Lecciones para adultos: "El Discipulado"
Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2014
Lección 12: "La siega y los segadores"
Para el 22 de marzo de 2014
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El sábado enseñaré...
Saber que el éxito por ser un discípulo no depende de títulos o líneas de autoridad.
Sentir el deseo de vivir una vida de servicio.
Hacer: Permitir que el Espíritu Santo nos guíe a personas y lugares donde podamos hacer el mayor bien posible.
Saber: La norma de Jesús de ser útil fue, frecuentemente, diferente de la nuestra.
¿A qué clase de gente parecía que prefería Jesús?
¿Por qué parece que estuviéramos cautivados por títulos y autoridad, aun en la iglesia?
Sentir: Humildad y paciencia son más apreciadas que el poder y la influencia terrenales.
Trata de recordar alguna iniciativa evangelizadora reciente. ¿Qué evidencias nos indican que fue guiada por el Espíritu Santo?
¿Por qué se considera que la paciencia es una virtud? ¿Dónde habría estado Pedro si hubiera esperado para salir de la barca?
Hacer: Permitir que el Espíritu Santo obre por medio del pueblo de Dios no es tan fácil como suena.
¿Cuán dispuesta está tu congregación a tratar métodos nuevos para alcanzar a tu comunidad? Analiza maneras en las que podrían ser más abiertos.
¿Cuán preparada está tu congregación para permitir que sus miembros usen sus dones espirituales, y qué se podría hacerse para animar a los miembros a usarlos más plenamente?
¿Podemos recibir el Espíritu Santo sólo orando por ello? De no ser así, ¿qué otra cosa deberíamos hacer?
No usamos al Espíritu Santo; el Espíritu Santo nos usa a nosotros. Pero, a menudo, estamos tan atados por nuestras tradiciones que las oportunidades de usar nuestros dones espirituales pasan sin ser advertidas. ¿De qué modo podemos evitar que suceda esto?
Texto destacado: Juan 15:8.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Hoy los discípulos demuestran la autenticidad de su experiencia si ésta refleja claramente la experiencia de su Maestro.
Solo para los maestros: Todo el que acepta a Cristo como su Salvador y es bautizado por el Espíritu Santo recibe dones espirituales. Los dones varían de una persona a otra, pero se dan para nutrir y alcanzar a otros. La pregunta no es: ¿Tengo un don espiritual?, sino más bien ¿Cuáles son mis dones, y cómo los estoy usando?
Actividad/diálogo inicial: Escribe los siguientes dones espirituales en un papel grande o una pizarra, o bien, lee la lista que sigue:
Profecía
Enseñanza
Milagros
Sanidad
Ayuda/Servicio
Administración
Lenguas
Evangelización
Pastorado
Consuelo/ánimo
Misericordia
Etc.
Con esta lista, hagan dos cosas: Primero, pidan por turno a los miembros de la clase cuál piensan que es el don que tiene cada uno.
Segundo, pide que cada miembro de la clase les pregunte a los demás cuál creen ellos que son los dones espirituales de él.
Nota: No permitas que la clase confunda “dones del Espíritu” con “frutos del Espíritu” (amor, gozo, paz, paciencia, etc.).
Solo para los maestros: A veces tendemos a dar la impresión de que algunos dones espirituales son más importantes que otros, lo que es equivalente a asignar más importancia a ciertas partes del cuerpo que a otras, cuando en realidad, todos son esenciales para el conjunto. Esta lección ofrece la oportunidad de afirmar a cada persona en tu clase, con el o los dones espirituales que recibió.
Comentario de la Biblia
I. Permanecer
(Repasa, con tu clase, Juan 15:1-8.)
El ambiente de este pasaje es la Última Cena. Jesús sabía que en pocas horas, después de hacer estas afirmaciones sería arrestado, juzgado y condenado. Sus discípulos serían esparcidos, estarían confundidos y atemorizados. Por lo tanto, era la última oportunidad que tenía Jesús para comunicar conceptos importantes que les serían útiles a sus discípulos en las semanas, meses y años siguientes.
Jesús es inequívoco. Nuestro éxito como discípulos gira alrededor de una cosa: permanecer en él. En otras palabras, una conexión con Cristo produce frutos. Tristemente, la mayoría de las veces, la instrucción consiste en animar a las personas a tener éxito, llevar fruto y obedecer a Dios. El problema que tenemos hoy es que a muchos no se les enseñó cómo mantenerse conectados.
Permanecemos conectados con Cristo al cultivar las disciplinas espirituales que han servido a los cristianos durante siglos: el estudio de la Biblia, la oración, la testificación y el servicio. Una vida cristiana que abarca estas disciplinas no puede sino mostrar buenos resultados.
No solo tendremos resultados, sino también glorificaremos a Dios en el proceso. Jesús dijo: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15:8).
Considera: Las ramas que están unidas al tronco no pueden sino dar fruto. Es una consecuencia natural de su conexión con el tronco. Por eso, en lugar de “tratar” de llevar fruto, deberíamos animarnos mutuamente a permanecer conectados. Pero ¿de qué forma, exactamente, podríamos hacerlo? ¿Cómo se lograría esto en tu iglesia local?
II. La siega
(Repasa, con tu clase, Mat. 9:35-38.)
Aquí hay algo que puedes haber considerado o no: la cosecha viene al final del proceso que incluyó preparar el suelo; plantar la semilla, regarla, cultivarla; y, luego, cosechar.
Nuestro pasaje comienza con el versículo: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mat. 9:35).
Jesús podía decir: “La mies es mucha” (vers. 37), porque él había dedicado mucho tiempo y esfuerzo en producirla. Los discípulos de hoy se perjudican si imaginan que todo lo que hace falta para la siega es tener más segadores. Sin embargo, la labranza es dura no porque la cosecha sea dura, sino porque se requieren mucho tiempo y energía para preparar la cosecha. Los agricultores esperan la siega porque significa el final del trabajo duro y agotador. Por eso el salmista lo describe con las famosas palabras: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas” (Sal. 126:6).
Considera: Mirar la siega como un evento aislado sin relación con otras actividades que realiza la iglesia a lo largo del año es prepararnos para la frustración. No podemos cosechar lo que no hemos plantado y cultivado. ¿A qué actividades te sientes llamado: a preparar el suelo, a sembrar, a nutrir o a cosechar? ¿De qué manera te sientes preparado para hacer esas cosas?
III. Encontrar
(Repasa, con tu clase, Luc. 15:1-32.)
Estas tres parábolas paralelas –que están entre las más conocidas de la Biblia– sirven para enseñarnos algunas lecciones importantes.
La parábola de la oveja perdida (Luc. 15:3-7) nos recuerda que atender las ovejas es trabajo duro. Es una tarea de 24 horas por día siete días por semana. Esto es porque el trabajo del pastor no es solo cuidar las ovejas, sino protegerlas de los predadores. Cuando una de ellas se pierde, su tarea es encontrarla.
Según la historia de Jesús, el pastor se arriesga a perder todas al dejarlas en el desierto para buscar a la perdida. Sin embargo, vale la pena el riesgo porque cuando encuentra a la perdida, el pastor vuelve con alegría.
La parábola de la moneda perdida (vers. 8-10) trata sobre el valor. La moneda perdida, aunque está perdida, retiene su valor. Por eso, la mujer se toma tanto trabajo y tiempo para recuperarla. Mientras está perdida, es inútil. El problema es que la moneda, a diferencia de la oveja, no sabe lo que ocurre. Esta percepción del problema de la moneda –la impotencia total de esta para revertir su situación– pone una carga extra sobre la mujer, lo que la lleva a buscarla con más diligencia. Cuando la mujer la encuentra, se alegra porque su valor le ha sido restaurado.
La parábola del hijo pródigo (vers. 11-32) trata del amor eterno de un padre. El padre le da a su hijo menor la parte de la herencia, sabiendo muy bien que no resultará nada bueno de ello. Y claro, el hijo desaparece y lo mismo pasa con la herencia.
Meses (años) más tarde, el hijo regresa al abrazo de su padre feliz, quien inmediatamente hace una fiesta para celebrar el regreso de su hijo. Sin embargo, la celebración se estropea cuando el hijo mayor rehúsa unirse a la fiesta. Sus palabras a su padre son instructivas: “He aquí, tantos años te sirvo...” (vers. 29). ¿Te fijaste en esto? Él se siente un esclavo, no un hijo. No deja la chacra como su hermano menor pero, por algún pervertido sentimiento de obligación, se cree un esclavo en lugar de un hijo. Así que mientras estuvo en la chacra, está tan perdido como su hermano. Por eso, mientras el padre celebra, el hijo mayor rehúsa unirse a la fiesta.
Considera: Estas tres parábolas fueron presentadas como respuesta a la acusación: “Este [Jesús] a los pecadores recibe, y con ellos come” (vers. 2). Es posible que Jesús utilizara las parábolas para ilustrar que lo peor acerca de estar perdido es no tener a nadie que se interese por ti o que celebre tu retorno. O tal vez el propósito de Jesús al contar estas historias era decir que, a menos que estemos involucrados en la búsqueda y hallazgo de los perdidos, no somos plenamente sus discípulos.
Preguntas para dialogar:
¿Qué actividades en las que está involucrada tu iglesia local pueden considerarse “actividades de siembra”? ¿Qué actividades son “actividades de nutrir/cultivar”? ¿Qué actividades son “actividades de cosecha”?
¿Está abierta tu iglesia local a dar la bienvenida a personas que practican el pecado abiertamente y a comer con ellas? ¿Qué están haciendo específicamente para demostrar esto?
¿Cuándo encontraste difícil “entrar en la fiesta”? ¿Qué tuvo que hacer el Padre para hacerte cambiar tu decisión?
Solo para los maestros: Alguien puede decir que la razón por la que no hay mucha cosecha es que no hay muchos segadores. Pero ¿qué indica que si tuvieras más segadores habría una cosecha mayor?
Aplicación a la vida:
Los agricultores saben qué campos están listos para cosechar. No pierden tiempo en campos donde el trigo todavía no está maduro. ¿Qué poblaciones en tu comunidad están listas para ser cosechadas?
Solo para los maestros: Piensa en una línea de montaje: los automóviles (o máquinas de lavar, o computadoras, etc.) no se ensamblan solos. Pasan por un proceso. En cada estación, se añade otro componente hasta que el producto terminado sale de la línea de montaje.
Actividad:
Diseña una línea de montaje para cristianos. Puedes poner unos papeles grandes a lo largo de una pared. Anota allí “eventos de ingreso” en tu “línea de montaje”; luego, añade diferentes tipos de ministerios/eventos a la derecha de ellos que servirán como oportunidades para nutrir/cultivar/ser mentores. Después, enumera algunas actividades que “segarán” los intereses que has desarrollado. (Para hacer esta actividad sin elementos gráficos, pide a los miembros que enumeren los diferentes tipos de eventos de ingreso, oportunidades de cultivo, y eventos de cosecha que podrían ser partes de tal línea de montaje.)
¡No te detengas todavía! ¿Cómo celebrarás a las personas que responden a tus actividades de cosecha y te asegurarás que están incorporadas a la vida de tu congregación local?
Compartan sus ideas para una línea de montaje con el pastor o con la Junta de la Iglesia. O como clase, pueden hacer funcionar su propia “fábrica de fe”.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
Envíe su Pedido de Oración, sus peticiones serán tratadas de una forma confidencial.
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