Lecciones para adultos: "Crecer en Cristo"

Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2012

Lección 11: "La vida cristiana"

Para el 15 de diciembre de 2012

 

Enseña a tu clase | Bosquejo de la Lección | Resumen
Ciclo de Aprendizaje:
Motiva | Explora | Aplica | Crea

 

El sábado enseñaré...

 

Enseña a tu clase a:

Saber bosquejar las responsabilidades del cristiano en cuanto al tiempo, los talentos, y otros recursos personales y materiales, y sus responsabilidades hacia su familia y la comunidad.

Sentir la generosidad y el ejemplo de abnegación de Cristo.

Hacer: Dar generosamente como Dios ha dado.

 

Bosquejo de la Lección

1. Saber: Interesado, con simpatía, y sustentador

   1. ¿Qué riquezas nos da Dios, y cómo debemos devolvérselas?

   2. ¿Qué principios de mayordomía nos guían en relación con el don de tener posesiones y el de relacionarnos?

2. Sentir: La fuente de todo lo bueno

   1. ¿Qué ejemplo de generosidad dio Cristo?

   2. ¿Qué respuesta genera la benevolencia de Cristo, y cómo esas acciones nos protegen del egoísmo y la avaricia?

3. Hacer: Dar

   1. ¿De qué modo los cristianos les devuelven la benevolencia a Dios, a la familia, a la comunidad y al mundo?

   2. ¿En qué forma el cultivo de la belleza y santidad del matrimonio refleja la relación de un cristiano con Dios?

   3. ¿Cuáles son las responsabilidades civiles del cristiano en su vecindario, en su nación y más allá?

 

Resumen

Dios ha dado talentos a sus hijos y demostró, en la vida de Cristo, la abnegación que lo caracterizó. Sus hijos deben reflejar esa benevolencia en el uso que hagan de sus dones, y de sus recursos personales y materiales.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: El cristianismo práctico es vivir y administrar la vida de manera que refleje nuestro amor a Dios y a quienes nos rodean.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: En esta primera sección, la meta es ayudar a los miembros a reflexionar sobre qué es la vida cristiana práctica.

Análisis inicial: ¿Qué te sugiere la expresión cristianismo práctico? La lección de esta semana destaca temas que abarcan las relaciones empleado / empleador, los deberes cívicos, el matrimonio cristiano, la valía propia, el diezmo y la mayordomía. A todos estos temas los relaciona con el cristianismo práctico. Al reflexionar en ellos, la lección plantea la pregunta: ¿Cómo es nuestra experiencia cristiana en nuestra vida diaria?

Pregunta para dialogar: ¿De qué manera definirías un estilo de vida cristiano, y qué lo hace cristiano?

 

PASO 2: ¡Explora!

 

Comentario de la Biblia

Solo para los maestros: Es esencial profundizar en la relación entre Dios y nuestras posesiones, y en las consecuencias que ella plantea a nuestra fe y nuestro ofrendar en el contexto de nuestra experiencia diaria.

I. ¡No olvides!

(Repasa, con tu clase, Deut. 8:11-20).

El erudito J. A. Thompson afirma: “El Deuteronomio es uno de los libros mayores del Antiguo Testamento. Su influencia sobre la religión personal y la doméstica [...] no ha sido superada por ningún otro libro de la Biblia. Se lo cita más de ochenta veces en el Nuevo Testamento, y por eso pertenece a un pequeño grupo de cuatro libros del Antiguo Testamento al que los primeros cristianos hicieron frecuentes referencias”.–Deuteronomy: An Introduction and Commentary, p. 11). En Deuteronomio, los discursos de Moisés abarcan todo el trasfondo histórico de Israel, seguido por las leyes ceremoniales relativas a la adoración, los alimentos limpios e inmundos y los diezmos. Además, hay ordenanzas civiles y diversas leyes sobre el matrimonio, los padres y los hijos desobedientes.

También, en Deuteronomio 8 Moisés recuerda a los hijos de Israel las misericordias de Dios hacia ellos. Les dijo: “Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos [...] tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados [...] tierra en la cual no comeréis el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; [...] Y comerás, y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado” (vers. 7-10).

Nota la fuerte amonestación que sigue: “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre [...] y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día” (vers. 11-18).
El valor de estas palabras no solamente es un recordativo para los hijos de Israel de su deuda para con Dios por todo, sino también son significativas para nosotros hoy.

Jesús repite como un eco las palabras de Moisés acerca de las posesiones. Él habló sobre de las riquezas, el dinero y los bienes con mucha frecuencia. Lo hizo en conexión con la vida diaria. ¿Por qué? Parece que la amonestación de Moisés había sido olvidada. El mismo peligro existe hoy, al olvidar a Dios como nuestro Proveedor, y dar al dinero un poder similar al de los dioses, haciendo pensar a la persona que tiene el control y que es autónoma.

Considera: El dinero existe en el rango de las cosas que se pueden adorar. Según Moisés, ¿por qué Dios dio a su pueblo la capacidad de adquirir riquezas? ¿Cuál es el vínculo entre el dejar de guardar los mandamientos y adorar el dinero? ¿Cómo la obediencia a la ley es una salvaguardia contra la adoración de Mammón?

II. Fe y confianza

Para muchos hoy, la felicidad consiste en tener riquezas y posesiones. Es un mito, porque la verdad bíblica asevera que la bondad de la vida no consiste en la abundancia de bienes personales, y que el que ama el dinero nunca tendrá suficiente.

Esto nos lleva al centro de la vida cristiana práctica con respecto a la fe y la confianza. ¿En qué deposita típicamente la gente su fe cuando decide acerca de cómo ganar, dar o gastar su dinero? La respuesta cultural está centrada en su propia capacidad, su trabajo, su casa, las inversiones, los hijos, la educación, y las posesiones.

¿En quién dice la Biblia que debemos confiar? La respuesta es DIOS.

Por lo tanto, un cristiano vivirá con valores diferentes del consumismo. Se basará en la fe y será generoso en dar.

Considera: ¿Qué principios bíblicos deberían moldear nuestras actitudes y prácticas en el uso del dinero? ¿Qué dice la Biblia que es la verdadera fuente de felicidad? ¿Por qué el verdadero gozo no se encuentra en las cosas materiales?

III. Diezmos y ofrendas

Devolver el diezmo y dar ofrendas es un poderoso antídoto contra el peligro de olvidar a Dios y ser arrastrado por la cultura y sus mitos acerca de las posesiones y el dinero. Al diezmar fiel y regularmente, participamos en el acto de adorar, dando a Dios su lugar correcto, que es ser el primero en nuestras vidas.

La fe y las finanzas: Planificación financiera con un factor de fe, una publicación del departamento de mayordomía de la División Norteamericana, afirma: “Al diezmar, ponemos primero a Dios. Lo reconocemos como el Dueño de todo lo que tenemos entre manos. Admitimos que somos mayordomos y administradores” (p. 36).

demás presenta “Pasos sencillos para diezmar alegremente”, que aquí siguen, en forma abreviada y adaptada (pp. 36, 37):

Paso 1: Aceptar nuestra relación con Dios. Primero, la verdadera adoración proviene solo de un corazón que está en armonía con Dios. Por eso, el primer paso es aceptar nuestra relación con Dios.

Paso 2: Aceptar a Dios como Creador. El Creador provee para todas nuestras necesidades, y reconocemos esto en la devolución de nuestro diezmo. Al buscar primero su reino y su justicia, elegimos vivir una vida nueva, y diezmar nos ayuda a cambiar nuestras prioridades.

Paso 3: Renunciar a nuestra propiedad y aceptar la de él. Adoramos a Dios con nuestro diezmo para recordar que todo le pertenece a él y que necesitamos su ayuda para administrar el resto. De este modo, aceptamos nuestra responsabilidad de supervisar con cuidado todos los dones que él ha puesto a nuestro cuidado.

Paso 4: Reconocer el cuidado, la conducción y el amor de Dios. El diezmo que devolvemos a Dios nos recuerda que él cuida de nosotros y, que antes de que diezmemos, él ya ha provisto para todas nuestras necesidades diarias.

Paso 5: Aceptar que hemos de ser santos para Dios. Por cuanto él es el Dueño y nosotros le pertenecemos, él nos hace santos, y nos separa para su uso especial. Al diezmar, reconocemos que cada parte de nuestras vidas le pertenece a él. Así, el diezmo es una confesión de que también nosotros somos “puestos aparte” para Dios.

Paso 6: Reconsagrar nuestras vidas a Dios. Cuando aceptamos que el diezmo es santo, que pertenece a Dios, reconocemos nuestra bendición al manejar lo que es santo. Diezmar llega a ser una oportunidad para una reconsagración completa de nuestras vidas a Dios.

Considera: ¿De qué modo el diezmo es una herramienta para adorar a Dios? ¿De qué manera nos ayuda a poner primero a Dios en cada aspecto de nuestras vidas? ¿Cómo el diezmo es un reconocimiento tangible de nuestra relación con él?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Divide a los miembros de tu clase en pequeños grupos, y pídeles que analicen las siguientes preguntas. Luego, reúnelos otra vez e invítalos a compartir sus respuestas.

Actividad: Como Creador de todas las cosas, Dios nunca ha transferido la propiedad de su creación a la gente. Cuando reconocemos esta verdad, entonces toda decisión de gastos llega a ser una decisión espiritual. La pregunta entonces no es: “Señor, ¿qué quieres que haga con mi dinero”, sino: “Señor, ¿qué quieres que haga con tu dinero?”

1. ¿De qué forma podemos recordar permanentemente cuál es la propiedad de Dios?

2. ¿Cómo podemos ir más allá de un reconocimiento intelectual de que Dios es el propietario, y transferir esta información a nuestros corazones y a nuestras acciones diarias?

3. Además de devolver los diezmos y dar ofrendas, ¿qué otros dones podemos entregar a Dios?

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Puedes usar papeles y lápices, o sencillamente analizar las respuestas a las preguntas que siguen. Divide a la clase en pequeños grupos. Pide que los miembros realicen la actividad; al terminar, invita a cada grupo a dar su informe.
Actividad: Dentro de tu grupo, crea y escribe el epitafio de un mayordomo fiel. ¿Qué podría decir?

Pensamiento final: Los epitafios a veces alaban demasiado, o dicen muy poco. El problema de los epitafios es su brevedad: son cortos por necesidad. Después de todo, una piedra sepulcral tiene poca superficie sobre la cual escribir: apenas el nombre de la persona, y las fechas de nacimiento y muerte. El otro problema es la tendencia a “sentimentalizar” las cualidades del fallecido: alabar al peor pecador, con cualidades piadosas que nunca poseyó, tal vez para borrar los recuerdos dolorosos que pudo haber causado en vida.

Cualquiera sea el caso, un epitafio no siempre provee la vislumbre más exacta del carácter de la persona. Considera ahora el epitafio que escribiste. ¿Cómo puedes asegurarte de que no es ni una exageración ni una subestimación? O dicho de otra manera, ¿cómo pueden los principios que aprendiste esta semana ayudarte a vivir esta verdad en tu vida, y no ser una inscripción inflada en el mármol cuando estés dos metros bajo tierra?