Lecciones para adultos: "La promesa: El pacto eterno de Dios"
Edición para maestros. Segundo trimestre (abril-junio) de 2021
Lección 11: "El Santuario del nuevo pacto"
Para el 12 de junio de 2021
Reseña | Comentario | Aplicación a la vida
El Santuario terrenal simboliza la obra de salvación que aún está en marcha hoy. Cristo ocupa el rol de nuestro Sumo Sacerdote, mediando ante Dios en el Lugar Santísimo. Su pureza es digna ante Dios, en lugar de nuestra indigna naturaleza pecaminosa.
Mediante el sistema del Santuario, la nueva relación de Israel con Yahvéh era una muestra de cómo el Calvario se convertiría en un colchón carmesí de gracia que contrarrestaría la intrusión sigilosa del pecado humano. Esta nueva relación se centraría en rituales ceremoniales salpicados de sangre, que llegaron a ser el portal redentor por el cual el “yo” podría ser arrebatado de su trono y crucificado. Este es el plan de salvación.
Relaciones
Cuando Cristo murió en la cruz, conquistó al pecado en nuestro favor. Por lo tanto, para que nosotros podamos vivir esa victoria, en cierto sentido debemos morir también. Muertos al yo y vivos para Dios. Cuando Dios nos llama hacia Cristo, realmente somos llamados a “ir a morir”.
Por supuesto, morir se ve como algo malo, pero en este caso es la muerte de todo lo que es malo en nuestra alma y carácter, de todo lo que nos impediría tener una relación íntima de pacto con Jesús.
En consecuencia, podríamos decir que todo sacrificio ofrecido en el servicio del Santuario apuntaba a la muerte. Sí, por supuesto, era la muerte de Cristo por nosotros. Pero al participar de ese ritual, el pecador arrepentido aceptaba el sacrificio en su favor, y eso estaba implícito en la aceptación de las promesas del pacto ofrecidas por Dios a su pueblo. Y esa promesa del pacto también incluía la necesaria muerte al yo que implicaba el arrepentimiento y el dolor por el pecado. Todo esto se revela, o al menos se refleja, en el servicio del Santuario, cuyo significado más pleno se vio en el Nuevo Testamento y en el Nuevo Pacto.
Pecado, sacrificio y aceptación
“El pecador luego ataba las patas delanteras del animal y, colocando un nudo corredizo alrededor de las patas traseras, juntaba las cuatro. Así asegurada, la criatura caía de costado y su cara se volvía hacia el Lugar Santísimo.
“El adorador luego ‘ponía’ ‘ambas’ manos [...] sobre su cabeza para señalar la transferencia de los pecados a su representante. El verbo lo describe apoyando todo su peso sobre la criatura. [...]
“Con las manos que presionaban su culpa sobre la cabeza de la víctima, cuya cara apuntaba hacia el Lugar Santísimo, el penitente confesaba en silencio sus pecados a Dios y prometía enmendar la antigua oración hebrea que concluía con las palabras: ‘Vuelvo arrepentido y esto sea para mi expiación [literalmente, cobertura]’ [...]
“El pecador entonces agarraba el cuchillo y degollaba deliberadamente a la víctima (Lev. 1:5, 11). Con este acto personal reconocía que su pecado era la causa de la muerte de su sustituto. [...] Su observancia del rito demostraba que había aceptado el argumento de la ley inmutable de Dios, que estaba de acuerdo con que la muerte era el resultado de su transgresión y confirmaba que su único escape era a través de la muerte vicaria de Aquel que ocuparía su lugar” (L. Hardinge, With Jesus in His Sanctuary: A Walk Through the Tabernacle Along His Way, pp. 371, 372).
La sustitución
“Cristo es nuestro justo sustituto.
“El plan de enviar a un segundo Adán, un sustituto, no se formuló al momento de la primera transgresión. Fue una provisión ‘ya destinad[a] desde antes de la fundación del mundo’ (1 Ped. 1:20).
“El Sustituto triunfaría donde Adán había fallado. Tenía que demostrar que Adán no tenía que pecar, que Adán podría haber prevalecido sobre la tentación, que los Mandamientos son posibles de obedecer y provechosos para la raza humana. [...]
“Adán cayó en un Edén perfecto, Jesús triunfó en una inicua Nazaret. Al llevar las cargas del honor de su Padre y la redención de su pueblo, Cristo peleó la batalla del pecado con nuestra inadecuada armadura, este débil cuerpo humano.
“¡Y ganó! ¡El Cordero prevaleció!” (C. Rock, Seeing Christ: Windows on His Saving Grace, pp. 65-67).
El Sumo Sacerdote del nuevo pacto
“Al hablar de Cristo como [...] Sumo sacerdote, no es inapropiado agregar que es nuestro único sacerdote. Él tiene una relación exclusiva con Dios: nadie más que él puede representarnos. Los sacerdotes de los tiempos del Antiguo Testamento sirvieron como tipos del verdadero Sacerdote venidero. A los apóstoles y pastores de los tiempos del NT nunca se los llama sacerdotes, ni realizan las funciones de sacerdotes. Hay un solo Mediador entre Dios y los hombres.
“La primera función importante de un sacerdote era ofrecer sacrificios, ‘para expiar los pecados del pueblo’ (Heb 2:17). [...] El único Sacrificio perfecto que [Dios] ofreció fue él mismo.
“Su ofrenda de sí mismo fue un acto voluntario. Él puso su vida por voluntad propia. [...] (Juan 10:18). Llegó a ser “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (1:29), un cordero “sin mancha y sin contaminación” (1 Ped. 1:19). Hizo de sí mismo la “expiación por el pecado” (Isa. 53:10). [...]
“Por lo tanto, Cristo ocupó el doble papel de oferente y ofrenda, de sacerdote y oblación. Esta ofrenda de sacrificio de sí mismo como víctima sobre el altar fue un acto único y de ‘una vez para siempre’ (Heb. 10:10, 12; 9:26)” (W. F. Specht, “Christ’s Session, Enthronement, and Mediatorial and Intercessory Ministry”, en The Sanctuary and the Atonement: Biblical, Historical, and Theological Studies, pp. 344, 345).
El ministerio celestial
“En la Epístola a los Hebreos, en particular, el autor está tratando de desviar la mirada de los cristianos judíos del ministerio del Santuario/Templo terrenal hacia un Santuario celestial, con un ministerio más perfecto a cargo del mismo Señor y Salvador que resucitó y ascendió” (A. V. Wallenkampf, “A Brief Review of Some of the Internal and External Challengers to the Seventh-day Adventist Teachings on the Sanctuary and the Atonement”, en The Sanctuary and the Atonement, p. 582).
Para reflexionar: Es asombroso cuán gráfica e inequívocamente el Nuevo Testamento, en especial el libro de Hebreos (e incluso el Apocalipsis), enseña sobre el Santuario celestial y su función central en el plan de salvación. En cierto sentido, es el plan de salvación, el evangelio y el pacto a escala mayor. No podemos entender verdaderamente de qué se trata el pacto, aparte de algún conocimiento del servicio del Santuario y lo que significa.
Sobre la base de Hebreos 8, anima a la clase a descubrir los siguientes puntos con respecto al Mediador. Para cada punto, pídeles que identifiquen la diferencia entre el antiguo y el nuevo pactos:
Posición del Mediador (Heb. 8:1, 2)
Desempeño del Mediador (Heb. 8:3-6)
Promesa del Mediador (Hebreos 8: 6-9)
Producciones del Mediador (Heb. 8:10-12)
Específicamente, ¿de qué manera Cristo hace que el nuevo pacto sea más realista en tu vida? ¿Cuán diferente sería tu vida si el nuevo pacto no existiera?
Una promesa es tan buena como la persona que la pronuncia. Cuando Dios hace una promesa, es incluso más sólida que los hechos históricos. Entonces, ¿por qué es más fácil cuestionar la voluntad de Dios que ir a ciegas a donde él nos guíe? ¿Qué lecciones podemos aprender de los personajes bíblicos que optaron por cuestionar en lugar de obedecer?
Hebreos 8:10 dice que Cristo el Mediador pone la Ley de Dios en nuestro corazón. Este acto, ¿de qué manera forma parte de nuestra experiencia espiritual? Explica cómo el hecho de tener la Ley de Dios en nuestro corazón nos permite conocerlo más íntimamente.
A través de Cristo, el nuevo pacto reemplaza el antiguo pacto. A través de Cristo, la Ley de Dios está revestida de gracia y amor. ¿Por qué, entonces, dejamos que el legalismo se interponga en el camino de nuestro crecimiento espiritual? Sobre la base del nuevo pacto, ¿qué cosas específicas puedes hacer para desarrollar o fortalecer tu relación con Dios, pero sin la opresión del legalismo?
Aunque el Nuevo Testamento nos informa que los sacrificios de animales y otros del período del Antiguo Testamento no eran efectivos para borrar el pecado, está claro que eran efectivos para permitir que una persona continuara en comunión con el pueblo de Dios. ¿Por qué será que eran eficaces en este sentido, aunque no poseían ningún poder intrínseco? ¿Qué nos enseña esto sobre el poder y la importancia de los rituales?
La idea de una expiación es fundamental en el Nuevo Testamento. ¿Por qué sería necesario que un ser inocente muriera para que uno culpable fuera rescatado de las consecuencias? ¿Cómo podría la muerte de esta Persona inocente lograr esta expiación? ¿Es estrictamente una transacción legal? Explica.
En la actualidad, Jesús nos representa ante Dios porque no somos capaces de enfrentarnos a Dios, y mucho menos de defendernos frente a él. ¿Sugiere esto que en algún momento futuro podremos comparecer ante Dios sin un Mediador? ¿Por qué? ¿Cuáles son las distintas posturas sobre esta idea? ¿Qué significaría estar ante Dios sin un Mediador?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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