Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "La promesa: El pacto eterno de Dios"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2021

Lección 11: "El Santuario del nuevo pacto"

Para el 12 de junio de 2021

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 5 de junio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Éxodo 25:8; Isaías 53:4–12; Hebreos 10:4; 9:14; 8:1–6; 1 Timoteo 2:5, 6.

Para Memorizar: “Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida” (Heb. 9:15, NVI).

Una noche sin luna, con el cielo ennegrecido como tinta que se derrama, la penumbra cubría a Frank mientras caminaba por las calles vacías de la ciudad. Después de un rato escuchó pasos detrás de él; alguien que lo seguía en la oscuridad. A continuación la persona lo alcanzó y le dijo:

  • ¿Frank, el impresor?

  • Sí, soy yo. Pero ¿cómo lo supo?

  • Bueno -respondió el extraño-, yo no lo conozco. Pero conozco muy bien a su hermano, e incluso en la oscuridad sus gestos, su forma de caminar, su figura, me recordaron tanto a él que asumí que usted era su hermano, porque me dijo que tenía uno”.

Esta historia revela una verdad poderosa con respecto al servicio del Santuario israelita. La Biblia dice que era una sombra, una figura, una imagen del verdadero. Sin embargo, las sombras y las imágenes eran suficientes para prefigurar y revelar claramente las verdades que se suponía que representaban: la muerte y el ministerio sumosacerdotal de Cristo en el Santuario celestial.

Reseña de la semana: ¿Por qué Dios quería que los israelitas construyeran un Santuario? ¿Qué nos enseña el Santuario acerca de Cristo como nuestro sustituto? ¿Qué hace Jesús en el cielo como nuestro Representante?

 

Ir ArribaDomingo 6 de junio: Relaciones

“Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo” (Lev. 26:11, 12).

Hay un tema que debería quedar en claro a estas alturas: tanto en el antiguo pacto como en el nuevo pacto, el Señor busca una relación cercana y amorosa con su pueblo. De hecho, los pactos básicamente ayudan a estipular, a formar (a falta de una palabra más apropiada) las “reglas” para esa relación.

La relación es esencial para el pacto en cualquier momento o contexto. Sin embargo, para que exista una relación es necesario que haya interacción, comunicación y contacto, especialmente para los seres humanos pecadores, falibles y dubitativos. Por supuesto, sabiendo esto, el Señor tomó la iniciativa para asegurarse de que él se manifestaría de tal manera que nosotros, dentro de los confines de la humanidad caída, pudiéramos relacionarnos con él de una manera eficaz.

Lee Éxodo 25:8: el mandato del Señor a Israel de construir un Santuario. ¿Qué razones da el Señor para desear que ellos hicieran esto?

La respuesta a esta pregunta, por supuesto, plantea otra interrogación, y es ¿por qué? ¿Por qué quiere el Señor morar en medio de su pueblo?

Tal vez podríamos encontrar la verdad en los dos versículos de hoy, mencionados anteriormente. Fíjate, el Señor “pondr[á su] morada” (o “habitará”) entre ellos; Luego dice que no los “abominará”. Además, asegura que “andar[á]” entre ellos y será su Dios, y ellos serán su pueblo (Lev. 26:11, 12). Observa los elementos que se encuentran en estos versículos. Nuevamente, el aspecto relacional se manifiesta con mucha claridad.

Tómate unos minutos: desmenuza Levítico 26:11 y 12, y Éxodo 25:8. Toma nota de cómo encajan los diferentes elementos con la noción de que el Señor busca una relación con su pueblo.

Concéntrate específicamente en la frase en que el Señor dice: “Mi alma no os abominará”. ¿Qué tiene el Santuario en sí que brinda los medios por los que el Señor puede aceptar a la humanidad caída y pecadora, y por qué eso es tan importante para el proceso de formación de un pacto?

 

Ir ArribaLunes 7 de junio: Pecado, sacrificio y aceptación (Heb. 9:22)

La forma divinamente señalada para que el pecador del Antiguo Testamento se librara del pecado y la culpa era a través de los sacrificios de animales. Las ofrendas de sacrificio israelitas se detallan en Levítico 1 al 7. Se prestaba especial atención al uso y la disposición de la sangre en los diversos tipos de sacrificios. De hecho, el papel de la sangre en los rituales de sacrificio es una de las características unificadoras de los sacrificios israelitas.

La persona que había pecado, y por lo tanto había roto la relación del pacto y la Ley que lo regulaba, podía ser restaurada a la comunión plena con Dios y con la humanidad llevando un sacrificio animal como sustituto. Los sacrificios, con sus ritos, eran los medios designados por Dios para lograr la purificación del pecado y la culpa. Estos se instituyeron para limpiar al pecador, ya que se transfería el pecado y la culpa individual al Santuario al rociar la sangre sacrificial, y así se restablecía la plena comunión y la alianza del pacto del penitente con el Dios personal, que es el Señor que salva.

¿Cómo nos ayudan estos conceptos expresados anteriormente a comprender las preguntas al final del estudio de ayer?

¿Qué importancia profética tenía el sacrificio de animales? (Isa. 53:4–12; Heb. 10:4).

Los sacrificios de animales del Antiguo Testamento eran el medio ordenado por Dios para librar al pecador del pecado y la culpa. Cambiaban el estatus al pecador: de culpable y digno de muerte a perdonado y restaurado en la relación de pacto entre Dios y el ser humano. Pero había un sentido en el que los sacrificios de animales eran de naturaleza profética. Al fin y al cabo, ningún animal era un sustituto adecuado para expiar el pecado y la culpa de la humanidad. El autor de Hebreos lo dice con esta palabras: “La sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Heb. 10:4). Por lo tanto, el sacrificio de un animal tenía por objeto despertar el anhelo de la venida del Siervo divino-humano de Dios, que moriría en sustitución de los pecados del mundo. Es mediante este proceso que el Señor perdona y acepta al pecador, y se establece la base de la relación del pacto.

Ponte en el lugar de alguien que vivió en la época del Antiguo Testamento, cuando sacrificaban animales en el Santuario. Al recordar también cuán importante era el ganado para su economía, cultura y estilo de vida, ¿qué lección les enseñaba supuestamente sobre el costo del pecado?

 

Ir ArribaMartes 8 de junio: La sustitución

“El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gál. 1:4).

No cabe duda: uno de los temas clave (si no el tema clave) del Nuevo Testamento es que Jesucristo murió como el Sacrificio por los pecados del mundo. Esta verdad es el fundamento de todo el plan de salvación. Cualquier teología que niegue la expiación mediante la sangre de Cristo niega el corazón y el alma del cristianismo. Una cruz sin sangre no puede salvar a nadie.

Reflexiona en el versículo de hoy y luego responde estas preguntas: ¿se ofreció Jesús para morir? ¿Por quién murió? ¿Qué lograría su muerte?

La sustitución es la clave de todo el plan de salvación. A causa de nuestros pecados, merecemos morir. Cristo, por su amor hacia nosotros, “se dio a sí mismo por nuestros pecados” (Gál. 1:4). Murió la muerte que merecemos nosotros. La muerte de Cristo como sustituto de los pecadores es la gran verdad de la que fluye toda otra verdad. Nuestra esperanza, la de la restauración, la libertad, el perdón, la vida eterna en el paraíso, se basa en la obra que hizo Jesús, la de entregarse por nuestros pecados. Sin eso, nuestra fe no tendría sentido. Bien podríamos poner nuestra esperanza y confianza en la estatua de un pez, por ejemplo. La salvación viene solo por la sangre, la sangre de Cristo.

Busca los siguientes pasajes: Mateo 26:28; Efesios 2:13; Hebreos 9:14; 1 Pedro 1:19. ¿Qué nos dicen de la sangre? Por lo tanto, ¿qué papel juega la sangre en el plan de salvación?

“No es la voluntad de Dios que seáis desconfiados y torturéis vuestras almas con el temor de que Dios no os aceptará porque sois pecadores e indignos. [...] Podéis decir: ‘Sé que soy pecador y ésta es justamente la razón por la cual necesito un Salvador. [...] No tengo bondad ni mérito alguno para pretender la salvación, pero presento ante Dios la sangre expiatoria del inmaculado Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Esta es mi única defensa” (FV 104).

Considera la cita de Elena de White mencionada anteriormente. Vuelve a escribirla en tus propias palabras. Personalízala. Pon tus propios temores y pesares allí, y luego anota lo que te brindan las promesas que contiene. ¿Qué esperanza tienes a causa de la sangre del nuevo pacto?

 

Ir ArribaMiércoles 9 de junio: El sumo sacerdote del nuevo pacto

El Santuario terrenal, donde Dios eligió morar con su pueblo, giraba en torno al sacrificio de los animales. Sin embargo, el servicio no terminaba con la muerte de estas criaturas. El sacerdote asperjaba la sangre en el Santuario en nombre del pecador después de ejecutar el sacrificio.

Sin embargo, todo este servicio era solo una sombra, un símbolo de lo que Cristo haría por el mundo. Por lo tanto, así como los símbolos (el servicio del Santuario) no terminaban con la muerte del animal, la obra de Cristo por nosotros tampoco terminó con su muerte en la Cruz.

Hoy estudia Hebreos 8:1 al 6. Lee los versículos con oración. Pide al Señor que te ayude a entender lo que dicen y por qué es importante que lo sepamos. Una vez que hayas terminado, escribe con tus palabras lo que crees que es el mensaje del Señor para nosotros en estos versículos. También pregúntate: ¿cómo nos ayudan estos versículos a entender el nuevo pacto?

Así como había un Santuario, un sacerdocio y un ministerio terrenales bajo el antiguo pacto, también hay un Santuario celestial, un sacerdocio celestial y un ministerio celestial bajo el nuevo pacto. Sin embargo, lo que eran solo símbolos, imágenes y una sombra (Heb. 8:5) en el antiguo pacto, se hicieron realidad en el nuevo pacto.

Además, en lugar de un animal amoral como nuestro sustituto, tenemos al Jesús Inmaculado; en lugar de sangre animal, tenemos la sangre de Cristo; en lugar de un Santuario hecho por el hombre, tenemos “aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre” (Heb. 8:2); y en lugar de un sacerdote humano, pecador y sujeto a error, tenemos a Jesús, quien ministra en nuestro favor como Sumo Sacerdote. Con todo esto en mente, medita sobre las palabras de Pablo: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (Heb. 2:3).

Piénsalo: Jesús vivió una vida sin pecado por ti, murió por ti, y ahora está en el cielo ministrando en el Santuario por ti. Todo esto lo hizo para salvarte de los terribles resultados finales del pecado. Haz planes, para mañana o en los próximos días, de hablar con alguien sobre esta maravillosa noticia, con alguien que pienses que necesite escucharlo. Practica de antemano lo que vas a decir, sobre la base del estudio de hoy.

 

Ir ArribaJueves 10 de junio: El ministerio celestial (Heb. 9:24)

Estudia Hebreos 9:24, especialmente en el contexto en el que se da: el de explicar el ministerio de Cristo en el cielo en nuestro favor después de su muerte en sacrificio por nosotros. Aunque hay mucho para decir, queremos centrarnos en un punto, la frase al final, que dice que Cristo se presenta ahora ante Dios por nosotros.

Piensa en lo que eso significa. Nosotros, la humanidad pecadora y caída; nosotros, que seríamos consumidos por el resplandor de la gloria de Dios si la viéramos ahora; nosotros, no importa cuán malos hayamos sido ni con cuánto descaro hayamos violado la santa Ley de Dios, tenemos a Alguien que se presenta ante Dios por nosotros. Tenemos un Representante ante el Padre en nuestro favor. Piensa en el amor, el perdón y la aceptación que Cristo demostró cuando estuvo aquí, en la Tierra. Esta misma Persona, ¿es ahora nuestro Mediador en el cielo?

Esta es la otra parte de la buena noticia. Jesús no solo pagó el castigo por nuestros pecados al cargarlos sobre sí mismo en la Cruz (1 Ped. 2:24), sino también ahora está en la presencia de Dios como Mediador entre el cielo y la Tierra, entre la humanidad y la Deidad.

Esto tiene mucho sentido. Jesús, como Dios y Hombre (un Hombre perfecto, sin pecado), es el único que puede salvar la brecha entre la humanidad y Dios, causada por el pecado. Lo esencial que debemos recordar en todo esto, entre otras cosas, es que ahora hay un Hombre, un Ser Humano/divino, que puede entender todas nuestras pruebas, dolores y tentaciones (Heb. 4:14, 15), y que nos representa ante el Padre.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Tim. 2:5, 6). ¿En qué dos roles pone este texto a Jesús, y cómo se prefiguraban estos roles en el servicio del Santuario terrenal?

La gran noticia del nuevo pacto es que ahora, gracias a Jesús, los pecadores arrepentidos tienen a Alguien que los representa en el cielo ante el Padre, Alguien que ganó para ellos lo que nunca podrían haber obtenido por sí mismos, que es la justicia perfecta, la única justicia que puede permanecer ante la presencia de Dios. Jesús, con esa justicia perfecta, forjada en su vida a través del sufrimiento (Heb. 2:10), se presenta delante de Dios y reclama para nosotros el perdón del pecado y poder sobre el pecado, porque sin estos no tendríamos ninguna esperanza, ni ahora ni en el Juicio.

Ora y medita sobre la idea de un ser humano, Alguien que ha experimentado la tentación de pecar, de pie ante Dios en el cielo. ¿Qué significa eso para ti personalmente? ¿Qué clase de esperanza y aliento produce eso?

 

Ir ArribaViernes 11 de junio

Para Estudiar y Meditar:

 “El ángel más encumbrado del cielo no tenía poder para pagar el rescate de un alma perdida. Los querubines y serafines tienen únicamente la gloria de que han sido dotados por el Creador como criaturas suyas, y la reconciliación del hombre con Dios solo podía ser realizada mediante un mediador que fuera igual a Dios, que poseyera los atributos que lo dignificaran y lo declararan digno de tratar con el Dios infinito en favor del hombre, y también de representar a Dios ante un mundo caído. El sustituto y garantía del hombre debía tener la naturaleza del hombre, un entronque con la familia humana a quien había de representar, y, como embajador de Dios, debía participar de la naturaleza divina, debía tener una unión con el Infinito con el fin de manifestar a Dios ante el mundo y ser un mediador entre Dios y el hombre” (MS 1:313).

“Y Jesús continúa: ‘Así como me confiesen ante los hombres, los confesaré ante Dios y los santos ángeles. Han de ser mis testigos en la Tierra, conductos a través de los cuales pueda fluir mi gracia para sanar al mundo. Así también seré vuestro representante en el cielo. El Padre no considera vuestro carácter deficiente, sino que los ve revestidos de mi perfección. Soy el medio a través del cual les llegarán las bendiciones del Cielo. Todo el que me confiese por compartir mi sacrificio por los perdidos, será confesado como participante en la gloria y el gozo de los redimidos’ ” (DTG 323, 324).

Preguntas para Dialogar:

  1. Lee Romanos 5:2; Efesios 2:18; y 3:12. ¿Qué dicen estos pasajes que nos ayudan a comprender nuestro acceso al Padre a través de Jesús?

  2. Repasa la segunda cita de Elena de White que se menciona arriba. Observa cómo explica el rol del Mediador. Cuando el Padre nos ve, no ve nuestro carácter defectuoso, sino la perfección de Cristo. Reflexionen sobre lo que eso significa y analicen con la clase.

  3. Al considerar lo que hemos estudiado esta semana, pregúntate cómo responderías esta pregunta: “Bueno, Cristo está en el Santuario celestial. ¿Y entonces qué? ¿Qué significa eso en un nivel práctico y diario?”

Resumen: El antiguo sistema de sacrificios del pacto fue reemplazado por el nuevo; en vez de que los sacerdotes pecadores sacrifiquen animales en un Santuario terrenal, ahora tenemos a Jesús, nuestro Sacrificio perfecto. Él nos representa ante el Padre en el Santuario celestial, que forma la base del nuevo pacto y sus promesas.

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