Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "Descanso en Cristo"

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2021

Lección 10: "El descanso sabático"

Para el 4 de septiembre de 2021

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

 

Ir ArribaSábado 28 de agosto

Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 1:26, 27; 9:6; 2 Pedro 2:19; Romanos 6:1–7; Éxodo 19:6; Juan 5:7–16.

Para Memorizar: “Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis” (Lev. 23:3).

Escuchamos todo tipo de argumentos en contra de guardar el sábado, ¿verdad? Escuchamos de todo, desde que Jesús cambió el sábado al domingo, o que Jesús abolió el sábado, o que Pablo lo hizo, o que los apóstoles reemplazaron el sábado por el domingo en honor a la resurrección, entre otras cosas. En los últimos años, algunos de los argumentos se han vuelto más sofisticados. Estos afirman, por ejemplo, que Jesús es nuestro descanso sabático y, por lo tanto, no necesitamos santificar el sábado ni ningún otro día. Y, por supuesto, siempre existirá el argumento, por extraño que sea, de que al descansar el séptimo día, de alguna manera buscamos ganarnos el cielo.

Por otro lado, algunos cristianos se han interesado más por la idea del descanso, de un día de descanso, y aunque argumentan que el día es el domingo o que no importa, han recogido la noción bíblica del descanso y por qué es importante.

Por supuesto, como adventistas del séptimo día entendemos la perpetuidad de la Ley moral de Dios y que la obediencia al cuarto Mandamiento, tal como está escrito, no nos abre camino al cielo así como tampoco nos ganamos el cielo al obedecer el quinto, el sexto, el primero o cualquier otro Mandamiento.

Esta semana analizaremos con más detalle el descanso que Dios nos ha dado en el Mandamiento del sábado y por qué es importante.

 

Ir ArribaDomingo 29 de agosto: El sábado y la creación

De todos los Diez Mandamientos, solo el cuarto comienza con el verbo “Acuérdate”. No es: “Acuérdate, no robarás” o “Acuérdate, no codiciarás”. Solo hay un “Acuérdate del día de reposo...”.

La idea de recordar supone historia, supone que algo sucedió en el pasado que necesitamos recordar. Cuando recordamos, hacemos conexiones con el pasado, y “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” marca una relación directa hasta la misma semana de la Creación.

Lee Génesis 1:26 y 27; y 9:6. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de cuán especiales somos los seres humanos y cuán radicalmente diferentes somos del resto de la creación terrenal de Dios? Y también, ¿por qué es tan importante que comprendamos esta distinción?

Al recordar la creación, nos acordamos de que fuimos creados a imagen de Dios, algo que no se dice de las demás cosas descritas en el relato de la Creación. Es obvio que, como seres humanos, somos radicalmente diferentes de cualquier otra criatura del planeta, independientemente de cuánto ADN compartamos con otros animales. Y, contrariamente a la mitología popular, no somos simples simios con inteligencia superior ni versiones más evolucionadas de algún primate primitivo. Como seres humanos, hechos a imagen de Dios, somos únicos entre todo lo que Dios creó en este mundo.

La historia de la creación, ¿cómo nos recuerda nuestra relación con la creación? Génesis 2:15 y 19.

Entender que Dios también creó nuestro mundo nos recuerda nuestra responsabilidad con la creación. Debemos “señorear” sobre la creación. Ejercer dominio no significa explotarlo; debemos gobernar como regentes de Dios. Debemos interactuar con el mundo natural como lo haría Dios.

Sí, el pecado estropeó todo y lo echó a perder, pero esta Tierra continúa siendo creación de Dios y nada nos da derecho a explotarla; especialmente en detrimento de otros seres humanos, como ocurre tan a menudo..

Además de ser un monumento recordativo de Dios como Creador, ¿de qué manera la observancia del sábado puede ayudarnos a ser más conscientes de nuestra necesidad de ser buenos mayordomos del medio ambiente?

 

Ir ArribaLunes 30 de agosto: Celebrar la libertad

Como vimos antes, el sábado apunta a más que solo los días de la creación. La segunda vez que escuchamos los Diez Mandamientos, Moisés repasa los cuarenta años de Israel en el desierto. Esta vez, la frase que introduce la razón para santificar el sábado no tiene relación con la creación, sino más bien con la liberación de la esclavitud y la servidumbre en Egipto (Deut. 5:12-15).

Y aunque hoy no somos esclavos en Egipto, todos podemos enfrentar otro tipo de esclavitudes que, de alguna manera, pueden ser iguales de opresivas.

¿Qué otras formas de esclavitud enfrentamos hoy? Lee Génesis 4:7; Hebreos 12:1; y 2 Pedro 2:19.

El sábado es una celebración de la libertad de todas las cosas que nos mantienen esclavizados. En sábado, se nos recuerda que hay libertad del pecado, no por nuestras propias fuerzas, sino por el poder que Dios nos ofrece mediante la fe. También se nos recuerda que no nos ganamos esta libertad. Los primogénitos israelitas se salvaron por la sangre del cordero esparcida en los postes de las puertas la noche anterior a su éxodo de Egipto (Éxo. 12). Nosotros también somos salvos por la sangre del Cordero, y ahora debemos andar en la libertad que es nuestra en Cristo Jesús.

Lee Romanos 6:1 al 7. ¿Qué dice Pablo aquí que podemos relacionar con lo que se nos ha dado en el día de reposo?

En el mismo enunciado de Deuteronomio 5:15: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo”, se le vuelve a recordar al pueblo que fue la obra y el poder de Dios en favor de ellos lo que los salvó. ¿Cuánto más nosotros, como cristianos, debemos darnos cuenta de que es solo la obra y el poder de Cristo en nuestro favor lo que nos ha salvado del pecado?

Este Mandamiento nos dice que descansemos en la salvación que Dios obtuvo por nosotros con su brazo poderoso. Somos liberados de nuestros propios intentos de justificación al recordar que Dios es el Creador, y que podemos confiar en que él también nos re-creará y nos liberará, incluso ahora mismo, de la esclavitud del pecado, si estamos dispuestos a dejar que obre en nosotros.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la esclavitud del pecado? ¿Cómo podemos aprender a apropiarnos de las promesas que se nos han dado en Jesús de librarnos de esa esclavitud?

 

Ir ArribaMartes 31 de agosto: El forastero dentro de tus puertas

Lee Éxodo 19:6. ¿Qué nos dice este texto sobre el estatus del antiguo Israel? (Ver además 1 Ped. 2:9.)

Israel había sido llamado a salir de Egipto para ser el pueblo del pacto de Dios, la nación a través de la que, si hubieran permanecido fieles, el evangelio se habría esparcido por el mundo. Sin duda, fueron objeto del cuidado y la preocupación especiales de Dios, se les concedieron privilegios especiales, y al mismo tiempo, se les asignaron responsabilidades especiales.

Lee Éxodo 23:12. ¿Qué más pasa aquí? ¿Qué nos enseña este texto acerca de cómo Dios consideraba a los demás, aparte de los propios israelitas?

La universalidad del sábado es algo que muchas personas pasan por alto. Por supuesto, el error más común es que solo era para los judíos, un error expuesto en los dos primeros capítulos del Génesis. En definitiva, Dios creó a todas las personas, por tanto, todos deberían acordarse del día de reposo.

Aunque siempre debemos tener presente lo que el sábado representa para nosotros, también debemos recordar lo que debería decirnos sobre los demás. En cierto sentido, nuestro descanso y relación con nuestro Creador y Redentor nos llevará automáticamente a considerar a los demás con nuevos ojos, a verlos como seres creados por el mismo Dios que nos creó a nosotros, amados por el mismo Dios que nos ama y que murió tanto por ellos como por nosotros. Como hemos visto (Éxo. 20:10; Deut. 5:14), a los siervos, a los extranjeros, incluso a los animales se les debe dar un descanso sabático.

Dice mucho el hecho de que incluso los forasteros dentro de sus puertas, es decir, aquellos que (todavía) no participaban de las promesas del pacto dadas a Israel, debían disfrutar del descanso sabático. Nunca hay que explotar, abusar ni aprovecharse de los seres humanos, ni de los animales. Cada semana, el pueblo hebreo (y nosotros también) debía recordar de una manera poderosa cuánto tenemos en común con otras personas; e incluso si disfrutamos de bendiciones y privilegios que otros no disfrutan, debemos recordar que continuamos siendo parte de la misma familia humana y, por lo tanto, debemos tratar a los demás con respeto y dignidad.

Tu propia observancia del sábado, ¿cómo podría convertirse en una bendición para quienes no guardan el sábado? Es decir, ¿cómo puedes usar el sábado como testimonio para los demás?

 

Ir ArribaMiércoles 1 de septiembre: Servir a los demás es honrar el sábado de Dios

En el mundo del Nuevo Testamento, los dirigentes religiosos habían degradado la observancia del sábado a un buen “arte”. Establecieron decenas de prohibiciones y reglas para ayudar a guardar y santificar el día de reposo.

Esto incluía la prohibición de atar o desatar cualquier cosa, separar dos hilos, extinguir un incendio, transportar un objeto entre un ámbito privado y el dominio público, o transportar algo por más de una distancia específica en el ámbito público.

¿Qué acusación se presenta contra Jesús en Juan 5:7 al 16?

Los dirigentes ignoraron por completo el maravilloso milagro que Jesús había realizado y la liberación de la enfermedad que había otorgado a este hombre. Estaban obsesionados con que el hombre sanado cargara su cama en público en sábado. En lugar de ver cómo el “Señor [...] del día de reposo” (Mar. 2:28) utilizaba este día especial, los líderes estaban decididos a mantener sus propias normas y reglamentos. Debemos tener cuidado de no cometer errores similares a nuestro modo y en nuestro propio contexto.

¿Cómo describe Isaías 58:2 y 3 la agenda de Dios para la observancia del sábado?

Dios no quiere una adoración hueca o un silencio piadoso. Quiere ver a su pueblo comprometido con otras personas, especialmente con los oprimidos y los marginados.

Isaías aclara esto en Isaías 58:13 y 14: “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado” (Isa. 58:13, 14).

Buscar nuestra “voluntad” (Isa. 58:13, o nuestros “intereses personales”, como traduce la PDT) equivale a “profanar el sábado” (NVI). Las agendas humanas no son parte del ideal del sábado de Dios. Más bien, se nos invita a estar atentos a quienes atraviesan problemas, a los cautivos, a los hambrientos y desnudos, a los que andan en la oscuridad y cuyos nombres nadie parece recordar. Más que cualquier otro día de la semana, el sábado debería despojarnos de nosotros mismos y de nuestro egoísmo, y hacernos pensar más en los demás y en las necesidades de los demás que solo en nosotros mismos y nuestras necesidades.

 

Ir ArribaJueves 2 septiembre: La señal de que pertenecemos a Dios

Durante la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra esperaba una inminente invasión del ejército alemán. Se hicieron preparativos para defender la isla lo más posible. Se instalaron fortificaciones adicionales a lo largo de las playas. Las carreteras, por supuesto, ofrecerían al enemigo las rutas más rápidas hacia sus objetivos, y en consecuencia se instalaron bloqueos en puntos estratégicos. Entonces, las autoridades inglesas hicieron algo extraño. Para frenar y confundir al enemigo, se quitaron las señales de ferrocarril y se quitaron las señales de tráfico. Los marcadores grabados en piedra o en los edificios no se podían quitar, pero estaban cubiertos con cemento.

Las señales son importantes. Sirven como marcadores y guías. En la era anterior al GPS, todos teníamos mapas y buscábamos señales.

¿De qué cosa es señal el sábado? Lee Éxodo 31:13, 16 y 17. ¿De qué manera podemos aplicar lo que se dice aquí a nosotros mismos, hoy, siendo personas que creen en la perpetuidad de la Ley de Dios?

Aunque estas palabras fueron pronunciadas específicamente para el antiguo Israel, nosotros, que somos de Cristo, somos “linaje de Abraham” y “herederos según la promesa” (Gál. 3:29), y el día de reposo hoy continúa siendo una señal entre Dios y su pueblo. Éxodo 31 subraya que el sábado es una señal del pacto perpetuo (o eterno) de Dios (Éxo. 31:16, 17). Esta señal nos ayuda a “conocer” a nuestro Creador, nuestro Redentor y nuestro Santificador. Es como una bandera que se levanta cada siete días y funciona como algo que nos ayuda a recordar, ya que tendemos a olvidar.

El sábado de Dios es un recordatorio constante de nuestros orígenes, nuestra liberación, nuestro destino y nuestra responsabilidad para con los parias y marginados. De hecho, el día de reposo es tan importante que, en lugar de que nosotros vayamos a él, él sale a nuestro encuentro, todas las semanas y sin excepción, como un recordatorio perpetuo de quiénes somos, quién nos hizo, qué está haciendo y lo que finalmente hará por nosotros cuando haga un cielo nuevo y una Tierra Nueva.

Un Dios santo invita a sus colaboradores humanos del pacto a considerar el ritmo que gobierna lo que realmente cuenta: la relación salvífica entre el Creador y Redentor y su creación rebelde. Cada semana, y con la fuerza y la autoridad que vienen de Dios, se nos ordena entrar en el reposo que recibimos gratuitamente en Cristo Jesús, “el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz” (Heb. 12:2).

¿Cómo puedes aprender a tener una experiencia más profunda con Dios durante el sábado?

 

Ir ArribaViernes 3 de septiembre

Para Estudiar y Meditar:

“Durante toda la semana, debemos recordar el sábado y hacer preparativos para guardarlo según el Mandamiento. No solo debemos observar el sábado en forma legal” (TI 6:355).

“Todo el cielo observa el sábado, pero no de una manera desatenta y ociosa. En ese día, cada energía del alma debe despertarse; porque ¿no hemos de encontrarnos con Dios y con Cristo nuestro Salvador? Podemos contemplarlo por la fe. Él anhela refrescar y bendecir toda alma” (TI 6:362).

“Lo que se demanda a Dios en sábado es aun más grande que en los otros días. Su pueblo deja entonces su ocupación corriente, y dedica su tiempo a la meditación y el culto. Le piden más favores en sábado que en los demás días. Requieren su atención especial. Anhelan sus bendiciones más selectas. Dios no espera que haya transcurrido el sábado para otorgar lo que le han pedido. La obra del cielo no cesa nunca, y los hombres no debieran nunca descansar de hacer el bien. El sábado no está destinado a ser un período de inactividad inútil. La Ley prohíbe el trabajo secular en el día de reposo del Se ñor; debe cesar el trabajo con el cual nos ganamos la vida; en ese día no es lícita ninguna labor que tenga por fin el placer mundanal o el lucro; porque así como Dios abandonó su obra creadora y descansó el sábado y lo bendijo, el hombre debe dejar las ocupaciones de su vida diaria y consagrar esas horas sagradas al descanso sano, al culto y a las obras santas. La obra que hacía Cristo al sanar a los enfermos estaba en perfecta armonía con la Ley. Honraba el sábado” (DTG 177, 178).

Preguntas para Dialogar:

  1. El cuidado del medio ambiente se ha convertido en un debate político muy cargado en muchos países. ¿Cómo podemos nosotros, como adventistas, ser buenos mayordomos de la naturaleza sin asumir agendas políticas?

  2. El servicio comienza en la mente. ¿Cómo podemos fomentar la mentalidad de servir a quienes nos rodean (en nuestra familia, iglesia y comunidad) con más pasión? ¿En qué medida el sábado nos ofrece más oportunidades para poder hacer precisamente eso?

  3. Cada sábado nos recuerda que Dios creó a toda la humanidad. Nos ayuda a ver a los demás a través de los ojos de Dios. ¿Cómo debería ayudarnos el sábado a recordar que las diferencias raciales, étnicas, socioeconómicas y de género son irrelevantes cuando se habla de que Dios nos hizo a su imagen y de que somos objetos de su amor?

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