Lecciones para adultos: "Misioneros"
Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2015
Lección 13: "¿Debe oírlo el mundo entero?"
Para el 26 de septiembre de 2015
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Ciclo de Aprendizaje:
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El sábado enseñaré...
Saber que la salvación de Dios no está limitada a ningún grupo religioso especial, y no está atado a ninguna cultura o grupo de pueblos.
Sentir y fomentar la compasión por aquellos pueblos que no han oído todavía las buenas nuevas acerca de Jesús.
Hacer: Identificar pasos específicos para compartir las buenas nuevas con vecinos y amigos que provienen de diferentes antecedentes culturales.
Saber: El amor de Dios para todos los pueblos
¿Qué nos dice la descripción de Abraham como padre de “muchedumbre de gentes” acerca de la misión de Dios en la tierra? (Gén. 17:4-6)
Profetas como Isaías compartieron una visión para que Israel llegara a ser un pueblo misionero. ¿Cuáles fueron los detalles de esa visión (ver, p. ej., Isa. 52:10), y cómo respondió Israel?
Jesús no solo departió con los justos sino también con los pecadores (Luc. 15:2). ¿Qué nos dicen los pasajes siguientes acerca de la actitud de Jesús hacia los gentiles y su visión de quiénes serán salvados? (Mar. 5:1-20; Luc. 17:11-19; Mat. 8:11; 15:21-28).
¿De qué modos los apóstoles Pedro (Hech. 10) y Pablo (Rom. 11:13) crecieron en su comprensión de la misión de Dios?
Sentir: La responsabilidad por los pueblos no alcanzados
¿Cómo te hace sentir el leer acerca de la dedicación y sacrificio totales de Pablo para compartir las buenas nuevas con los pueblos no judíos?
¿Qué aprecias más de Jesús cuando lees la forma en que trató a las personas no judías?
Compartir en su misión transcultural
Piensa en tus compañeros de trabajo o vecinos de diferentes antecedentes culturales que tengas. ¿Qué pasos prácticos darías esta semana para comenzar a edificar puentes y una amistad más cercana con ellos? ¿Cómo puedes hacer de la obra transcultural una parte regular de tu vida de oración?
Se nos invita, como discípulos de Jesús, a amar a todas las personas como él lo hizo, y a unirnos en su misión de compartir la salvación con todos los grupos de pueblos.
Pasaje destacado: Romanos 2:12-16.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: En su infinito amor y justicia, Dios salvará en última instancia a muchos que nunca oyeron el nombre de Jesús, pero eso de ningún modo disminuye el mandato que Dios nos ha dado de ir a todo el mundo para hacer discípulos.
Solo para los maestros: Esta lección trata un tema delicado que ha producido debates vigorosos entre los teólogos a lo largo de los siglos. La Biblia revela ciertos principios clave de cómo Dios cumplirá su misión en el mundo, pero es mejor ser cuidadoso acerca de cosas específicas que no han sido reveladas.
Por causa de la gracia que hemos recibido, los cristianos aceptamos gozosamente la Gran Comisión que nos fue dada de ir a todo el mundo para hacer discípulos. Lo hacemos aun cuando sabemos que el insondable amor y misericordia de Dios se extiende de maneras diferentes a quienes nunca oirán la historia del evangelio.
Actividad inicial: Muchas historias populares están basadas en los conceptos de “buenitos” versus “malitos”. Pero en muchas de las historias que Jesús contó, él complica el cuadro y mezcla los “buenitos” con los “malitos” de maneras que no se esperaban. Analiza las siguientes historias con tu clase: los dos hermanos, que ilustra cómo los pecadores podrían entrar antes de los líderes religiosos (Mat. 21:28-32); el buen samaritano, en la que un despreciado samaritano es el héroe (Luc. 10:25-37); el banquete de bodas, qué perdieron los de la primera lista de invitados (Mat. 22:1-10. Analiza con la clase la importancia de estas historias. ¿Qué nos dicen acerca de cómo Dios dirige su misión en la tierra?
Solo para los maestros: ¿Cuál es el equilibrio correcto entre la gracia y misericordia de Dios que abarca todo, y la clara enseñanza de que no todas las personas serán salvadas? ¿Cómo presentamos las singulares pretensiones del evangelio sin parecer arrogantes, o intolerantes con los demás y sus creencias?
Comentario de la Biblia
I. Oír versus hacer
(Repasa, con tu clase, Rom. 2:12-16.)
En este pasaje, el apóstol Pablo hace una distinción entre los que oyen y los que hacen. A la vista de Dios, según Pablo, hay un enorme abismo entre los dos grupos. Dios considera como justos a quienes obedecen la ley, no a los que la oyen.
Esta distinción entre escuchar y hacer es un tema bíblico familiar. Santiago describe a alguien que “es oidor de la palabra pero no hacedor de ella” (Sant. 1:23) y advierte “Sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Sant. 1:22). Tito se refiere a personas que “profesan conocer a Dios” pero que con sus hechos lo niegan (Tito 1:16). Jesús mismo dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mat. 7:21).
En este pasaje, el apóstol Pablo le da un giro a las palabras de Jesús, y sugiere que habrá personas que entrarán al reino de los cielos sin nunca haber dicho “Señor, Señor”. Estas personas nunca tuvieron la oportunidad de escuchar acerca de Jesús, o la historia de la salvación, pero han estado escuchando a la conciencia que Dios les dio, y han hecho algo con lo que oyeron. A los ojos de Dios, eso es lo que realmente importa. Como dice Elena G. de White, estas personas “están en una condición más favorable” que los así llamados cristianos quienes “por su vida diaria contradicen su profesión de fe” (DTG 206).
Las iglesias están llenas de personas que han escuchado centenares de sermones, que escuchan la lectura pública de las Escrituras cada semana, pero cuyas vidas y acciones no han cambiado. Según el apóstol Pedro, aunque tienen el conocimiento, son “inútiles e improductivos” con ese conocimiento (2 Ped. 1:8, NVI).
Lo que creemos es importante. En quién creemos es vital. Pero si nuestras creencias son meramente intelectuales y no hacen diferencias en nuestras vidas, son inútiles. Y en la amplitud de la misericordia de Dios, él hace provisión para aquellos de sus hijos preciosos que actuaron basados en la conciencia que Dios les dio, aun sin el pleno conocimiento de la salvación.
Considera: ¿Cuál es la diferencia entre escuchar la Palabra de Dios y hacerla?
II. Ningún otro nombre
(Repasa, con tu clase, Hech. 4:12.)
La Biblia identifica claramente la Fuente de la salvación. No es una idea. No es una filosofía. No es un texto sagrado. No es siquiera una religión. La única fuente de salvación es una persona: Jesucristo.
En Hechos 4, Pedro habla al Sanedrín, el cuerpo religioso dirigente de Israel. Tanto él como Juan hablaron con tanta confianza y autoridad, y mostrar tal valor que Lucas dice que los líderes “se maravillaban” y “reconocían que habían estado con Jesús” (Hech. 4:13).
Nota el tema de todos los sermones y discursos de Pedro en el libro de los Hechos. No son acerca de la filosofía, psicología o puntos detallados de exégesis. Sencilla y profundamente son acerca de una Persona: el que lo había amado y perdonado tanto. Sus sermones estaban impregnados en el tema de Jesús. Pedro termina su discurso al Sanedrín haciendo una afirmación que todavía es controversial después de dos mil años: Jesús es el único nombre que puede traer salvación. A los líderes religiosos del primer siglo les chocó, y aun escandaliza a muchas personas todavía hoy.
Y no obstante, esta es la afirmación singular de Jesús, que él es “el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Dios puede plantar semillas de verdad en otras filosofías y religiones y en el corazón de la gente, pero la salvación viene solo por medio de Jesús.
Considera: ¿Qué le dirías a alguien que rechaza las pretensiones de Jesús como fanáticas e insensibles a los caminos de las otras religiones?
Solo para los maestros: Pregunta a tu clase si hay diferencia entre las dos ideas siguientes: 1) pensar que la iglesia es responsable de la misión de Dios al mundo, y 2) ver la iglesia como participando en la misión más amplia de Dios al mundo. Si se percibe una diferencia, ¿por qué esa distinción es importante?
Actividad:
Invita a seis voluntarios a ayudar a actuar la parábola del buen samaritano de Lucas 10. Se necesitan participantes para cubrir los siguientes roles:
Un narrador
Jesús
Experto en la ley
El samaritano (la única parte hablada está en una porción del vers. 35)
El levita (ve al herido del otro lado del camino)
El sacerdote (ve al herido y sigue de largo)
Si no tienes suficientes miembros en la clase, un narrador puede cubrir las partes de Jesús y del experto en la ley. Después de la actuación, pide a los participantes que describan cómo se sintieron al desarrollar sus partes. Haz preguntas concretas. Por ejemplo, pregunta cómo se sintió el hombre golpeado mientras estaba tirado en el suelo, viendo a los dos hombres que pasaban sin ayudarle. ¿Cómo los veía desde su posición en el suelo? Pregunta al sacerdote y al levita acerca de lo que estaban pensando al pasar de largo. ¿Se sintieron emocionalmente afectados de algún modo? ¿Sintieron algo de culpa? Asegúrate de preguntar al experto en la ley acerca de cómo se sintió cuando Jesús terminó de contar la historia.
Analiza con la clase el significado clave de esta parábola, que no es solo ser bondadoso con la gente. Se centra en la pregunta de la identidad del prójimo, y amplía nuestra comprensión de quién está incluido en la amplitud de la misericordia y la salvación divinas. Analiza cómo se sintió cada persona durante la actuación. Pregunta a la clase acerca de la importancia de la respuesta del experto en la ley a Jesús: “El que usó de misericordia con él” (Luc. 10:37). ¿Tuvo alguna dificultad para decir la palabra samaritano? ¿Quién sería el equivalente de los samaritanos en nuestra comunidad hoy?
Solo para los maestros: Un aprecio por la provisión de Dios para quienes nunca oyeron la historia del evangelio no debería dejar a la clase con una actitud de: “Bueno, yo no tengo nada que hacer si Dios resolverá las cosas de todos modos”. Usa esta sección final del estudio de la lección para enfocar los beneficios de compartir las buenas nuevas para quienes las comparten, y también para los que las oyen.
Actividad:
Dibuja dos columnas en un papel grande o pizarrón. (Si no dispones de esto, sencillamente analícenlo oralmente.) Pon los encabezamientos “Compartir” y “Recibir”. Resume las ideas que sugieren en la columna apropiada.
Haz preguntas de los tipos siguientes: ¿Qué diferencia hace en la vida de un cristiano cuando comparte su fe? Invita a los miembros a compartir de sus propias experiencias o de lo que observaron en otros. ¿Puedes ser un cristiano y no compartir tu fe? ¿Por qué sí, o por qué no?
Después de analizar los efectos de la testificación sobre la persona que comparte su fe, enfoca ahora la persona que recibe el testimonio. ¿Qué diferencia práctica debe suceder en la vida de una persona cuando oye el evangelio? Invita a dar testimonios personales de cómo el escuchar las buenas nuevas afecta las vidas de las personas.
Finalmente, invita a la clase a hacer una lista de maneras prácticas en las que pueden participar en la misión de Dios al mundo.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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