Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Jeremías"

Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2015

Lección 9: "El yugo de Jeremías"

Para el 28 de noviembre de 2015

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 21 de noviembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Jeremías 16:1-13; Oseas 1:1-3; Jeremías 27:1-18; Daniel 4:25; Jeremías 28; 2 Timoteo 4:3, 4.

Para Memorizar: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Luc. 9:23).

Como ya vimos, los profetas de Dios predicaron no solo mediante palabras, sino también mediante lecciones objetivas. A veces, los profetas tenían que vivir sus mensajes: era otra manera de presentar los temas.

De este modo, Jeremías otra vez fue llamado a “vivir” las palabras que debía entregar. Primero, tenía que usar un yugo de madera. “Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello” (Jer. 27:2). Eso tiene que haber sido una carga pesada, aun en las mejores circunstancias; en este caso, llegó a ser más difícil porque un falso profeta desafió lo que había dicho Jeremías. Esta semana podremos dar una mirada a la verdad y al error peleando por el corazón y la mente de las personas. Veremos, también, de qué forma un mensaje de gracia también puede ser un mensaje falso.

Jeremías también tenía prohibido entrar en duelo cuando otros gemían y gozarse cuando otros se gozaban. En estos casos, el punto era ayudar a la gente a percibir lo que se le venía por causa de sus pecados, para que se arrepintieran y obedecieran, y que así se aminoraran las tristes consecuencias de sus acciones pecaminosas.

 

Ir ArribaDomingo 22 de noviembre: Una vida solitaria

Sin ninguna duda, la suerte de la vida de Jeremías no fue fácil (él también sería el primero en admitirlo). Sin embargo, las cosas eran aún más duras de lo que podríamos imaginar.

Lee Jeremías 16:1 al 13. ¿Cuál fue el mensaje de Dios a Jeremías aquí? Por severo que fuera, ¿en qué sentido habría sido una bendición para el profeta? (Comparar con Ose. 1:1-3.)

En contraste con Oseas, quien debía casarse con una prostituta a fin de mostrar cuán corrompida era la relación entre Dios e Israel debido al adulterio espiritual de la nación, Jeremías debía abstenerse de casarse y de tener hijos. Esto era algo más bien raro y extremo para ese tiempo y cultura. En Israel, comenzar una familia era muy importante para cada joven. Además del amor y el compañerismo de los cónyuges, también era importante mantener el nombre de la familia. ¿Por qué Dios le prohibió esto a Jeremías? Porque así su propia vida sería una lección objetiva sobre cuán terrible sería el tiempo cuando las familias se dividieran y cuando el dolor de la separación llegaría a ser una pesada carga para los sobrevivientes. La falta de vida familiar para Jeremías era una advertencia constante y una lección para sus contemporáneos.

La suerte solitaria de Jeremías se extendía también a otras áreas. Se le prohibió entrar en una casa donde hubiera duelo; esto simbolizaba la actitud de Dios hacia la falta de disposición del pueblo a responder los llamados al arrepentimiento y al reavivamiento.

Junto con el tiempo de duelo, no debía unirse a los festivales de alegría y celebraciones. Esto era para simbolizar que vendría un tiempo cuando los babilonios pondrían fin a todo su gozo y alegría.

De estas maneras, le eran negados a Jeremías los vínculos humanos que se forjan en la tristeza o la alegría. Su vida y las tristezas de su vida habían de ser lecciones objetivas. ¡Si tan solo la nación hubiera aprendido de ellas!

¿De qué forma este informe debe ayudarnos a apreciar el apoyo humano que al damos o recibimos? Por importante que sea este soporte, ¿cómo podemos aprender que nuestro mejor apoyo viene solo del Señor?

 

Ir ArribaLunes 23 de noviembre: El yugo de Jeremías

Lee Jeremías 27:1 al 18. ¿Cuál es el mensaje de Dios aquí para el pueblo? ¿Por qué para muchos esto podría parecer una traición?

El yugo que Jeremías debía poner sobre su cuerpo era una señal inconfundible de la humillación que la nación sufría, era lo que llamamos una ocupación militar (en Deut. 28:48 y 1 Rey. 12:4, la idea de un yugo aparece como una expresión de opresión). Jeremías tenía que experimentar físicamente lo que significaba la invasión babilónica. El yugo de madera que Jeremías puso sobre su cuello y hombros tenía un metro y medio de largo y unos ocho centímetros de profundidad. La esencia de su mensaje era que, si un país se rebelaba contra Babilonia, Dios lo tomaría como si el país se rebelara contra él y, como resultado, los rebeldes sufrirían.

Aunque hay cierta ambigüedad en los textos originales, parece que Jeremías no tuvo que hacer solo un yugo para sí mismo, sino también para los enviados de países extranjeros que habían ido a Jerusalén y estaban complotando contra Nabucodonosor a pesar de las advertencias del Señor de no hacerlo. La reacción natural sería pelear contra un invasor extranjero, que es lo que ellos querían hacer. Sin dudas, entonces, las palabras de Jeremías no fueron de ningún modo bienvenidas.

¿Qué es especialmente importante acerca del mensaje de Jeremías 27:5? (Ver también Dan. 4:25.)

Aquí otra vez, como aparece en toda la Biblia –Antiguo y Nuevo Testamentos− Dios el Creador es Soberano sobre toda la tierra. Aun en medio de lo que parecía ser caos y catástrofe (invasión y dominio de una nación pagana), se revelaban el poder y la autoridad de Dios, y esto debía ser una fuente de esperanza para el remanente fiel.

Es malo estar bajo un yugo de servidumbre. Sin embargo, pregúntate: ¿He puesto a alguien bajo un yugo injusto? Si es así, ¿por qué no quitarlo ahora?

 

Ir ArribaMartes 24 de noviembre: Guerra a los profetas

Malas noticias son malas y, a menudo, no queremos escucharlas o deseamos racionalizarlas. Tal fue el caso aquí en Judá, cuando Jeremías y el yugo que llevaba encima eran un mensaje inequívoco de advertencia. “El asombro de los congregados representantes de las naciones no conoció límites cuando Jeremías, llevando un yugo sobre el cuello, les hizo conocer la voluntad de Dios” (PR 327).

Lee Jeremías 28:1 al 9. Imagínate que eres un habitante de Judea observando lo que pasa. ¿A quién creerías? ¿A quién quisieras creer? ¿Qué razón tendrías para creer en Hananías en vez de creer en Jeremías?

Jeremías levantó su voz en el nombre de Dios y Hananías también habló en el nombre de Dios. Pero ¿quién hablaba por Dios? ¡No podían ser ambos! Para nosotros hoy, la respuesta es obvia. Para alguno de ese tiempo, podría haber sido más difícil, aun cuando Jeremías presentó un punto fuerte en los versículos 8 y 9: los profetas en el pasado predicaron el mismo mensaje que yo, de juicio y condenación.

“En presencia de los sacerdotes y del pueblo, Jeremías les rogó que se sometiesen al rey de Babilonia por el plazo que el Señor había especificado. Citó a los hombres de Judá las profecías de Oseas, de Habacuc y de Sofonías, y de otros cuyos mensajes de reprensión y amonestación habían sido similares a los propios. Les recordó acontecimientos que habían sucedido en cumplimiento de profecías relativas a la retribución por el pecado del cual no se habían arrepentido. En lo pasado, los juicios de Dios habían caído sobre los impenitentes en cumplimiento exacto de su propósito tal como había sido revelado por intermedio de sus mensajeros” (PR 327, 328).

Así como hoy debemos aprender lecciones de la historia sagrada, Jeremías procuraba conseguir que el pueblo de su época hiciera lo mismo: aprender del pasado, de modo de no cometer los mismos errores que cometieron sus antepasados. Si había sido duro para ellos escucharlo antes, ahora con el “ministerio” de Hananías para contrarrestarlo, la tarea de Jeremías era mucho más difícil.

Hananías, cuyo nombre significa “Dios tuvo mucha gracia”, parecía presentar un mensaje de perdón y de salvación. ¿Qué lecciones debemos aprender de este falso predicador de gracia?

 

Ir ArribaMiércoles 25 de noviembre: El yugo de hierro

La batalla entre los profetas no fue solo de palabras, sino también de actos. Obedeciendo el mandato de Dios, Jeremías puso el yugo de madera alrededor de su cuello; esto era un símbolo evidente del mensaje que llevaba al pueblo.

¿Cuál fue el simbolismo profético del acto de Hananías? Jer. 28:1-11.

Imagínate, por ejemplo, que después de que Jesús maldijo la higuera (Mar. 11:13, 19-21), alguien que hubiera escuchado lo que Jesús decía y sabía lo que había pasado, hubiera plantado una higuera nueva en el mismo lugar, en un intento de refutar la profecía de Jesús. Esto es lo que hizo Hananías con Jeremías y la profecía que su yugo simbolizaba. Era un acto de desafío abierto a lo que había dicho Jeremías.

Nota, también, la reacción de Jeremías. Los textos no registran nada de lo que dijo después de que el yugo fue quebrado. Solo se dio vuelta y se alejó. Si la historia hubiera terminado allí, habría parecido que el profeta se había retirado, derrotado.

Lee Jeremías 28:12 al 14. ¿Qué sucedió luego? ¿Cuál fue el nuevo mensaje de Jeremías?

La respuesta de Jeremías no fue un mensaje de venganza: tú me hiciste esto, así que te haré esto otro. En cambio, fue otro mensaje claro del Señor, pero más fuerte aún que el anterior. Alguien podría haber quebrado un yugo de madera, pero ¿quién puede quebrar uno de hierro? En un sentido, lo que Dios les decía era que, por su obstinación y por rehusar obedecer, solo estaban haciendo que las cosas fueran peores. Si pensaste que un yugo de madera era malo, prueba con uno de hierro.

¿Quién no ha aprendido por el camino difícil que a veces la obstinación hace que las cosas sean peores? Cuando tratamos con el Señor, ¿por qué siempre es mejor someternos y rendirnos de inmediato que seguir peleando y hacer que las cosas sean más difíciles?

 

Ir ArribaJueves 26 de noviembre: Confiar en mentiras

“Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo” (Jer. 28:15).

La respuesta acerca de quién estaba en lo correcto, si Jeremías o Hananías, vino muy pronto. Jeremías 28:16 y 17 cuenta la suerte del falso profeta, que fue exactamente la que el verdadero profeta había dicho que sería.

Aunque Hananías murió, había hecho un gran daño a la nación. Sus obras, en un sentido, lo siguieron. Hizo que el pueblo confiara en mentiras. El hebreo es hifil, una forma causativa del verbo “confiar”. Él hizo que ellos confiaran en una mentira, no en el sentido de forzarlos físicamente, sino por medio de engaño. Aun cuando Dios no lo había enviado, él aseguró que hablaba en nombre de Dios, y eso en Judá tenía gran peso. Además, el mensaje de Hananías de “gracia”, “liberación” y “redención” ciertamente era algo que la gente quería escuchar, considerando la gran amenaza planteada por Babilonia para la nación. Sin embargo, era un falso “evangelio”, un falso mensaje de salvación que Dios no había dado. Así que, en un momento cuando el pueblo necesitaba oír las palabras de Jeremías y el mensaje de redención que él traía, ellos escucharon en cambio las palabras de Hananías, y esto hizo que sus males solo fueran mayores.

¿Qué tienen en común Jeremías 28:15 y los siguientes textos?
2 Tim. 4:3, 4; 2 Tes. 2:10-12.

Las cosas hoy no son diferentes: estamos en medio de una gran controversia, una batalla por los corazones y las mentes de los miles de millones de habitantes del mundo. Satanás está trabajando con diligencia para que, tantos como sea posible, “confíen en una mentira”; y esa mentira puede venir en muchas formas y de diferentes maneras, pero siempre será una mentira. Después de todo, por cuanto Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6), las mentiras de Satanás pueden ser acerca de cualquier cosa (y todas las cosas), mientras no contengan la verdad como es en Jesús.

¿Por qué algunas de las mentiras son tan difundidas hoy en tu cultura? ¿Por qué el aferrarse a Jesús, y a su Palabra, es nuestra única protección contra ellas?

 

Ir ArribaViernes 27 de noviembre

Para Estudiar y Meditar:

Como hemos visto, la gente quiere oír buenas noticias, no malas. Ellos querían creer en el mensaje de Hananías, no en el de Jeremías. Hoy también sucede lo mismo. Muchos todavía insisten, por ejemplo, que nuestro mundo mejorará con el tiempo. No obstante, un ateo como Terry Eagleton ve cuán ridícula es esa idea: “Si alguna vez hubo un mito piadoso y una superstición crédula, es la creencia liberal-racionalista de que, aparte de algunos saltitos, estamos firmemente en una ruta a un mundo mejor. Este frágil triunfalismo es un resabio de la época heroica del liberalismo, cuando la estrella de la clase media estaba en ascenso. Hoy se encuentra cara a cara con el cinismo, el escepticismo o el nihilismo, en los que mucho de ese honroso linaje se ha degenerado”.−Reason, Faith and Revolution: Reflections on the God Debate, p. 70, ed. Kindle. Aunque algunos aspectos de la vida han mejorado, nuestro mundo, por sí mismo, nos ofrece poca esperanza, poco consuelo, especialmente a la larga. Si hemos de tener alguna esperanza real, ha de ser en algo divino, no terrenal, en algo sobrenatural, no natural. Y por supuesto, en eso consiste el evangelio: la intervención divina y sobrenatural de Dios en nuestro mundo y nuestras vidas. Sin eso, ¿qué otra cosa tenemos fuera de algún Hananías y sus mentiras?

Preguntas para Dialogar:

  1. Piensa en el futuro de nuestra tierra como un todo, aun desde un punto de vista puramente humano. ¿Aparece como esperanzado y lleno de promesas, o parece temeroso, peligroso y lleno de incertidumbre? ¿Qué razones puedes dar para tu respuesta?

  2. El mensaje de Jeremías, como vimos en el contexto de las mentiras de Hananías, era mirar al pasado, observar la historia y aprender de ella. Elena de White escribió algo similar: “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (NB 216). ¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué ha sucedido en nuestro pasado, y cuáles fueron las enseñanzas de Dios que pueden ayudarnos a estar preparados para lo que sin duda ocurrirá en el futuro?

  3. Hananías dio un falso mensaje de gracia. ¿Cuáles son algunos de esos falsos mensajes de gracia, hoy, contra los que debemos prevenirnos? Por supuesto, la gracia es nuestra única esperanza, pero ¿de qué maneras puede presentarse la gracia como una mentira?

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