Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "La promesa: El pacto eterno de Dios"

Segundo trimestre (abril-junio) de 2021

Lección 9: "La señal del pacto"

Para el 29 de mayo de 2021

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 22 de mayo

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 2:2, 3; Éxodo 20:11; 16; Hebreos 4:1–4; Éxodo 31:12–17; Deuteronomio 5:14.

Para Memorizar: “Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo” (Éxo. 31:16).

El día de reposo sabático es como un clavo que (¡toc!) con una regularidad inquebrantable nos devuelve cada semana al fundamento de todo lo que somos o podríamos ser. Estamos tan ocupados, corriendo de un lado a otro, gastando dinero, ganando dinero, yendo de aquí para allá, a todas partes, y luego, ¡toc!, llega el sábado y nos reconecta con nuestro fundamento, el punto de partida de todo lo demás, porque algo que no significa nada para nosotros llega a ser fundamental solo porque Dios lo creó.

Con una regularidad incesante y sin excepciones, el sábado aparece silenciosamente en el horizonte y en cada grieta y recodo de nuestra vida. Nos recuerda que cada grieta y recodo pertenece a nuestro Hacedor, Aquel que nos puso aquí, Aquel que “en el principio” creó los cielos y la Tierra. Un acto que continúa siendo el fundamento irrefutable de toda creencia cristiana, y del que el sábado (¡toc!) es la señal irrefutable, modesta e inconmovible.

Esta semana veremos esta señal en el contexto del pacto del Sinaí.

Reseña de la semana: ¿Dónde tiene su origen el sábado? ¿Qué evidencia prueba que el sábado existió antes del Sinaí? ¿Qué hace que el sábado sea una señal del pacto tan apropiada?

 

Ir ArribaDomingo 23 de mayo: Los orígenes

Muy a menudo escuchamos la frase: el “antiguo sábado judío”. Sin embargo, la Escritura es clara en cuanto a que el sábado existía mucho antes de que existiera el pueblo judío. Su origen se remonta a la misma semana de la Creación.

Busca Génesis 2:2 y 3; y Éxodo 20:11. ¿Dónde ubican, clara e inequívocamente, el origen del sábado?

Aunque Génesis 2:2 y 3 no identifica el “séptimo día” como el sábado (esta identificación aparece por primera vez en Éxo. 16:26, 29), se sugiere claramente en la frase “reposó el día séptimo” (Gén. 2:2). La palabra reposó (hebreo, shabat) se relaciona con el sustantivo sábado (hebreo, shabbat). “No se emplea la palabra ‘sábado’ [en Gén. 2:2, 3], pero es cierto que el autor quiso afirmar que Dios bendijo y santificó el séptimo día como día de reposo sabático” (G. F. Waterman, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, t. 5, p. 183). Evidentemente, Génesis 2:2 y 3 enseña el origen divino y la institución del sábado como día de bendición para toda la humanidad.

Lee Marcos 2:27. Jesús dice que el sábado fue hecho literalmente para el “hombre”, término genérico que abarca a la humanidad en su conjunto, en contraposición a los judíos solamente.

¿Por qué Dios descansó el séptimo día? ¿Lo necesitaba? ¿Qué otro propósito podría haber tenido su descanso?

Aunque algunos comentaristas han sugerido que Dios necesitaba descanso físico después de la Creación, el verdadero propósito del descanso de Dios era brindar un ejemplo divino para la humanidad. La humanidad también debe trabajar durante seis días y luego descansar el sábado. El teólogo Karl Barth sugirió que el reposo de Dios al final de la Creación era parte del “pacto de gracia”, en el que se invitaba a la humanidad ‘a descansar con él [...] participar en el reposo [de Dios]’” (Church Dogmatics, t. 3, parte 1, p. 98).

Al día siguiente de la Creación del hombre y la mujer, Dios, en su amor, los llamó a descansar en camaradería, a establecer una comunión íntima con él, a cuya imagen habían sido creados. Ese compañerismo y comunión durarían para siempre. Desde la caída de la humanidad, el sábado ha ofrecido un punto culminante semanal en nuestra vida con el Salvador.

¿Cómo responderías si alguien te preguntara cómo ha beneficiado la observancia del sábado tu relación con el Señor?

 

Ir ArribaLunes 24 de mayo: El sábado antes del Sinaí

“Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana” (Éxo. 16:23).

  1. Hojea Éxodo 16, la historia del maná provisto a Israel en el desierto, antes del Sinaí. Observa lo que revela este relato:

  2. Solo se podía usar una porción regular de maná por día, pero al sexto día se debía recolectar doble porción.

  3. No se encontraba maná en sábado.

  4. La porción extra necesaria para el sábado se conservaba intacta desde el sexto día, pero el maná no se conservaba intacto ningún otro día.

¿Qué revela esta historia sobre la santidad del sábado antes de la promulgación de la Ley en el Sinaí? (Ver Éxo. 16:23-28.)

“De hecho, la ecuación del sábado con el séptimo día, la declaración de que el Señor les dio a los israelitas el sábado y el registro de que el pueblo, por orden de Dios, descansó el séptimo día; inequívocamente, todo apunta a la institución primigenia [en la Creación] del sábado” (G. F. Waterman, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, t. 5, p. 184).

Hay mucho más de lo que parece a primera vista en Éxodo 16 sobre el sábado. Observa lo que nos enseña:

  1. ¿Cuál es el día de preparación para el sábado?

  2. ¿Qué día de la semana es sábado?

  3. ¿De dónde proviene el sábado?

  4. ¿Qué clase de día debía ser el sábado?

  5. El sábado, ¿es un día de ayuno?

  6. El sábado, ¿es una prueba de lealtad a Dios?

Tu conocimiento del sábado en la actualidad, ¿en qué medida coincide con lo que enseña Éxodo 16 sobre el sábado?

 

Ir ArribaMartes 25 de mayo: La señal del pacto

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó” (Éxo. 31:16, 17).

Cuatro veces las Escrituras designan el sábado como una “señal” (Éxo. 31:13, 17; Eze. 20:12, 20). Una “señal” no es un “símbolo” en el sentido de que sea algo que tipifique, represente o recuerde otra cosa naturalmente, porque ambos comparten cualidades similares (p. ej., un símbolo de un puño a menudo denota “poder”). En la Biblia, el sábado como “señal” funcionaba como una marca, un objeto o condición exterior destinado a transmitir un mensaje distintivo. Nada de la señal en sí la vinculaba especialmente con el pacto. El sábado era una señal de pacto “entre mí y vosotros por vuestras generaciones” (Éxo. 31:13) solo porque Dios dijo que así era.

¿Por qué el Señor usaría el día de reposo como una señal del pacto? ¿Qué tiene el sábado que lo hace un símbolo tan apropiado de la relación salvífica con Dios? Si recordamos que un aspecto esencial del pacto es que somos salvos por gracia, que las obras no pueden salvarnos, ¿qué tiene el sábado en sí que lo convierte en un símbolo tan bueno de esa relación? (Ver Gén. 2:3; Heb. 4:1–4.)

Lo fascinante del sábado como señal del pacto de gracia es que durante siglos los judíos han entendido que el sábado es la señal de la redención mesiánica. Veían en el sábado un anticipo de la salvación en el Mesías. Debido a que entendemos que la redención proviene solo de la gracia, y porque entendemos que el pacto es una alianza de gracia, el vínculo entre el sábado, la redención y el pacto se hace evidente (ver Deut. 5:13-15). Por lo tanto, contrariamente a la opinión común, el sábado es una señal de la gracia salvífica de Dios; no es una señal de salvación por obras.

¿Cómo entiendes lo que significa “descansar” en sábado? ¿Cómo descansas el sábado? ¿Qué haces diferente ese día que lo convierte en una “señal”? Alguien que te conoce, ¿podría observar tu vida y ver que el sábado es realmente un día especial para ti?

 

Ir ArribaMiércoles 26 de mayo: Señal de santificación

“En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico” (Éxo. 31:13).

Un pasaje referente al sábado excepcionalmente rico es Éxodo 31:12 al 17, que esboza las instrucciones del Señor para la construcción del Santuario y el establecimiento de sus servicios (Éxo. 25:1-31:11).

El concepto del sábado como “señal”, una señal visible, externa y eterna entre Dios y su pueblo, se expresa aquí de esta manera por primera vez. El texto en sí contiene algunos conceptos fascinantes dignos de nuestro estudio. En este texto se unen dos nuevas ideas:

  1. El sábado como señal de conocimiento

  2. El sábado como señal de santificación

Considera el aspecto de la señal relacionada con el conocimiento. La interpretación hebrea del conocimiento incluye aspectos intelectuales, relacionales y emocionales. En este sentido, “saber” no significaba simplemente conocer un hecho, especialmente cuando este involucraba a una persona. También implicaba mantener una relación significativa con aquel a quien se conoce. Por lo tanto, conocer al Señor significaba tener una buena relación con él: servirlo (1 Crón. 28:9); temerlo (Isa. 11:2); creerle (Isa. 43:10); confiar en él y buscarlo (Sal. 9:10); e invocar su Nombre (Jer. 10:25).

Busca cada uno de los versículos del párrafo anterior. ¿De qué manera estos textos nos ayudan a comprender lo que significa “conocer” al Señor?

Además, el sábado tiene un significado como señal de santificación. Implica que Jehová “santifica” a su pueblo (comparar con Lev. 20:8) al hacerlo “santo” (Deut. 7:6).

El proceso de santificación es tanto la obra del amor redentor de Dios como la obra salvífica y redentora de Dios. La justificación y la santificación son actividades de Dios: “Yo Jehová [...] os santifico” (Lev. 20:8). Por lo tanto, el sábado es una señal que imparte el conocimiento de Dios como Santificador. “El sábado que fue dado al mundo como señal de que Dios es el Creador, es también la señal de que es el Santificador” (TI 6:352).

Reflexiona sobre el día de reposo y el proceso de santificación, y el hecho de ser santificados. ¿Qué función cumple la observancia del sábado en este proceso? ¿Cómo puede el Señor valerse de nuestra experiencia de observancia del sábado para santificarnos?

 

Ir ArribaJueves 27 de mayo: Acuérdate del sábado

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxo. 20:8).

El sábado fue y es una señal para que el hombre se acuerde, o recuerde. El uso de la palabra acordarse puede tener varias funciones. En primer lugar, acordarse de algo implica mirar hacia atrás, mirar hacia el pasado. En este caso, el sábado nos señala la Creación por mandato divino, que culminó con la institución del sábado como día de descanso semanal y de comunión especial con Dios.

El mandato de recordar tiene implicaciones también para el presente. No solo debemos “recordar” el sábado (Éxo. 20:8), debemos “guardarlo” y “santificarlo” (ver Deut. 5:12). Por lo tanto, el sábado tiene importantes implicaciones para nosotros ahora, en el presente.

Finalmente, recordar el sábado también nos señala hacia adelante. Quien se acuerda de guardar el sábado tiene un futuro prometedor, rico y significativo con el Señor del sábado; su relación del pacto permanece porque persevera en el Señor. Nuevamente, cuando entendemos que el pacto es una relación entre Dios y la humanidad, el sábado, que puede ser de gran ayuda para fortalecer esa relación, adquiere una importancia específica.

De hecho, al recordar la Creación y a su Creador, el pueblo de Dios también recuerda los misericordiosos actos de salvación por parte de Dios (ver Deut. 5:14, donde el sábado se considera, en este contexto, una señal de la liberación de Egipto, y un símbolo de la salvación definitiva que se encuentra en Dios). La Creación y la re-Creación van juntas. La primera hace posible la segunda. El sábado es una señal que comunica que Dios es el Creador del mundo y el Creador de nuestra salvación.

“Mediante la santificación del sábado debemos demostrar que somos su pueblo. Su Palabra declara que el sábado ha de ser la señal que distinguirá al pueblo que guarda los Mandamientos. [...] Los que guardan la Ley de Dios serán uno con él en la gran controversia comenzada en el Cielo entre Satanás y Dios” (MS 2:196).

Analiza esta declaración de la sierva del Señor. ¿Qué tiene el sábado que lo convierte en algo que nos puede distinguir como “el pueblo que guarda los Mandamientos” quizá más que cualquiera de los otros Mandamientos?

 

Ir ArribaViernes 28 de mayo

Para Estudiar y Meditar:

Lee Elena de White, Comentario bíblico adventista, t. 7, pp. 978-981; Testimonios para la iglesia, t. 6, “La observancia del sábado”, pp. 351-353; Patriarcas y profetas, “Del Mar Rojo al Sinaí”, pp. 301-304.

Los Diez Mandamientos definen en forma integral y fundamental las relaciones humanas y divino-humanas. El Mandamiento en el centro del Decálogo es el del sábado. Este identifica al Señor del sábado de una manera especial e indica su esfera de autoridad y propiedad. Toma nota de estos dos aspectos: (1) la identidad de la Deidad: Yahvéh (Señor), que es el Creador (Éxo. 20:11; 31:17) y, por lo tanto, quien ocupa un lugar único; (2) la esfera de su propiedad y autoridad: “los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay” (Éxo. 20:11; comparar con 31:17). En estos dos aspectos, el Mandamiento del sábado tiene las características típicas de los sellos de los documentos de tratados internacionales del antiguo Cercano Oriente. Estos sellos generalmente se encuentran en el centro de los documentos de un tratado y también contienen (1) la identidad de la deidad (generalmente un dios pagano) y (2) la esfera de propiedad y autoridad (generalmente, un área geográfica delimitada).

“La santificación del Espíritu destaca la diferencia entre aquellos que tienen el sello de Dios y los que guardan un día falso de reposo.

“Cuando llegue la prueba se manifestará claramente qué es la marca de la bestia: es la observancia del domingo. [...]

“Dios ha establecido el séptimo día como su día de reposo. [Se cita Éxo. 31:13, 17, 16].

“De este modo se traza la distinción entre los leales y los desleales. Los que desean tener el sello de Dios en su frente deben guardar el día de reposo del cuarto Mandamiento” (Comentarios de Elena de White en CBA 7:991, 992).

Preguntas para Dialogar:

  1. Lee Levítico 19:30. Observa cómo se vinculan el Santuario y el sábado. En vista de lo que hemos aprendido hasta ahora, ¿de qué es señal el sábado? ¿Por qué tiene tanto sentido ese vínculo?

  2. Hazte esta pregunta: Guardar el sábado, ¿me ha ayudado a fortalecer mi experiencia con el Señor? Si no es así, ¿qué cambios puedes hacer?

Resumen: El día de reposo es una señal del pacto que se extiende hasta el momento de la consumación del plan de salvación. Este rememora la Creación y, como señal del pacto de gracia, nos indica la re-Creación final, cuando definitivamente Dios haga nuevas todas las cosas.

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