Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "El Discipulado"

Primer trimestre (enero-marzo) de 2014

Lección 6: "Discipular a los “comunes”"

Para el 8 de febrero de 2014

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 1 de febrero

Lee Para el Estudio de esta Semana: Lucas 2:21-28; Mateo 15:32-39; 16:13-17; Lucas 2:6, 7; 13:1-5; Santiago 2:1-9.

Para Memorizar: “Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron” (Mar. 1:16-18).

La muerte de Cristo fue el gran ecualizador: mostró que todos somos pecadores con necesidad de la gracia de Dios. A la luz de la cruz, las barreras étnicas, políticas, económicas y sociales se derrumban. No obstante, algunas veces, en nuestra ganancia de almas, olvidamos esa verdad vital, y procuramos ganar especialmente a los que podrían considerarse “honorables” o “grandes” a los ojos del mundo.

No pasa lo mismo con Jesús, quien vio la insignificancia y vaciedad de la grandeza y el honor mundanos. De hecho, en muchos casos, fueron las personas más “exitosas” –los fariseos bien ubicados, los ricos saduceos y la aristocracia romana– los que lo afligían más. En contraste, la gente “común” –carpinteros, pescadores, labriegos, dueñas de casa, pastores, soldados y siervos– se reunían alrededor de él y lo aceptaban.

 

Ir ArribaDomingo 2 de febrero: Comienzos humildes

Lee Lucas 2:21 al 28, Marcos 6:2 al 4 y Levítico 12:8. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la clase económica en la cual nació Jesús? ¿Cómo influiría esa clase en su ministerio?

La ofrenda de purificación de José y María claramente indicaba su trasfondo económicamente pobre. Esta tradición surgió de la legislación mosaica registrada en Levítico 12:8, que requería que se llevara un cordero para esta ofrenda. Sin embargo, una excepción compasiva había hecho provisión para los pobres: se podía sustituir el cordero por palomas. De este modo, desde el mismo comienzo –desde su nacimiento en un establo hasta la ofrenda que dieron sus padres– se describe a Jesús como habiendo asumido su humanidad en un hogar de gente pobre y “común”. De hecho, la evidencia arqueológica también parece indicar que el pueblo de Nazaret, donde Jesús pasó su niñez, era una aldea pobre y, además, sin importancia. Y aunque el oficio de carpintero es honorable, ciertamente no lo colocó entre la “élite”.

“Los padres de Jesús eran pobres y dependían de su trabajo diario para su sostén. Él conoció la pobreza, la abnegación y las privaciones. Esto fue para él una salvaguardia. En su vida laboriosa, no había momentos ociosos que invitasen a la tentación. No había horas vacías que preparasen el camino para las compañías corruptas. En cuanto le era posible, cerraba la puerta al tentador. Ni la ganancia ni el placer, ni los aplausos ni la censura podían inducirle a consentir en un acto pecaminoso. Era sabio para discernir el mal, y fuerte para resistirlo” (DTG 52).

El Creador de todo lo que fue hecho (ver Juan 1:1-3) entró en la humanidad no simplemente como un ser humano, un infante –lo que ya habría sido asombroso–, ¡sino en el hogar de una familia relativamente empobrecida! ¿Cómo hemos de responder a algo tan increíble? ¿Cuál es la única manera de responder?

 

Ir ArribaLunes 3 de febrero: Transformar lo “común”

Lee Juan 2:1 al 11 y Mateo 15:32 al 39. ¿Cómo usó Jesús los deseos y necesidades sencillos de todos los días para hacer discípulos y transformar vidas?

Personas “comunes” comparten los deseos físicos, emocionales y sociales naturales. Quieren alimento físico, importancia personal y amistad. Jesús comprendió estas características, poniéndose en situaciones sociales que proporcionasen oportunidades de alcanzar a la gente por medio de estos deseos universales.

Sea que Jesús transformara el agua en jugo de la uva sin fermentar o cambiara pescadores en predicadores (Mar. 1:16-18), él se especializaba en transformar lo ordinario o común en lo extraordinario. Los espectadores con frecuencia le pedían a Jesús sus credenciales personales (Mar. 6:3) o cuestionaban la ausencia de ostentación. Como habían anhelado lo extraordinario, pasaban por alto lo que consideraban ordinario, y lo hicieron con lo que era una pérdida eterna en potencia.

Muy a menudo buscó Jesús personas que eran consideradas comunes u ordinarias, que no tenían suficiencia propia y estaban preparadas para confiar completamente en Dios para su éxito. La gente que está enamorada de sus talentos, habilidades y realizaciones, con frecuencia, no puede sentir la necesidad de algo más grande que ellos mismos. ¡Qué engaño horrible! Muchos entre los contemporáneos de Cristo poseían una educación académica, posición social o riqueza personal superiores. Sin embargo, sus nombres hace mucho que se han olvidado, mientras que se recuerda a personas comunes –agricultores, pescadores, carpinteros, pastores, alfareros, dueñas de casa, sirvientes domésticos, etc.– que fueron transformados en testigos extraordinarios de Cristo.

Todos tendemos a admirar a los muy exitosos y muy ricos, ¿verdad? ¿Cuánto de esa actitud ves en ti? ¿Cómo puedes aprender a mantener ante ti el valor de todas las personas, no importa su situación, fama o riqueza?

 

Ir ArribaMartes 4 de febrero: El llamado de un pescador con fallas

En el Nuevo Testamento, Pedro se destaca como uno de los discípulos más influyentes. De hecho, terminó siendo la persona más influyente en toda la historia humana. ¡Qué decir acerca de cambiar algo “ordinario” en extraordinario!

Lee los siguientes textos. ¿Cómo nos ayudan a comprender la manera en que Pedro fue tan radicalmente transformado a pesar de sus tremendas fallas?

Lucas 5:1 al 11. ¿Qué dijo Pedro aquí que mostraba que estaba abierto a su necesidad de Jesús? ¿Por qué este rasgo es tan vital para cultivarlo en nuestra propia vida?

Mateo 16:13 al 17. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de Pedro y su apertura al Espíritu Santo?

Mateo 26:75. ¿Qué vemos también aquí, que nos da una vislumbre de Pedro y del modo en que Dios pudo usarlo?

Sin duda, Jesús pasó mucho tiempo con Pedro, y Pedro tuvo muchas experiencias valiosas con él. Aunque era solo un pescador “común u ordinario” con muchas fallas, a causa del tiempo que pasó con Jesús, Pedro se convirtió radicalmente, incluso después de cometer algunos errores penosos, como la triple negación de Jesús, que este había predicho.

Aunque la historia de Pedro tiene muchas facetas, desde el momento en que tuvo sus primeras vislumbres de quién era Jesús, se percató de sus propios errores y los reconoció. Por eso, con paciencia y tolerancia, Jesús pudo transformar el carácter defectuoso de Pedro en el de alguien que ayudó a cambiar el curso de la historia.

¿Por qué debemos ser muy cuidadosos al emitir juicio sobre quienes podríamos considerar no “salvables”? ¿Por qué es tan fácil hacer esto?

 

Ir ArribaMiércoles 5 de febrero: Evaluación del cielo

Un evangelista una vez celebró (y tal vez se jactó de) la asistencia de personas de clase alta a sus seminarios. Pero, uno esperaría que igualmente celebrara la asistencia de personas más “ordinarias”.

Con Cristo no existen distinciones de clases; ninguna era “ordinaria”; todos eran una excepción. No sorprende, entonces, que Jesús alcanzaba a las masas con ilustraciones comunes y lenguaje directo. Nada en sus maneras sugería que alguien fuera excluido de sus preocupaciones. Los discipuladores modernos deben cuidarse igualmente de dar la impresión de que consideran a algunos más altamente que a otros en cuanto al esfuerzo por alcanzarlos.

Lee Lucas 12:6 y 7, 13:1 al 5, y Mateo 6:25 al 30. ¿Qué enseñan estos textos acerca del valor de cada persona? Por supuesto, es fácil para nosotros decir que creemos esto, pero ¿de qué modo podríamos ser culpables de hacer distinciones que la universalidad de la Cruz ha erradicado para siempre?

Las aves más baratas en el mercado eran los gorriones. Se podía comprar un par de ellos por un assarion, la moneda de cobre más pequeña y de menor valor. No obstante, el Cielo no olvidó a los gorriones aunque fueran vulgares e insignificantes.

¿Cuánto más es en el caso del hombre, por quien Cristo murió? Cristo murió por nosotros, no por las avecillas. La cruz demuestra, de manera que no podemos siquiera comenzar a profundizar, el “valor infinito” (tomando una frase que Elena de White usó mucho) de cada ser humano sin que importe su condición en la vida (una situación que a menudo no es más que una fabricación humana, basada en conceptos y atributos que no tienen sentido para el Cielo o, incluso, que son contrarios a los principios del Cielo mismo).

Elena de White escribió que “Cristo habría muerto por una sola alma para que ella viva por los siglos sin fin” (TI 8:80). ¡Un alma! Medita en las implicaciones de este concepto increíble. ¿Cómo debería esto influir en la manera en que consideramos no solo a los demás, sino también a nosotros mismos?

 

Ir ArribaJueves 6 de febrero: Una sociedad sin clases

Tal vez, la característica más socialmente atractiva del cristianismo primitivo fue la ausencia de distinción de clases. Los muros divisorios se derrumbaron bajo el peso del evangelio. La persona común triunfó mediante Cristo. Cristo transformó lo ordinario en extraordinario. Los carpinteros y los cobradores de impuestos, los picapedreros y reinas, los sirvientes domésticos y los sacerdotes, los griegos y los romanos, los hombres, las mujeres, los ricos y los indigentes todos llegaron a ser iguales dentro del reino de gracia de Cristo. En realidad, la comunidad cristiana había de ser una “sociedad sin clases”.

¿Qué enseña cada uno de los siguientes textos acerca de que todos somos humanos por igual? Considerando el trasfondo cultural de la época y el de los escritores bíblicos mismos, ¿por qué puede no haber sido fácil para ellos captar este concepto vital? Gál. 3:28, 29; Sant. 2:1-9; 1 Ped. 1:17; 2:9; 1 Juan 3:16-19.

Lee Hechos 2:43 al 47 y 4:32 al 37. ¿De qué manera aplicó la iglesia primitiva, en la práctica, el principio de la aceptación universal? ¿Cómo permitió la expansión del cristianismo primitivo el concepto de que Dios ama a las personas comunes, ordinarias? Al mismo tiempo, necesitamos preguntarnos: ¿Cuán bien aplicamos nosotros, individual y colectivamente, estos principios al modo en que ministramos al mundo? ¿Qué clase de cosas nos dificultan mejorar en esta área importante?

 

Ir ArribaViernes 7 de febrero

Para Estudiar y Meditar:

Lee “La obra de la vida”, La educación, pp. 269, 270; y “La obra a favor de la clase media”, El evangelismo, pp. 411, 412.

“En esta etapa final de la tarea de predicar el Evangelio hay un vasto campo que ocupar y, más que nunca antes, la obra debe alistar ayudantes de entre el común del pueblo. Tanto jóvenes como mayores serán llamados del campo, del viñedo y del taller, y enviados por el Maestro para dar su mensaje. Muchos de ellos habrán tenido pocas oportunidades de educarse, pero Cristo ve en ellos cualidades que los capacitarán para cumplir su propósito. Si hacen la obra con todo el corazón y siguen aprendiendo, Cristo los capacitará a fin de que puedan trabajar para él” (Ed 269, 270).

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿Por qué Jesús fue un discipulador tan efectivo entre el común del pueblo? ¿Por qué su mensaje no fue tan bien recibido entre la élite social y los ricos? ¿De qué modo la crianza humilde de Jesús puede haber contribuido a su efectividad en alcanzar los corazones y las mentes de la gente común? ¿Cuán efectivo podría haber sido Jesús en alcanzar a la persona corriente si hubiera venido como un príncipe real o un rico terrateniente?

  2. Lee 1 Corintios 1:26 al 29 en la clase. ¿Cuáles son los puntos clave? Lee cuidadosamente donde Pablo escribió que “lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”. ¿Qué significa esto? ¿Cómo, en el contexto de ser un cristiano, hemos de entender esta idea fascinante? ¿De qué modo muestran estos versículos cuán retorcidos y pervertidos son las maneras del mundo? ¿De qué forma podemos asegurarnos de que nosotros mismos no hayamos caído en estas maneras corruptas?

  3. ¿Qué pueden hacer nuestros grupos de estudio de la Biblia a fin de ser más amigables con la gente “común”? ¿De qué manera esto puede afectar nuestra elección de traducciones de la Biblia? ¿Por qué deberían los discipuladores concentrarse en asuntos prácticos en vez de en temas teóricos, especialmente cuando se trata de alcanzar a la gente que está herida y necesita ayuda?

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