Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Mayordomía: Las motivaciones del corazón"

Primer trimestre (enero-marzo) de 2018

Lección 7: "Honestidad para con Dios"

Para el 17 de febrero de 2018

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 10 de febrero

Lee Para el Estudio de esta Semana: Lucas 16:10; Levítico 27:30; Génesis 22:1-12; Hebreos 12:2; Lucas 11:42; Hebreos 7:2-10; Nehemías 13.

Para Memorizar: “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia” (Luc. 8:15).

¿Qué es un corazón honesto, y cómo se manifiesta? La cultura contemporánea a menudo considera que la honestidad es una ética vaga y relativista; la mayoría de la gente es deshonesta ocasionalmente, pero considera que esto es aceptable siempre que la infracción no sea demasiado grande. También se pueden alegar circunstancias específicas que justifiquen cierta deshonestidad.

La verdad y la honestidad siempre van juntas. Sin embargo, no hemos nacido con inclinación a ser honestos; es una virtud moral cultivada y está en la base del carácter moral de un mayordomo.

Cuando practicamos la honestidad, surgen cosas buenas. Por ejemplo, nos despreocupamos de que nos descubran mintiendo u ocultando una mentira. Por esta y otras razones, la honestidad es un valioso rasgo de la personalidad, especialmente en situaciones difíciles cuando la tentación fácilmente puede dirigirnos hacia la deshonestidad.

En la lección de esta semana estudiaremos el concepto espiritual de la honestidad a través de la práctica del diezmo y veremos por qué el diezmo es de vital importancia para el mayordomo y la mayordomía.

 

Ir ArribaDomingo 11 de febrero: Una cuestión de total honestidad

Algo que la mayoría de nosotros tenemos en común es que no nos gusta la deshonestidad. No nos gusta especialmente cuando lo vemos manifestado en los demás. Sin embargo, no es fácil verlo en nosotros mismos, y cuando somos deshonestos, tendemos a racionalizar nuestros actos, a justificarlos, a minimizar su significado: Ah, no es tan malo; es solo algo pequeño, nada importante. Podríamos engañarnos a nosotros mismos incluso, la mayor parte del tiempo; pero nunca engañamos a Dios.

“En todas nuestras filas se practica la falta de honradez; y ésta es la causa de la tibieza que notamos en muchos de los que profesan creer la verdad. Éstos no están relacionados con Cristo y están engañando sus propias almas” (TI 4:304).

Lee Lucas 16:10. ¿Qué principio importante expresa Jesús aquí que debería ayudarnos a ver lo importante que es ser honesto, incluso en lo “muy poco”?

No obstante, Dios sabe con cuánta facilidad podemos ser deshonestos, especialmente cuando se trata de lo que poseemos. Por lo tanto, nos ha dado un poderoso antídoto contra la deshonestidad y el egoísmo, al menos cuando se trata de posesiones materiales.

Lee Levítico 27:30, y Malaquías 3:8. ¿Qué nos enseñan estos versículos y cómo nos pueden ayudar a conservar la honestidad?

“No se extiende ninguna invitación a la gratitud o generosidad. Es una cuestión de simple honradez. El diezmo pertenece al Señor, y él nos ordena que le devolvamos lo que le pertenece [...]. Si la honradez es un principio esencial en los negocios, ¿no hemos de reconocer nuestra obligación hacia Dios, obligación en la que se basan todas las demás?” (Ed 138, 139).

El hecho de devolver el diezmo, ¿cómo te puede ayudar a recordar quién es el dueño de todo lo que tienes, en última instancia? ¿Por qué es importante no olvidar nunca quién es el dueño de todas nuestras posesiones?

 

Ir ArribaLunes 12 de febrero: La vida de fe

Lee Génesis 22:1 al 12. ¿Qué nos dice esta historia acerca de la realidad de la fe de Abraham?

La vida de fe no es un acontecimiento aislado. No expresamos la fe en una manera poderosa solo una vez, para así demostrar que de hecho somos cristianos leales y fieles que vivimos por gracia y que estamos cubiertos por la sangre de Cristo.

Por ejemplo, el mundo religioso aún después de miles de años no deja de asombrarse por el acto de fe que Abraham mostró con Isaac en el Monte Moría (Gén. 22). Sin embargo, este acto de fe no era algo que Abraham simplemente evocaba cuando lo necesitaba. Su vida previa de fidelidad y obediencia fue lo que le permitió hacer esto. Si hubiera sido infiel antes de este hecho, nunca habría pasado la prueba como lo hizo. E indudablemente, un hombre con ese tipo de fe seguramente también la experimentó después de este hecho.

Lo cierto es que la fe de un mayordomo tampoco es un acontecimiento aislado. Con el tiempo, se volverá cada vez más profunda y fuerte o cada vez más superficial y débil, dependiendo de cómo se ejerza la fe.

Lee Hebreos 12:2. ¿Qué nos dice esto acerca de la fuente de nuestra fe y de cómo tener fe?

Nuestro único recurso como fieles mayordomos es fijar la vista “en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:2). La palabra “consumador” se usa solo en este caso en el Nuevo Testamento y también puede traducirse como “perfeccionador”. Significa que Jesús tiene la intención de llevar nuestra fe a la madurez y plenitud (Heb. 6:1, 2). De modo que la fe, la vida de fe, es una experiencia dinámica: crece, madura y aumenta.

¿De qué manera has visto crecer y madurar tu fe con el tiempo? ¿O no creció?

 

Ir ArribaMartes 13 de febrero: Una declaración de fe

Como vimos ayer, la fe es un proceso, una experiencia dinámica que, idealmente, crece y madura. Y una manera en la que Dios “consuma” nuestra fe y la lleva a su plenitud es a través del acto de diezmar. Bien entendido, el diezmo que se le devuelve a Dios no es legalismo; cuando diezmamos no estamos trabajando ni tratando de abrirnos paso al cielo. Por el contrario, el diezmo es una declaración de fe. Es una expresión externa, visible y personal de la realidad de nuestra fe.

Al fin y al cabo, cualquiera puede decir que tiene fe y que cree en Dios, e incluso que cree en Jesús. Como sabemos, “también los demonios creen” en Dios (Sant. 2:19). Pero, ¿tomar el diez por ciento de tu ingreso y devolverlo a Dios? Eso es un acto de fe.

Lee Lucas 11:42. ¿Qué significa cuando Jesús da a entender que el diezmo no debe eludirse? ¿Cómo se relaciona el diezmo con los asuntos de mayor peso de la ley?

El diezmo es una humilde expresión de dependencia de Dios y un acto de confianza de que Cristo es nuestro Redentor. Es el reconocimiento de que ya hemos sido bendecidos “con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efe. 1:3) y con la promesa de más.

Lee Génesis 28:14 al 22. ¿Cuál fue la respuesta de Jacob a la promesa de Dios?

“El plan de Dios en el sistema del diezmo es hermoso por su sencillez e igualdad. Todos pueden practicarlo con fe y valor porque es de origen divino. En él se combinan la sencillez y la utilidad, y no requiere profundidad de conocimiento para comprenderlo y ejecutarlo. Todos pueden sentir que son capaces de hacer una parte para llevar a cabo la preciosa obra de salvación. Cada hombre, mujer y joven puede llegar a ser un tesorero del Señor, un agente para satisfacer las demandas de la tesorería” (CMC 78).

¿Cómo descubriste las verdaderas bendiciones espirituales que resultan de diezmar? El hecho de devolver el diezmo ¿cómo te ayudó a aumentar tu fe?

 

Ir ArribaMiércoles 14 de febrero: “El diezmo honesto: Cosa sagrada a Jehová”

A menudo hablamos de darle el diezmo a Dios. Pero, ¿cómo darle a Dios lo que ya posee?

Lee Levítico 27:30. ¿Qué dos aspectos importantes se mencionan en este versículo en cuanto al diezmo?

“El diezmo pertenece al Señor y por ende es santo. No se santifica mediante un voto o un acto de consagración. Simplemente es santo por su misma naturaleza; pertenece al Señor. Nadie, excepto Dios, tiene derecho a él. Nadie puede consagrarlo al Señor, porque el diezmo nunca es parte de la propiedad de una persona”.-Á. M. Rodríguez, Stewardship Roots [Raíces demayordomía], p. 52.

Nosotros no santificamos el diezmo; Dios lo hace de oficio. Tiene ese derecho. Como mayordomos, le devolvemos lo que es suyo. El diezmo está dedicado a Dios para una tarea específica. Retenerlo para cualquier otro uso es deshonesto. Nunca debe interrumpirse la práctica de devolver un diezmo santo.

Lee Hebreos 7:2 al 10. ¿En qué medida el análisis de Pablo sobre el diezmo que Abraham le dio a Melquisedec revela un significado más profundo del diezmo? ¿A quién le estaba diezmando realmente Abraham?

Así como el sábado es santo, así también el diezmo es santo. La palabra “santo” significa “apartado para uso sagrado”. El sábado y el diezmo están conectados de esta manera. Apartamos el día de reposo sabático como sagrado, como santo; y separamos el diezmo como la posesión sagrada de Dios, como algo santo.

“Dios ha santificado el séptimo día. Esa porción específica de tiempo puesta aparte por Dios mismo para el culto religioso, continúa siendo tan sagrada hoy como cuando fue santificada por primera vez por nuestro Creador.

“Asimismo el diezmo de nuestras entradas es ‘santo a Jehová’. El Nuevo Testamento no promulga de nuevo la ley del diezmo, como tampoco la del sábado, porque la validez de ambas se da por establecida y su profundo significado espiritual se considera explicado [...]. Mientras nosotros como pueblo procuramos firmemente dar a Dios el tiempo que él se ha reservado como suyo, ¿no le daremos también esa parte de nuestros recursos que él reclama?” (CMC 70).

¿Qué puedes hacer que te ayude a mantener vivo el reconocimiento en tu corazón y en tu mente de que tu diezmo en realidad es “santo”?

 

Ir ArribaJueves 15 de febrero: el reavivamiento, la reforma y el diezmo

El largo reinado de Ezequías es considerado el punto culminante para la tribu de Judá. Desde el reinado de David y Salomón, Israel no había gozado tanto de la bendición de Dios. En 2 Crónicas 29 al 31, está el relato de Ezequías sobre el reavivamiento y la reforma: “Hizo lo recto ante los ojos de Jehová” (2 Crón. 29:2). “Quedó restablecido el servicio de la casa de Jehová” (2 Crón. 29:35). Se celebró la Pascua (2 Crón. 30:5). “Hubo entonces gran regocijo en Jerusalén” (2 Crón. 30:26). Se destruyeron las imágenes paganas, los altares y los lugares altos (2 Crón. 31:1). Hubo un repentino reavivamiento del corazón y la reforma de las prácticas, que dio como resultado una abundancia de diezmos y ofrendas (2 Crón. 31:4, 5, 12).

Nehemías da otro ejemplo de reavivamiento, reforma y diezmo. Lee Nehemías 9:2 y 3. ¿Qué significó el reavivamiento del corazón? Lee Nehemías 13. Después de que Nehemías reformó la “casa de nuestro Dios” (Neh. 13:4), ¿qué llevó el pueblo de Judá (vers.12)?

“Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. Reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas” (SC 53).

La relación entre el reavivamiento, la reforma y el diezmo es automática. Sin la devolución del diezmo, el reavivamiento y la reforma son tibios, si se lo puede llamar reavivamiento. Con demasiada frecuencia, como cristianos, nos quedamos al margen y de brazos cruzados cuando debiéramos comprometernos activamente a trabajar de parte del Señor. El reavivamiento y la reforma exigen un compromiso, y el diezmo es parte de ese compromiso. Si nos quedamos con lo que Dios nos pide, no podemos esperar que responda a nuestros pedidos.

El reavivamiento y la reforma tienen lugar en la iglesia, no fuera de ella (Sal. 85:6). Debemos buscar a Dios para un reavivamiento (Sal. 80:19) y una reforma de “las obras que hacías al principio” (Apoc. 2:5). Debe haber una reforma en relación con lo que retenemos y lo que le devolvemos a Dios.

No es el acto lo que marca la diferencia, sino la decisión mental y las emociones las que revelan los motivos y el compromiso. El resultado será el aumento de la fe, una visión espiritual aguda y una honestidad renovada.

 

Ir ArribaViernes 16 de febrero

Para Estudiar y Meditar:

Dios inició todos los pactos establecidos en la Biblia y tomó la iniciativa de atraer a su pueblo a estos pactos (Heb. 8:10). Las promesas del pacto reflejan su gracia, su amor y su deseo de salvarnos.

Un pacto con Dios incluye muchas cosas: Dios, un destinatario, las condiciones del pacto, el compromiso con las condiciones de ambas partes, el castigo establecido por el incumplimiento del pacto y los resultados deseados. El concepto de diezmo refleja estos componentes en Malaquías 3:9 y 10. Este texto reitera el pacto especial del diezmo entre Dios y sus mayordomos. Cuando aceptamos ese pacto, es una señal visible de que nos oponemos a los principios materialistas del consumismo, y demostramos que puede salir algo bueno de un corazón convertido y pecaminoso.

“Un espíritu mezquino y egoísta impide que los hombres den a Dios lo que es suyo. Dios ha establecido un pacto especial con los hombres, según el cual si éstos apartan regularmente la porción destinada a promover el Reino de Cristo, el Señor los bendice abundantemente, a tal punto que no tendrán lugar para recibir sus dones. Pero si los hombres retienen lo que pertenece a Dios, el Señor declara llanamente: ‘Malditos sois con maldición’ (Mal. 3:9)” (CMC 82).

Estar relacionados con Dios por medio de un pacto conlleva responsabilidades. Disfrutamos de las promesas del pacto, pero a menudo no nos gustan los mandatos y las responsabilidades. Sin embargo, en este contexto un pacto es un acuerdo bilateral, y el diezmo es una parte de nuestra vida dentro del pacto.

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿Por qué devolver el diezmo es un acto tan importante de fe de nuestra parte?

  2. ¿Qué le dirías a alguien que dice: “No puedo dar el diezmo”? ¿Cómo ayudas a una persona que está en esta situación? Y, además de hablarle, ¿qué más se podría hacer para ayudarla?

  3. La última pregunta del miércoles estaba relacionada con lo que podrías hacer que te ayude a ser consciente de que el diezmo es sagrado. ¿Cuáles fueron algunas de tus respuestas? El hecho de que sea santo, ¿de qué modo afecta tu forma de devolverlo?

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