Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Crecer en Cristo"

Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2012

Lección 11: "La vida cristiana"

Para el 15 de diciembre de 2012

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 8 de diciembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Deuteronomio 8:11-17; Filipenses 2:3, 4; 1 Corintios 15:51, 52; Apocalipsis 22:1-5; Mateo 22:39; Génesis 2:21-25.

Para Memorizar: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos” (1 Juan 3:16).

Pensamiento clave: Cualquiera puede llamarse cristiano. Sin embargo, ¿qué significa esto en términos prácticos?.

“HERMANOS MÍOS, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (Sant. 2:14).

La Biblia enfatiza la “sana doctrina”; pero este énfasis está en el contexto de una vida santa (1 Tim. 1:10; Tito 2:1-5) y señala que la meta bíblica es una vida ética con obligaciones hacia otros. En realidad, si miramos con cuidado estos textos, vemos que vinculan la sana doctrina con una vida correcta, ¡como si la vida correcta en sí misma fuera sana doctrina!

El cristiano es un agente de Dios para la salvación y el bien de otros en la gran controversia. Estar “tan concentrado en el cielo que no se es bueno para la Tierra”, aunque sea un cliché, es una realidad que los cristianos deben evitar. Es cierto, el cielo va a ser nuestro hogar definitivo, pero ahora estamos en la Tierra y necesitamos saber cómo vivir mientras estemos aquí.

Esta semana consideraremos un cristianismo práctico que debemos manifestar en nuestra vida.

 

Ir ArribaDomingo 9 de diciembre: Mayordomía

Cuando pensamos en la salvación traducida en el servicio a otros, no podemos evitar el concepto cristiano de la mayordomía. La Seventh-day Adventist Encyclopedia define “mayordomía” como la “responsabilidad del pueblo de Dios por todo lo que Dios le ha confiado, y la manera de usarlo: la vida, el ser físico, el tiempo, los talentos y capacidades, las posesiones materiales, las oportunidades de servir a otros, y su conocimiento de la verdad”.

Analiza los pasajes indicados al pie. En cada uno, pregúntate: Dadas mis circunstancias específicas, ¿cómo puedo manifestar en mi propia vida los maravillosos principios que enseñan estos textos? ¿De que modo deben estas verdades impactar en la forma en que vivo y en que me relaciono con otros, con Dios y con los dones que él me ha dado? Deut. 8:11-17; Sal. 24:1; Fil. 2:3, 4; 1 Juan 3:16.

La Biblia enseña que el propósito fundamental para toda la creación de Dios es glorificarlo a él. El pecado ha desvirtuado mucho esta realidad, pero Dios dirigió su acción salvífica hacia nosotros, para llevarnos de regreso a participar con toda la creación en la glorificación de Dios (Efe. 1:11-14). Al reconocer con palabras y hechos el señorío de Cristo sobre nuestras vidas, damos gloria a Dios. La expresión completa del señorío de Cristo sobre nuestras vidas involucra nuestro servicio a otros por el uso de nuestros talentos, tiempo, capacidades y posesiones materiales.

Lee de nuevo los textos para hoy. ¿Cuáles te inspiran más, y por qué? ¿Qué te motiva a tratar de vivir de tal modo que involucres en buscar el bien de otros así como el propio? ¿Por qué es tan importante para ti, espiritualmente, vivir por otros?

 

Ir ArribaLunes 10 de diciembre: El diezmo: una porción mínima

“Y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro. Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví [...]” (Neh. 10:38, 39).

Piensa acerca de tu vida; piensa en su brevedad, piensa en que tu muerte es inevitable (a menos que Cristo regrese durante tu vida). Piensa en lo que significaría si, como muchos creen, la tumba es el fin total. Tú estás aquí, tal vez un espasmo en tu metabolismo celular hace su parte (a menudo con dolor, dificultad y temor), y luego termina todo, de un modo u otro. Cuando todas esas células mueren, nada queda sino un cadáver del que los gusanos y las bacterias se alimentan hasta que ellas también expiran.

Esa sería la suerte de todos nosotros en un universo tan grande que nuestro planeta, y mucho más nuestras vidas individuales, podría no tener ningún sentido, si no ser solo una broma cruel que la mayoría no encontraríamos graciosa.

En contraste con ese escenario, mira lo que Cristo nos ha dado. Mira lo que se nos ofrece por medio de Jesús. Mira lo que el plan de salvación nos dice acerca de nuestra valía y de lo que fue hecho por nosotros, de modo que no tengamos que afrontar la suerte descrita antes.

¿Qué se nos ha dado en Cristo? 1 Cor. 15:51, 52; Apoc. 21:4; Gál. 3:13; Efe. 1:6, 7; Apoc. 22:1-5. ¿Qué deberían significar estas cosas para nosotros? ¿Cómo deberían impactar estas promesas en cada aspecto de nuestra existencia?

“Hablo del sistema de diezmos, que me parece tan precario. ¡Cuán vano es el esfuerzo de medir con reglas matemáticas el tiempo, el dinero y el amor ante un amor y un sacrificio sin medida! ¡Los diezmos para Cristo son una limosna tan mísera, un precio tan irrisorio para pagar algo que costó tanto! Desde la cruz del calvario, Cristo pide una rendición incondicional” (TI 4:121).

Después de todo lo que Cristo hizo por ti, ¿no puedes ejercer suficiente fe y devolverle una pequeña porción de lo que él te dio?

 

Ir ArribaMartes 11 de diciembre: La responsabilidad hacia uno mismo

Jesús nos dice claramente: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:39). Es un texto muy interesante, ya que a menudo miramos el amor hacia uno mismo como lo que más se opone al cristianismo y a la idea de una abnegación desinteresada. ¿Qué quiso decir Jesús con este texto? ¿Cómo lo interpretamos y lo aplicamos de tal modo que refleje de qué se trata el verdadero cristianismo?

El amor a uno mismo, en un sentido cristiano, no es egoísmo, no es ponerse a uno mismo antes que todos. Por el contrario, el amor a uno mismo significa que, dándonos cuenta de nuestra propia valía ante Dios, procuramos vivir lo mejor posible, sabiendo que los resultados no nos beneficiarán solo a nosotros (lo que está bien), sino también a aquellos con quienes entramos en contacto.

¿Cómo relacionarías la amonestación de Jesús (citada arriba) con los siguientes textos? Fil. 2:5, 8; 2 Cor. 5:14, 15; 1 Cor. 10:31-33; 1 Ped. 1:13-16.

La redención que el pecador obtiene en Cristo trae tal unidad con él (Gál. 2:20) que el cristiano desea vivir una vida ordenada según el deseo de Cristo. El pecador desea tener a Cristo en la mente, ya no vivir para sí mismo sino para él y atender el llamado a la santidad (separarse de cosas como las pasiones, las tendencias pecaminosas de la cultura y la impureza moral). Si te amas, querrás lo mejor para ti mismo, y lo mejor para ti es una vida consagrada a Dios, una vida que refleje el carácter y el amor de Dios, una vida que viva no para sí, sino para el bien de otros. La manera más segura de garantizarte una existencia miserable es vivir solo para el yo, sin pensar nunca en el bien de otros.

Medita en lo que significa amarte a ti mismo en el sentido cristiano. ¿Cuán fácil es que este amor se centre en sí mismo (lo que es autodestructivo)? ¿Cuál es la única manera de protegerte de esa trampa?

 

Ir ArribaMiércoles 12 de diciembre: El matrimonio cristiano

El hombre es un ser social. En el hogar, en el trabajo, en lugares públicos, la gente desarrolla toda clase de relaciones. Una conducta cristiana responsable debería verse en todo lugar, y la Biblia tiene principios para guiarnos en estas relaciones.

Lee los siguiente pasajes y prepara una definición bíblica de matrimonio: Gén. 2:21-25; Mal. 2:14; Efe. 5:28.

Hoy se dice que el matrimonio es difícil de definir porque su significado difiere en el tiempo y, entre pueblos y culturas diferentes. Pero, la Biblia no tiene una idea flexible del matrimonio. Según la Escritura, el matrimonio es una institución dada por Dios, en que dos adultos de diferente género hacen un pacto para compartir una relación íntima y duradera. Es decir, la Biblia marca un vínculo profundo de unidad entre un hombre y una mujer, con un sentido de permanencia, fidelidad y confianza. Como en la relación con Dios, la relación entre los esposos debería ser protegida sagradamente.

Hoy, aun dentro de la iglesia, el matrimonio es tratado con liviandad. Las personas se unen ante Dios y luego, cuando surgen asperezas, se presentan frente a un juez humano quien, por medio de leyes humanas, separa lo que Dios ha unido. Algo está mal en este cuadro; pero, como iglesia, luchamos por saber qué hacer en estas situaciones.

Además de los problemas de poligamia, cohabitación, divorcio, nuevo casamiento y la práctica de la homosexualidad, ¿qué desafíos de la sexualidad humana puedes identificar en la sociedad hoy? ¿Qué consejo bíblico puedes ofrecer frente a estos problemas?

El adulterio, la fornicación y la pornografía abundan en la sociedad actual. No obstante, Dios sigue considerando las fallas humanas con compasión y misericordia; y estas malas prácticas pueden ser vencidas por medio de la gracia de Cristo. Con esfuerzo se deben tratar de alcanzar los ideales divinos, aunque se justifique el pecado con muchas excusas y calificaciones culturales.

 

Ir ArribaJueves 13 de diciembre: La conducta cristiana

Más allá de la familia, ser cristiano tiene otras repercusiones sociales y profesionales al reconocer el concepto bíblico de que los cristianos están en el mundo, pero no son del mundo (Juan 17:14-18).

Considera las siguientes tres áreas de la vida diaria, y analiza las responsabilidades cristianas del estilo de vida y la conducta:

1. Relaciones empleador-empleado (Sant. 5:4-6; Efe. 6:5-9). El empleador cristiano debe guiarse por el principio de que un trabajo adecuado requiere una compensación adecuada. Por otro lado, los trabajadores cristianos deben resistir la tentación de hacer un trabajo descuidado.

“Los padres no pueden cometer un pecado mayor que el de permitir que sus hijos no tengan nada que hacer. Los niños pronto aprenden a amar la ociosidad, y llegan a ser hombres y mujeres negligentes e inútiles. Cuando tienen la edad suficiente para ganarse la vida y hallar empleo, trabajan de una manera perezosa, esperando sin embargo que se les pague tanto como si hubieran sido fieles” (PVGM 280).

2. Deberes cívicos (Rom. 13:1-7). El cristiano pone a Dios primero en todas las cosas, y evalúa toda acción y responsabilidad desde esta perspectiva. Por eso, el cristiano se opondrá a la discriminación en cualquier forma, aun si es oficialmente sancionado. Al mismo tiempo, “los cristianos pagan impuestos, participan en los deberes cívicos, respetan las leyes de tránsito y los reglamentos sobre la propiedad, y cooperan con las autoridades civiles para frenar o controlar el crimen y la violencia” (TTA 789).

3. Responsabilidad social (Isa. 61:1-3; Mat. 25:31-46). Analiza la siguiente declaración: “El cristiano puede ejercer su vocación de buscar el reino de Dios si, motivado por el amor al prójimo, lleva adelante su obra en las comunidades de la familia, y en a vida económica, nacional y política. [...] Solo al ocuparse en el trabajo cívico por el bien común, por la fidelidad en la vocación social hacia las personas, seguirá el ejemplo de Cristo”.–H. Richard Niebuhr, Christ and Culture, p. 97.

En tu interacción social y de trabajo, ¿pueden las personas ver tus valores cristianos? Sé honesto contigo mismo (aunque pueda ser doloroso). ¿Qué aspectos de tu vida atraen a las personas a tu fe? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de la forma en la que vives?

 

Ir ArribaViernes 14 de diciembre

Para Estudiar y Meditar:

Lee Creencias adventistas, de la Asociación Ministerial de los Adventistas, cap. 22 y 23; “Estilo de vida y comportamiento cristiano”, Miroslav M. Kis, Tratado de teología adventista del séptimo día, Raoul Dederen, ed., pp. 759-814.

“Los actos de generosidad y benevolencia fueron concebidos por Dios para [...] estimular en ellos un interés y afecto mutuo en imitación del Maestro [...]. La ley del diezmo fue fundada sobre un principio permanente y fue ideada para ser una bendición para el hombre.

“El sistema de benevolencia fue dispuesto para prevenir el gran mal de la codicia. Cristo vio que, en la práctica de los negocios, el amor a las riquezas sería la mayor causa de la extirpación de la verdadera piedad del corazón. Vio que el amor al dinero congelaría en forma profunda y dura las almas de los hombres, deteniendo la corriente de impulsos generosos y cerrando sus sentidos a las necesidades del sufriente y el afligido” (TI 3:600).

“Si uno tiene salud y fuerzas, ese es su capital, de modo que debe usarlo adecuadamente. Si pasa horas en ociosidad hablando de cosas innecesarias, es negligente en su negocio, lo cual la Palabra de Dios prohíbe. Tales personas tienen una obra que hacer a fin de proveer lo necesario para sus familias, con el propósito de ahorrar lo necesario para dedicarlo a fines caritativos en la medida en que Dios lo haya prosperado.

“No hemos sido puestos en este mundo nada más que para preocuparnos de nosotros mismos, sino que se requiere que participemos en la gran obra de salvación, imitando así a Cristo, quien llevó una vida [...] de utilidad para el prójimo” (TI 1:291, 292).

Preguntas para Dialogar:

  1. El tema del matrimonio y del divorcio preocupa mucho, pues es muy común. ¿De qué modo aplicamos los conceptos bíblicos cuando tratamos este tema? Si fuéramos estrictos al aplicar las enseñanzas de Jesús, ¿estaría la gente menos inclinada al divorcio? Analiza este problema

  2. Medita en el tema del diezmo. Algunos dicen que quisieran dar el diezmo a quien ellos elijan, en lugar de darlo a la iglesia de la que son miembros. ¿Cuál es el peligro de esta actitud?

  3. Ningún cristiano puede ignorar las amonestaciones bíblicas con respecto al cuidado de los pobres y los necesitados que hay entre nosotros. Al mismo tiempo, ¿cuáles son los escollos ocultos en nuestra vocación si el cuidar a los pobres llega ser el objetivo principal, en lugar de ser el medio para un fin mayor? Analiza.

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