Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Hacer amigos para Dios: El gozo de participar en la misión"

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2020

Lección 6: "Posibilidades ilimitadas"

Para el 8 de agosto de 2020

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 1 de agosto

Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Cor. 12:12; Mat. 3:16-18; 1 Cor. 12:7; 1 Cor. 1:4-9; Mat. 25:14-30.

Para Memorizar: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Cor. 12:11).

Dios nos llama a testificar por él (Hech. 1:8; Isa. 43:10). Testificar no es un don espiritual especial que solo poseen unos pocos elegidos. Testificar es el llamado divino de cada cristiano.

La Biblia usa diferentes expresiones para describir nuestro llamado ante Dios. Debemos ser “la luz del mundo”, “embajadores de Cristo” y un “real sacerdocio” (Mat. 5:14; 2 Cor. 5:20; 1 Ped. 2:9). Este mismo Dios que nos llama a ser testigos y a servir nos capacita para la tarea. Él imparte dones espirituales a cada creyente. Dios no llama a los calificados. Él califica a los que ha llamado. Así como da la salvación libremente a todos los que creen, también les da sus dones libremente.

Al consagrarnos a Dios y dedicar nuestras vidas a su servicio, nuestras posibilidades de servir son infinitas. “No tiene límite la utilidad de quien, poniendo el yo a un lado, da lugar a la obra del Espíritu Santo en su corazón y lleva una vida consagrada por completo a Dios” (MC 116).

En la lección de esta semana, estudiaremos nuestras posibilidades ilimitadas de servicio a través del don del Espíritu Santo.


 

Ir ArribaDomingo 2 de agosto: "Diversos dones: Unidos en servicio"

¿Alguna vez has considerado lo diferentes que eran los discípulos? Sus antecedentes, personalidades, temperamentos y dones eran muy variados. Pero esto no fue una debilidad para la iglesia, fue una fortaleza. Mateo, un recaudador de impuestos, era preciso, exacto y minucioso. En contraste, Pedro a menudo hablaba rápido, y era entusiasta e impulsivo, pero también tenía cualidades naturales de liderazgo. Juan era tierno, pero también franco. Andrés era una persona amable, extremadamente consciente de su entorno y sensible a los demás. Tomás tenía la inclinación natural a cuestionar, y a menudo dudaba. Cada uno de estos discípulos, aunque tenía diferentes personalidades y dones, fue usado poderosamente por Dios para testificar por él.

Lee 1 Corintios 12:12 y 13, y 18 al 22. ¿Qué descubrimos en estos pasajes acerca de la necesidad de personas de diferentes dones en el cuerpo de Cristo, la iglesia?

Dios se deleita en tomar personas de diferentes orígenes con diferentes talentos y habilidades e impartirles regalos para el servicio. El cuerpo de Cristo no es un grupo homogéneo de personas que son todas iguales. No es un club de campo con personas de los mismos orígenes que piensan lo mismo. Es un movimiento dinámico de personas de diferentes dones, unidas en su amor por Cristo y por las Escrituras, y que están comprometidas a compartir su amor y verdad con el mundo (Rom. 12:4; 1 Cor. 12:12). Los miembros del cuerpo de Cristo tienen dones diferentes, pero cada uno es valioso; cada uno es crítico para el funcionamiento saludable del cuerpo de Cristo. Así como los ojos, los oídos y la nariz tienen diferentes funciones, pero son necesarios para el cuerpo, todos los dones también son necesarios (1 Cor. 12:21, 22).

Si consideras cuidadosamente el cuerpo humano, incluso las partes más pequeñas tienen un papel crucial. Considera nuestras pestañas. ¿Qué pasaría si no tuviéramos algo tan aparentemente insignificante como las pestañas? Las partículas de polvo nublarían nuestra visión, y las consecuencias resultantes podrían causar daños irreparables. El miembro de la iglesia que parece el más “insignificante” es una parte esencial del cuerpo de Cristo y ha sido dotado por el Espíritu Santo. Cuando dedicamos estos dones totalmente a Dios, cada uno de nosotros puede hacer una diferencia eterna.

No importa cuán talentoso seas, ¿cuáles son las cosas en las que no eres muy bueno pero que otros en la iglesia sí lo son? ¿Cómo debería ayudar esto a mantenerte en el lugar adecuado?

 

Ir ArribaLunes 3 de agosto: "Dios: el dador de toda buena dádiva"

Según 1 Corintios 12:11 y 18, Efesios 4:7 y 8, y Santiago 1:17, Dios es el originador de todos los dones, y “todo don perfecto” proviene de él. Por lo tanto, podemos estar seguros de que él nos impartirá los dones del Espíritu Santo que mejor se adapten a nuestras personalidades, y que utilizará mejor nuestras habilidades para servir a su causa y glorificar su nombre.

Lee Marcos 13:34 y 1 Corintios 12:11. ¿A quién da Dios dones espirituales?

La Biblia es clara: Dios tiene una tarea especial para cada uno de nosotros en compartir el evangelio con los demás. En la parábola de Jesús sobre el jefe de familia que deja su casa a sus sirvientes y les pide que la cuiden, el amo da a cada siervo una tarea específica (Mar. 13:34). Hay una tarea para cada individuo, y Dios da dones espirituales a todos para que cumplan la tarea o el ministerio divinos a los que son llamados. Cuando entregamos nuestras vidas a Cristo, y mediante el bautismo nos convertimos en miembros de su cuerpo, la iglesia, el Espíritu Santo imparte dones para que podamos servir al cuerpo y testificar al mundo.

En 1903, Elena de White escribió una carta a cierto hermano para alentarlo a usar los dones que Dios le había dado en el servicio. “Todos somos miembros de la familia del Altísimo, y en mayor o menor medida tenemos talentos que él nos ha confiado, por cuyo empleo nos hace responsables. Ya sea que nuestros talentos sean grandes o pequeños, tenemos que emplearlos en el servicio del Señor, y debemos reconocer el derecho de los demás de emplear los talentos que se les han confiado. Nunca debemos despreciar el más mínimo capital físico, intelectual o espiritual” (Carta 260, 2 de diciembre de 1903).

Lee Hechos 10:36 al 38; Mateo 3:16 al 18; y Hechos 2:38 al 42. ¿Qué nos enseñan estos textos sobre la promesa del Espíritu Santo en el bautismo?

Así como Jesús fue ungido con el Espíritu Santo en su bautismo para prepararlo y equiparlo completamente para su ministerio en el mundo, a cada uno de nosotros se le promete el Espíritu Santo en nuestro bautismo. Dios anhela que tengamos total seguridad de que él ha cumplido su Palabra y nos ha impartido dones espirituales para bendecir su iglesia y el mundo.

 

Ir ArribaMartes 4 de agosto: El propósito de los dones espirituales

Lee 1 Corintios 12:7 y Efesios 4:11 al 16. ¿Por qué Dios imparte dones espirituales a cada creyente? ¿Cuáles son los propósitos de esos dones?

Los dones espirituales sirven para varios propósitos. Dios los otorga a fin de nutrir y fortalecer a su iglesia para cumplir su ministerio. Están diseñados para desarrollar una iglesia unificada, lista para cumplir su misión en el mundo. Los escritores de la Biblia nos dan ejemplos de los dones espirituales que Dios imparte a su iglesia, como ministrar, servir, proclamar, enseñar, alentar y dar. También habla sobre los dones de hospitalidad, misericordia, ayuda y alegría, por mencionar solo algunos. Para una lista más completa, lee Romanos 12 y 1 Corintios 12.

Quizá te estés preguntando acerca de la relación entre los dones espirituales y los talentos naturales. Los dones espirituales son cualidades impartidas divinamente que el Espíritu Santo da a cada creyente para equiparlo para su ministerio especial en la iglesia y el servicio al mundo. También pueden incluir talentos naturales que son santificados por el Espíritu Santo y utilizados en el servicio a Cristo. Todos los talentos naturales son dados por Dios, pero no todos se usan en el servicio de Cristo.

“Los dones especiales del Espíritu no son los únicos talentos representados en la parábola. Ellos incluyen todos los dones y talentos, ya sean originales o adquiridos, naturales o espirituales. Y todos deben ser empleados en el servicio de Cristo. Al convertirnos en sus discípulos, nos entregamos a él con todo lo que somos y tenemos. Él nos devuelve esos dones purificados y ennoblecidos, con el fin de que los empleemos para su gloria en bendecir a nuestros prójimos” (PVGM 263, 264).

Además, Dios ha establecido dones especiales como el don de profecía y oficios específicos en la iglesia, incluidos pastores y ancianos, que son maestros dentro del cuerpo de Cristo para nutrir y equipar a cada miembro para el servicio (ver Efe. 4:11, 12). La función de todos los dirigentes de la iglesia es ayudar a cada miembro a descubrir sus dones espirituales y enseñarles a usar estos dones para edificar el cuerpo de Cristo.

Cuáles son algunos talentos naturales que tienes que, por útiles y beneficiosos que sean en un entorno secular, también pueden ser una bendición para la iglesia?

 

Ir ArribaMiércoles 5 de agosto: Cómo descubrir tus dones

Compara 1 Corintios 1:4 al 9 con 2 Corintios 1:20 al 22. ¿Qué nos dicen estos pasajes acerca de las promesas de Dios y especialmente los dones espirituales antes de la segunda venida de Cristo?

Dios promete que su iglesia manifestará todos los dones del Espíritu Santo justo antes del regreso de nuestro Señor. Sus promesas son seguras. Nos ha dado el testimonio del Espíritu Santo en nuestros corazones para guiarnos a comprender los dones que nos ha dado. Es Dios quien da los dones y Dios a través de su Espíritu quien nos los revela.

Lee Lucas 11:13, Santiago 1:5 y Mateo 7:7. Si deseamos descubrir los dones que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, ¿qué nos invita a hacer?

Recibimos los dones del Espíritu al consagrarnos a Dios y pedirle que nos revele los dones que nos ha dado. Cuando nuestros corazones se vacían de la gloria propia y nuestra prioridad es servir a Jesús, su Espíritu nos impresionará con los dones espirituales que tiene para nosotros. “El derramamiento del Espíritu no fue recibido hasta que, mediante la fe y la oración, los discípulos se entregaron por completo a la obra de Cristo. Entonces, en un sentido especial, los bienes del Cielo fueron encomendados a los seguidores de Cristo. [...] Los dones ya son nuestros en Cristo, pero su posesión verdadera depende de nuestra recepción del Espíritu de Dios” (PVGM 263).

Los dones espirituales (ver 1 Cor. 12:4–6) son cualidades, capacidades, que Dios imparte para que podamos servirlo con eficacia. Los ministerios son las áreas generales en las que podemos expresar nuestros dones, y las actividades son los eventos específicos que nos permiten usar nuestros dones. Los dones espirituales no vienen completamente desarrollados. A medida que el Espíritu Santo te impresiona con alguna área de servicio, ora para que te guíe a un ministerio específico para ejercer tu don a través de una actividad misionera.

¿Cuáles son tus dones específicos? Y, más importante, ¿cómo puedes mejorar esos dones para el servicio del Señor?

 

Ir ArribaJueves 6 de agosto: Hacer crecer nuestros dones

Lee la parábola de los talentos en Mateo 25:14 al 30. ¿Cuál es el pensamiento más significativo que se destaca en esta historia? ¿Por qué los primeros dos siervos fueron elogiados por Dios y el último siervo condenado? ¿Qué nos dice esta parábola sobre el uso de nuestros talentos? Particularmente nota Mateo 25:29.

El amo dio a cada siervo talentos “conforme a su capacidad” (Mat. 25:15). Cada individuo recibió una cantidad diferente. Uno recibió cinco talentos, otro dos y otro uno. Cada sirviente tenía la opción de invertir o usar los talentos que se les daba. Un punto crucial aquí es que lo que les dieron no era suyo. Pertenecía a alguien más que les encargó su administración.

La preocupación del amo no era quién tenía talentos superiores o inferiores; no era cuántos talentos se le dieron a cada uno. La preocupación era lo que cada uno hacía con lo que le habían dado.

Pablo lo explica de esta manera en 2 Corintios 8:12: “Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene”. Para Dios, lo que importa no es tanto lo que tienes, sino lo que haces con lo que tienes.

Dios elogió a los primeros dos siervos porque fueron fieles en el uso de sus talentos. Sus talentos aumentaron con el uso. El siervo “malo” no usó los talentos que el amo le había dado, y no aumentaron. Es una verdad eterna que “La ley del servicio viene a ser el eslabón que nos une a Dios y a nuestros semejantes” (PVGM 262). El siervo infiel desperdició su oportunidad de servir y finalmente perdió la capacidad de servir.

Cuando usamos los dones que Dios nos ha dado para la gloria de su nombre, aumentarán, se expandirán y crecerán. ¿Cómo puedes descubrir los dones que Dios te ha dado? Humildemente pídele a Dios que te revele las áreas en las que él desea que sirvas para ministrar. A medida que Dios impresiona tu mente, participa. Tus dones crecerán a medida que los uses, y encontrarás satisfacción en su servicio.

Piensa en esta parábola y aplícala a tu propia vida. ¿Qué te dice acerca de lo que estás haciendo con lo que Dios te ha dado? (Recuerda: cualquier cosa que tengas también es un regalo de Dios).

 

Ir ArribaViernes 7 de agosto

Para Estudiar y Meditar:

Lee Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, “Cómo enriquecer la personalidad”, pp. 261-300.

La comprensión correcta de la enseñanza bíblica de los dones espirituales trae unidad a la iglesia. El reconocimiento de que cada uno de nosotros es valioso y un miembro necesario del cuerpo de Cristo es un pensamiento unificador. Cada miembro de la iglesia es necesario para el cumplimiento de la misión de Cristo. Cada miembro está dotado para el servicio.

“A cada cual se le da una obra que hacer por el Maestro. A cada uno de sus siervos les confía dones y talentos especiales. ‘A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad’ (Mat. 25:15). Cada siervo tiene un cometido por el cual es responsable; y los diversos cometidos están en relación con las distintas capacidades. Al otorgar, sus talentos, Dios no ha obrado con parcialidad. Ha repartido los talentos de acuerdo con las posibilidades conocidas de sus siervos, y espera los réditos correspondientes” (TI 2:254).

Recuerda también que los dones del Espíritu se dan para la gloria de Dios y no la nuestra. Dios los da para exaltar su nombre y avanzar en su causa.

Preguntas para Dialogar:

  1. Reflexiona más sobre el pensamiento de que cada uno de nosotros ha recibido dones de parte de Dios. ¿Qué implicaciones prácticas tiene esto para tu iglesia local? ¿Qué diferencia puede determinar este pensamiento en la participación de cada miembro en el servicio?

  2. Comparte con los miembros de tu clase de la Escuela Sabática cómo los dones de otro miembro han sido de bendición para ti. Comparte con la clase cómo descubriste tus propios dones espirituales. ¿Cuáles crees que son tus dones y cómo los usas para bendecir a otros?

  3. La lección de esta semana señaló que nuestros dones crecen a medida que los usamos. Mira hacia atrás sobre tu propia vida. ¿Puedes pensar en los dones que Dios te ha dado y que han crecido a medida que los has usado para la gloria de su nombre? Al mismo tiempo, hazte nuevamente la pregunta, abordada primeramente al final del estudio del día jueves, sobre cuán fiel eres con lo que Dios te ha dado.

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