Lecciones para adultos: ""Apacienta a mis ovejas": 1 y 2 Pedro"
Segundo trimestre (abril-junio) de 2017
Lección 2: "Una herencia incorruptible"
Para el 8 de abril de 2017
Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes
Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Pedro 1:1, 2; Juan 3:16; Ezequiel 33:11; 1 Pedro 1:3-21; Levítico 11:44, 45; 1 Pedro 1:22-25.
Para Memorizar: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 Ped. 1:22)..
Cuando estudiamos la Biblia, especialmente al enfocarnos en un libro o incluso una sección de un libro, algunas preguntas deben ser respondidas, de ser posible.
Primero, sería bueno saber cuál era el público al que estaba dirigido el libro. Segundo, y quizás más importante aún, sería bueno saber cuál fue el motivo preciso para escribir. ¿Cuál era el problema específico (si lo había) que el autor deseaba abordar? (Como por ejemplo el interés de Pablo en escribir a los Gálatas sobre los errores teológicos que se enseñaban acerca de la salvación y la Ley.) Como sabemos, gran parte del Nuevo Testamento fue escrito como epístolas, o cartas, y las personas generalmente escriben cartas a fin de transmitir mensajes específicos a los destinatarios.
En otras palabras, al leer las epístolas de Pedro, sería bueno conocer, lo mejor posible, el contexto histórico de sus cartas. ¿Qué estaba diciendo, y por qué? Y, por supuesto, lo más importante de todo: ¿Qué mensaje podemos nosotros (a quienes, bajo inspiración, también fueron escritas) obtener de sus cartas?
Y, tal como pronto lo veremos, aun en los primeros versículos, Pedro tiene mucha verdad importante que revelar para nosotros hoy, siglos después de haber escrito.
Domingo 2 de abril: A los expatriados
Si se te entregara una hoja de papel que comenzara diciendo: “Apreciado señor”, sabrías que estabas leyendo una carta. Y supondrías que la carta provenía de alguien con quien probablemente no tenías mucha confianza.
Así como las cartas modernas tienen una forma estandarizada de introducción, también lo tienen las cartas antiguas. La primera epístola de Pedro comienza como lo haría cualquier carta antigua. Identifica al autor y a aquellos a quienes fue enviada.
Lee 1 Pedro 1:1. ¿Qué podemos aprender de este único versículo que nos puede proveer un poco de contexto?
Pedro claramente se identifica a sí mismo. Su nombre es la primera palabra de la carta. Sin embargo, inmediatamente se define a sí mismo como “apóstol de Jesucristo”. De esa manera, al igual que lo hacía Pablo a menudo (Gál. 1:1; Rom. 1:1; Efe. 1:1), Pedro inmediatamente establece sus “credenciales”, enfatizando su llamamiento divino. Él era un “apóstol”, que es “alguien enviado”, y Aquél que lo envió fue el Señor Jesucristo.
Pedro identifica una región a la que estaba dirigida su carta: el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Estas son todas regiones del Asia Menor, equivalente a grandes rasgos con la región de la Turquía moderna al este del Bósforo.
Existe debate en cuanto a si Pedro se dirigía mayormente a creyentes judíos o gentiles. Los términos que Pedro utilizó en 1 Pedro 1:1, “expatriados”, “dispersión” [diáspora], son términos que naturalmente se referían a los judíos que vivían fuera de Tierra Santa en el primer siglo de nuestra era. Las palabras “elegidos” y “santificación” en 1 Pedro 1:2 pueden aplicarse a judíos y cristianos por igual. Al describir a aquellos fuera de la comunidad como “gentiles” (1 Ped. 2:12; 4:3), Pedro también destaca el carácter judío de sus destinatarios.
Algunos comentadores argumentan, en respuesta, que lo que Pedro dice en 1 Pedro 1:18 y 4:3 se aplicaría más apropiadamente a conversos gentiles al cristianismo que a los conversos judíos. Después de todo, ¿habría escrito Pedro realmente a los judíos acerca de “vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres”? O, ¿habría dicho Pedro a lectores judíos: “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías” (1 Ped. 4:3)?
Sin embargo, lo más importante no es cuál era el público destinatario, sino más bien qué dice el mensaje.
Lee 1 Pedro 1:2. ¿Qué más nos dice esto acerca de aquellos a quienes Pedro había estado escribiendo? ¿Cómo los llama?
Ya sea que estuviera escribiendo específicamente a creyentes judíos o gentiles, Pedro estaba seguro de una cosa: eran “elegidos según la presciencia de Dios Padre” (1 Ped. 1:2).
Aquí, sin embargo, debemos ser cuidadosos. Esto no significa que Dios predestinó a algunas personas para que sean salvas y otras para que se pierdan, y que por suerte aquellos a quienes estaba escribiendo Pedro se hallaban casualmente entre el grupo de los elegidos por Dios para la salvación, mientras que otros fueron elegidos por Dios para que se pierdan. Eso no es lo que enseña la Biblia.
Lee 1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:9; Juan 3:16; y Ezequiel 33:11. ¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender lo que quiso decir Pedro cuando llamó “elegidos” a estas personas?
La Escritura deja en claro que era el plan de Dios que todos fueran salvos, un plan instituido en su favor aun antes de la creación de la Tierra: “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo” (Efe. 1:4). “Todos” son “elegidos” en el sentido que el propósito original era que todos sean salvos y que nadie se pierda. Dios predestinó a toda la humanidad para la vida eterna. Esto significa que el plan de salvación era adecuado para que todos fueran incluidos en la expiación, aun cuando no todos aceptarían lo que esa expiación les ofrecía.
El conocimiento previo de Dios de los elegidos simplemente significa que conocía de antemano cuál sería su elección libre con respecto a la salvación. Este conocimiento previo de ninguna manera forzó su elección, así como el hecho de que una madre sepa de antemano que su hijo elegirá pastel de chocolate en vez de arveja tampoco implica que su conocimiento previo vaya a forzar la decisión de su hijo.
¿Qué seguridad puedes obtener de la verdad esperanzadora de que Dios te ha elegido para ser salvo?
Martes 4 de abril: Temas centrales
Lee 1 Pedro 1:3 al 12. ¿Cuál es el mensaje central de Pedro en estos versículos?
En su salutación a sus lectores, en 1 Pedro 1:1 y 2, Pedro ya ha mencionado al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (1 Ped. 1:2). Los tres miembros de la Deidad conforman la temática de 1 Pedro 1:3 al 12. El Padre y el Hijo son el tema de 1 Pedro 1:3 al 9, y el Espíritu Santo tiene prominencia en 1 Pedro 1:10 al 12.
Al escribir acerca del Padre y del Hijo, y de la obra del Espíritu Santo, Pedro introduce muchos de los temas a los que volverá más adelante.
Pedro comienza diciendo que los cristianos han nacido de nuevo (1 Ped. 1:3; ver también Juan 3:7). Su vida entera ha sido transformada por la resurrección de Jesús y la herencia extraordinaria que espera a los cristianos en el cielo (1 Ped. 1:3, 4). Aquí, como en tantos otros lugares del Nuevo Testamento, la resurrección de Jesús es clave para la esperanza cristiana.
Esta esperanza provee a los cristianos de una razón para regocijarse, a pesar del hecho que muchos de los destinatarios de 1 Pedro estuvieran sufriendo. Este sufrimiento prueba y refina su fe, así como el fuego prueba y refina el oro. Aun cuando los lectores de Pedro no vieron a Jesús durante su ministerio terrenal, lo aman y creen en él. Y el resultado de su fe en él es la salvación y la promesa de “una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1 Ped. 1:4).
Pedro también les hace saber que los profetas de la antigüedad habían profetizado “de la gracia destinada a vosotros” (1 Ped. 1:10). Los profetas del Antiguo Testamento “inquirieron diligentemente e indagaron” (1 Ped. 1:10) acerca de la salvación que estas personas ahora experimentaban en Jesús.
Al sufrir persecución por causa de su fe, Pedro señala que forman parte de un conflicto mucho más amplio entre el bien y el mal. En última instancia, está intentando ayudarlos a mantenerse fieles a la verdad, incluso en medio de las pruebas.
Primera de Pedro 1:4 dice que hay una herencia “reservada en los cielos” para ti. Piensa en eso a un nivel personal; hay un lugar específico reservado en el cielo solo para ti, en forma personal. Entonces, ¿cómo deberías responder, en forma personal, a esta maravillosa promesa?
Miércoles 5 de abril: Vivir la vida de la salvación
Lee 1 Pedro 1:13 al 21. Según este pasaje, ¿qué debería motivar el comportamiento cristiano?
La expresión por tanto, que da inicio a 1 Pedro 1:13, muestra que lo que Pedro está por decir se desprende naturalmente de lo que acaba de decir. Como vimos en el estudio de ayer, Pedro acababa de estar hablando acerca de la gracia de Dios y de la esperanza que los cristianos tienen en Jesucristo (1 Ped. 1:3-12).
Como resultado de esta gracia y esperanza, Pedro insta a sus lectores: “ceñid los lomos de vuestro entendimiento” (1 Ped. 1:13). Es decir, como una respuesta a la salvación que tienen en Jesús, deben preparar sus mentes a fin de permanecer firmes y ser fieles (1 Ped. 1:13).
Lee 1 Pedro 1:13. ¿Qué significa esperar por completo en la gracia revelada en Jesús?
Sin duda, Pedro les dice que su esperanza descansa únicamente en Jesús. Pero luego enfatiza que se espera cierto nivel de comportamiento en los cristianos como una consecuencia de su salvación. Señala tres de los grandes motivadores que se hallan detrás del comportamiento cristiano: el carácter de Dios (1 Ped. 1:15, 16), el juicio venidero (1 Ped. 1:17), y el costo de la redención (1 Ped. 1:17:21).
Lo primero que debe motivar el comportamiento cristiano es el carácter de Dios. Este carácter puede ser resumido de esta manera: Dios es santo. Pedro cita Levítico 11:44 y 45, cuando dice: “sed santos, porque yo soy santo” (1 Ped. 1:16). Por lo tanto, aquellos que siguen a Jesús deben también ser santos (1 Ped. 1:15-17).
Una segunda motivación para el comportamiento cristiano se halla en el conocimiento de que Dios, que es santo, juzgará a todos imparcialmente, según la obra de cada uno (1 Ped. 1:17).
Una tercera motivación surge de la gran verdad de que los cristianos han sido redimidos. Esto significa que han sido comprados por precio, un precio muy alto: la sangre preciosa de Cristo (1 Ped. 1:19). Pedro enfatiza que la muerte de Jesús no fue un accidente de la historia sino algo establecido antes de la fundación del mundo (1 Ped. 1:20).
¿Qué te motiva a ser un cristiano? ¿Qué responderías, y por qué, si alguien te preguntara: “¿Por qué eres cristiano?” Trae tu respuesta el sábado a la clase.
Jueves 6 de abril: Ámense los unos a los otros
A continuación, Pedro conduce a los cristianos a la expresión última de lo que es vivir una vida santa y fiel.
Lee 1 Pedro 1:22 al 25. ¿Qué punto crucial está planteando aquí acerca de lo que significa ser un cristiano?
El punto de partida de Pedro es que los cristianos ya han sido purificados (“habiendo purificado vuestras almas...”), y están viviendo en obediencia a la verdad (1 Ped. 1:22). El verbo “purificar” o “limpiar” está relacionado estrechamente con las palabras santo y santidad, que se retrotraen a lo que Pedro escribió unos pocos versículos antes (1 Ped. 1:15). Por su entrega a Jesús y por medio de su bautismo (comparar 1 Ped. 3:21, 22), los cristianos se han purificado al colocarse aparte para Dios, y lo hacen obedeciendo a la verdad.
Este cambio en sus vidas tiene la consecuencia natural de que ahora se hallan en una relación cercana con otros que comparten una cosmovisión similar. Estas relaciones son tan estrechas que Pedro utiliza el lenguaje de la familia para describirlos. Los cristianos han de actuar por amor de hermano y hermana. La palabra griega utilizada en 1 Pedro 1:22, cuando habla acerca del “amor fraternal”, filadelfia, significa literalmente “amor de hermano/hermana”. Es el amor que en las familias se tiene el uno por el otro.
Hay varias palabras diferentes en griego que se traducen como “amor”: filia (amistad), eros (el amor pasional entre esposo y esposa), agape (un amor puro que busca el bien de los demás). La palabra que Pedro utiliza cuando escribe “amaos unos a otros entrañablemente” (1 Ped. 1:22) está ligada a agape, que generalmente significa el amor puro que busca el bien de los demás. Ciertamente por eso añadió la frase “de corazón puro” (1 Ped. 1:22), la clase de corazón que se obtiene de ser “renacidos” (1 Ped. 1:23; ver también 1 Ped. 1:3) en la incorruptible Palabra de Dios. Esta clase de amor proviene únicamente de Dios; no es lo que manifestará un corazón egoísta, centrado en sí mismo y contumaz, que seguramente es la razón por la cual Pedro pone tanto énfasis en ser puros y en la “obediencia a la verdad” (1 Ped. 1:22). La verdad no es simplemente algo que se cree; es algo que se debe vivir.
¿Cómo podemos aprender a tener más amor? ¿Qué decisiones debemos tomar a fin de poder manifestar la clase de amor que proviene de un “corazón puro”?
Para Estudiar y Meditar:
Lee “La perfecta obediencia mediante Cristo” y “Cristo, el camino de la vida”, Mensajes selectos, t. 1, pp. 438-441; 428-432.
Es increíble cuán rico y profundo es este primer capítulo de Pedro y cuánto terreno cubre. Pedro comienza su epístola con una meditación sobre el carácter de la Deidad, introduciendo al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre ha provisto un Salvador en su Hijo, Jesucristo, y somos elegidos en él para santificación y obediencia. Llegamos a amar a Jesús, y en él nos regocijamos con gozo exaltado, porque por medio de su muerte y resurrección tenemos la promesa de una “herencia incorruptible” en el cielo. Aun en medio de tribulaciones, entonces, podemos regocijarnos en la salvación que se nos ofrece en Cristo. Las “cartas [de Pedro] fueron el medio de despertar el ánimo y fortalecer la fe de los que soportaban pruebas y aflicciones, y de estimular a las buenas obras a los que, atravesando por diversas tentaciones, estaban en peligro de perder su confianza en Dios” (HAp 412). A su vez, el Espíritu Santo obró por medio de los profetas para bosquejar los días en que Pedro y sus lectores vivían. Como consecuencia, los cristianos debieran vivir vidas santas, llenas de obediencia a la verdad, en comunidades que se caracterizan por la clase de amor que proviene de un “corazón puro”.
Preguntas para Dialogar:
En clase, repasen las respuestas a la pregunta al final del estudio del día miércoles: ¿Qué nos motiva a ser cristianos? ¿Qué tienen en común sus respuestas? ¿En qué se diferencian?
Dos veces en este primer capítulo (1 Ped. 1:3, 21), Pedro mencionó la resurrección de Jesús. ¿Qué tiene la resurrección para ser tan crucial para nuestra fe?
Pedro habló acerca de una “herencia incorruptible” (ver también Dan. 7:18). ¿Qué significa eso? Piensa en todas las cosas en este mundo y en esta vida que se desvanecen o que pueden ser destruidas instantáneamente. ¿Qué debería decirnos esto acerca de cuán maravillosa es realmente nuestra herencia prometida?
¿De qué manera puede crecer nuestra fe en medio de tribulaciones? Es decir, ¿qué decisiones podemos tomar que nos ayudarán a aprender de las cosas que sufrimos?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. 2 Tesalonicenses 2:13.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Canales de luz y bendición basada en Hechos 4:13.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura La escuela de aquí y la del mas allá basada en Hebreos 6:6.
Envíe su Pedido de Oración, sus peticiones serán tratadas de una forma confidencial.
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