Lecciones para adultos: "El Discipulado"
Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2014
Lección 1: "Los discípulos y la Escritura"
Para el 4 de enero de 2014
Enseña a tu clase | Bosquejo de la Lección | Resumen
Ciclo de Aprendizaje:
Motiva | Explora | Aplica | Crea
El sábado enseñaré...
Saber y comprender que el recurso principal para conocer a Jesús es la lectura de su vida en los evangelios.
Sentirse identificados con los valores que vivió y enseñó Cristo en su interacción diaria con otros.
Hacer: Buscar oportunidades para reflejar el carácter de amor, misericordia, justicia y compasión de Cristo en la vida diaria.
Saber: La Biblia es más que un libro de hechos sobre la vida antigua.
¿Cuáles son algunos hechos bien conocidos acerca de Jesús, que son casi universalmente aceptados por los cristianos?
¿Cómo afectan tu vida estos acontecimientos, más que el hecho de que existió un hombre llamado Abrahán Lincoln o Winston Churchill?
¿De qué manera la Biblia es más que sencillamente un libro?
Sentir: El poder de la vida de Jesús cambia nuestras vidas.
Al leer tu Biblia, ¿de qué manera se involucran tus cinco sentidos (tacto, gusto, olfato, vista y oído) en las historias?
¿Qué emociones puedes identificar en cada historia? Considera, por ejemplo, Lucas 8:41 al 56. Enumera una emoción que vive cada persona: Jairo, la mujer enferma, los discípulos, etc.
Hacer: ¿Puedes ver el mundo con los ojos de Jesús?
¿De qué manera se reflejarán la vida y el ministerio de Jesús en tu vida esta semana?
¿Qué necesitarás para que, en tu vida, veas a las personas como Jesús las ve?
El poder duradero del ministerio de Jesús no se refleja solo en lo que él dijo o en el número de milagros que realizó. Su influencia permanente también se ve en las vidas de sus seguidores actuales.
Texto destacado: Juan 5:39.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Para ser como Cristo tenemos que entender su carácter y su misión del modo en que los describe la Biblia.
Solo para los maestros: Jesús, como un personaje histórico, fue increíblemente complejo. Desafió los estereotipos mientras vivió en la tierra, y todavía hoy los desafía. Aquellos que deseen vivir en armonía con la vida y las enseñanzas de Cristo deben ser conducidos por el Espíritu Santo a desarrollar una visión tan equilibrada de su ministerio como sea posible. Solo entonces estaremos equipados para ser sus discípulos.
Actividad/diálogo inicial: Pide a algunos voluntarios de tu clase (o a todos en la clase, si es posible) que compartan su historia favorita de Jesús. (Escribe una descripción muy breve de cada historia en un papel grande o un pizarrón. Registra también las respuestas a las dos preguntas que siguen.)
¿Cuál es tu parábola favorita?
De las enseñanzas o dichos dados por Jesús, ¿cuáles son tus favoritos?
Ahora, como clase, repasen las historias, parábolas y enseñanzas. ¿Qué aspectos del carácter de Jesús destaca cada historia, parábola o lección?
Generalmente nos atraen aquellos aspectos del carácter de Cristo con los que nos identificamos más estrechamente, ya sea su amor, su poder, su justicia, su misericordia, etc. Y realmente, el carácter de Jesús se refleja en todo esto. Pero, destacar uno o dos aspectos del carácter de Cristo, con exclusión de otros, plantea un doble peligro. No solo lo hace menos multidimensional, sino también se desequilibra nuestra vida como sus discípulos.
Solo para los maestros: Jesús estuvo sobre la tierra un tiempo corto. Él sabía que, además de ayudar a sus discípulos a aprender acerca de Dios, también tenía que ayudarles a “desaprender” algunas cosas.
Comentario de la Biblia
Consideremos tres pasajes de las Escrituras para descubrir qué dicen acerca del Mesías y tomar nota del modo en que sus discípulos y el resto de los judíos interpretaron bien o mal estas enseñanzas.
I. El Sermón del Monte
(Repasa, con tu clase, Mat. 5.)
Una de las primeras presentaciones públicas de Jesús fue sobre los valores del Reino de Dios. Comenzó por resaltar cosas que la mayor parte de la gente evitaría: la pobreza de espíritu (Mat. 5:3), el llanto (vers. 4), la mansedumbre (vers. 5), el hambre y la sed espirituales (vers. 6), y otras.
En el versículo 17, él anunció: “No piensen que he venido a anular la ley o los profetas [el Antiguo Testamento]; no he venido para anularlos, sino a darles cumplimiento” (NVI).
Luego, destacó algunas leyes del Antiguo Testamento bien conocidas e importantes, y su discurso tomó la siguiente forma: “Oísteis que fue dicho... pero yo os digo...”, tal como cuando afirmó: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás... Pero yo os digo que cualquiera que se enoje locamente contra su hermano, será culpable de juicio” (vers. 21, 22).
Del mismo modo, Jesús habló del adulterio (vers. 27, 28), del divorcio (vers. 31, 32), del juramento (vers. 33-37), del castigo (vers. 38-42) y de amar a los enemigos (vers. 43-48).
Podemos imaginar la conmoción que sintieron los discípulos. Quizá se preguntaron: “¿Qué? ¿Pensar en hacer algo malo es lo mismo que realmente hacerlo?
Todos los que oyeron a Jesús sabían que estaba mal asesinar, cometer adulterio, jurar, etc. Pero, no estaban preparados para comprender que el solo pensar acerca de esas cosas también estaba mal.
Considera: Proverbios 23:7 dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”, indicando que el pensamiento da forma a la acción. En forma similar, en su Sermón del Monte, Jesús procuró hacer esta distinción en la mente de sus discípulos. ¿De qué manera estos principios destruyen la idea popular de que una apariencia de santidad y justicia es un indicador confiable de la justicia de la persona ante Dios? ¿Qué implicancia tiene esto respecto de la influencia que tienen nuestros pensamientos y sentimientos sobre nuestras acciones?
II. La fe de la mujer cananea
(Repasa, con tu clase, Mat. 15:21 al 28.)
Cuando una mujer cananea se acercó a Jesús para que sanara a su hija, “Jesús no le respondió palabra” (Mat. 15:23). Después de todo, con unas pocas excepciones, a los judíos no los animaban a tener contacto con cualquiera que no fuera judío. Así que, sin duda los discípulos se sintieron justificados al recomendarle a Jesús: “Despídela, pues da voces tras nosotros” (vers. 23).
Jesús, entonces, respondió a la mujer de una manera que era culturalmente aceptable entre los judíos y que, sin duda, halló eco entre los discípulos: “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (vers. 24). Y como ella continuaba con sus pedidos, Jesús meramente le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos” (vers. 26).
Aun cuando, de cierta forma, la mujer probablemente esperaba escuchar esta reacción, ella contestó de una manera que mostraba su esperanza de que Jesús no fuera un judío típico. Ella dijo: “Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos” (vers. 27).
Jesús recompensó la fe de la mujer y les recordó a los discípulos (y a nosotros) que la curación y la salvación no son una posesión exclusiva de quienes se llaman el “pueblo de Dios”.
Considera: Jesús podría haber reprendido seriamente la intolerancia y la dureza de corazón de los discípulos ante la mujer cananea. En cambio, Jesús usó su encuentro con ella para mostrar la actitud cerrada que sus discípulos de ese entonces tenían. Al principio, ellos no vieron nada especial en la forma en que Jesús trató a la mujer. Pero ¿qué hizo que el sutil método de enseñanza de Jesús fuera más efectivo que humillarlos frente a una persona a quien ellos despreciaban?
III. Jesús animó a sus discípulos desanimados.
(Repasa, con tu clase, Luc. 24:13-35.)
Por la tarde del día de la resurrección de Cristo, dos discípulos volvían caminando a su aldea de Emaús. Un extraño, a quien no reconocieron, se acercó a ellos y les preguntó: “¿Qué vienen discutiendo por el camino?” (Luc. 24:17, NVI).
Ellos confesaron su confusión y chasco al revelar que sus esperanzas y sueños acerca del Mesías se habían desplomado con la crucifixión de Jesús.
Después de reprender a los dos discípulos por su mala comprensión de las Escrituras, Jesús los corrigió: “Comenzando con Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras” (vers. 27, NIV).
Aparentemente, sabían suficiente de las Escrituras como para conocer algo acerca del Mesías, pero no tanto como necesitaban saber. Igual que muchos de nosotros, tuvieron que “desaprender” algunas cosas de modo que pudieran conocer y apreciar más completamente a Jesús.
Considera: Claro, sabemos que la Biblia tiene la respuesta a las preguntas importantes de la vida; no es silenciosa en soluciones al anhelo que tiene el alma por la verdad sobre la salvación, la moralidad y la esperanza en la vida futura. Pero, mientras vivimos (y aun en la eternidad) seguiremos siendo aprendedores (discípulos, si quieren decirlo así) de los caminos de Dios. ¿Qué evidencia vemos en nuestras vidas que demuestran que estamos aprendiendo más acerca de Cristo, de su carácter y de su ministerio?
Solo para los maestros: A diferencia de lo que algunos creen, la Biblia es mucho más que un libro de texto con respuestas a las preguntas que podríamos encontrar en un examen. La Biblia también contiene principios espirituales que se aplican a diferentes situaciones y ambientes; y nos guía cuando nos enfrentamos a los dilemas de la vida, desde los más sencillos hasta los más complejos. Pero, más que todo, la Biblia nos enseña cómo ser semejantes a Jesús.
Aplicación a la vida:
Pide a cada alumno que comparta cuántos años ha sido cristiano o adventista del séptimo día. Luego, hazle las siguientes preguntas:
¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo acerca de seguir a Cristo? Si tuviste que desaprender algo, ¿qué fue?
¿Cómo caracterizarías la experiencia espiritual que tienes ahora, comparada con la que tenías cuando comenzaste a ser un discípulo?
Solo para los maestros: La vida de discipulado es parecida a la vida en general, en la que pasamos por varias etapas: niñez, adolescencia, juventud, adultez, ancianidad. Las etapas no son buenas o malas, en sí mismas; crecer es sencillamente parte de la vida y no crecer es una señal de que algo anda mal. Por ejemplo: en general, a los adultos no se los felicita por ser “infantiles”; y a los jóvenes, con frecuencia, se los anima a “crecer”.
Actividad:
En una hoja grande de papel o una pizarra, prepara cinco columnas, encabezadas por: niñez, adolescencia, juventud, adultez, ancianidad. Pide a los miembros de la clase que escriban en cada columna una característica (en una o dos palabras) que se corresponda con su experiencia como discípulos. Si no puedes hacerlo así, sencillamente desarrollen el ejercicio verbalmente, y que cada uno mencione esas características.
A veces, nos reprendemos a nosotros mismos por no ser “ardientes” como cuando primero aceptamos a Cristo. Es como decir que los matrimonios no están realmente enamorados si no son tan apasionados como lo eran cuando estaban recién casados.
Analiza: ¿Cómo mantienen los cristianos su pasión por Cristo y su Reino al pasar por las diferentes etapas de su desarrollo como cristianos? ¿Se manifiesta esta pasión de manera distinta en las diversas etapas?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
Envíe su Pedido de Oración, sus peticiones serán tratadas de una forma confidencial.
Principal | Nosotros | Noticias | Recursos | Descargas | Devoción | Directorios
Iglesia Adventista del Séptimo Día de Santa Clara
Primer Sitio Cubano al Servicio de Cristo
©2002-2024
Contáctenos: iasdsantaclara@yahoo.es
Patrocinadores:
Ministerio PedrAngular
Craig Pettersen