Lecciones para adultos: "El Espíritu Santo y la espiritualidad"
Primer trimestre (enero-marzo) de 2017
Introducción
El Espíritu Santo y la espiritualidad
Muchos de nosotros hemos escuchado las palabras: “Te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Y, si somos bautizados, seguramente las escuchamos justo antes de que el ministro nos sumergiera en el agua (ver Mat. 28:19).
Bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Sí, el Espíritu Santo es mencionado allí mismo, junto con el Padre y el Hijo.
Y no es de extrañar. La creencia fundamental número cinco de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, “El Espíritu Santo”, dice: “Dios el Espíritu eterno desempeñó una parte activa, con el Padre y el Hijo, en la creación, en la encarnación y en la redención. Es una persona, de la misma manera que lo son el Padre y el Hijo. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres humanos, y renueva a los que responden y los transforma a la imagen de Dios. Enviado por el Padre y por el Hijo para estar siempre con sus hijos, concede dones espirituales a la iglesia, la capacita para dar testimonio en favor de Cristo y, en armonía con las Escrituras, la guía a toda la verdad”.
Sin embargo, cuando leemos la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento, vemos la actividad y obra directa de Dios el Padre. Sus acciones se encuentran por doquier. En el Nuevo Testamento, especialmente los Evangelios, leemos vez tras vez acerca de la obra y la actividad de Jesús, el Hijo. Jesús (su vida, muerte y ministerio en el cielo) domina el Nuevo Testamento.
En contraste con la actividad de tanto el Padre como el Hijo, la obra del Espíritu Santo no está plasmada tan abiertamente en ninguno de los dos Testamentos.
Pero hay una razón para este contraste: el Espíritu Santo no busca ser el centro de atención. Su papel se encuentra más bien tras bambalinas. El Padre y el Hijo son revelados de forma más directa en la Palabra. Y eso se debe a que el Espíritu Santo está allí para señalarnos, no hacia él mismo, sino hacia Jesús y lo que Jesús ha hecho por nosotros.
Al estudiar la obra del Espíritu Santo, veremos cuán central es para nuestra experiencia cristiana. El Espíritu Santo que, siendo Dios, conoce a Dios como ninguna persona puede; de modo que puede revelar a Dios a nosotros de una manera confiable y fidedigna. El Espíritu Santo inspiró primeramente a los escritores de la Biblia, y el Espíritu Santo hoy nos guía en nuestro estudio de lo que él inspiró para que estos escritores comunicaran. El Espíritu Santo nos da la seguridad de nuestra salvación por medio de Jesucristo (Rom. 8:16), y nos da evidencia de la obra de Dios en nosotros (1 Juan 3:24). El Espíritu Santo también nos limpia de pecado y nos santifica. “Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Cor. 6:11). El Espíritu produce en nosotros un crecimiento en la gracia a lo largo de toda la vida, produciendo en nosotros el fruto del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gál. 5:22, 23).
“El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo” (DTG 625; énfasis añadido).
Debido a su papel crucial en las vidas de los creyentes, el estudio de este trimestre nos ayudará a comprender mejor el inmenso don que tenemos en el Espíritu Santo.
Frank M. Hasel, Ph.D., es el decano del Departamento de Teología en el Seminario Bogenhofen en Austria, Europa, donde también sirve como director del Centro de Estudios de Elena G. de White. En 2009 su esposa murió de cáncer. Desde entonces ha aprendido a confiar en la bondad de Dios de nuevas maneras cada día y experimenta el consuelo, la paz y el poder transformador del Espíritu Santo en su vida.
Clave de abreviaturas
BA La Biblia de las Américas
CC El camino a Cristo
COES Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática
CS El conflicto de los siglos
DTG El Deseado de todas las gentes
Ed La educación
ELC En lugares celestiales
Ev El evangelismo
FV La fe por la cual vivo
HAp Los hechos de los apóstoles
LLM Loma Linda Messages
MS Mensajes selectos, 3 tomos
NVI La Biblia, Nueva Versión Internacional
PVGM Palabras de vida del gran Maestro
RP Recibiréis poder
RVA La Santa Biblia, versión Reina-Valera actualizada
TI Testimonios para la iglesia, 9 tomos
Datos bibliográficos
Chadwick, S., en Arthur Walkington Pink. The Holy Spirit. Bellingham, Wash.: Logos Bible Software.
Cole, Graham A. He Who Gives Life: The Doctrine of the Holy Spirit. Wheaton, Ill.: Crossways Books, 2007.
LeRoy Edwin Froom. La venida del Consolador. Buenos Aires: ACES, 1990.
Packer, J. I. Keep in Step With the Spirit: Finding Fullness in Our Walk with God. Grand Rapids: Baker Books, 2005.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
Envíe su Pedido de Oración, sus peticiones serán tratadas de una forma confidencial.
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