Lecciones para adultos: "En estos postreros días: El mensaje de Hebreos"
Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2022
Lección 11: "Jesús, el autor y consumador de la fe"
Para el 12 de marzo de 2022
Reseña | Comentario | Aplicación a la vida
Temática de la lección:
Si buscamos una definición bíblica de fe, no necesitamos mirar más allá de Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Todo el capítulo explica y ejemplifica lo que significa aferrarse a las promesas de Dios, a pesar de no tener evidencias visibles de nuestra fe. El capítulo de la fe se introduce con una cita de Habacuc 2:2 al 4. Habacuc le pregunta a Dios por qué no interviene, ya que los impíos estaban destruyendo a los justos (Hab. 1:13; 2:1). En respuesta, Dios le recuerda a Habacuc que habrá un lapso antes de que él actúe. Contrariamente a las apariencias, este lapso no constituye una demora por parte de Dios. Mientras tanto, el profeta necesita ejercer fe. La fe va de la mano de la perseverancia (Heb. 10:36-38). Los héroes de Hebreos 11 mostraron perseverancia y fe en lo invisible. Abraham creía que Dios podía resucitar a Isaac de entre los muertos (Heb. 11:19) porque Abraham estaba casi muerto cuando fue padre de Isaac (Heb. 11:12). Aunque estaba previsto que Moisés se convirtiera en el monarca del mayor imperio de la antigüedad desde el Diluvio, eligió el maltrato, el abuso y el sufrimiento junto con el pueblo de Dios, en lugar de los fugaces placeres palaciegos de los faraones. Moisés tomó esta decisión porque anhelaba la recompensa futura prometida por Dios (Heb. 11:25, 26). La audiencia de Hebreos podía identificarse con Moisés porque estaba pasando por circunstancias similares. Ellos también necesitaban anhelar la recompensa futura. El siguiente ejemplo, bastante notable, de Hebreos 11 es Rahab, una prostituta gentil. Aunque es gentil, se entera del accionar de Dios, cree en él y actúa de acuerdo con sus creencias cuando esconde a los espías hebreos (Jos. 2:8-11). Asimismo, la audiencia de Hebreos no ve a Jesús, pero está llamada a creer y a actuar con fe en respuesta a la palabra de Dios.
Creatio ex Nihilo (latín para creación de la nada)
Esta frase representa la postura de que Dios creó el universo de la nada. Uno de los textos clásicos para apoyar una creatio ex nihilo es Hebreos 11:3: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. Este pasaje se puede interpretar de esa manera. Sin embargo, veremos una interpretación alternativa de este texto.
Después de la definición de fe en Hebreos 11:1, Pablo pasa a los personajes de la antigüedad que fueron elogiados por su fe (Heb. 11:2). El catálogo de fieles no comienza con Abel, sorprendentemente, sino con “nosotros” (es decir, “nosotros”, la audiencia) y Pablo, el autor. “Por la fe entendemos” (Heb. 11:3) expresa una perspectiva intelectual de una realidad de fe. Entendemos que el universo (literalmente, los mundos) fue creado por la Palabra de Dios. La creación divina solo se puede captar mediante la fe, afirma Pablo. Además, lo que es visible no se hizo a partir de cosas que son visibles. En otras palabras, el mundo de la Creación es visible, pero su origen no. Su origen se comprende intelectualmente solo por la fe.
¿Cuál es este origen invisible? ¿Es ex nihilo, “de la nada”, que Dios creó los mundos visibles? El texto dice: “Lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Heb. 11:3), lo que significa que las cosas que no son visibles no son necesariamente inexistentes. Por ejemplo, el hecho de que no veamos el viento no significa que el viento no exista. ¿Podría ser que las cosas invisibles de las que se hicieron los mundos visibles sean una referencia a la “palabra de Dios” hablada? Si es así, esta es una clara alusión al relato de la Creación en Génesis 1, donde la Palabra de Dios es la fuente de la Creación (“Y dijo Dios” se repite en Génesis 1:3, 6, 9, 11, 14, 20, 24, 26). En otras palabras, el mundo sensorial procede de un poder que permanece inaccesible para nuestros sentidos: la poderosa Palabra creadora de Dios. Si esto es cierto, surge una mejor explicación del versículo 3.
En lugar de referirse a la creación ex nihilo, Pablo usa una estructura paralela para subrayar la invisibilidad de la Palabra hablada de Dios. Fíjate en los tres conjuntos de ideas correspondientes e interrelacionadas en Hebreos 11:3:
“el universo” (3a) A’ “lo que se ve” (3b)
“haber sido constituido” (3a) B’ “fue hecho” (3b)
“la palabra de Dios” (3a) C’ “lo que no se veía” (3b)
O para escribir la estructura de otra manera: [A] Por fe entendemos que el universo [B] haber sido constituido [C] por la palabra de Dios; [A’] de modo que lo que se ve [B'] fue hecho [C’] de lo que no se veía (Heb. 11:3). Por lo tanto, vemos que la palabra hablada invisible de Dios crea mundos visibles. Esta interpretación del versículo corrobora la preocupación de Pablo de que su audiencia oriente su vida hacia las cosas que no se ven, pero que se esperan. “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1). En síntesis, podemos decir que la palabra invisible de Dios produce mundos visibles y nuestro universo. Esto no significa que Dios no creó, ni que no pudo crear ex nihilo, sino solo que este pasaje, al parecer, dice algo más.
Preguntas para reflexionar: Por la fe, tanto nosotros como Pablo y la audiencia de Hebreos entendemos que Dios creó los mundos mediante su palabra poderosa pero invisible.
¿Qué crees que motivó a Noé a construir un arca a pesar de que no hubo diluvios previos, ni siquiera lluvia?
¿Qué crees que motivó a Abraham a partir hacia un país que no había visto ni explorado anteriormente?
¿Qué crees que motivó a Moisés a cambiar una vida “prestigiosa” en el palacio de Egipto por una vida “miserable” con la generación del Éxodo?
Esaú no halló arrepentimiento aunque lo procuró con lágrimas
Hebreos 12:17 dice de Esaú: “Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas”. Este versículo, como otros en Hebreos (Heb. 6:4-6; 10:26-29), parece hablar a favor de un posible arrepentimiento. (En la Lección 7 encontrarás un análisis de Heb. 6:4-6: “La imposibilidad del arrepentimiento”). Dios, ¿realmente rechazó a Esaú?
Hebreos 12 habla de correr la carrera en la que Cristo es nuestro ejemplo de resistencia. La resistencia llega a través de la disciplina, y la disciplina fortalece las manos débiles y las rodillas débiles. Además, Pablo exhorta a su audiencia a buscar la paz, y la santidad, “sin la cual nadie verá al Señor” (Heb. 12:14). A todo cristiano se lo exhorta a vivir en paz y a mantenerse en armonía con los demás, en la medida de lo posible (Rom. 12:18). No solo la paz, sino también la santidad es un atributo esencial que los cristianos deben buscar. ¿Cuál es el objetivo de la disciplina que Dios inflige sobre sus hijos? Él quiere que participen de su santidad (Heb. 12:10). La ausencia de santidad y paz equivale a la imposibilidad de ver al Señor. La ausencia de santidad se ilustra en la vida de la persona sexualmente inmoral (griego: pornos) y en la impiedad de Esaú (Heb. 12:16). Pablo comenta que Esaú despreció la primogenitura (Gén. 25:29-34) y perdió la bendición del primogénito (Gén. 27:1-40). Con este contexto en mente, abordaremos la pregunta: ¿No halló Esaú lugar para el arrepentimiento, aunque lo buscó diligentemente con lágrimas?
La BJ, DHH, NTV, RVA-2015 dan la impresión de que Esaú no encontró arrepentimiento a pesar de que “lo buscó/procuró con lágrimas”. Además, estas versiones recalcan la idea de que Esaú deseaba el arrepentimiento pero, por alguna razón, Dios le negó esta oportunidad. Para resolver el problema, necesitamos hacernos la siguiente pregunta: ¿A qué se refiere el pronombre “la” en la frase “la procuró con lágrimas” (RVR1960)? Su antecedente, ¿es “oportunidad para el arrepentimiento” o “bendición”? En griego, el pronombre es femenino: “la”.
Por lo tanto, el antecedente de “la” debe ser también un sustantivo femenino. En la traducción al español, el sustantivo más cercano en la proximidad de “la” es “oportunidad”: esta proximidad es la razón de la confusión. En griego, tanto “arrepentimiento” como “bendición” son sustantivos femeninos. Sin embargo, el sustantivo “arrepentimiento” es parte de un modismo fijo y va junto con “lugar/oportunidad”, razón por la que la frase en cuestión se traduce como “oportunidad para el arrepentimiento”. Entonces, si Esaú no encontró una “oportunidad para el arrepentimiento”, ¿qué buscó entonces con lágrimas? Debido a que el sustantivo “lugar/oportunidad” es un sustantivo masculino, el pronombre femenino “la” no puede referirse al sustantivo masculino “oportunidad”. Por lo tanto, la única opción que queda es el sustantivo “bendición”, ubicado un poco antes. Esaú no pudo encontrar oportunidad de arrepentirse, aunque buscó la bendición con lágrimas. Algunas traducciones, como la RVC, captan la gramática griega correctamente al traducir el versículo: “Ya ustedes saben que después, aunque deseaba heredar la bendición, fue rechazado y no tuvo ya la oportunidad de arrepentirse, aun cuando con lágrimas buscó la bendición” (Heb. 12:17).
Esa traducción también concuerda con la narración de Génesis 27:34 al 38. La narración nos dice que Jacob engañó a su padre fingiendo ser Esaú. Cuando Esaú vino a su padre con la sabrosa comida, Isaac se sorprendió porque pensó que acababa de bendecir a su hijo primogénito Esaú. Una vez que se dio cuenta de que había sido engañado por su hijo Jacob, “se estremeció Isaac grandemente” (Gén. 27:33). Esaú, por otro lado, al darse cuenta de que la bendición ya se había entregado, “clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío” (Gén. 27:34). Después del diálogo con su padre, “alzó Esaú su voz, y lloró” (Gén. 27:38). En síntesis, podemos decir que Esaú no lloró por la oportunidad de arrepentirse por todas las cosas que hizo con su estilo de vida impío; más bien, lloró por la bendición perdida, que su hermano le robó. Eso es exactamente lo que Pablo quiere decir cuando dice: “no tuvo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró [la bendición] con lágrimas” (Heb. 12:17, RVR1960). Dios ofrece la oportunidad de arrepentirse a todo el que quiera arrepentirse (Rom. 2:4; 2 Cor. 7:9, 10; 2 Tim. 2:25; 2 Ped. 3:9).
A lo largo de su historia, nuestra iglesia ha sobrevivido a varias crisis. Durante el siglo XX, enfrentamos controversias sobre temas de inspiración, la función de Elena de White, la naturaleza de Cristo, la Deidad, la iglesia remanente, Creación versus evolución, y otras. Al parecer, en el siglo XXI estos temas y otros más vuelven a estar a la orden del día.
¿Cuáles serían las consecuencias si los adventistas del séptimo día cediéramos al sistema de creencias de la evolución o la evolución teísta? Analicen.
El relato bíblico de la Creación, ¿necesita una creación ex nihilo?
¿Por qué es importante consultar más de una traducción cuando nos topamos con un texto difícil?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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