Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Preparación para el tiempo del fin"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2018

Lección 13: "El regreso de nuestro Señor Jesús"

Para el 30 de junio de 2018

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 23 de junio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Isaías 13:6, 9; Mateo 24:30, 31; Daniel 2:34, 35; 2 Timoteo 4:6-8; 2 Tesalonicenses 1:7-10.

Para Memorizar: “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mat. 24:27).

El poeta T. S. Eliot comenzó un poema con la frase: “En mi comienzo está mi fin”. Aunque sucintas, sus palabras transmiten una verdad poderosa. En los orígenes se hallan los finales. Vemos ecos de esta realidad en nuestro nombre, Adventista del Séptimo Día, que lleva dos enseñanzas bíblicas básicas: “Adventista”, que señala la segunda venida de Jesús, en la que todas las esperanzas y promesas de la Escritura, incluyendo la promesa de vida eterna encontrarán su cumplimiento; y “del Séptimo Día”, por el día de reposo sabático de los Diez Mandamientos, una conmemoración semanal de la creación en seis días de la vida en la tierra.

Por más distantes que estén en el tiempo la creación del mundo (nuestro principio) y la segunda venida de Jesús (nuestro fin, al menos el fin de esta existencia pecaminosa), estos acontecimientos están relacionados. El Dios que nos creó (Juan 1:1-3) es el mismo Dios que regresará y, en un instante, “en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta” (1 Cor. 15:52) logrará nuestra redención final. En nuestro comienzo, sin duda, encontramos nuestro fin.

Esta semana hablaremos del final de todos los acontecimientos finales, al menos en lo que concierne a nuestro mundo actual: la segunda venida de nuestro Señor Jesús.

 

Ir ArribaDomingo 24 de junio: El día del Señor

Aunque tendemos a pensar que la segunda venida de Jesús es solo una enseñanza del Nuevo Testamento, eso no es cierto. Por supuesto, recién después de la primera venida de Jesús, después de su muerte, resurrección y ascensión se nos dio una revelación más completa y más rica de la verdad que rodea la segunda venida. Pero, como con tantas otras cosas del Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento revela indicios de esta verdad primordial mucho antes de que suceda. Con la doctrina de la segunda venida de Jesús, los autores del Nuevo Testamento no revelaron una nueva verdad, sino que contribuyeron enormemente con una verdad que ya había sido revelada en la Biblia. Recién ahora, a la luz del Salvador crucificado y resucitado, la promesa de la segunda venida puede comprenderse y apreciarse más plenamente.

Lee Isaías 13:6 y 9, Zacarías 14:9, y Daniel 12:1. ¿Qué nos enseñan acerca de la segunda venida de Jesús?

Indudablemente, “el día de Jehová” será un día de destrucción, tristeza y confusión para los perdidos. Pero también será un día de liberación para todo el pueblo de Dios, los que se hallan “escritos en el libro” (ver además Fil. 4:3, Apoc. 3:5, 13:8). Este tema, el del “día de Jehová” como un tiempo de juicio contra los impíos, pero también un tiempo en que los fieles de Dios son protegidos y recompensados, se encuentra en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, aunque algunos se enfrenten al “furor de la ira de Jehová”, los que escuchen el llamado a “busca[r] justicia”, y “busca[r] mansedumbre” serán “guardados en el día del enojo de Jehová” (Sof. 2:1-3).

Lee Mateo 24:30 y 31. ¿De qué manera estos versículos muestran esta misma gran dicotomía entre los perdidos y lo salvos en la segunda venida de Jesús?

A medida que se desarrollen los acontecimientos finales, se hará más evidente de qué lado estamos. ¿Qué decisiones podemos y debemos tomar ahora para asegurarnos de estar del lado correcto?

 

Ir ArribaLunes 25 de junio: Daniel y la segunda venida de Jesús

Aunque muchos judíos de la época de Jesús esperaban que el Mesías derrocara a los romanos y estableciera a Israel como la nación más poderosa de todas, ninguno de los advenimientos de Jesús, ni el primero ni el segundo, se trataban de eso. Dios tenía reservado algo mucho más grande para sus fieles que una simple reorganización del viejo mundo pecador y caído.

Quizá no haya nada en el Antiguo Testamento que revele tan claramente como Daniel 2 la verdad de que el nuevo mundo no surge del viejo, sino que es una creación nueva y radicalmente diferente.

Daniel 2 muestra el surgimiento y la caída de cuatro grandes imperios mundiales: Babilonia, Medopersia, Grecia, y finalmente Roma, que luego se desintegra en las naciones de la Europa moderna. Sin embargo, la estatua que Nabucodonosor vio en su sueño (que simboliza la sucesión de estas cuatro grandes potencias mundiales) termina de una manera espectacular que muestra la gran desconexión entre este mundo y el venidero después del regreso de nuestro Señor Jesucristo.

Lee Daniel 2:34, 35, 44 y 45. ¿Qué enseñan estos versículos sobre el destino de este mundo y la naturaleza del nuevo?

Estos versículos dejan poca ambigüedad con respecto a lo que sucederá cuando Jesús regrese. En Lucas 20:17 y 18 Jesús se identificó con esta piedra que aplastó en el polvo todo lo que quedaba de este mundo. El arameo de Daniel 2:35 dice que después que fueron desmenuzados el oro, la plata, el barro, el hierro y el bronce, estos se hicieron “polvo, como el que vuela en el verano cuando se trilla el trigo. El viento barrió con la estatua, y no quedó ni rastro de ella” (NVI). Es decir, nada queda de este viejo mundo después de que Jesús regrese.

Mientras tanto, la piedra que destruyó todo rastro de este viejo mundo “fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”. Y este Reino, que surge como resultado de la segunda venida, es aquel que “no será jamás destruido” y “permanecerá para siempre” (Dan 2:44).
Solo uno de los dos finales le espera a cada ser humano que haya vivido en este planeta. O estaremos con Jesús por la eternidad, o desapareceremos en la nada con la paja de este viejo mundo. De una u otra forma, la eternidad nos espera a todos.

 

Ir ArribaMartes 26 de junio: Perspectivas a largo plazo

Lee Tito 2:13. ¿Qué gran esperanza tenemos y por qué?

Al describir sus creencias sobre los orígenes de nuestro universo, un conferenciante explicó que hace unos 13 mil millones de años “una masa minúscula infinitamente densa surgió de la nada y que la masa explotó y de esa explosión nació nuestro universo”. El catedrático no dijo de qué modo esta “masa infinitamente densa” pudo surgir de la nada. Simplemente asumió, por fe, que fue así.

Ahora bien, como vimos en la introducción de la lección de esta semana, en nuestros orígenes encontramos nuestros finales. Esta es la razón por la que, según este conferenciante, nuestros finales no son demasiado esperanzadores, al menos a largo plazo. El universo, creado a partir de esta “masa minúscula infinitamente densa”, estaba condenado a una extinción futura, junto con todo lo que estaba en él, incluyendo a la humanidad por supuesto.

En contraste, el concepto bíblico de nuestros orígenes no solo es mucho más lógico que esta visión, sino también mucho más esperanzador. Gracias al Dios de los orígenes, nuestras perspectivas a largo plazo son muy buenas. Tenemos mucho que esperar del futuro, y esta esperanza descansa en la promesa de la segunda venida de Jesús.

Lee 2 Timoteo 4:6 al 8. ¿De qué está hablando Pablo aquí, y en qué deposita su esperanza?

Aunque Pablo está pronto a ser ejecutado, vive con la seguridad de la salvación y la esperanza del regreso de Cristo, lo que Pablo llama “su venida” (2 Tim. 4:8). Le espera una “corona de justicia”, por supuesto no su propia justicia (1 Tim. 1:15), sino la justicia de Jesús, sobre la que Pablo sabe que reposa su esperanza en la promesa de la segunda venida. A pesar de sus circunstancias inmediatas, que en el mejor de los casos eran deprimentes (en la cárcel, esperando ser ejecutado), Pablo sabe que sus perspectivas a largo plazo son muy buenas. Y eso es porque contemplaba el panorama general, no se enfocaba solamente en la situación inmediata.

A pesar de tus circunstancias inmediatas, ¿cómo puedes tener la misma esperanza que Pablo? ¿De qué modo podemos aprender a mirar el panorama general y la esperanza que este nos ofrece?

 

Ir ArribaMiércoles 27 de junio: En las nubes de los cielos

Aunque la segunda venida es un tema primordial y esencial, según la Biblia no todos los cristianos consideran que será un retorno personal y literal de Jesús en persona. Algunos sostienen, por ejemplo, que la segunda venida de Jesús ocurre, no cuando Cristo vuelva en persona a la tierra, sino cuando su Espíritu se manifieste en su iglesia en la tierra. En otras palabras, la segunda venida de Cristo se logra cuando los principios morales del cristianismo se revelan en su pueblo.

No obstante debemos estar muy agradecidos de que esta enseñanza es falsa. Si fuera verdad, ¿qué esperanza a largo plazo tendríamos realmente?

Lee los siguientes versículos del Nuevo Testamento sobre la segunda venida. ¿Qué revelan sobre la naturaleza del regreso de Cristo? Mat. 24:30; 1 Tes. 4:16; Mat. 26:64; Apoc. 1:7; 2 Tes. 1:7-10.

“El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece relampaguear de un lado a otro. Los montes son sacudidos como una caña al soplo del viento, y las rocas partidas se esparcen por doquier. Se oye un bramido como de cercana tempestad. El mar es azotado con furia. Se oye el silbido de un huracán como la voz de demonios en misión de destrucción. Toda la Tierra se arquea e hincha como las olas del mar. Su superficie se desmenuza. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Las cadenas montañosas se hunden. Islas habitadas desaparecen. Los puertos marítimos, que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas. ‘La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira’” (CS 620, 621).

El regreso de Jesús es un acontecimiento tan masivo que literalmente le pone fin al mundo como lo conocemos hoy. Cuando ocurra, todos se enterarán también. Lo que Jesús logró por nosotros en la primera venida se manifestará plenamente en la segunda.

El hecho de vivir con la realidad de la segunda venida, ¿cómo debiera impactar nuestro modo de vida actual? ¿Cómo nos ayudaría a recordar cuáles son las cosas realmente importantes en la vida?

 

Ir ArribaJueves 28 de junio: Los vivos y los muertos

Antes de resucitar a su amigo Lázaro de la tumba, Jesús pronunció estas palabras: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). Sin embargo, en vez de pedirle a la gente que crea en una afirmación tan increíble, procedió a resucitar a Lázaro, que había estado muerto lo suficiente como para que el cadáver empiece a apestar (Juan 11:39).

Los que creen en Jesús, de hecho, mueren. Sin embargo, como dijo Jesús, aunque quizá mueran, volverán a vivir. De esto se trata la resurrección de los muertos. Y esto es lo que hace que la segunda venida de Jesús sea tan importante para todas nuestras esperanzas.

Lee Romanos 6:5; 1 Tesalonicenses 4:16; y 1 Corintios 15:42 al 44, y 53 al 55. Según estos versículos, ¿qué sucederá con los muertos en Cristo cuando Jesús regrese?

La gran esperanza de la segunda venida es que la resurrección de los muertos que el mismo Jesús experimentó será la que también experimentarán sus fieles seguidores de todas las edades. En la resurrección de Jesús tienen la esperanza y la seguridad de su propia resurrección.

¿Qué sucederá con los que estén vivos cuando Jesús regrese? Fil. 3:21; 1 Tes. 4:17.

Los fieles que estén vivos cuando Jesús regrese seguirán teniendo un cuerpo físico, pero no en su estado actual. Será transformado en forma sobrenatural en el mismo tipo de cuerpo incorruptible que también tendrán los que resuciten de entre los muertos. “Los justos vivos son mudados ‘en un momento, en un abrir y cerrar de ojos’. A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para encontrarse con su Señor en los aires” (CS 628).

Haz una lista de todas las cosas de este mundo que son tan importantes para ti que preferirías sacrificar la vida eterna para conservarlas ahora. ¿Qué hay en la lista?

 

Ir ArribaViernes 29 de junio

Para Estudiar y Meditar:

La segunda venida de Jesús no es el epílogo, el apéndice ni la recapitulación de la triste historia del pecado y el sufrimiento humano en este mundo caído. La segunda venida es el gran clímax, la gran esperanza de la fe cristiana. Sin ella, ¿qué nos queda? La historia de la humanidad avanza, transcurre una escena miserable tras otra, una tragedia tras otra, hasta que todo finalmente termina en la muerte. Al margen de la esperanza que nos ofrece la venida de Cristo, la vida es, como escribió William Shakespeare, “una historia contada por un idiota, llena de sonido y furia, que no significa nada”. Y sin embargo, tenemos esta esperanza porque la Palabra de Dios nos la confirma, vez tras vez. Tenemos esta esperanza porque Jesús nos rescató con su vida (Mar. 10:45), y por cierto Jesús está volviendo para buscar lo que pagó. Las estrellas del cielo no nos hablan de la segunda venida. Las aves que gorjean en los árboles no la anuncian. Estas cosas en sí podrían indicar algo bueno, algo esperanzador sobre la realidad misma. Pero ellas no nos enseñan que un día, cuando Jesús regrese, “se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Cor. 15:52). No nos enseñan que un día levantaremos la vista y “ver[emos] al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mar. 14:62). No, sabemos estas cosas porque la Palabra de Dios nos las contó, y confiamos en lo que la Palabra nos promete.

Preguntas para Dialogar:

  1. Piensa en lo que significaría si la segunda venida de Jesús realmente no fuera nada más que lo que algunos creen que es: la plena expresión de los principios cristianos en la vida de los seguidores de Cristo. Por muy maravillosa que fuese, finalmente, ¿por qué nos deja sin esperanza?

  2. ¿Por qué la idea popular de que el universo surgió de la nada es tan absurda? ¿Por qué la gente promovería esa noción, y por qué algunos creen en ella? ¿Por qué la creencia en un Dios eterno, que creó todas las cosas, es una explicación mucho más lógica y racional para el universo?

  3. Comparte con tu clase qué cosas pondrías en una lista: cosas que consideras tan importantes en esta vida que sacrificarías la esperanza de la eternidad para conservarlas ahora. ¿Qué pueden aprender unos de otros sobre el contenido de estas listas? Si no tienen nada en las listas, ¿cómo podemos asegurarnos entonces de que no haya nada en la vida que nos impida salvarnos, como será el caso de muchos?

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