Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "El libro de Lucas"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2015

Lección 9: "Jesús, el gran Maestro"

Para el 30 de mayo de 2015

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 23 de mayo

Lee Para el Estudio de esta Semana: Lucas 8:22-25; 4:31-37; 6:20-49; 8:19-21; 10:25-37; Deuteronomio 6:5.

Para Memorizar: “Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad” (Luc. 4:32).

“Cuando Cristo vino a la tierra, la humanidad parecía próxima a llegar a su más bajo nivel. El mismo cimiento de la sociedad estaba minado. La vida había llegado a ser falsa y artificial. [...] Hartos de fábulas y mentiras, y deseosos de ahogar su pensamiento, los hombres se volvieron hacia la incredulidad y el materialismo. Al excluir de sus cálculos la eternidad, vivían para el presente.

“A medida que dejaban de reconocer al Ser divino, dejaban de tener consideración por el ser humano. La verdad, el honor, la integridad, la confianza, la compasión iban abandonando la tierra. La idea del deber, de las obligaciones, de la fuerza hacia la debilidad, de la dignidad y de los derechos humanos era desechada como sueño o fábula. Al pueblo común se lo consideraba como bestias de carga, como instrumentos o escalones para lograr lo que se ambicionaba. Se buscaban como el mayor bien la riqueza, el poder, la comodidad y los placeres. La degeneración física, el sopor mental y la muerte espiritual eran las características de la época” (Ed 74, 75).

Conocer este trasfondo hace que entendamos mejor por qué Jesús enseñó esas cosas.

 

Ir ArribaDomingo 24 de mayo: La autoridad de Jesús

Como médico y erudito, Lucas conocía la función de la autoridad. Estaba familiarizado con la autoridad de la filosofía en la erudición y la educación griegas. Conocía la autoridad de la ley romana en asuntos civiles y las funciones gubernamentales. Como compañero de viajes de Pablo, conocía la autoridad eclesiástica que el apóstol ejercía sobre las iglesias que establecía. De este modo, Lucas entendía que la autoridad está en el centro de la posición de una persona, es una función de las instituciones, es una función del estado, y forma parte de la relación de un maestro con sus seguidores. Habiéndose codeado con toda clase de autoridades en todos los niveles del poder, Lucas compartió con sus lectores que había algo incomparable acerca de Jesús y su autoridad. Nacido en el hogar de un carpintero, criado por treinta años en el pequeño pueblo de Nazaret en Galilea, no conocido por nada grande según las normas humanas, Jesús afrontó a todos –gobernantes romanos, eruditos judíos, rabíes, gente común, secular y religiosa− con su enseñanza y ministerio. Los vecinos de su pueblo “estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca” (Luc. 4:22). Una vez llevó esperanza a una viuda en Naín al resucitar a su hijo muerto (Luc. 7:11-17). El pueblo entero tuvo un temblor de miedo y exclamó: “Dios ha visitado a su pueblo” (vers. 16). La autoridad de Jesús sobre la vida y la muerte electrificaron no solo a Naín, sino a “toda Judea, y por toda la región de alrededor” (vers. 16, 17).

Lee Lucas 8:22 al 25, 4:31 al 37, 5:24 al 26, 7:49 y 12:8. ¿Qué revelan estos textos acerca de la clase de autoridad que ejercía Jesús?

Lucas se tomó el tiempo para registrar, no solo para su amigo Teófilo, sino para todas las generaciones futuras, que Jesús, mediante su ministerio, había establecido la singularidad de su autoridad. Como Dios en la carne, realmente tenía una autoridad como nadie la tuvo alguna vez.

Muchas personas hacen cosas en nombre de Dios, que por supuesto darían a sus acciones mucha autoridad. ¿Cómo podemos estar seguros de que, cuando decimos: “Dios me condujo a hacer esto”, realmente haya sido así? Analiza las respuestas el sábado en la clase.

 

Ir ArribaLunes 25 de mayo: El gran sermón de Cristo

El Sermón del Monte (Mat. 5-7) es llamado a menudo “la esencia del cristianismo”. Lucas proporciona selecciones del sermón en Lucas 6:20 al 49 y en otras partes. Como Lucas ubica el sermón inmediatamente después de la elección “oficial” de los discípulos (Luc. 6:13), algunos eruditos lo han llamado “La comisión de ordenación de los Doce”.

Como se lo presenta en Lucas 6:20 al 49, el sermón comienza con cuatro bendiciones y cuatro ayes, y bosqueja otras características esenciales del camino cristiano.

Estudia las siguientes secciones de Lucas 6:20 al 49, y pregúntate cuán estrechamente tu vida acepta los principios expresados aquí.

  1. La condición bendecida del cristiano (Luc. 6:20-22). ¿De qué modo la pobreza, el hambre, el llanto y el ser odiado llevan a ser bendecido?

  2. La razón cristiana de tener gozo en medio del rechazo (Luc. 6:22, 23).

  3. Ayes contra los que hay que precaverse (Luc. 6:24-26). Repasa cada uno de los ayes. ¿Por qué un cristiano tiene que protegerse de ellos?

  4. El imperativo cristiano (Luc. 6:27-31). Ninguna orden de Jesús es más debatida y considerada más difícil de cumplir que la regla de oro del amor. La ética cristiana es fundamentalmente positiva, no negativa. No consiste en lo que no hay que hacer, sino en lo que sí ha de hacerse. En lugar de decir: “No odies” a tu enemigo, insiste en “Ama a tus enemigos”. En lugar de la ley de la reciprocidad (“diente por diente”), la regla de oro demanda la ética de la bondad (“vuelve la otra mejilla también”). Mahatma Gandhi desarrolló a partir de la regla de oro toda una filosofía política de resistir al mal mediante el bien, y finalmente usó este principio para ganar la independencia de la India del colonialismo británico. Del mismo modo, Martin Luther King (h) empleó la ética de la regla de oro para quebrantar el mal de la segregación en los Estados Unidos. Donde reina el amor, la bendición ocupa el trono.

  5. El camino cristiano (Luc. 6:37-42). Nota la insistencia de Cristo en el perdón, la generosidad liberal, la vida ejemplar y la tolerancia.

  6. El llevar fruto como cristiano (Luc. 6:43-45).

  7. El constructor cristiano (Luc. 6:48, 49).

 

Ir ArribaMartes 26 de mayo: Una familia nueva

Grandes maestros, antes y después de Jesús, enseñaron acerca de la unidad y del amor pero, generalmente, acerca del amor dentro de los parámetros de un grupo único; una familia definida por la exclusividad de casta, color, lenguaje, tribu o religión. Sin embargo, Jesús derribó las barreras que dividían a los humanos e introdujo una nueva familia, que no hace distinción entre las cosas usuales que dividen a la gente. Bajo la bandera del amor agápe –no merecido, no exclusivo, universal y sacrificado−, Cristo creó una nueva familia. Esta familia refleja el concepto original, universal e ideal entronado en la creación del Génesis, que testifica que cada ser humano es creado a la imagen de Dios (Gén. 1:26, 27) y, por lo tanto, es igual ante él.

Lee Lucas 8:19 al 21. Sin minimizar de ninguna manera los lazos y obligaciones que vinculan dentro de una familia a padres, hijos, hermanos y hermanas, Jesús miró más allá de la carne y la sangre, y puso ambas en el altar de Dios como miembros de la “familia en los cielos y en la tierra” (Efe. 3:15). La familia del discipulado cristiano debería no ser menos estrecha y vinculada que los lazos de tener padres en común. Para Jesús, la prueba verdadera de ser “familia” no son relaciones de sangre, sino hacer la voluntad de Dios.

¿Qué dicen los siguientes textos acerca de los muros que Cristo derribó con respecto a las distinciones que tan a menudo dividen a los humanos (y frecuentemente con malos resultados)? Luc. 5:27-32; Luc. 7:1-10; Luc. 14:15-24; Luc. 17:11-19.

La misión y el ministerio de Jesús, su corazón perdonador y su gracia abrazante no excluyen a ninguno, sino que incluyen a todos los que aceptan su llamado. Su amor eterno lo puso en contacto con el espectro entero de la sociedad.

¿Cuáles son las maneras en que, como iglesia, podemos seguir mejor este principio vital?

 

Ir ArribaMiércoles 27 de mayo: “Definición de amor: Parábola del buen samaritano - Primera parte”

De los cuatro evangelios, solo Lucas registra las parábolas del hijo pródigo y del buen samaritano (Luc. 10:25-37). La primera ilustra la dimensión vertical del amor, el extraordinario amor del Padre hacia los pecadores. La segunda muestra la dimensión horizontal: la clase de amor que debería caracterizar la vida humana, rehusando reconocer cualquier barrera entre los humanos pero viviendo, en cambio, dentro de la definición de Jesús de un “prójimo”: que todos los seres humanos son hijos de Dios, y merecen ser amados y tratados con igualdad.

Lee Lucas 10:25 al 28, y reflexiona sobre las dos preguntas centrales que plantea. ¿Cómo se relaciona cada pregunta con las preocupaciones principales de la fe y la vida cristianas?

  1. “Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? (vers. 25). Nota que el intérprete de la ley buscaba una manera de heredar la vida eterna. Ser salvo del pecado y entrar al Reino de Dios son las aspiraciones más nobles que podemos tener, pero el intérprete de la ley, como tantos otros, había crecido con el concepto falso de que la vida eterna es algo que podemos ganar con buenas obras. Evidentemente, él no tenía conocimiento de que “la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 6:23).

  2. “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (vers. 26). Durante el tiempo de Jesús, era costumbre de los judíos prominentes, tales como este intérprete de la ley, llevar atada a su muñeca una filacteria. Esta era un pequeño estuche que tenía escrita alguna gran porción de la Torá, incluyendo la que respondería la pregunta de Jesús. Jesús dirigió al doctor de la ley a lo que está escrito en Deuteronomio (6:5) y en Levítico (19:18), exactamente lo que él podría haber estado llevando en su filacteria. Él podía tener la respuesta a su pregunta en su muñeca, pero no en su corazón. Jesús lo dirigió a una gran verdad: la vida eterna no es un asunto de guardar reglas, sino que demanda amar a Dios en forma absoluta y sin reservas, y como también amar, de igual modo, a toda la creación de Dios: “el prójimo”, para ser preciso. Sin embargo, ya sea por ignorancia o por arrogancia, el doctor continuó el diálogo con otra pregunta: “¿Quién es mi prójimo?”

¿Qué evidencia externa revela que realmente has sido salvado por gracia? Es decir, ¿qué hay en tu vida que muestra que eres justificado por fe?

 

Ir ArribaJueves 28 de mayo: “Definición de amor: Parábola del buen samaritano - Segunda parte”

“Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?” (Luc. 10:29).

Como experto en la ley judía, el doctor de la ley debe haber sabido la respuesta a su pregunta. Levítico 19:18, donde se expresa el segundo gran mandamiento, define “prójimo” como “hijos de tu pueblo”. Por ello, en lugar de proveer una respuesta inmediata a la pregunta del doctor de la ley, o de entrar en una disputa teológica con él y los que presenciaban el incidente, Jesús elevó al intérprete y a su audiencia a un plano superior.

Lee Lucas 10:30 al 37. ¿Cuáles son los puntos clave de esta historia, y qué revelan acerca del modo en que hemos de tratar a otros?

Nota que Jesús dijo que “un hombre” (vers. 30) cayó en manos de ladrones. ¿Por qué no identificó Jesús la raza o condición del hombre? Dado el propósito de la historia, ¿por qué eso era importante?

El sacerdote y el levita vieron al hombre herido pero pasaron de largo. Cualquiera haya sido la razón para no ayudarlo, para nosotros la pregunta es: ¿qué es la verdadera religión, y cómo debemos expresarla? (Deut. 10:12, 13; Miq. 6:8; Sant. 1:27).

El odio y la animosidad marcaban la relación entre judíos y samaritanos y, en el tiempo de Jesús, la enemistad entre ambos solo había empeorado (Luc. 9:51-54; Juan 4:9). Por ello, al hacer del samaritano el “héroe” de la historia, Jesús demostró su punto, en este caso a los judíos, de una manera más fuerte que si lo hubiera hecho de otro modo.

Jesús describió el ministerio del samaritano con gran detalle: se compadeció, se acercó, le vendó las heridas, echó sobre ellas aceite y vino, lo llevó a la posada, pagó por adelantado por su estadía y prometió pagar cualquier adicional en su camino de regreso. Todas estas partes del ministerio del samaritano juntas definen lo ilimitado que es el amor verdadero. A su vez, el hecho de que todas estas cosas hechas a un hombre que, posiblemente, fuera un judío revela que el verdadero amor no conoce fronteras.

El sacerdote y el levita se preguntaron: ¿Qué sucedería si me detengo y ayudo a este hombre? El samaritano se preguntó: ¿Qué le sucederá a este hombre si no le ayudo? ¿Cuál es la diferencia entre ambas preguntas?

 

Ir ArribaViernes 29 de mayo

Para Estudiar y Meditar:

“En su vida y sus lecciones, Cristo dio un ejemplo perfecto del ministerio abnegado que tiene su origen en Dios. Dios no vive para sí. Al crear el mundo y al sostener todas las cosas, está sirviendo constantemente a otros. El ‘hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos e injustos’ (Mat. 5:45). Este ideal de ministerio fue confiado por Dios a su Hijo. Jesús fue dado para que estuviese a la cabeza de la humanidad a fin de que, por su ejemplo, pudiese enseñar lo que significa servir. Toda su vida fue regida por una ley de servicio. Sirvió y ministró a todos. Así vivió la ley de Dios y, por su ejemplo, nos mostró cómo debemos obedecerla nosotros” (DTG 604).

La parábola del buen samaritano “no era una escena imaginaria, sino un suceso reciente, conocido exactamente como fue presentado. El sacerdote y el levita que habían pasado de largo estaban en la multitud que escuchaba las palabras de Cristo” (ibíd. 462).

Preguntas para Dialogar:

  1. Repasa la pregunta importante que está al final de la sección del domingo. ¿Quién no ha oído a personas que dicen que hicieron algo porque Dios les indicó hacerlo? ¿Cuáles son las maneras en que Dios nos habla? Al mismo tiempo, ¿qué peligros están involucrados en invocar la autoridad de Dios a fin de justificar nuestras acciones?

  2. Vuelve a considerar los “cuatro ayes” de Lucas 6:24 al 26. ¿En qué forma hemos de entender lo que Jesús está diciendo ahí? ¿De qué nos advierte Jesús que seamos cuidadosos en esta vida?

  3. Piensa en todo el tema de la autoridad. ¿Qué es autoridad? ¿Cuáles son las diferentes clases de autoridad? ¿Qué tipo de autoridad supera a las otras clases? ¿De qué modo debemos relacionarnos con los diferentes tipos de autoridad que tenemos en nuestra vida? ¿Qué ocurre cuando las autoridades que están sobre nosotros están en conflicto?

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