Lecciones para adultos: ""Apacienta a mis ovejas": 1 y 2 Pedro"
Segundo trimestre (abril-junio) de 2017
Lección 7: "Líderes siervos"
Para el 13 de mayo de 2017
Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes
Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Pedro 5:1-10; Hechos 6:1-6; Jeremías 10:21; Mateo 20:24-28; Proverbios 3:34; Apocalipsis 12:7-9.
Para Memorizar: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Ped. 5:7).
Los estudios sobre iglesias en crecimiento casi siempre destacan la importancia de liderazgo efectivo. Este liderazgo toma su visión de Dios y su Palabra y provee oportunidad para que todos en la congregación puedan ejercer sus propios dones espirituales en pos de la comisión evangélica.
Pero el liderazgo eclesiástico es un desafío muy grande. Los voluntarios, que a menudo dan de su tiempo a pesar de estar ya muy ocupados, son los que en gran medida mantienen en funcionamiento las iglesias. Los miembros pueden “votar con los pies” al dejar de asistir si algo sucede que no pueden apoyar. Además, un líder cristiano eficaz también debe ser profundamente espiritual. Y no debemos olvidar que Pedro está escribiendo a iglesias que están sufriendo persecución. Los líderes de la iglesia estarían en una posición particularmente vulnerable en ese contexto. ¿Quién, entonces, está capacitado para esta tarea?
En 1 Pedro 5:1 al 10, Pedro aborda el asunto del liderazgo cristiano a nivel de la iglesia local. En estos versículos, Pedro escribe sobre algunas características cruciales necesarias, no solamente en los líderes locales, sino también en los miembros. Sus palabras son tan relevantes para nosotros hoy como lo eran entonces.
Domingo 7 de mayo: Los ancianos en la iglesia temprana
Busca los siguientes textos: Hechos 6:1 al 6; 14:23; y 15:6; 1 Timoteo 5:17; y 1 Pedro 5:2. ¿Qué información nos proveen estos versículos con respecto a los desafíos que enfrentaba la iglesia temprana y el papel de sus líderes?
Un grupo numeroso de personas que se vuelven creyentes y se unen a la iglesia es una gran bendición de Dios. Sin embargo, como lo ilustra la experiencia de los primeros cristianos, el crecimiento rápido puede traer problemas.
Por ejemplo, Hechos 1 al 5 documenta la obra del Espíritu Santo en la conversión de muchos al cristianismo. Hechos 6:1 al 6 muestra el resultado: el grupo se volvió demasiado grande para los líderes que tenía, y fue necesario crear estructuras a fin de manejar las funciones diarias de la iglesia.
El problema que hizo ver esta debilidad en la estructura organizacional fue una queja de discriminación. El grupo de habla griega se quejó que sus viudas eran descuidadas en la distribución diaria de comida. Como respuesta, un grupo de personas, los diáconos, fue designado especialmente para ayudar a los 12 apóstoles con el manejo de los recursos de la iglesia.
Es verdad que la iglesia temprana fue guiada por el Espíritu Santo de una manera especial. Pero inclusive entonces hubo necesidad de fijar estructuras eclesiásticas. Un grupo clave de líderes de la iglesia que fue necesario desde muy temprano fue el de los ancianos, que eran establecidos para cada congregación local. De hecho, la designación de ancianos para liderar estos grupos de cristianos recién formados era algo que hacían Pablo y Bernabé cuando iban a lugares donde aún se debía predicar acerca de Jesús (Hech. 14:23).
Los ancianos recibían muchas funciones diversas en el cristianismo temprano. Como líderes de su comunidad local, de tanto en tanto actuaban como instructores para enseñar a los nuevos conversos. Predicaban, y se aseguraban de que se hicieran las cosas necesarias para el bienestar de la comunidad (Hech. 15:6; 1 Tim. 5:17; 1 Ped. 5:2).
¿Cuáles son algunas maneras en las que puedes aprender a trabajar mejor con los líderes en tu iglesia local, aun cuando no siempre se pongan de acuerdo en todas las cosas?
Lee 1 Pedro 5:1 al 4. ¿Qué actitudes debieran tener los líderes en las funciones que ejercen en la iglesia? ¿Cómo se pueden aplicar estos principios a cualquiera de nosotros, sin importar el cargo o la función?
Pedro presenta sus instrucciones para los ancianos señalando que él mismo es un anciano colega. Luego, recalca dos cosas acerca de él mismo: es un testigo de los sufrimientos de Cristo, y espera ser partícipe de la gloria que será revelada. Al decir esto, Pedro recalca la primera característica que debiera hallarse en un anciano: un anciano debe entender la importancia de lo que Cristo ha sufrido en nuestro favor y la gran esperanza que nos ofrece.
Pedro compara el papel del anciano con un pastor que apacienta el rebaño de Dios. La comparación de la iglesia con un rebaño sugiere que, al igual que las ovejas, los miembros a veces pueden extraviarse por su cuenta. Así, necesitan que el pastor los guíe nuevamente al redil y los ayude a trabajar en armonía con el grupo. El anciano también debiera servir como ejemplo humilde de cómo debe actuar un cristiano.
¿Qué advertencia encontramos en los siguientes textos para aquellos que son pastores del rebaño? Jer. 10:21; Eze. 34:8-10; Zac. 11:17.
Una de las funciones importantes del liderazgo cristiano es trabajar con las personas de la iglesia tan pacientemente como los pastores deben trabajar con sus ovejas. Los ancianos deben reunirlos suavemente para la adoración y para compartir el mensaje de Jesús con aquellos que necesitan conocerlo y la salvación que encontramos en él.
Pedro también recalca que los ancianos debieran ejercer un liderazgo voluntario y no bajo compulsión. No siempre es fácil encontrar personas dispuestas a aceptar los desafíos de ser líderes en la iglesia. Esto se vuelve especialmente evidente cuando llega el momento de la comisión de nombramientos. Para que una iglesia funcione bien, hay una cantidad de roles distintivos que deben ser ocupados. Hay razones por las que muchas personas son reticentes a aceptar puestos de liderazgo. Algunos de estos cargos requieren una inversión considerable de tiempo, y las personas aptas para ocuparlos quizás ya tengan muchos compromisos. Otros pueden sentir que no están suficientemente preparados para aceptar el cargo. Pero el consejo de Pedro es que, si nos es solicitado, debiéramos aceptar el liderazgo, siempre que sea posible.
Martes 9 de mayo: Líderes siervos
Lee 1 Pedro 5:3; y Mateo 20:24 al 28. ¿Qué principios cruciales de liderazgo cristiano se encuentran en estos textos?
En griego, la palabra clave en 1 Pedro 5:3 es katakurieuontes. La misma palabra se halla en Mateo 20:25 y significa “ejercer dominio” o “tratar despóticamente” a alguien. Así, la instrucción a los ancianos que se da en 1 Pedro 5:3 podría traducirse: “No sean tiranos con los que están a su cuidado” (NVI), y refleja las palabras de Jesús en Mateo 20:25.
Mateo 20:20 al 23 provee el contexto para los dichos de Jesús en Mateo 20:24 al 28. La madre de Santiago y Juan se había acercado a Jesús con la solicitud que, cuando Jesús viniera en su reino, uno de sus hijos se sentara a su lado derecho y el otro a su lado izquierdo.
“Jesús los trató con ternura y no censuró su egoísmo por buscar preferencia sobre sus hermanos. Leía sus corazones y conocía la profundidad de su cariño hacia él. El amor de ellos no era un afecto meramente humano; aunque fluía a través de la terrenidad de sus conductos humanos, era una emanación de la fuente de su propio amor redentor. Él no lo criticó, sino que lo ahondó y purificó” (DTG 502).
Jesús explica que esta posición de honor es otorgada por el Padre, no por él. Pero, luego pasa a explicar que una diferencia clave entre su reino y los reinos de las naciones gentiles es el tipo de líder que emergerá de su reino. Aquellos que desean ser líderes en el reino donde Jesús es Rey deben volverse siervos, porque los líderes en el reino de Jesús han de ser como Jesús. “El hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat. 20:28).
Así, Pedro está llamando a los líderes de la iglesia al mismo ideal: la entrega y abnegación manifestadas por Jesús deben manifestarse también en ellos.
Lee Filipenses 2:4 al 8. ¿De qué manera lo que Pablo dice aquí coincide con lo que escribió Pedro? Más importante aún, ¿cómo podemos llevar a cabo las cosas a las que somos llamados a hacer en estos versículos?
Miércoles 10 de mayo: Revestidos de humildad
La sociedad estaba muy segmentada en el mundo antiguo en el que vivía Pedro. La clase gobernante elite tenía lo que hoy podría llamarse una “presencia autoritaria”. A su alrededor se aglutinaban las personas de rango inferior, y el rango más bajo de todos pertenecía al de un esclavo. La humildad era la actitud apropiada para aquellos de la clase más baja para con aquellos de una más alta. La palabra griega para humildad conlleva el significado de “humilde”, “insignificante”, “débil” y “pobre”. Describe a las personas sin estatus ni poder en la sociedad. En el mundo fuera del judaísmo y el cristianismo, la palabra humilde se asociaba con aquellos de bajo estatus, y actuar humildemente no sería una conducta elogiosa ni apropiado para una persona libre.
Lee 1 Pedro 5:5 al 7. Dado el contexto y el tiempo en el que vivían, ¿qué es lo notable de lo que escribió Pedro aquí?
En la Biblia, la humildad se ve a una luz diferente de cómo se veía en los tiempos y la cultura en los que vivía Pedro. Pedro cita Proverbios 3:34 de la Septuaginta (el Antiguo Testamento griego), un versículo que también se cita en Santiago 4:6. En el Antiguo Testamento, parte de la obra de Dios en la historia es humillar a los altivos y poderosos (Isa. 13:11; 23:9; Job 40:11).
La actitud apropiada que deberíamos tener hacia Dios es la humildad. “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Ped. 5:6). La humildad, más bien que el orgullo, debiera caracterizar el relacionamiento del cristiano no solamente con Dios, sino también con otros (1 Ped. 5:5).
Los cristianos, inclusive los líderes cristianos, son conscientes de que son pecadores salvados por la gracia de Dios. En este sentido sumamente importante, entonces, somos todos iguales, y todos debiéramos humillarnos ante la cruz. Y esta humildad debe revelarse en nuestro relacionamiento con los demás, especialmente aquellos sobre quienes tenemos autoridad. Seguro, cualquiera podría humillarse ante Dios, el Creador de los cielos y de la Tierra. También, es relativamente fácil humillarse ante aquellos que están sobre nosotros, que tienen poder sobre nosotros, y que tienen un estatus “más elevado” que nosotros. La verdadera prueba viene cuando revelamos humildad hacia aquellos que están “por debajo” de nosotros, que no tienen ningún poder ni autoridad sobre nosotros. Esa es la clase de humildad de la que habla Pedro aquí.
¿Qué tiene la cruz y lo que representa que debiera siempre mantenernos humildes?
Jueves 11 de mayo: Como león rugiente
Como ya hemos visto, Pedro escribió en contra de la apostasía por persecución. La temática del gran conflicto no era solamente teología abstracta para sus lectores; estaban experimentándola de un modo que muchos de nosotros no lo han hecho, por lo menos por ahora.
Lee 1 Pedro 5:8 al 10; y Apocalipsis 12:7 al 9. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca del origen del mal y la obra de Satanás en nuestro mundo?
El libro de Apocalipsis revela que los cristianos juegan un papel en la batalla cómica entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal. En Apocalipsis, las fuerzas del bien son lideradas por Jesús, que es el Verbo de Dios, el Rey de reyes y el Señor de Señores (Apoc. 19:13, 16). Las fuerzas del mal son lideradas por el diablo, también llamado Satanás y representado como un dragón (Apoc. 12:7-9; 20:7, 8). Aunque los medios populares e, incluso, algunos cristianos, niegan la realidad de Satanás, el hecho es que el diablo es un ser poderoso que tiene solamente intenciones malvadas para nosotros. Sin embargo, las buenas nuevas son que el diablo será destruido al final (Apoc. 20:9, 10).
Pedro no subestima el peligro que representa el diablo. El diablo es como un león rugiente que está buscando devorar a todos los que pueda (1 Ped. 5:8). Pedro también señala que sus lectores pueden ver el poder del diablo en sus propios sufrimientos. Sin embargo, este sufrimiento terminará en gloria eterna (1 Ped. 5:10).
Lee 1 Pedro 5:10 una vez más. ¿Qué nos está diciendo allí Pedro?
Aunque no conocemos la naturaleza exacta de sus tribulaciones, lo que podemos ver es la esperanza que Pedro expresa. Sí, el diablo es real. La batalla es real, y nuestros sufrimientos son reales. Pero el “Dios de toda gracia” ha vencido al diablo. Así que sea cual sea nuestro sufrimiento, si permanecemos fieles, aun hasta la muerte (ver Heb. 11:13 al 16), la victoria está asegurada, gracias a Jesús.
¿Cómo podemos aprender a aferrarnos por fe, permanecer hasta el fin, sin importar lo que tengamos que enfrentar?
Para Estudiar y Meditar:
Un gran ejemplo del liderazgo servicial de Jesús se halla en su comportamiento en la última cena. En ese momento, Jesús era plenamente consciente de quién era él (el Hijo de Dios) y que estaba a punto de regresar a su Padre (Juan 13:1). En medio de la cena, se levantó y lavó los pies de los discípulos. Luego dijo: “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:14, 15). Cada vez que los seguidores de Jesús se lavan los pies unos a otros, no solamente conmemoran esta escena; se recuerdan el uno al otro que, para ser un líder en el reino de Jesús, debemos volvernos siervos. Sin duda, durante el resto de sus vidas, especialmente después de haber entendido exactamente quién era realmente Jesús, los discípulos recordaron este acto de humildad por parte de su Maestro. Sin duda, también, estaba en la mente de Pedro cuando instó a los ancianos de iglesia que no ejercieran dominio despótico sobre otros, sino que se “revistieran de humildad”.
“La humillación del hombre Cristo Jesús es incomprensible para la mente humana; pero su divinidad y su existencia antes de que el mundo fuera creado jamás pueden ser puestas en tela de juicio por los que creen en la Palabra de Dios. El apóstol Pablo nos habla de nuestro Mediador, el Hijo unigénito de Dios, quien en su estado glorioso tenía la forma de Dios y era el Comandante de todas las huestes celestiales, y que no obstante, al revestir su divinidad de humanidad, tomó sobre sí la forma de siervo.
“Debemos abrir nuestro entendimiento para comprender que Cristo dejó a un lado su manto real, su corona de Rey, su elevado mando, y revistió su divinidad con humanidad para poder encontrar al hombre donde estaba, y brindar a la familia humana el poder moral de convertirse en hijos e hijas de Dios” (HHD 83).
Preguntas para Dialogar:
Jesús comenzó su ministerio confrontando al diablo. Debilitado por 40 días de ayuno, fue capaz de resistir las tentaciones del diablo citando las Escrituras (Mat. 4:1 al 11; Mar. 1:12, 13; Luc. 4:1-13). ¿Qué nos dice esto acerca de cómo nosotros, también, podemos resistir al diablo en nuestras propias vidas?
¿Qué ejemplos has visto de lo que pareció ser verdadera humildad en otros? ¿Qué puedes aprender de esos ejemplos?
En clase, respondan esta pregunta: Además de lo que enseñó Pedro en los versículos para esta semana, ¿cuáles son las cualidades de un buen líder cristiano? ¿De qué manera podrían superponerse esas cualidades con las buenas cualidades de los líderes seculares? ¿En qué se diferenciarían?
¿Cómo responderías a la afirmación de que Satanás no es real sino solamente un símbolo del mal que se halla en la naturaleza humana?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Juan 12:44,45.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Servid al señor de todo corazón basada en Colosenses 3:23-24.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Fábulas por arte compuestas basada en Daniel 8:14.
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