Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Uno de estos mis hermanos más pequeños: Servir a los necesitados"

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2019

Lección 4: "Misericordia y justicia en Salmos y en Proverbios"

Para el 27 de julio de 2019

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 20 de julio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Salmo 9:7-9; 13-20; 82; 101; 146; Proverbios 10:4; 13:23, 25; 30:7-9.

Para Memorizar: “Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los impíos” (Sal. 82:3, 4).

Los salmos y los proverbios describen la experiencia de vivir con Dios en las situaciones comunes de la vida, no solo en momentos de adoración o durante otras actividades religiosas. Mientras que el libro de Proverbios ofrece una clase de sabiduría práctica, desde las relaciones y la familia hasta los negocios y el gobierno, Salmos es una colección de cánticos que cubren una variedad de emociones y experiencias espirituales, desde lamentos hasta alabanzas pletóricas, y todo lo que hay en medio. Es fácil ver que nuestra fe debe marcar la diferencia en cada aspecto y experiencia de nuestra vida, porque a Dios le importa cada aspecto de nuestra vida.

Entretanto, cualquier reflexión sobre la vida en este mundo caído difícilmente podría ignorar la injusticia que impregna la condición humana. De hecho, repetidamente se describe la injusticia como algo por lo que nuestro Señor se preocupa y que busca aliviar. Él es la esperanza de los desesperados.

Si bien solo podemos mencionar lo que dicen estos libros sobre el tema, tal vez esta lección pueda inspirarte a ser más proactivo a la hora de atender las necesidades de los pobres, los oprimidos y los olvidados que existen a nuestro alrededor y a quienes tenemos la obligación de ayudar.

 

Ir ArribaDomingo 21 de julio. Salmos: cantos de esperanza para los oprimidos

Como ya hemos visto, Dios ve y escucha a quienes están en peligro y en problemas. Muy a menudo en los Salmos, escuchamos los clamores de gente que ha confiado en Dios pero que no ve que se haga justicia. Las declaraciones de la bondad, la justicia y el poder de Dios pueden parecer desbordadas por la injusticia y la opresión que las voces de estos cantos experimentan u observan.

Sin embargo, estos son cánticos de quienes aún cantan. Ni su vida ni su fe se han apagado. Aún hay esperanza; y el apremio es para que Dios actúe antes de que sea demasiado tarde, antes de que triunfe el mal, antes de que los oprimidos sean destruidos por el peso del mal hecho contra ellos. De esta manera, los autores de los salmos tratan de cerrar la brecha entre las declaraciones de su fe, y las pruebas y las tragedias de la vida.

Lee el Salmo 9:7 al 9, y 13 al 20. ¿Te imaginas las circunstancias en las que se encontraba David, el autor del salmo? ¿Puedes sentir la tensión entre su fe en la bondad de Dios y su experiencia en ese momento? En momentos de pruebas duras, ¿de qué modo afrontaste la lucha de fe en Dios?

A lo largo de Salmos, la respuesta constante a esta tensión es la esperanza y la promesa del justo juicio de Dios. El mal y la injusticia pueden mostrarse triunfantes por ahora, pero Dios juzgará a los malhechores y a los injustos. Serán castigados, mientras que aquellos a quienes han herido y oprimido serán restaurados y renovados.

En Reflections on the Psalms [Reflexiones sobre los Salmos], C. S. Lewis describe su sorpresa inicial ante la emoción y el anhelo por el juicio de Dios como se expresa repetidamente en Salmos. Al observar que muchos lectores actuales de la Biblia consideran que el juicio es algo temible, él analiza la perspectiva judía original y escribe: “Miles de personas que han sido despojadas de todo lo que poseen y que tienen toda la justicia de su lado, finalmente, serán escuchadas. Por supuesto que no tienen miedo al juicio. Saben que su caso es irrefutable, si al menos pudiera ser escuchado. Cuando Dios venga a juzgar, por fin oirá” (p. 11).

En Salmos, vemos esperanza para los oprimidos incluso ahora, incluso en medio de sus sufrimientos y decepciones actuales.

¿Qué razones tenemos para considerar que la idea de juicio es positiva y no algo que temer?

 

Ir ArribaLunes 22 de julio: “¡Levántate, Dios!”

Lee el Salmo 82. ¿Cuál es el mensaje para nosotros?

A pesar del orden y las reglas sociales dados por Dios, la nación israelita, en varias ocasiones en su historia, no cumplió con este plan. Fácilmente llegaron a ser como las naciones que los rodeaban, viviendo según un patrón de injusticia y opresión. Los dirigentes y los jueces solo se preocupaban por sí mismos, y su favor podía comprarse con sobornos. Sin tribunales que los protegieran, el común del pueblo, y especialmente los pobres, estaban sujetos a explotación.

El salmo 82 es una respuesta a esa situación. Describe el papel de Dios como Juez Supremo y muestra una escena en la que él juzga a los dirigentes e incluso a los jueces del pueblo. Este salmo enfatiza que quienes desempeñan esos roles en la sociedad “son designados como jueces bajo su dirección” (PR 146). Ocupan su cargo y desempeñan su trabajo como representantes y subordinados de Dios. Según el salmista, la justicia de Dios es un modelo de cómo debería funcionar la justicia terrenal, y también proporciona el criterio con el que luego se juzgarán esa justicia y a los que la dispensan.

Este salmo concluye con un llamado específico a que Dios actúe (vers. 8) para intervenir y detener la injusticia que prevalece en la nación. Como muchos de los salmos, este le da voz a los que no tienen voz, a los oprimidos cuyas voces han sido silenciadas por los sistemas injustos en los que viven y trabajan.

El Salmo 82 hace un llamado a Dios en su función de Juez Supremo y Gobernante Soberano del universo y de todas las naciones. No existe un tribunal o autoridad superiores ante los que se pueda presentar esa apelación. La seguridad viene de que, aun cuando los tribunales terrenales no escuchan ni hacen valer el clamor de los pobres y oprimidos, como suele ocurrir, todavía hay una oportunidad innegable de pedir ayuda.

En diferentes momentos de nuestra vida, podemos ser víctimas de la injusticia; pero, en otras ocasiones, podemos ser los que cometemos una injusticia o nos beneficiamos de ella. En pasajes como el Salmo 82, podemos encontrar discernimiento y sabiduría, seamos oprimidos u opresores. A Dios también le preocupan los jueces injustos: los describe como sus hijos y quiere que escojan vivir mejor (ver vers. 6). Por lo tanto, hay esperanza incluso para los que están del lado de la opresión si desean cambiar.

 

Ir ArribaMartes 23 de julio: Las promesas de un rey

Lee el Salmo 101. Aunque está escrito para dirigentes, ¿qué consejo importante podemos extraer de él, cualquiera sea nuestra situación en la vida?

El Salmo 101 es un pasaje para líderes. Se piensa que estos versículos fueron compuestos por David en los primeros días de su reinado como rey de Israel. Incluso pueden haber sido adaptados de los votos que hizo cuando asumió como rey. En sus experiencias como guerrero para Saúl y luego como fugitivo, había constatado por sí mismo de qué forma un rey que pierde el rumbo puede perjudicar a la nación y a su propia familia. David determinó que iba a ser un líder diferente.

Pocos podríamos ser líderes políticos o personas influyentes a gran escala, pero todos desempeñamos roles en la vida en los que tenemos la oportunidad de influenciar a los demás. Podría ser en la vida laboral, la participación comunitaria, la familia o la iglesia. Como Elena de White comenta sobre uno de estos escenarios de liderazgo, “los votos de David, registrados en el Salmo 101, deben ser los votos de todos los que tienen la responsabilidad de custodiar las influencias del hogar” (CM 114).

Según tengamos oportunidad, debemos estar preparados para sugerir y confirmar estos principios a aquellos que ocupan puestos de liderazgo por encima de nosotros. Y todos, en nuestro liderazgo y lugares de influencia, tenemos la oportunidad de aplicar los principios de liderazgo de David, que nos ayudarán a ser una bendición para los demás.

El punto de partida para David es honrar a Dios por su misericordia y justicia (Sal. 101:1); esto se convirtió en el fundamento de todo lo que David procuró defender mediante su liderazgo. Buscó aprender y practicar estas mismas características en su vida y obra. Para esto, debió resistir las tentaciones de hacer mal las cosas, y de ser corrupto y deshonesto, que son trampas concretas para quienes ocupan puestos de poder y liderazgo.

Al saber cuán importantes eran los buenos consejeros para ayudarlo a hacer lo correcto, David se compromete a buscar asesores de confianza y nombrar funcionarios honestos. La justicia y la misericordia marcarían su liderazgo, incluso entre aquellos que trabajaron con él y para él.

Quizá no tengamos asesores ni funcionarios, pero ¿cómo podemos llenar nuestra vida con influencias que nos ayuden a vivir ya liderar –donde nos toque– con justicia y misericordia?

 

Ir ArribaMiércoles 24 de julio: Andar con el Señor

Al acercarnos al final del libro de Salmos, las exclamaciones de alabanza parecen ir in crescendo. Los últimos cinco salmos comienzan con un mandato sencillo y directo: “Alabad a Jehová”; sin embargo, el primero de ellos, el Salmo 146, hace un énfasis especial, como la razón principal de esa alabanza, en la preocupación de Dios por los pobres y los oprimidos.

Lee el Salmo 146. ¿Cuál es el mensaje para nosotros? ¿Qué nos dice Dios, especialmente, en los versículos 5 al 9?

Tan ciertamente como Dios es el Creador de este mundo (ver Sal. 146:6), este salmo describe el trabajo continuo de Dios en el mundo como Juez, Proveedor, Libertador, Sanador, Ayudador y Defensor: todo esto enfocado en personas que necesitan específicamente este tipo de ayuda. Es una visión inspiradora de lo que Dios hace, y busca hacer, en nuestra vida, en nuestra comunidad y en nuestro mundo.

A veces, pensamos que cuidar de los necesitados es algo que debemos hacer porque Dios lo dijo. Pero el Salmo 146 afirma que esto es algo que Dios ya hace, y se nos invita a unirnos a él. Cuando trabajamos contra la pobreza, la opresión y la enfermedad, en realidad estamos trabajando con Dios y para sus propósitos. ¿Qué mayor privilegio puede haber que asociarnos con Dios a fin de lograr algo tan inspirador como lo que declara el Salmo 146?

Además, también hay beneficios para nosotros. Los cristianos, a menudo, hablan sobre su búsqueda de Dios y su deseo de tener una relación más íntima con él. Sin embargo, hay pasajes como el Salmo 146:7 al 9, y muchos otros en toda la Biblia, que nos indican que una forma de encontrarnos con Dios es unirnos a lo que él hace. Por ende, si él trabaja para animar a los pobres, los enfermos y los oprimidos, como dice el Salmo 146, nosotros también deberíamos trabajar con él. “Cristo vino a esta tierra para andar y obrar entre los pobres y sufrientes. Ellos recibieron su atención en mayor medida. Y hoy, en la persona de sus hijos, él visita a los pobres y menesterosos, disipando la desgracia y aliviando el sufrimiento.

“Suprímase el sufrimiento y la necesidad, y no tendríamos modo de comprender la misericordia y el amor de Dios, ni una forma de conocer al Padre celestial, lleno de compasión y simpatía. Nunca ostenta el evangelio un aspecto más hermoso que cuando se lo predica en las regiones más necesitadas y destituidas” (TI 7:215).

En tu experiencia, ¿de qué modo logramos tener una relación más íntima con Dios al servir a los demás?

 

Ir ArribaJueves 25 de julio. Proverbios: Misericordia con los necesitados

Al ser una colección de dichos sabios, el libro de Proverbios aborda una amplia gama de temas y experiencias de vida. Entre ellas se encuentran reflexiones sobre la pobreza, la riqueza, el contentamiento, la justicia y la injusticia; en ocasiones desde diferentes ángulos. La vida no siempre es sencilla, y Proverbios nos alerta sobre las diferentes circunstancias y decisiones que influyen en el modo de vida, incluso entre quienes son fieles a Dios.

Lee y compara Proverbios 10:4; 13:23 y 25; 14:31; 15:15 y 16; 19:15 y 17; y 30:7 al 9. Según estos textos, ¿qué es pertinente para la riqueza y la pobreza, y para ayudar a los necesitados?

Proverbios enfatiza la preocupación y la atención que Dios tiene por los pobres y vulnerables. A veces, la gente es pobre debido a las circunstancias, a sus malas decisiones o a la explotación, pero cualesquiera que sean las causas de su situación, el Señor todavía se considera su Creador (ver Prov. 22:2) y Defensor (ver 22:22, 23). No hay que oprimir ni aprovecharse de estas personas, independientemente de sus errores.

Si bien Proverbios afirma que elegir la sabiduría y obedecer a Dios llevan a una vida mejor, las riquezas no siempre son el resultado de la bendición de Dios. La fidelidad a Dios siempre es considerada más importante y, en última instancia, más gratificante que la ganancia material: “Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia” (Prov. 16:8, NVI).

Otra preocupación en Proverbios es la honestidad y el trato justo en los negocios, el gobierno y la administración de justicia (ver Prov. 14:5, 25; 16:11-13; 17:15; 20:23; 21:28; 28:14-16). Proverbios no solo se preocupa por la vida de la gente, sino además ofrece información sobre cómo la sociedad en su conjunto debería funcionar en beneficio de todos, en particular para aquellos que necesitan protección. Se nos recuerda nuevamente que, en el mejor de los casos, los que gobiernan y dirigen lo hacen con la ayuda de Dios (ver Prov. 8:15, 16), y deben actuar como agentes de su gracia y compasión hacia los necesitados.

Es fácil que alguien se sienta apenado por quienes pasan por situaciones malas. Sin embargo, ¿de qué forma podemos tomar ese sentimiento de tristeza y convertirlo en acción?

 

Ir ArribaViernes 26 de julio

Para Estudiar y Meditar:

Lee “Los últimos años de David”, en Patriarcas y profetas, pp. 737-746.

“Los salmos de David pasan por toda la gama de la experiencia humana, desde las profundidades del sentimiento de culpabilidad y condenación de sí hasta la fe más sublime y la más exaltada comunión con Dios. El registro de su vida muestra que el pecado no puede traer sino vergüenza y aflicción, pero que el amor de Dios y su misericordia pueden alcanzar hasta las más hondas profundidades, que la fe elevará el alma arrepentida hasta hacerle compartir la adopción de los hijos de Dios. De todas las promesas que contiene su Palabra, es uno de los testimonios más poderosos en favor de la fidelidad, la justicia y la misericordia del pacto de Dios” (PP 745).

“A estos principios [los de Proverbios] está ligado el bienestar de la sociedad, tanto en las relaciones seculares como en las religiosas. Ellos son los que dan seguridad a la propiedad y la vida. Por todo lo que hace posibles la confianza y la cooperación, el mundo es deudor a la Ley de Dios, según la da su Palabra y según se puede encontrar, aun en rasgos a menudo oscuros y casi borrados, en el corazón de los hombres” (Ed 137).

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿En qué sentido te considerarías un líder o en una persona en posición de influencia? ¿Cómo puedes ser un agente de justicia en ese aspecto de tu vida?

  2. Piensa en la cultura y las estructuras sociales de donde vives. ¿De qué forma puedes trabajar dentro del sistema existente para mejorar la suerte de los necesitados?

  3. ¿Por qué son tan importantes los principios de justicia y equidad para construir una sociedad fuerte?

  4. Si bien el libro de Proverbios se centra en la sabiduría para vivir bien, ¿qué nos dice en cuanto a cómo es Dios?

Resumen: Salmos y Proverbios son dos libros especialmente adaptados a los desafíos de vivir fielmente en medio de las experiencias y pruebas comunes de la vida. Ambos ofrecen ideas sobre la visión de Dios para la sociedad, y su preocupación especial por los pobres y los oprimidos. El clamor de los Salmos y la sabiduría de Proverbios es que Dios sí se da cuenta de lo que sucede e intervendrá para proteger a los que, con demasiada frecuencia, son ignorados o explotados. Y si así es Dios, también nosotros deberíamos serlo.

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