Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "1 y 2 Tesalonicenses"

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2012

Lección 5: "El ejemplo apostólico"

Para el 4 de agosto de 2012

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 28 de julio

Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Tesalonicenses 2:1-12; Hechos 16; Deuteronomio 10:16; Salmo 51:1-10; 2 Corintios 8:1-5; Lucas 11:11-13.

Para Memorizar: “Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones” (1 Tes. 2:4).

Pensamiento clave: Al revelar cuál debe ser el verdadero motivo en el ministerio, Pablo nos ayuda a examinar nuestros corazones y vidas a la luz del evangelio.

AQUÍ HAY UNA TRANSICIÓN en los argumentos de la primera carta a los Tesalonicenses. Pablo pasa de la iglesia (1 Tes. 1:2-10) a los apóstoles y su experiencia en Tesalónica (2:1-12). En el capítulo 1 Pablo agradece a Dios porque los creyentes lo imitaron a él y llegaron a ser modelos de fidelidad. Ahora, en 1 Tesalonicenses 2:1 al 12, Pablo profundiza en la vida que capacita a los apóstoles para actuar como modelos.

Entre las muchas motivaciones para enseñar, predicar y servir, Pablo señala cuál es la que más importa: que el ministerio sea agradable a Dios. Pablo se preocupa menos por el crecimiento numérico que por el crecimiento en los principios espirituales correctos.

Aquí se ve algo de la vida más íntima de Pablo. Él abre su alma y nos desafía a alinear nuestras esperanzas, sueños y motivaciones espirituales para agradar a Dios y tener una influencia correcta sobre otros.

 

Ir ArribaDomingo 29 de julio: Valentía en el sufrimiento (1 Tes. 2:1, 2)

Lee 1 Tesalonicenses 2:1 y 2 a la luz de Hechos 16. ¿Qué conexión establece Pablo entre su ministerio anterior en Filipos y el que realizó en Tesalónica?

Primera de Tesalonicenses 2:1 continúa los temas del capítulo 1. Al decir “vosotros mismos sabéis” recuerda la misma expresión en 1 Tesalonicenses 1:5. Y la referencia de Pablo a “llegar” o la manera en que “nos recibieron” recuerda 1 Tesalonicenses 1:9. Pablo sigue con los temas que planteó en el primer capítulo. Allí, cuenta que en “todo lugar” sabían de ellos. Ahora analizará lo que los lectores saben acerca de los apóstoles y su compromiso con la fe.

Pablo recuerda la manera en que él y Silas fueron maltratados en Filipos por haber predicado el evangelio. En el largo camino de Filipos a Tesalónica, tuvieron un doloroso recordativo de ese trato. Sin duda, llevaban señales exteriores de su dolor. Habría sido fácil para ellos dar un enfoque menos directo al evangelizar en la nueva ciudad. Después de todo lo que habían pasado, ¿quién los habría culpado?

Pero los tesalonicenses demostraron estar ansiosos y abiertos a la verdad. La realidad les decía: “No prediquen el evangelio otra vez”. Pero, en medio de sus dolores y sufrimiento, Dios les decía a Pablo y Silas: Sean valientes. Sean fuertes. Así que, “comenzamos a ser valientes” (2 Tes. 2:2, traducción del autor), a pesar de la probabilidad de que la persecución se levantara otra vez. Había un fuerte contraste visible entre su condición humana (y todas las debilidades que la acompañan) y el poder que recibieron de Dios.

Finalmente, el Señor usó esas circunstancias externas para su gloria. Las heridas visibles de los predicadores proveyeron la evidencia de dos cosas a los tesalonicenses. Primera, el evangelio que ellos predicaban provenía de su convicción personal. No lo hacían por ventajas personales (1 Tes. 2:3-6). Segunda, era claro para los oyentes que Dios estaba con Pablo y Silas. El evangelio que predicaban no era una sencilla construcción intelectual; estaba acompañado por la presencia de Dios como se revelaba en las vidas de los apóstoles (ver el vers. 13).

¿Qué señalarías como evidencia de que Dios ha cambiado tu vida? ¿De qué forma esta evidencia se ve en otros, si es que es visible?

 

Ir ArribaLunes 30 de julio: El carácter de los apóstoles (1 Tes. 2:3)

Lee 1 Tesalonicenses 2:3. ¿Qué punto clave ves aquí acerca de los motivos?

Los antiguos sabían que hay tres claves para persuadir a la gente de que cambie sus ideas o sus prácticas. La gente juzga el poder de un argumento por el carácter del orador (en griego, éthos), por la calidad del argumento mismo (lógos) y por su influencia sobre las emociones de los oyentes (páthos). En 1 Tesalonicenses 2:3 al 6, Pablo se concentra en el carácter de los apóstoles como la clave de la predicación que condujo a cambios radicales en los tesalonicenses.

Pablo marca un contraste entre él y los filósofos, cuya predicación estaba motivada por el beneficio personal (ver la lección nº 3). Pablo usa tres palabras en el versículo 3 para describir malas motivaciones al predicar o ministrar.

La primera es “error”, una equivocación intelectual. Un predicador puede entusiasmarse con una idea equivocada. Puede ser muy sincero, pero autoengañado. Piensa que está haciendo bien a otros pero lo impulsan ideas falsas.

La segunda palabra es “impurezas”. La gente era atraída a personas conocidas por su poder, sus ideas o su actuación. Algunos personajes públicos pueden estar motivados por las oportunidades sexuales que vienen con la notoriedad.

La tercera palabra es “engaño”, o “trampas”. En este caso, el orador sabe que las ideas que presenta son erróneas, pero trata de conducir mal a la gente para beneficiarse él mismo.

A Pablo y a Silas no los motivaban ninguna de estas cosas. Si hubiera sido así, con su experiencia en Filipos tal vez habrían abandonado la predicación. La valentía que mostraron en Tesalónica era posible solo por el poder de Dios que obraba en ellos. El poder que el evangelio tuvo en Tesalónica (ver 1 Tes. 1:5) se debía, en parte, al carácter de los apóstoles, que brillaban en sus presentaciones. Los argumentos lógicos y las apelaciones emocionales no son suficientes. Sus caracteres estaban en armonía con sus declaraciones. Esta autenticidad tiene enorme poder en el mundo de hoy, como ocurrió antes.

Piensa en tus propios motivos para todo lo que haces. ¿Cuán puros son, cuán libres de error, engaño e impureza? Si no lo son, ¿Cómo puedes corregirlos? Ver también Deut. 10:16; Fil. 4:13; Sal. 51:1-10.

 

Ir ArribaMartes 31 de julio: Agradar a Dios (1 Tes. 2:4-6)

Lee 1 Tesalonicenses 2:4 al 6. Describe el contraste entre la motivación de Pablo para el ministerio y las alternativas mundanas que menciona. ¿Por qué no siempre es fácil ver las diferencias? Es decir, ¿Cómo puede la gente engañarse con respecto a la pureza de sus propios motivos? ¿Por qué es tan fácil hacerlo?

La palabra traducida como “aprobados” (1 Tes. 2:4) da la idea de probar o examinar. Los apóstoles permitieron que Dios probara la integridad de sus vidas y de sis intenciones. Esa prueba debía asegurarles que el evangelio que traían no era distorsionado por la diferencia entre lo que predicaban y lo que vivían.

Los filósofos populares escribían acerca de la importancia del autoexamen. Si quieres marcar una diferencia en el mundo, decían ellos, necesitas examinar tus motivos y tus intenciones. Pablo avanza un paso más. Además del autoexamen, uno es examinado por Dios. Dios verificaba que lo que Pablo predicaba fuera consistente con su vida interior. En definitiva, Dios es el único a quien vale la pena agradar.

Los humanos necesitan un sentido de valía para actuar. A menudo la buscamos acumulando posesiones, logros u opiniones positivas sobre nosotros. Pero todo esto es frágil y temporario. El valor genuino y perdurable se encuentra por medio del evangelio. Cuando captamos que Cristo murió por nosotros, experimentamos un sentido de valor que nada en este mundo puede cambiar.

¿Qué añade 1 Tesalonicenses 2:5 y 6 a las tres motivaciones enumeradas en el versículo 3?

El concepto de adulación se basa en agradar a la gente, pero es una base pobre para la evangelización. Pablo no está motivado por lo que otras personas piensen de él. También elimina otra motivación humana para el ministerio: el dinero. La gente bendecida por el ministerio de alguien está ansiosa de dar dinero a ese ministerio o comprar sus productos. Esto puede tentar a los obreros de Dios a perder su concentración en la única motivación que realmente importa, que es agradar a Dios.

¿Qué piensas que le agrada a Dios de tu vida, y por qué? ¿Qué piensas que no le agrada, y por qué?

 

Ir ArribaMiércoles 1 de agosto: Afecto profundo (1 Tes. 2:7, 8)

En 1 Tesalonicenses 2:4, encontramos que la motivación principal de Pablo para el ministerio es agradar a Dios. ¿Qué motivación adicional presenta Pablo en los versículos siguientes? (Ver 1 Tes. 2:6-8).

Hoy, el dinero, el sexo y el poder son los motivadores principales para los hombres a quienes los consume el interés propio. En 1 Tesalonicenses 2:3 al 6, Pablo usa varias palabras diferentes para eliminar motivaciones similares en relación con su ministerio. La avaricia, la inmoralidad, el engaño y la adulación no tienen lugar en la vida y el ministerio cristianos. Solo el deseo de agradar a Dios en todo lo que hacían motivó a los apóstoles.

En el versículo 6, Pablo nota que los apóstoles podrían haber sido una carga para los tesalonicenses, pues podrían haber exigido el reconocimiento de su condición, con favores monetarios u honores especiales. Pero, en Tesalónica, Pablo renunció a todo lo que comprometiera sus motivos, o fuera una piedra de tropiezo para los conversos nuevos.

Mientras la motivación principal de Pablo era agradar a Dios, en los versículos 7 y 8 expresa una motivación adicional: su gran afecto por los tesalonicenses mismos. El versículo 8 usa el lenguaje del calor emocional. Al predicar el evangelio, Pablo entregaba su corazón, su ser entero, a la gente.

¿Cómo respondieron a la ternura de los apóstoles las iglesias de Macedonia, región de la cual Tesalónica era parte? Ver 2 Cor. 8:1-5. ¿Qué nos enseña esto acerca de la importancia del carácter en la vida de quienes testifican a otros?

El lunes se mencionaron las tres antiguas claves de la persuasión: el carácter del orador (éthos), la lógica del argumento (lógos) y la apelación a las emociones (páthos). En los versículos 4 al 6, se enfatiza el carácter de los apóstoles como una razón para seguirlos. En los versículos 7 y 8, vemos una apelación al páthos, el vínculo emocional entre los apóstoles y los tesalonicenses. El evangelio llega a su máximo de poder cuando toca el corazón.

Piensa acerca del carácter de alguien que influyó sobre ti en forma positiva en lo espiritual. ¿Qué fue lo que te emocionó? ¿Cómo puedes imitar ese mismo rasgo?

 

Ir ArribaJueves 2 de agosto: No ser una carga (1 Tes. 2:9-12)

Mientras Pablo estuvo en Tesalónica, ¿Qué otras cosas hizo además de predicar el evangelio, y por qué? Ver 1 Tes. 2:9, 10.

La idea de que Pablo trabajó “de noche y de día” sería una enorme exageración si se tomara literalmente. Sin embargo, el término griego utilizado por Pablo aquí expresa una idea cualitativa en vez de la cantidad de tiempo que ocupó. En otras palabras, Pablo dice que trabajó más allá del deber, a fin de no ser una carga para ellos; Pablo no quería que nada estuviera en el camino de su testimonio a ellos.

Además, fue muy cuidadoso en comportarse de modo que no ofendiera a nadie, ya sea ante Dios o ante otros (ver 1 Tes. 2:10; Luc. 2:52). Pablo y los apóstoles procuraron ser “irreprensibles” en su relación, de modo que el evangelio pudiera ser el centro de la atención.

¿Qué analogía usó Pablo en 1 Tesalonicenses 2:11 y 12 para describir cómo trató a los tesalonicenses? Ver también Luc. 11:11-13. ¿Qué enseña esa analogía?

El buen padre provee límites y estímulo, así como amor. Adapta su nutrición y disciplina a las características singulares y a las condiciones emocionales de cada hijo. Dependiendo del hijo y de la situación, el padre puede ofrecer estímulo, una severa conferencia, o un castigo disciplinario.

Hay cierta tensión en el enfoque misionero de Pablo. Por un lado, siempre procuró adaptar su enfoque a las características y las situaciones específicas de la gente; por el otro, estaba muy preocupado acerca de la autenticidad: que lo exterior y lo interior fueran uno y lo mismo. ¿Cómo puede uno ser auténtico y genuino, y no obstante ser “todas las cosas para todos”?

La clave es el amor que Pablo tenía por sus conversos. Hizo todo lo que pudo con el fin de ser un modelo de autenticidad para ellos; no obstante, se dio cuenta de que había cosas para las que no estaban listos (ver también Juan 16:12). Por eso, trabajó con sus manos y adaptó su instrucción, para evitar poner barreras innecesarias en el camino de la aceptación del evangelio. Una lección poderosa de sacrificio propio.

 

Ir ArribaViernes 3 de agosto

Para Estudiar y Meditar:

“Por elevada que sea la profesión de fe, aquel cuyo corazón no está lleno de amor a Dios y a sus semejantes no es verdadero discípulo de Cristo. [...] Podrá manifestar mucha generosidad; pero, si el motivo de sus acciones no es el amor genuino, aunque dé todos sus bienes para alimentar a los pobres, no merecerá el favor de Dios” (HAp 262, 263).

“Aunque Pablo tenía cuidado de presentar a sus conversos las sencillas enseñanzas de las Escrituras en cuanto al debido sostén de la obra de Dios [...] en diversas ocasiones, durante su ministerio en los grandes centros de civilización, trabajaba en un oficio manual para mantenerse [...].

“Tesalónica es el primer lugar acerca del cual leemos que Pablo trabajó con sus manos para sostenerse mientras predicaba la Palabra (1 Tes. 2:6, 9; 2 Tes. 3:8, 9)[...].

“Pablo no consideraba perdido el tiempo así empleado. [...] Él daba instrucción a sus colaboradores en las cosas espirituales, y ofrecía también un ejemplo de laboriosidad y trabajo cabal. Era un obrero rápido y hábil, diligente en los negocios, ardiente ‘en espíritu; sirviendo al Señor’ (Rom. 12:11)” (OE 247, 249).

Preguntas para Dialogar:

  1. Piensa en una dolorosa experiencia que soportaste (en lo físico, espiritual, emocional, o una combinación de todo ello). En términos prácticos, ¿cómo encuentra alguien gozo y valor en medio de tales sufrimientos? ¿Por qué es más fácil decir que se encuentra gozo y valor que hacerlo?

  2. Piensa en alguien cuya vida claramente no refleja su pretensión de ser cristiano. ¿Cómo impactó esa persona en tu propio caminar con Dios?

  3. ¿Cuáles son algunas trampas al llegar a estar emocionalmente apegado a personas con las cuales compartes el evangelio? ¿Cómo puedes establecer límites adecuados en las relaciones que desarrollas cada vez que trabajas estrechamente con otras personas?

Resumen:

En este pasaje, Pablo abrió su corazón, a fin de revelar los mejores motivos para el ministerio. El motivo máximo es agradar a Dios, sea o no que agrade a los que ministramos. Las motivaciones del dinero, el sexo y el poder no tienen lugar en un corazón decidido a agradar a Dios. El siguiente motivo en importancia para el ministerio es un amor de todo corazón por los perdidos. Ambos motivos están claramente expresados en 1 Tesalonicenses 2:1 al 12.

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