Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Crecer en Cristo"

Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2012

Lección 7: "“Armarse” para la victoria"

Para el 17 de noviembre de 2012

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 10 de noviembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Efesios 6:14-18; 2 Corintios 6:7; Efesios 5:9; Romanos 10:15; 1 Tesalonicenses 5:8; Marcos 14:38.

Para Memorizar: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efe. 6:13).

Pensamiento clave: Cada creyente debe estar personal e individualmente armado, cuando nos encontremos sumergidos en la gran controversia.

LA META DE SATANÁS es lograr para sí mismo la lealtad que todo creyente le da a Cristo. Antes de la conversión, las personas pertenecían al territorio del diablo. Aunque la conversión saca al creyente del dominio del diablo, no destroza completamente su poder. Satanás desea destruir nuestra fe y ganarnos de nuevo para sí. Tiene una gran colección de trucos engañosos; la Escritura los llama “asechanzas del diablo” (Efe. 6:11). Pero, no importan los engaños y asechanzas del enemigo, él no puede quitar de Cristo a ninguno que esté decidido a mantenerse fiel al Señor. (Satanás podrá hacernos la vida miserable, pero eso es otro asunto).

Esta lección se concentra en la armadura del cristiano para esta guerra, pues esa es nuestra única protección. Por eso, necesitamos entender la naturaleza de esa armadura ya que, sin ella, caeremos presa del enemigo; con ella, nuestra victoria es segura.

 

Ir ArribaDomingo 11 de noviembre: La necesidad de armarnos personalmente

En Efesios 6:12, Pablo describe la vida cristiana como una lucha, diciendo: “tenemos lucha”. Nota que él usa el plural. Literalmente, el pasaje dice: “No tenemos lucha contra sangre y carne”. El versículo 13 nos insta a ponernos toda la armadura de Dios, provista para que la usemos. Pablo comienza el versículo con la expresión “por tanto”, lo que implica que, en vista de la naturaleza del conflicto, tal armadura es necesaria. El apóstol describe de qué modo debería estar armado el cristiano, y lo hace con las imágenes de un soldado romano armado para la batalla.

Considera las imágenes de Efesios 6:14 al 17. ¿Qué hay en este cuadro que te impresiona al ver que hay una lucha que no solo involucra a cada cristiano, sino también demanda, fundamentalmente, un compromiso personal? ¿Qué significa para ti que tú mismo tienes una pelea en la que debes participar?

La palabra traducida como “lucha” originalmente se refería a los combates hombre a hombre pero, más tarde, se aplicó a otros tipos de pelea. Si bien puede ser no se refiera a una contienda mano a mano con demonios, esta palabra, por el modo en que es usada aquí, señala que se trata de una lucha individual.

La parábola de las diez vírgenes en Mateo 25:1 al 13, aunque en un contexto diferente al que consideramos aquí, también se refiere al tema del compromiso personal en asuntos espirituales. Elena de White aplica las condiciones espirituales de las cinco vírgenes de la descripción de Jesús, a las personas que, en el tiempo del fin, tendrán una forma de piedad, pero no poder (2 Tim. 3:1-5). “Esta es la clase de personas que en tiempo de peligro clama: Paz y seguridad. Arrullan sus corazones en la seguridad, y no sueñan con peligros. Cuando se despiertan alarmados de su letargo, disciernen su destitución, y tratan de que otros suplan su necesidad; pero en las cosas espirituales ningún hombre puede suplir la deficiencia del otro” (PVGM 339).

¿Qué cosas puedes hacer para ti mismo, cosas que ningún otro puede hacer por ti? (Por ejemplo, nadie puede comer por ti.) ¿Cómo aplicas, entonces, ese mismo principio al armarte para el conflicto espiritual en el cual cada uno, individualmente, estamos participando?

 

Ir ArribaLunes 12 de noviembre: Ceñidos con la verdad, la coraza de justicia

“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia” (Efe. 6:14).

Aunque es un poco difícil saber la naturaleza exacta del ceñidor parece que, en Efesios 6:14, Pablo puede haberse referido a un delantal de cuero que ofrecía alguna protección al abdomen pero permitía libre el movimiento para la acción. En este sentido, el ceñidor o delantal era una pieza básica de la armadura. Y según Pablo, esa parte era “la verdad”.

Junto con ese “ceñidor de verdad” estaba la coraza de justicia. De este modo, en un mismo versículo Pablo vincula los conceptos de verdad y de justicia.

Lee los textos que siguen. ¿Cómo nos ayudan a comprender el vínculo entre la verdad y la justicia, y por qué son tan importantes para nuestra protección espiritual en la gran controversia? 1 Rey. 3:6; Sal. 15:2; 96:13; Prov. 12:17; Isa. 48:1; 2 Cor. 6:7; Efe. 5:9.

Cuando Pablo habla de la justicia como de una coraza, en el contexto de la guerra espiritual, piensa en problemas morales. Hacer lo correcto y practicar justicia, es decir, vivir la “verdad”, es tan vital para los cristianos en la batalla contra los poderes del mal como la coraza lo era para el soldado en el campo de batalla. Cuando dejamos de hacer lo que es correcto, cuando volvemos las espaldas y no hacemos lo que sabemos que es la verdad, somos presa fácil de los ataques de Satanás.

Al mismo tiempo, aunque esta “justicia” incluya vivir una vida correcta, siempre debemos recordar el otro aspecto de la justicia: el de la justicia de Cristo, que cubre al creyente y constituye la única esperanza de salvación para el cristiano. Mientras nos aferremos a esta verdad –que nuestra salvación descansa en Jesús– podemos estar protegidos de uno de los más eficaces ataques espirituales de Satanás contra nosotros: el desánimo.

¿Te has sentido alguna vez tentado a abandonar tu caminar con Jesús por haberte desanimado por tu vida, tu carácter, tus acciones? Si es así, ¿por qué el comprender la verdad acerca de la justicia de Cristo es tan vital para una fuerte defensa contra los ataques de Satanás?

 

Ir ArribaMartes 13 de noviembre: La preparación y el escudo de la fe

El soldado romano calzaba zapatos con fuertes clavos para poder andar por toda clase de terrenos, y aseguraban un buen agarre. Pablo los compara con el “apresto” o “preparación” del evangelio de paz (Efe. 6:15).

Lee Isaías 52:7, Romanos 10:15 y Efesios 6:15. Parece que Pablo pensaba en la constancia en la vida cristiana durante la guerra. ¿En qué sentido el evangelio de paz provee al cristiano de un “buen agarre” en la guerra espiritual?

Efesios 6:15 puede ser traducido de diferentes maneras: “pies calzados con la preparación del evangelio de paz”, o “con la disposición”, o “con el equipamiento del evangelio de paz”. La clave es una palabra griega que puede significar “preparación”, o sea, tener un buen fundamento. Por eso, el evangelio de paz como un “fundamento preparado” es la paz del cristiano reconciliado con Dios por la sangre de Cristo. Esta reconciliación da al cristiano una base firme para la batalla espiritual.

Según Pablo, la siguiente pieza es el escudo, que compara con la fe (Efe. 6:16). Él usa aquí una expresión que puede traducirse como “por sobre todo” o “además de todo”. ¿Qué crees que quiso decir con esta frase?

La palabra traducida como “escudo” viene de “puerta”. El escudo, que medía más o menos 1,20 m por 0,70 m (4 x 2,5 pies) consistía en dos capas de madera encoladas, y tenía la forma de una puerta. Como en esos días las flechas se untaban con asfalto y luego se encendían, el escudo estaba cubierto con cuero para extinguir las flechas encendidas, y destruir sus puntas. Esta era un arma de defensa muy destacada.

La analogía espiritual es fácil de ver: entre los “dardos de fuego” de Satanás están la lujuria, la duda, la codicia, etc. “Pero la fe en Dios, sostenida en lo alto como un escudo, los detiene, apaga su llama y hace que caigan inofensivos al suelo” (CBA 6:1.045). Esta clase de fe es fe en acción, que incluye la verdad doctrinal pero va más allá de una mera creencia. Es una fe activa contra el enemigo. Por supuesto, no podemos salvarnos ni pelear contra el diablo nosotros mismos: nuestra batalla es elegir diariamente a Dios por sobre cualquier cosa.

 

Ir ArribaMiércoles 14 de noviembre: Yelmo y espada

El yelmo de la salvación en Efesios 6:17 está, tal vez, tomado de Isaías 59:17, aunque Pablo lo aplica en forma diferente. En Isaías 59, Dios viste el yelmo de salvación; en Efesios, se llama al cristiano a recibirlo. Mientras los elementos previos pueden haber sido diseñados para un soldado que debía ponérselos, el yelmo se le entrega. Tal vez es para enfatizar que la salvación se le “da” en su totalidad.

En 1 Tesalonicenses 5:8, Pablo habla del yelmo como la esperanza de la salvación. En Efesios 6:17, el yelmo es descrito, sencillamente, como la salvación. ¿Cómo puede este cambio de énfasis ayudarnos a explicar la forma en que la salvación puede ser un arma de defensa?

En el Nuevo Testamento, la salvación es una experiencia presente que culminará en la eternidad por medio de la liberación de toda clase de mal. El yelmo victorioso que Dios viste (Isa. 59:17) se le da al creyente como una protección. Siendo que la meta del diablo es privar a los cristianos de su salvación, la seguridad presente de la salvación que se le “da” al creyente, independientemente de sus propias obras, es un arma poderosa para sobrevivir al conflicto. Todo creyente puede, en cualquier conflicto espiritual, proclamar con el salmista: “Jehová Señor, potente salvador mío, tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla” (Sal. 140:7).

Después de mencionar el yelmo de salvación, Pablo habla de “la espada del Espíritu”, que es la Palabra de Dios. Compara este texto con Hebreos 4:12. ¿Qué verdad importante se trasmite en el contexto de nuestra batalla con Satanás?

La tentación de Cristo, registrada en Mateo 4:1 al 10, ilustra cómo la Palabra de Dios puede ser un arma efectiva. El pasaje también provee un incentivo para que los cristianos se fortifiquen con las verdades que están reveladas en ella.

Muchas fuerzas tratan de debilitar nuestra confianza en la Biblia. ¿Cuáles son algunas de esas fuerzas en tu propia sociedad, iglesia o cultura? ¿Cómo puedes defenderte contra todos los intentos (que a veces pueden ser muy sutiles) de debilitar tu confianza en la Palabra de Dios?

 

Ir ArribaJueves 15 de noviembre: Orando en todo tiempo

Efesios 6:18 comienza con la frase “orando en todo tiempo”, que sugiere que orar está conectado con los versículos anteriores. La idea es que, al recibir la armadura celestial y ponérsela, se necesita depender de Dios. Por eso, “la oración no es un arma más, sino es el espíritu, la manera en la cual debe llevarse la armadura completa y librarse la batalla. Pablo insta a sus lectores a que la oración sea en ellos un estado mental continuo, una actitud de permanente comunión con Dios” (CBA 6:1.045).

Lee Efesios 6:18. ¿Qué palabras asociadas con la amonestación respecto de la oración sugieren vigilancia y disciplina?

La Biblia llama a la gente a no dejar de orar (Luc. 18:1; Rom. 12:12; Fil. 4:6; Col. 4:2; 1 Tes. 5:17). Pero, en el contexto del combate con las fuerzas del mal, Pablo enfatiza, en Efesios 6, que en cada ocasión de la vida debe estar envuelta en oración. Esta actitud no es una demanda pequeña para los cristianos, porque nuestro primer instinto en momentos de dificultad es consultar a amigos y colegas, lo que está bien y tiene su lugar. Sin embargo, la oración debe ser siempre nuestra defensa y es algo que debemos estar “haciendo todo el tiempo”.

Efesios 6:18 comienza con “orando en todo tiempo” y sigue con la expresión “velando”. ¿Acerca de qué debemos estar velando, y por qué?

Cuando Jesús estuvo en el Getsemaní, a los discípulos a quienes encontró durmiendo, les dijo que velaran y oraran (Mar. 14:38). Y, antes de eso, Jesús les había advertido a todos los discípulos que velaran (Mar. 13:33-37). Desde la perspectiva de Lucas, velar está vinculado con la oración como algo constante que da fortaleza espiritual al cristiano. En Efesios 6:18, el énfasis está en orar por otros. Sin duda, al orar por otros, nosotros somos espiritualmente fortalecidos, y estamos mejor armados para el conflicto subsiguiente, más allá de cómo sea.

¿Por qué orar por nosotros es más importante espiritualmente que tener a otros que oren por nosotros? ¿Qué hace por ti la oración personal que las oraciones de otros no pueden hacer?

 

Ir ArribaViernes 16 de noviembre

Para Estudiar y Meditar:

Lee, “La importancia de buscar el verdadero conocimiento” Testimonios para la iglesia, t. 8, pp.326,328; “La lucha que tenemos por delante” Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 176, 177; “¡Oh Dios! Ayúdame a ascender”, Meditaciones matinales (1953), p. 108; “Llamamiento a alcanzar una norma más alta”, Hechos de los apóstoles, pp. 257-261.

“En cada alma luchan activamente dos poderes en procura de la victoria. La incredulidad ordena sus fuerzas, guiadas por Satanás, para separarnos de la Fuente de nuestra fortaleza. La fe ordena las suyas, dirigidas por Cristo, el Autor y Consumador de nuestra fe. El conflicto continúa hora a hora ante la vista del universo celestial. Esta es una batalla cuerpo a cuerpo, y el gran interrogante es: ¿Quién obtendrá el dominio? Cada uno debe decidir por sí mismo este asunto. Todos deben tomar parte en esta lucha, peleando en un bando o en el otro. En este conflicto no hay tregua [...] Se nos urge a prepararnos para esta acción. ‘Confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo’. La advertencia se repite: ‘Por lo tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo’ ” (HHD 330).

“Debemos ponernos cada parte de la armadura, y luego mantenernos firmes. El Señor nos ha honrado eligiéndonos como sus soldados. Luchemos valientemente para él procediendo correctamente en cada transacción. [...] No deis ocasión para que el enemigo hable mal de la verdad. Poneos vuestra coraza de justicia divinamente protegida que todos tienen el privilegio de llevar. Ella protegerá vuestra vida espiritual”.–“Comentarios de Elena G. de White” (CBA 6:1.119).

Preguntas para Dialogar:

  1. Esta lección enfatizó la lucha en la que todos estamos involucrados; sin embargo, somos parte de una comunidad más grande. ¿De qué modo, como comunidad, podemos ayudarnos unos a otros en muchos conflictos individuales? ¿Qué cosas prácticas puede hacer la comunidad para ayudar a aquellos que tienen necesidades espirituales?

  2. ¿Las imágenes militares cómo refuerzan la realidad de la lucha? ¿Por qué es importante mantener ante nosotros la realidad de este conflicto? ¿Quién puede imaginar que un soldado, en el campo de batalla, se olvide que está en una guerra? ¿Por qué es más importante para nosotros no olvidar esto?

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