Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "El libro de Lucas"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2015

Lección 5: "Cristo es Señor del sábado"

Para el 2 de mayo de 2015

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 25 de abril

Lee Para el Estudio de esta Semana: Marcos 1:21; 6:2; Lucas 4:17-19, 31-37; 2 Corintios 5:17; Lucas 6:1-11; 13:10-16.

Para Memorizar: “El día de reposo [sábado] fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo [sábado]. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo [sábado]” (Mar. 2:27. 28).

Aunque Lucas escribió su evangelio principalmente para los gentiles, nota con cuánta frecuencia se refiere al sábado. De las 54 veces que los evangelios y el libro de Hechos se refieren al sábado, 17 referencias están en Lucas, y 9 en Hechos; hay 9 en Mateo, 10 en Marcos y 9 en Juan. Lucas creía en el sábado para los judíos, pero también para los gentiles. La primera venida de Cristo no modificó la observancia del sábado.

“Durante su ministerio terrenal, Cristo recalcó la vigencia de lo ordenado acerca del sábado; en toda su enseñanza manifestó reverencia hacia la institución que él mismo había dado. En su tiempo, el sábado había quedado tan pervertido que su observancia reflejaba el carácter de hombres egoístas y arbitrarios más bien que el carácter de Dios. Cristo puso a un lado las falsas enseñanzas con que habían calumniado a Dios los que aseveraban conocerle” (PR 135, 136).

Jesús es el Señor del sábado: él lo observó, y nos dio su ejemplo. Observar el primer día de la semana no tiene apoyo ni en Cristo ni en el Nuevo Testamento.

 

Ir ArribaDomingo 26 de abril: “Conforme a su costumbre” (Luc. 4:16-30; ver también Isa. 61:1, 2)

“Y en el día de reposo [sábado] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre” (Luc. 4:16). Este es un buen texto adventista. La mayoría de nosotros lo usamos en reuniones evangelizadoras o en estudios bíblicos para enfatizar el hecho de que era una práctica de Jesús observar el sábado.
Las sinagogas desempeñaban una función vital en la vida religiosa judía. Durante el exilio, cuando ya no existía el templo, las sinagogas fueron edificadas para la adoración y para enseñar a los niños pequeños. Una sinagoga podía edificarse siempre que hubiera por lo menos diez familias judías. Creciendo en Nazaret, Jesús siguió la “costumbre” de ir a la sinagoga cada sábado, y ahora, en su primer viaje de regreso a su pueblo, el sábado lo encuentra en la sinagoga.

Lee Marcos 1:21; 6:2; Lucas 4:16 al 30; 6:6 al 11; 13:10 al 16; 14:1 al 5. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca de Jesús y el sábado? Al leerlos, pregúntate dónde hay indicaciones de que Jesús estaba aboliendo nuestra obligación de guardar el sábado, o que señalen otro día para reemplazarlo, si las hay.

“Conforme a su costumbre” (Luc. 4:16). Solo Lucas usa esta frase: cuando Jesús asistió a la sinagoga en Nazaret (4:16); y cuando, al acercarse la cruz, Jesús “se fue, como solía [“como de costumbre”, NVI] al monte de los Olivos” (22:39). En ambas ocasiones la “costumbre” tenía que ver con la adoración y la oración.

¿Por qué debemos acostumbrarnos a ir a la iglesia el sábado, como Jesús iba a la sinagoga los sábados?

Primero, Dios está en todas partes. Podemos adorarlo en cualquier lugar, pero hay algo especial en reunirnos en un lugar específico en el día designado en la creación y ordenado en la Ley moral de Dios.

Segundo, proporciona una oportunidad pública de afirmar que Dios es nuestro Creador y Redentor.

Finalmente, da la oportunidad para el compañerismo, y para compartir con otros los gozos y las preocupaciones.

Aquellos que, por causa de que observamos el sábado, nos acusan de legalismo, o de estar en esclavitud, han perdido obviamente la gran bendición que puede traer consigo el sábado. ¿De qué maneras has experimentado cuán liberadora puede ser la observancia del sábado?

 

Ir ArribaLunes 27 de abril: El sábado: su mensaje y significado

“Y habiendo abierto el libro” (Luc. 4:17). El sábado no era solo para adorar, sino también para escuchar la Palabra de Dios. Una vida sin la Palabra de Dios no está lejos de quedar atrapada por el pecado: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Sal. 119:11).

Lee Lucas 4:17 al 19. Hoy, considerando lo que conocemos sobre Jesús, acerca de quién era y de lo que realizó en nuestro favor, ¿cómo entendemos el significado de estas palabras? ¿De qué formas has experimentado la realidad de sus afirmaciones mesiánicas en tu propio andar con el Señor?

Después de leer Isaías 61:1 y 2, Jesús dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc. 4:21). La palabra hoy merece notarse. Los judíos esperaban que el reino de Dios viniese en algún momento futuro, de un modo dramático y militar, expulsando el régimen extranjero de Judea e inaugurando el trono davídico. Pero, Jesús estaba diciendo que el Reino ya había llegado en su persona, y que quebraría el poder del pecado, aplastaría al diablo y liberaría de su dominio a los cautivos oprimidos.

Piensa, además, en cuán estrechamente está vinculado el sábado con las afirmaciones mesiánicas. Es un día de reposo, de reposo en Cristo (Heb. 4:1-4). Es un símbolo de libertad y de liberación; la libertad y liberación que tenemos en Cristo (Rom. 6:6, 7). El sábado revela no solo la creación de Dios, sino también la promesa de la re-creación en Cristo (2 Cor. 5:17; 1 Cor. 15:51-53). Tampoco es coincidencia que Jesús eligiera el sábado para realizar muchas de sus curaciones, para liberar a quienes habían estado oprimidos y aprisionados por la enfermedad.

El sábado es un recordatorio semanal, grabado en algo más inmutable que la piedra (¡en el tiempo!), de lo que hemos recibido gracias a Jesús.

¿Cómo te ayuda la observancia del sábado a comprender mejor la salvación solo por fe –ya que podemos descansar por lo que Cristo hizo por nosotros– a diferencia de procurar ganarnos el cielo?

 

Ir ArribaMartes 28 de abril: Curaciones en sábado en Capernaum

El rechazo en Nazaret envió a Jesús de vuelta a Capernaum, donde ya había ministrado antes (Mat. 4:13). Esta importante ciudad llegó a ser la base del ministerio de Jesús en Galilea. En esta ciudad había una sinagoga, tal vez construida por un oficial romano (Luc. 7:5), y Jesús, como era su costumbre, fue allí el sábado.

En este solo sábado, el ministerio de Jesús cubrió una amplia variedad de actividades: enseñanza, curación, predicación. No se dice nada sobre del tema del que Jesús predicó, pero la reacción del pueblo fue de asombro: “porque su palabra era con autoridad” (Luc. 4:32). Su enseñanza contrastaba con la de los rabíes. No eran sencillos paliativos. Eran palabras predicadas con autoridad, arraigadas en la Escritura, presentadas con el poder del Espíritu Santo; un mensaje que llamaba al pecado por su nombre correcto, y rogaba a los oyentes que se arrepintieran.

Lee Lucas 4:31 al 37. ¿Qué verdades poderosas se revelan en estos versículos acerca de 1) la gran controversia, 2) la realidad de los demonios, 3) el propósito del sábado, y 4) el poder de Dios sobre el mal? ¿Qué más puedes hallar allí?

En Lucas 4:31 al 41 tenemos la primera de las cinco curaciones realizadas en sábado que registra Lucas (ver Luc. 4:38, 39; 6:6-11; 13:10-16; 14:1-16). En el sermón de Nazaret, Jesús anunció que su misión era aliviar, sanar y restaurar a los de corazón quebrantado y a los oprimidos. Aquí en Capernaum, en sábado, cuando la sinagoga estaba llena de adoradores, el hombre poseído por demonios confrontó a Jesús con una confesión: “Déjanos;... Jesús nazareno... Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios” (Luc. 4:34). El demonio, siendo un miembro de la hueste satánica y, como tal, un ser sobrenatural, fue rápido en reconocer al Salvador Encarnado. En este informe, el velo entre lo visible y lo invisible se había descorrido.

Piensa en cuán abiertamente se mostró aquí la gran controversia. ¿De qué manera ves que se desarrolla en tu propia vida? ¿Cuál es tu única esperanza de victoria en esta batalla? Lee también 1 Corintios 15:2.

 

Ir ArribaMiércoles 29 de abril: El señor del sábado

Lucas 6:1 al 11 proporciona dos informes del trato de Jesús con los fariseos acerca del sábado.

Lee la primera historia en Lucas 6:1 al 5. ¿De qué modo enfrentó Jesús la acusación de que él y sus discípulos descuidaban la ley y el sábado?

Mientras caminaban a través de un campo, los discípulos arrancaron algunas espigas, las frotaron en las palmas y comieron los granos. Pero, los fariseos desfiguraron los hechos para acusar a los discípulos de quebrantar el mandamiento del sábado. Jesús respondió con la historia, y dirigió a los fariseos hacia el rey David quien, cuando tuvo hambre, entró en la Casa de Dios con sus soldados y todos comieron los panes de la proposición, que podían comer solamente los sacerdotes. Al hacer esto, Jesús estaba señalando cómo los fariseos, mediante una larga historia de legalismo, habían acumulado regla tras regla, tradición sobre tradición, y habían transformado así el sábado: del gozo que debía producir, a ser en cambio una carga.

Lee la segunda historia, en Lucas 6:6 al 11. ¿Qué lecciones acerca del sábado se encuentran aquí?

Aunque los evangelios sinópticos cuentan esta historia, solo Lucas nos dice que la mano que se había secado era la derecha. El detalle adicional que da el Dr. Lucas nos ayuda a comprender el impacto que esta deficiencia física debe de haber tenido sobre la capacidad del hombre de vivir una vida normal. La ocasión promovió dos reacciones: primera, los fariseos esperaban acusar a Jesús de quebrantar el sábado si él sanaba al hombre. Segunda, Jesús leyó sus corazones, y demostró que él es el Señor del sábado, que lo creó y que él no dejará de cumplir su misión de librar al hombre de la esclavitud del pecado. De este modo, él puso la observancia del sábado en la perspectiva divina: es lícito hacer el bien en sábado y salvar vidas (Luc. 6:9-11).

Piensa en cuán enceguecidos estaban estos dirigentes por sus propias reglas y reglamentos que pensaban que eran los de Dios. ¿De que forma podemos asegurarnos de no caer en la misma trampa de permitir que tradiciones y enseñanzas humanas nos cieguen frente a las verdades divinas?

 

Ir ArribaJueves 30 de abril: “El sábado: El enfermo versus el buey y el asno”

De los tres evangelios sinópticos, solo Lucas registra estas dos curaciones de Jesús en sábado (Luc. 13:10-16; 14:1-15). La primera hizo que el jefe de la sinagoga se indignara con Jesús; la segunda, acalló a los fariseos. En ambos casos, los enemigos de Jesús estaban usando sus malas interpretaciones de la Ley para acusar a Jesús de quebrantar el sábado.

Lee Lucas 13:10 al 16 y 14:1 al 6. ¿Qué verdades importantes se revelan aquí acerca de cuán fácil es pervertir verdades bíblicas vitales?

Considera a la mujer inválida. Pertenecía a un sexo que era despreciado por los fariseos; estaba enferma desde hacía 18 años –lo suficiente como para probar la paciencia de cualquiera y para multiplicar en ella un sentido de la falta de sentido de la vida–; y era totalmente incapaz de librarse por sí misma.

A ella le vino la gracia divina personificada. Jesús la ve, la llama para que se acerque, le habla para que pueda ser sana, pone sus manos sobre ella “y al instante la mujer se enderez[a]” (Luc. 13:13, NVI). De repente, una agonía de 18 años da lugar a un momento de gozo total, y ella “glorificaba a Dios” (vers. 13, énfasis añadido). Los verbos que usa Lucas son el modo en que la Inspiración reconoce el valor y la dignidad de la mujer, así como el valor y la dignidad de cada persona que es despreciada, no importa cuál sea su situación.

En el segundo milagro (Luc. 14:1-6), Jesús –en el camino para ir a comer a casa de un fariseo en sábado−, sanó a un hombre que sufría de hidropesía. Anticipándose a las objeciones de los dirigentes que lo vigilaban de cerca, Jesús hizo dos preguntas: primera, sobre el propósito de la Ley (“¿Es lícito sanar en el día de reposo [sábado]?” [vers. 3]); segunda, sobre el valor de un ser humano (“¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?” [vers. 5]). El punto que quería presentar es obvio; en realidad, lo fue porque, de acuerdo con Lucas, no podían responderle nada. Jesús les reveló su hipocresía, la de la peor clase porque venía bajo el velo de una supuesta santidad e indignación justa por lo que les parecía era una violación de la santa Ley de Dios.

¡Cuán cuidadosos debemos ser!

 

Ir ArribaViernes 1 de mayo

Para Estudiar y Meditar:

“Dios no podía detener su mano por un momento, o el hombre desmayaría y moriría. Y el hombre también tiene una obra que cumplir en sábado: atender las necesidades de la vida, cuidar a los enfermos, proveer a los menesterosos. No será tenido por inocente quien descuide el alivio del sufrimiento ese día. El santo día de reposo de Dios fue hecho para el hombre, y las obras de misericordia están en perfecta armonía con su propósito. Dios no desea que sus criaturas sufran una hora de dolor que pueda ser aliviada en sábado o cualquier otro día” (DTG 177).

“Ninguna otra institución confiada a los judíos propendía tan plenamente como el sábado a distinguirlos de las naciones que los rodeaban. Dios se propuso que su observancia los designase como adoradores suyos. Había de ser una señal de su separación de la idolatría y de su relación con el verdadero Dios. Pero, a fin de santificar el sábado, los hombres mismos deben ser santos. Por la fe, deben llegar a ser partícipes de la justicia de Cristo” (DTG 250).

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿No es asombroso cuán clara es la Biblia acerca de Jesús y el sábado? Y, no obstante, millones de feligreses alrededor del mundo todavía insisten en que el sábado ya no es obligatorio, o que no importa qué día guardemos, o que todo eso es legalismo. ¿Qué debe decirnos esto acerca de por qué una fidelidad y obediencia invariables a la Palabra de Dios es tan importante? Las masas están muy engañadas acerca de algo tan fundacional como la santa Ley de Dios. ¿Qué advertencia vital nos da Jesús en Marcos 13:22?

  2. Considera cuánto trabajó Satanás para destruir el sábado: usó a los dirigentes en Israel para transformarlo en una carga pesada y despojarlo de mucho de lo que debía significar y ser; o bien usó –y todavía usa– a dirigentes de la iglesia para despreciarlo como algo anticuado, legalista, o una mera tradición judía. ¿Qué tiene el sábado y lo que representa, que lo hace un blanco tal de la enemistad de Satanás?

  3. Jesús es el “Señor del sábado” (Luc. 6:5). ¿Qué implicaciones tiene esta afirmación para los cristianos y su actitud hacia el sábado?

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