Lecciones para adultos: "Isaías: “Consolaos, pueblo mío”"
Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2021
Lección 5: "Noble Príncipe de Paz"
Para el 30 de enero de 2021
Reseña | Comentario | Aplicación a la vida
El tenor de la última parte de Isaías 8 es que Israel está rechazando la luz (Isa. 8:19-22). Camina en la oscuridad hasta tal punto que consulta a los médiums. Isaías 9 presenta la temática de la luz en contraste con la oscuridad espiritual de Israel. Israel verá una “gran luz” y “luz resplandeció sobre ellos” (9:2). La luz en este capítulo no es solo una referencia a la gloria de Dios, quien sacará a su pueblo de las circunstancias tenebrosas; esta expresión también puede interpretarse como una referencia o símbolo del Mesías venidero. El Mesías se describe con diferentes características: “Se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (9:6). Todos los nombres o las características de la figura del Mesías se amplifican en la Biblia y en el libro de Isaías en particular.
En este estudio se exploran tres temas principales: (1) de la oscuridad a la luz, (2) el Mesías como la luz del mundo, y (3) el carácter del Mesías.
De la oscuridad a la luz
Los últimos versículos de Isaías 8 describen las desgracias y las peripecias tenebrosas del pueblo de Judá: “Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos [...]. Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas” (Isa. 8:20–22). Por lo tanto, el pueblo de Dios anda en la oscuridad principalmente porque ignora y rechaza la palabra profética de Dios. Se separa de la Luz. Elena de White declara: “En los tiempos de Isaías la comprensión espiritual de la humanidad se hallaba oscurecida por un concepto erróneo acerca de Dios.
Durante mucho tiempo Satanás había procurado inducir a los hombres a considerar a su Creador como autor del pecado, el sufrimiento y la muerte. Los que habían sido así engañados se imaginaban que Dios era duro y exigente. Le veían como al acecho para denunciar y condenar, nunca dispuesto a recibir al pecador mientras hubiese una excusa legal para no ayudarle. La ley de amor que rige el cielo había sido calumniada por el gran engañador y presentada como una restricción de la felicidad humana, un yugo gravoso del cual debían escapar gustosos” (PR 231).
Pero los días oscuros se convertirían en una experiencia gloriosamente luminosa y resplandeciente. Esto es precisamente lo que encontramos en la primera parte de Isaías 9 (vers. 1-5). La Biblia revela las promesas y la esperanza que Dios ha dado a su pueblo en medio de la opresión. Por lo tanto, esta temática se refiere a la liberación de Judá, que la gran luz llevaría a cabo. Isaías 9:2 describe la escena futura: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”. El acto de restauración se anuncia aquí, y la liberación del pueblo de Dios de su opresor estaría acompañada por el brillo de la presencia de Dios. “Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos” (9:3). Este también es el lenguaje en Isaías 60, cuando Dios anima a su pueblo diciéndole que regresaría del exilio: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti” (60:1). ¿Es posible que el Señor intervenga en favor de su pueblo? Isaías lo confirma: “Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro” (Isa. 9:4).
El Mesías como la luz del mundo
El autor de Mateo alude a la profecía de Isaías. Él dice: “Jesús [...] volvió a Galilea; y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías” (Mat. 4:12-14); luego Mateo menciona Isaías 9:1 y 2. Aquí tenemos a un autor bíblico que aplica un cumplimiento mesiánico a la profecía de Isaías.
Es maravilloso para el lector cuando la Biblia misma brinda la interpretación de un texto bíblico previo. En este caso, Mateo interpreta a Isaías. Por lo tanto, brinda seguridad y confianza al lector para abordar los versículos 6 y 7 en la profecía de Isaías 9. Además de eso, Elena de White hace referencia a esos versículos. Ella explica: “Durante los últimos siglos de la historia de Israel antes del primer advenimiento, era de comprensión general que se aludía a la venida del Mesías en esta profecía” (PR 508).
El lema luminoso de Isaías 9, según se evidencia en “gran luz” (Isa. 9:2), junto con la promesa de que “un niño nos es nacido” (9:6), señalan claramente a Cristo. Mateo registra que los sabios de oriente que llegan a Jerusalén, preguntan: “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. [...] Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron” (Mat. 2: 2, 10, 11; énfasis añadido). El Evangelio de Juan ofrece una rica descripción de Jesús en relación con la luz: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece [...]. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:4, 5, 9). Con este contexto, sin duda, Isaías 9:6 y 7 es una referencia directa a la venida del Mesías, que es “la luz del mundo” (Juan 8:12) y que trae paz, libertad, justicia y rectitud.
El carácter del Mesías
Isaías 9:6 y 7 son un rico catálogo del carácter y la dignidad real del Mesías. El profeta dice: “Se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (9:6). A continuación se presenta un breve estudio de este catálogo de características mesiánicas.
El futuro rey mesiánico sería “admirable”. En hebreo, esta palabra aparece como sustantivo en Isaías 25:1 y 29:14, y la palabra hebrea de la que deriva tiene la connotación de “alguien que planea un milagro, el obrador de milagros” (L. Koehler y W. Baumgartner, The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament, t. 3, p. 928). El mismo término se utiliza en el Cántico de Moisés: “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios [ʿōśê p̱eleʾ]? (Éxo. 15:11). Posteriormente, Isaías usaría la misma expresión: “Jehová, tú eres mi Dios; [...] porque has hecho maravillas” (Isa. 25:1). En otras palabras, es una referencia a la maravillosa actuación y los actos salvíficos del Dios poderoso.
La otra designación para el Mesías en Isaías 9 es Consejero. El término hebreo yôʿeṣ refleja la idea de alguien “que siempre sabe qué hacer” (L. Koehler y W. Baumgartner, The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament, t. 2, p. 403). La expresión denota un sabio, un asesor o alguien que guía correctamente. Esa es la idea en Isaías 1:26: “Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes”.
Finalmente, examinamos la expresión “Dios Fuerte” (ʾel gibbôr). La expresión gibbôr se asocia con el poder y la valentía en la batalla. Una traducción sugerida es “Dios, la fuerza heroica” o “Dios, el héroe” (L. Koehler y W. Baumgartner, The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament, t. 1, p. 172). Vemos esta idea plasmada en Isaías 42:13: “Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos”. John Oswalt comenta acertadamente: “En cualquier otra parte de la Biblia donde aparece ʾēl gibbôr, no cabe duda de que el término se refiere a Dios” (J. Oswalt, The Book of Isaiah: Chapters 1-39, The New International Commentary on the Old Testament, p. 247).
Los últimos versículos de Isaías 8 declaran que el pueblo rechaza los consejos de Dios porque recurre a los consejos de los médiums; lo que lo lleva a la oscuridad espiritual. Sin embargo, la misericordia de Dios promete liberar a su pueblo y darle un futuro más brillante. El Señor es el único que puede convertir la oscuridad en luz. Comparte algún hecho de tu vida en el que una circunstancia oscura se haya convertido en una experiencia brillante mediante la providencia y la intervención de Dios.
En Isaías 2:5, Dios aconseja a su pueblo: “Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová” ¿Cómo entiendes personalmente el consejo de Jesús en Juan 8:12: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”? ¿Qué significa tener “la luz de la vida”?
Isaías 9:6 describe muchas características del Mesías que están asociadas con su Reino eterno. El profeta escribe: “Se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. ¿Cuál de estas características de Dios es más importante para ti y por qué?
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- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Honestidad en los negocios basada en Romanos 12:11.
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