Lecciones para adultos: "'Buscad a Jehová, y vivid' Grandes lecciones de los profetas menores"
Segundo trimestre (abril-junio) de 2013
Lección 12: "El mejor don del Cielo (Zacarías)"
Para el 22 de junio de 2013
Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes
Lee Para el Estudio de esta Semana: Zacarías 8; 9:9; 12:1-10; 13:7-9, 14; Mat. 21:9; Juan 19:37.
Para Memorizar: “Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra” (Zac. 9:16).
Pensamiento clave: Zacarías tiene algunas profecías mesiánicas maravillosas que señalan a Jesús y afirman nuestra fe en él.
EN EL CENTRO del mensaje bíblico se encuentra la historia más hermosa que alguna vez se contó, la del Dios Creador quien, en la persona de su Hijo, dejó la gloria del cielo para salvar a la humanidad del pecado y de la muerte. En la segunda mitad de Zacarías hay varias profecías mesiánicas –promesas proféticas del Antiguo Testamento acerca de Jesús–, de Aquel que hizo todo por nosotros.
Estas promesas específicas se dieron primero al pueblo de Dios que vivía en los peligrosos tiempos de Zacarías a fin de guardarlos concentrados en la promesa de la redención. Aunque el contexto original de estas profecías nunca debería ser ignorado, su importancia tampoco debería ser limitada a cumplimientos pasados. En cambio, consideraremos las maneras en las que se cumplieron en Jesús, cumplimiento que es universal, no local, porque produce un impacto en el destino último del mundo y no solo en los antiguos Israel y Judá.
Domingo 16 de junio: “El manto de un judío”
Comenzando con el capítulo 8, el libro de Zacarías da un giro radical. Una serie de mensajes enviados por Dios cuenta el futuro del mundo y el papel del pueblo de Dios en él. Algunos de los pasajes de estos capítulos no son fáciles de comprender, pero el futuro último es claramente positivo.
Lee Zacarías 8. ¿Qué principios puedes aprender de allí que es relevante para nosotros, como adventistas, y el llamado de Dios que recibimos?
El plan de Dios era que Jerusalén volviera a ser un lugar seguro en el que los ancianos podrían sentarse en las calles llenas de niños juguetones (Zac. 8:4, 5). Para los que habitaban una ciudad arrasada por conquistadores, la promesa de calles seguras para jóvenes y ancianos sonaba como un sueño.
En lugar de permanecer para siempre como una pequeña nación subordinada, el pueblo de Dios debía ser un imán al cual las naciones se acercaran para adorar al Señor, el Rey de toda la tierra (Zac. 14:9). El uso de la expresión “de toda lengua” en Zacarías 8:23 indica que la profecía preveía un movimiento universal.
Como Isaías (Isa. 2) y Miqueas, contemporáneo de Isaías, (Miq. 4), Dios le mostró a Zacarías que vendría el día cuando una multitud de personas de muchas ciudades y naciones subiría a Jerusalén a orar y buscar al Señor. La presencia de Dios en Sion se reconocería en general, como lo serían las bendiciones que vendrían sobre quienes lo adoraban.
Los informes de los evangelios cuentan que las promesas mesiánicas comenzaron a cumplirse por medio del ministerio de Jesucristo. En una ocasión, por ejemplo, Jesús dijo que cuando fuera levantado de la tierra, “a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32).
La iglesia de Cristo, también llamada “el Israel de Dios” (Gál. 6:16), posee el privilegio en nuestro tiempo de tener una parte en esa misión. Hemos de llevar la luz de la salvación a los confines de la tierra. De ese modo el pueblo de Dios puede ser una gran bendición al mundo.
Lee especialmente Zacarías 8:16, 17. En momentos en que nuestra iglesia está buscando un reavivamiento y una reforma, ¿cómo podemos aprender a evitar las cosas que Dios dice que aborrece?
Lunes 17 de junio: El rey de paz
Lee Zacarías 9:9. ¿Cómo se aplica esto a Jesús en el Nuevo Testamento? Ver Mat. 21:9; Mar. 11:9, 10; Luc. 19:38; Juan 12:13-15.
La entrada triunfal de Jesús consistió en que el futuro Rey entrara a Jerusalén cabalgando sobre un asno. En la Biblia, la alegría y los gritos de gozo se asociaban especialmente con la celebración de Dios como Rey (Sal. 47, 96, 98). Este tierno Gobernante traería justicia, salvación y una paz duradera, y su dominio llegaría hasta los fines de la tierra.
Cuando Jesús entró triunfante sobre un asno a Jerusalén, solo unos días antes de su muerte, un gran número de personas celebraron su llegada. Algunos se alegraban esperando que Cristo derrocara el poder de Roma y estableciera el reino de Dios en Jerusalén. En lugar de permitirse ser el rey de Israel, Jesús murió en la cruz y luego se levantó de su tumba. Sin duda, chasqueó a muchos de sus seguidores, que buscaban a un líder militarista. Lo que ellos querían no era nada en comparación con lo que, en cambio, recibirían por medio de la muerte de Jesús.
“Cristo seguía la costumbre de los judíos en cuanto a una entrada real. El animal en el cual cabalgaba era el que montaban los reyes de Israel, y la profecía había predicho que así vendría el Mesías a su reino. No bien se hubo sentado sobre el pollino cuando una algazara de triunfo hendió el aire. La multitud le aclamó como Mesías, como su Rey. Jesús aceptaba ahora el homenaje que nunca antes había permitido que se le rindiera, y los discípulos recibieron esto como una prueba de que se realizarían sus gozosas esperanzas y le verían establecerse en el trono. La multitud estaba convencida de que la hora de su emancipación estaba cerca” (DTG 524).
Mucho se ha escrito acerca de cómo la multitud, cuando las cosas parecían buenas, estaba entusiasmada con Jesús; cuando las cosas no iban bien, sin embargo, muchos de la misma multitud se alejaron de él (y algunos hasta se volvieron abiertamente contra él). ¿Qué podemos aprender de este incidente acerca del peligro de falsas expectativas? Reclamas una promesa de curación, por ejemplo, o la victoria sobre un pecado, y no ves los resultados que esperabas. ¿Cómo puedes desarrollar una fe que no falle, aun cuando las cosas no salgan como esperabas o como habías pedido en oración que salieran?
Martes 18 de junio: Al que traspasaron
Los capítulos 12 al 14 de Zacarías revelan varias cosas que podrían haber ocurrido si Israel hubiese sido fiel a Dios. Primero, el Señor le habría dado la victoria total sobre los poderes del mal y sobre las naciones hostiles que hubieran tratado de oponerse a su plan de salvación (Zac. 12:1-9). Aunque Jerusalén había de ser el instrumento de Dios para este triunfo, la victoria misma habría ocurrido por la intervención del Señor. Al final, el enemigo habría sido derrotado y destruido totalmente.
Zacarías 12:10 marca la transición del movimiento desde la liberación física, de lo que habría sucedido si Israel hubiese sido fiel, a la liberación espiritual del pueblo fiel de Dios. Al obtener la victoria, el pueblo de Dios abrazaría a su Señor. El Espíritu divino de gracia y de suplicación sería derramado sobre los dirigentes y el pueblo. Esta obra de convicción del Espíritu resultaría en un arrepentimiento y un reavivamiento espiritual de gran alcance, algo que nuestra iglesia está buscando.
Mientras Dios derrama su Espíritu, su pueblo considera a Aquel a quien traspasaron y lamentan sobre él como quien lamenta sobre la muerte de un hijo único. La palabra hebrea para “traspasaron” siempre describe algún tipo de violencia física, que generalmente resulta en muerte (Núm 25:8; 1 Sam. 31:4). La intensidad del dolor del pueblo se realza por la percepción de que sus propios pecados causaron la muerte de Jesucristo.
Lee Zacarías 12:10. ¿De qué modo el apóstol Juan conecta este pasaje con la crucifixión de Cristo y su segunda venida? Ver Juan 19:37; Apoc. 1:7.
Es muy interesante que una interpretación tradicional judaica sostiene que este versículo apunta a la experiencia del Mesías. Por supuesto, están en lo correcto: está hablando acerca de Jesús y de su muerte en la cruz (compara con Isaías 53).
“Las escenas del Calvario despiertan la más profunda emoción. Tendrás disculpas si manifiestas entusiasmo por este tema. Que Cristo, tan excelso e inocente, hubiese de sufrir una muerte tan dolorosa y soportar el peso de los pecados del mundo, es algo que nuestros pensamientos e imaginaciones no podrán nunca comprender” (TI 2:192). ¿Cómo puede crecer tu aprecio por lo que su muerte significa para ti y por lo que te ofrece?
Miércoles 19 de junio: El buen pastor
Durante siglos los lectores de la Biblia, tanto judíos como cristianos, encontraron que el libro de Zacarías tiene numerosas referencias al Mesías y a los tiempos mesiánicos. Por supuesto, los cristianos han comprendido que estos pasajes se aplican a la vida y el ministerio de Jesucristo: el Rey triunfante aunque pacífico (Zac. 9:9), el que fue traspasado (Zac. 12:10), el Pastor que fue herido (Zac. 13:7).
En Zacarías 13:7 al 9 se muestra al profeta una escena en la que la espada del juicio de Dios sale contra el Buen Pastor. En una ocasión previa el profeta vio que se levantaba la espada contra el “pastor inútil” (Zac. 11:17). Pero en este pasaje el Buen Pastor es herido, y el rebaño se dispersa. Su muerte resulta una gran prueba para el pueblo de Dios, durante la cual algunos perecen; no obstante, todos los fieles quedan refinados.
Lee Mateo 26:31 y Marcos 14:27. ¿Cómo aplicó Jesús esta profecía a lo que sucedería esa noche? Más importante, ¿qué debe enseñarnos todo este incidente, el de los discípulos que huyeron frente a la adversidad (ver Mat. 26:56 y Mar. 14:50)? ¿Qué nos dice acerca de la fidelidad de Dios en contraste con la infidelidad humana?
La imagen de Dios como pastor se encuentra en muchos lugares de la Biblia. Comienza en el libro de Génesis (Gén. 48:15; “el Dios que ha sido mi pastor”, BJ), y termina en Apocalipsis (Apoc. 7:17). Por medio de Ezequiel, Dios reprendió a los pastores irresponsables de su pueblo, y prometió buscar a las ovejas perdidas y cuidar de ellas. Aplicando estas palabras a sí mismo, Jesús declaró que él es el Buen Pastor que pone su vida por las ovejas (Juan 10:11).
Piensa en las ocasiones en las que has sido infiel a Dios. A pesar de eso, ¿cómo sigue él mostrándote misericordia y gracia? ¿Cuál debe ser tu respuesta a esa misericordia y gracia?
Jueves 20 de junio: Rey de todo el mundo
Lee Zacarías 14. ¿Cómo hemos de entender lo que se dice aquí?
En el último capítulo, Zacarías describe un día cuando todas las naciones no arrepentidas se reunirán contra Jerusalén. A último momento, Dios intervendrá y liberará a su pueblo, y establecerá su reino eterno sobre la tierra. Después, todos los adversarios serán destruidos y todas las naciones adorarán al único verdadero Dios. El Señor será rey sobre todo el mundo. Habrá un solo Dios y su nombre será exaltado sobre todos los nombres. El gran “YO SOY” expresa todo lo que Dios es y siempre será. Aunque estas cosas debieron haber ocurrido si Israel hubiese sido fiel, todavía se cumplirán, pero en una escala mayor, durante la redención final del pueblo de Dios.
Cuando Zacarías anunció la venida del Mesías, no separó su primera venida de su segunda venida. Igual que otros profetas, él vislumbró el reino del Mesías como un futuro glorioso. Solo a la luz de la primera venida de Cristo podemos ahora distinguir entre las dos venidas. Agradecemos todo lo que realizó para nuestra salvación en el Calvario y esperamos con gozo el eterno reino de Dios (ver Dan. 7:14).
Al final de este libro profético se describe a Jerusalén en su gloria, exaltada, llena de gente y segura. Los salvados de todas las naciones participarán en la adoración del Rey eterno. La ciudad de Jerusalén entera estará llena de la santidad del templo.
Cuando se estudian estas promesas junto con la enseñanza general de la Biblia, llegamos a la conclusión de que su cumplimiento definitivo sucederá en la Nueva Jerusalén, donde el pueblo de Dios de todas partes se reunirá y lo adorará por siempre. Esto ocurrirá solo después de la segunda venida de Jesús. Los temas de sus alabanzas perpetuas serán el Dios de la salvación, su bondad y poder, así como lo expresa el famoso Canto del Mar, que concluye: “Jehová reinará eternamente y para siempre” (Éxo. 15:18). Los profetas antiguos y el pueblo fiel del pasado miraron con ansiosa expectativa hacia este evento culminante.
Medita en la redención final que se nos promete: un cielo nuevo y una tierra nueva sin pecado, muerte, sufrimiento o pérdidas. ¿Qué razones tienes para esta esperanza, y cómo puedes mantenerlas ante ti, especialmente en momentos de dificultades y dolor?
Para Estudiar y Meditar:
“En los días más sombríos de su largo conflicto con el mal, le fueron dadas a la iglesia de Dios revelaciones del propósito eterno de Jehová. Se permitió a sus hijos que mirasen más allá de las pruebas presentes hacia los triunfos futuros, al tiempo cuando, habiendo terminado la lucha, los redimidos entrarán en posesión de la tierra prometida. Estas visiones de gloria futura, cuyas escenas fueron descritas por la mano de Dios, deben ser apreciadas por su iglesia hoy, cuando se está acercando rápidamente el fin de la controversia secular y se han de cumplir en toda su plenitud las bendiciones prometidas...
“Las naciones de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de los hombres aclamarán de gozo, mientras Dios y Cristo se unirán para proclamar: No habrá más pecado ni muerte” (PR 533, 541).
Preguntas para Dialogar:
Por mucho que los seres humanos han luchado para mejorar las cosas en nuestro mundo, el mundo sigue empeorando. De acuerdo con la Biblia, solo cuando Cristo retorne y rehaga este mundo será el paraíso que tanto anhelamos. Aunque conocemos esta verdad, ¿por qué todavía se nos pide que traigamos a este mundo toda el bienestar, la curación y el solaz que podamos?
La sección del jueves señaló el importante hecho de que muchas profecías del Antiguo Testamento acerca de la venida de Jesús parecían referirse a un solo evento, no a dos. ¿Qué nos dice eso acerca de cuán estrechamente vinculadas están la primera y la segunda venidas, en términos del plan de salvación? ¿Por qué esto es así? ¿Por qué sin la primera venida no podría haber segunda; y por qué sin la segunda venida, la primera no serviría de nada?
Al buscar un reavivamiento y una reforma entre nosotros, ¿qué podemos aprender del estudio de Zacarías que puede ayudarnos, individualmente y como iglesia, a estar preparados para el derramamiento del Espíritu Santo, que es vital para el reavivamiento y la reforma que tan fervientemente necesitamos?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Juan 12:44,45.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Servid al señor de todo corazón basada en Colosenses 3:23-24.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Fábulas por arte compuestas basada en Daniel 8:14.
Envíe su Pedido de Oración, sus peticiones serán tratadas de una forma confidencial.
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