes de la iglesia primitiva se esforzaron para medir la efectividad y edificar su fe creciente. No esquivaron evaluar personalmente a quienes servían en el ministerio. Esta sección examina los criterios de evaluación de Pablo, y de algunos de los que fueron usados y enseñados por Cristo.
Comentario de la Biblia
I. Unos pocos buenos líderes
(Repasa 1 Tim. 3:1-13).
A diferencia del Antiguo Testamento, el cristianismo del Nuevo Testamento está marcado por ser muy inclusivo. En el Nuevo Testamento, el ministerio aparece como perteneciendo a cualquiera que pretende tener fe en Jesucristo. En Mateo 11:25 al 30, Jesús animó a los hombres agobiados a que vinieran y descansaran en él. Los que lo siguieron estaban preparados para el ministerio. Este mismo espíritu se ve en la obra de los apóstoles. Daban la bienvenida a todos al compañerismo y al ministerio, pero los líderes requerían más que una bienvenida superficial.
En 1 Timoteo 3:1 al 13, notamos que los líderes tenían que ser personas de madurez probada y un carácter de excelentes cualidades. Después de todo, debían dirigir a la iglesia en la adoración, la extensión a otros, el servicio y el desarrollo de los dones espirituales individuales. Los criterios de las calificaciones para el liderazgo que fueron transmitidas por Pablo no tienen en cuenta la descendencia familiar, como se hacía en el Antiguo Testamento. El enfoque de Pablo era tener un carácter ético de largo alcance y rectitud moral. Cualquier hombre que vivía una vida tal podía ser considerado para el liderazgo.
Pablo pudo haber tenido otra razón para instituir normas tan estrictas para la evaluación de los obispos, o ancianos. El Comentario bíblico adventista nota: “El cristianismo sería poco atractivo si los dirigentes de la iglesia fueran tan poco íntegros como los que no pertenecen a ella” (CBA 7:308).
Considera: El procedimiento de evaluación de Pablo estaba diseñado para asegurar que el ministerio evangélico dado a Timoteo se edificara sobre un fundamento sólido. ¿Qué ocurre a una iglesia cuando sus líderes no tienen ética o son inmorales?
II. Lo que hizo Jesús
(Repasa, con tu clase, Heb. 10:24, 25; Juan 8:1-11).
La sección del lunes nos anima a evaluar con cuidado, siempre con un apoyo mutuo en Cristo. Pablo a menudo se preocupaba por alentar a las personas y a los grupos cuando veía algo en ellos que era digno de alabanza. A los creyentes en Éfeso, les escribió: “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones” (Efe. 1:15, 16). Pablo animaba a los santos cada vez que podía. Siempre procuraba animar a los santos a las buenas obras.
Sin duda, Pablo aprendió de Jesús esta ética de nutrir a los otros. Cristo parecía reservar una atención especial a la gente que había sido evaluada y descartada por los líderes religiosos de la época. De la mujer tomada en adulterio, Elena de White escribió: “Jesús miró un momento la escena: la temblorosa víctima avergonzada, los dignatarios de rostro duro, sin rastros de compasión humana. Su espíritu de pureza inmaculada sentía repugnancia por este espectáculo. Bien sabía él con qué propósito se le había traído este caso. Leía el corazón, y conocía el carácter y la vida de cada uno de los que estaban en su presencia. Aquellos hombres que se daban por guardianes de la justicia habían inducido ellos mismos a su víctima al pecado, a fin de poder entrampar a Jesús. No dando señal de haber oído la pregunta, se agachó y, fijos los ojos en el suelo, empezó a escribir en el polvo” (DTG 425).
Jesús había “pesado” a los acusadores en un nivel más profundo del que cualquier ser humano podía. Leyó los corazones y escribió la evaluación de su contenido en el polvo, para que todos lo vieran.
Considera: Los fariseos de los días de Jesús trajeron a la mujer a Jesús esperando entramparlo. No se preocupaban por ella y aun la condujeron al pecado. En otras palabras, intentaron usar sus fallas para alcanzar sus propios fines. ¿Cómo podemos estar seguros, cuando evaluamos a personas o ministerios, de que estamos juzgando sin ser críticos?
III. Verifiquen los frutos
(Repasa, con tu clase, 1 Sam. 16:7; Mat. 7:15-19).
La sección del miércoles abordó el tema espinoso de cómo podemos evaluar el crecimiento espiritual de una persona. Somos seres humanos caídos y falibles, de una raza manchada por seis mil años de pecado. Aparte de Dios, nuestro juicio es defectuoso e imperfecto y difícilmente calificado para “evaluar algo tan ‘intangible’ como la espiritualidad de otros”; no obstante, a veces se nos llama a hacer precisamente eso. Por ejemplo, en Mateo 7:15, Jesús nos presenta criterios para la evaluación de falsos profetas, que “vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Él parece complicar un poco más el asunto en la parte final del Sermón del Monte, con una oración contra el juzgar a otros. ¿Es posible evaluar los frutos de una persona sin juzgarla? ¿Cómo hemos de decidir entre un verdadero profeta y uno falso? Debemos ver los frutos que crecen en el árbol de su vida.
¿De qué modo el observar los frutos es diferente de juzgar? El Comentario bíblico adventista nota que cuando Jesús previno a sus oyentes acerca de no juzgar para que no sean juzgados se estaba refiriendo “de especial manera al hecho de juzgar las intenciones de otras personas, no al hecho de juzgar si sus acciones son buenas o malas. Solo Dios es competente para juzgar las intenciones de los seres humanos, porque solo él puede saber los pensamientos íntimos de los hombres” (CBA 5:344).
Jesús les dijo a sus oyentes que ellos sabrían (la palabra griega saber que se usa en Mateo 7:16 significa saber plenamente) quiénes eran falsos, por las palabras que hablaban, los hechos que realizaban, la forma en que vivían. Sin embargo, él nunca pidió a sus oyentes que juzgaran los motivos de sus corazones.
Considera: ¿Cuándo Jesús reprendió abiertamente el pecado de otros durante su ministerio? ¿En qué circunstancias es apropiado traer a la luz el fruto malogrado de la vida de alguien? ¿Cómo debe hacerse esto? ¿Qué respuestas nos da el ejemplo de Jesús?
Solo para los maestros: ¿Cómo aplicamos la evaluación a nuestras vidas personales? Mientras los miembros de la clase responden las preguntas que siguen, anímalos a sacar sus respuestas del depósito de su experiencia personal con Dios.
Preguntas para reflexionar:
¿De qué modo nos evalúa Dios? ¿Qué herramientas usa para medir cuán apropiados somos para la obra del ministerio?
Lee Mateo 7:21 al 23. ¿Qué separa a quienes Jesús conoce de los que él no conoce? ¿De qué manera el contexto de Mateo 7 contribuye a una comprensión más profunda de estos versículos?
Preguntas de aplicación:
Si se te pidiera ayuda con el fin de diseñar un plan que respaldara a los miembros de tu iglesia local para crecer en su jornada espiritual con Dios, ¿dónde comenzarías? ¿Cómo evaluarías la condición presente de la iglesia?
¿Cómo colabora el Espíritu Santo en la conducción de los esfuerzos evangelizadores de la iglesia remanente? ¿Qué papel desempeña el Espíritu en la evaluación de las metas y los objetivos del ministerio?
Preguntas para testificar:
¿Por qué algunos creyentes dan mucha importancia al número de personas bautizadas en un año, mientras que otros no lo hacen? ¿Cómo tendemos a mirar a las iglesias o a los grupos cuyo crecimiento parece detenido? ¿Qué conclusiones obtenemos, a veces, de su compromiso con la Comisión Evangélica?
¿Cuáles son tus metas personales en cuanto a compartir el evangelio? ¿Por qué es esencial fijar tales blancos y evaluarlos periódicamente? ¿Cómo podemos hacer esto sin llegar a ser legalistas?
Solo para los maestros: Pide a la clase que analice la siguiente pregunta:
Aunque necesitamos ser cuidadosos cuando juzgamos a otros, ¿qué sucede cuando nos juzgamos a nosotros mismos?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Juan 12:44,45.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Servid al señor de todo corazón basada en Colosenses 3:23-24.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Fábulas por arte compuestas basada en Daniel 8:14.
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