Lecciones para adultos: "En estos postreros días: El mensaje de Hebreos"
Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2022
Lección 1: "La carta a los Hebreos y a nosotros"
Para el 1 de enero de 2022
Reseña | Comentario | Aplicación a la vida
Introducción:
Fue la iglesia cristiana primitiva la que inicialmente recibió y leyó el libro de Hebreos como una carta del apóstol Pablo. La autoría de Pablo se advierte por la inclusión de Hebreos entre las epístolas paulinas en los manuscritos griegos. En los manuscritos más antiguos que existen, que datan de alrededor de 200 d.C., Hebreos se ubica justo después de la Epístola de Pablo a los Romanos. En la actualidad encontramos a Hebreos justo antes de las epístolas generales del Nuevo Testamento: Santiago; 1 y 2 Pedro; 1, 2 y 3 Juan; y Judas.
El comienzo de Hebreos no sigue el protocolo habitual que se utiliza en la redacción de cartas (ver Heb. 1:1-3). De hecho, en el libro no se menciona el nombre de Pablo ni el de los destinatarios específicos; no hay saludos ni agradecimientos (comparar con Fil. 1:1-11). Sin embargo, Hebreos termina como una carta. Aquí, el autor, de quien Elena de White da fe de que es Pablo, da instrucciones pertinentes a su audiencia: “Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente” (Heb. 13:24). Para concluir, agrega deseos finales de despedida: “La gracia sea con todos vosotros” (Heb. 13:25). Por lo tanto, a la luz de las variaciones que hemos señalado, podemos decir que Hebreos es una epístola un tanto inusual.
Temática de la lección:
La lección de esta semana enfatiza tres cosas: el “género” de la epístola, su audiencia y los “postreros días” en los que viven los lectores.
El género de Hebreos
El estilo de Hebreos se ha identificado como una homilía o sermón cristiano. ¿Cuáles son las razones textuales para considerar que Hebreos es un sermón?
En primer lugar, Pablo define su obra como una “palabra de exhortación” (Heb. 13:22), más conocida como un discurso oral. Asimismo, durante su primer viaje misionero, Pablo y Bernabé asisten el sábado a la sinagoga de Antioquía en Pisidia. Los líderes de la sinagoga le preguntan a Pablo y a Bernabé si tienen “alguna palabra de exhortación para el pueblo” (Hech. 13:15). Pablo se pone de pie y pronuncia el sermón evangélico en la sinagoga registrado en Hechos 13:16 al 41.
En segundo lugar, el libro de Hebreos usa el pronombre plural en primera persona (nosotros/nos/nuestro) de una manera característica. Este estilo permite que el hablante se identifique con la audiencia al mismo tiempo que hace valer su autoridad.
En tercer lugar, hay varias referencias a hablar y oír, no a escribir y leer, que en los demás escritos definen la redacción de Pablo. Analiza los siguientes ejemplos: “... acerca del cual estamos hablando” (Heb. 2:5); “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír” (Heb. 5:11); “aunque hablamos así” (Heb. 6:9); “El punto principal de lo que venimos diciendo es que...” (Heb. 8:1); “¿Y qué más digo?” (Heb. 11:32; énfasis añadido).
En cuarto lugar, una hábil alternancia entre exposición y exhortación atraviesa Hebreos. Un orador del período grecorromano utilizaba esta modalidad para explicar claramente sus argumentos sin perder la atención del oyente. Este recurso oratorio nos ayuda a identificar fácilmente los patrones de alternancia en el libro de Hebreos. Por lo tanto, observamos que la exposición de Hebreos 1 apunta directamente a la exhortación de Hebreos 2:1 al 4. El argumento de Hebreos 2:5 al 18 inmediatamente se convierte en una aplicación en Hebreos 3:1. El debate de Hebreos 3:2 al 6 se concentra en la frase “por tanto”; la cual, a su vez, se encauza en la exhortación de Hebreos 3:7 al 13. Luego, la exposición de Hebreos 3:14 al 19 se aplica en Hebreos 4:1, mientras que la exposición de Hebreos 4:2 al 10 desemboca en la exposición de Hebreos 4:11 al 16, entre otros ejemplos. (Para un análisis más detallado sobre la alternancia entre exposición y exhortación en Hebreos, ver Donald A. Hagner, Encountering the Book of Hebrews: An Exposition, Encountering Biblical Studies [Grand Rapids, MI: Baker, 2002], p. 28).
En quinto lugar, la forma en que Pablo presenta los temas habla a favor de una forma oral de discurso, mediante el que se produce un efecto acumulativo. Estos temas se desarrollan totalmente más adelante. Por ejemplo, la comunión que Jesús tiene con los seres humanos mencionada en Hebreos 2:14 al 18, se hace temática en Hebreos 5:1 al 10. La fe de Jesús, descrita en Hebreos 3:1 al 6, se hace explícita en Hebreos 12:1 al 3. Su papel como Sumo Sacerdote (Heb. 4:14; Heb. 5:1-10) se desarrolla más cabalmente en Hebreos 7:1 a 9:28.
En síntesis, si vemos a Hebreos como una “palabra de exhortación”, entonces la conclusión parece ineludible: Hebreos se delineó, al menos originalmente, como un sermón. Otros elementos dentro de la carta que dan peso a esta conclusión son: (1) el uso distintivo del pronombre plural en primera persona, (2) las referencias a oír y hablar, (3) la alternancia entre exposición y exhortación, así como (4) la manera en que Pablo introduce los temas en forma sutil y luego los desarrolla.
Pregunta para reflexionar: ¿En qué otro lugar de la Biblia o del Nuevo Testamento se registran sermones, y cómo se comparan con Hebreos? ¿Qué elementos en común tienen estos sermones con Hebreos y en qué elementos difieren?
La audiencia de Hebreos
No se revela claramente la identidad exacta de la audiencia de Hebreos porque el libro no sigue el protocolo habitual que se utiliza en la redacción de cartas, por el que se habría mencionado a la audiencia. Lo que podemos decir con certeza del texto bíblico es que los destinatarios son cristianos. Esta conclusión parece ser clara en el llamado de Pablo a que se aferren a su profesión: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión” (Heb. 4:14; ver además Heb. 10:23). Está muy debatido si los destinatarios eran cristianos judíos, cristianos gentiles o una audiencia mixta. La epístola nunca menciona a judíos ni a cristianos. Tampoco menciona la circuncisión ni el templo (que no debe confundirse con el “santo”, traducido como santuario, ni con “tienda”, traducido como tabernáculo). Además, la epístola elude las referencias divisivas a judíos o gentiles. Estos hechos hablan a favor de una audiencia mixta. Por tanto, el título “a los Hebreos” es una antigua conjetura sobre los destinatarios. Independientemente de quiénes sean, el grupo importante al que deben pertenecer es el “pueblo de Dios” (Heb. 4:9).
La epístola va dirigida a una comunidad de cristianos que obviamente vivió al menos una experiencia en tres etapas.
La primera etapa se distinguió por la evangelización, llevada a cabo por los testigos presenciales de Cristo y quienes oyeron a estos (Heb. 2:3). Esta etapa estuvo acompañada por señales divinas, milagros y la distribución del Espíritu Santo (Heb. 2:4). Quienes se hicieron cristianos durante esta etapa fueron “iluminados”, “gustaron el don celestial”, “fueron hechos partícipes del Espíritu Santo” y “gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero” (Heb. 6:4, 5). Mediante esas experiencias, la comunidad desarrolló su identidad colectiva y se diferenció del mundo exterior.
La segunda etapa se caracterizó por la persecución desde fuera de la comunidad, mientras que las personas dentro de la comunidad se solidarizaban entre sí (Heb. 10:32, 33). La persecución se volvió terriblemente feroz; sin embargo, Pablo recuerda que la audiencia “sufri[ó] con gozo” “el despojo de [sus] bienes” (Heb. 10:34). Una persecución tan cruel durante un período prolongado pudo ocasionar fatiga, dudas y malestar.
Esta condición parece ser el problema en la tercera etapa. Por eso Pablo da un sermón tan apasionado. Quiere animar, exhortar y advertir a su audiencia. Les advierte para que “no p[ierdan] el rumbo” (Heb. 2:1, NVI), porque él desea que nadie se “apart[e] del Dios vivo” (Heb. 3:12) y que “ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”, como lo hizo la generación del Éxodo (Heb. 4:11). Pablo anima a su audiencia a progresar en lugar de retroceder. Sin embargo, se da cuenta de que los miembros de su audiencia tienen “necesidad de leche, y no de alimento sólido” (Heb. 5:12). Además, sus destinatarios están “dejando de congregar[se], como algunos tienen por costumbre” (Heb. 10:25). Pablo exhorta a su audiencia a no perder la confianza porque “tiene grande galardón” (Heb. 10:35).
En resumen, se puede concluir que la audiencia de Hebreos estaba compuesta por cristianos que pasaron por las etapas de evangelización fervorosa, luego la de persecución feroz, y finalmente, estaban tan fatigados y desanimados que Pablo temió por su salvación eterna. El propósito de Pablo al pronunciar su enérgico sermón es abordar esa experiencia de agotamiento y desánimo espiritual.
Preguntas para reflexionar: Piensa en el ciclo de vida de tu iglesia. Analiza dónde se encuentra en su experiencia con Dios en comparación con la audiencia de Hebreos. ¿Estarías dispuesto a sufrir hasta el punto de aceptar con gozo el saqueo de tus posesiones? Cristo observó que la iglesia de Éfeso había perdido su primer amor (Apoc. 2:4). Se podría hacer una observación similar respecto de la audiencia de Hebreos, cuyo entusiasmo espiritual fue disminuyendo a medida que su sufrimiento se intensificaba y crecía. ¿Cuáles son las consecuencias de esa pérdida?
“Estos postreros días”
El discurso final y decisivo de Dios a la humanidad llega a través de Jesús, el Hijo, “en estos postreros días” (Heb. 1: 1, 2). Estos “postreros días” comienzan con la encarnación de Cristo y terminarán con su segunda venida, cuando sus enemigos serán convertidos en “estrado” de sus pies (Heb. 1:13). Dios no solo habló a través de las palabras de Jesús “en estos postreros días”, sino también a través de sus acciones, especialmente su muerte, resurrección y exaltación. Es por eso que “es necesario que [tanto la audiencia de Hebreos como nosotros] con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos” (Heb. 2:1).
Pregunta para reflexionar: “Es preciso, por tanto, que tomemos en serio el mensaje recibido, si no queremos navegar a la deriva”. ¿Qué transmite esta metáfora náutica de Hebreos 2:1 de “navegar a la deriva” que se encuentra en la Biblia La Palabra?
Cuando Beethoven tenía cinco años, tocaba el violín bajo la tutela de su padre. A los trece años, era concertista. A los veinte años, estudió con músicos de renombre, como Haydn y Mozart. Como Beethoven desarrolló sus habilidades, llegó a ser un compositor prolífico. Su entusiasmo por la música hizo realidad varias sinfonías majestuosas, unos cuantos conciertos para piano y numerosas piezas de música de cámara. Su amor por la música lo impulsó cada vez más a sus logros musicales. Sin embargo, Beethoven no era ajeno a las dificultades. Cuando todavía no había cumplido treinta años, comenzó a perder la audición. Después de los cincuenta, Beethoven quedó totalmente sordo. ¡Imagínate lo que eso significó para él como músico!
Ponte en el lugar de la audiencia de Hebreos. En el apogeo de su entusiasmo cristiano, ocurre un desastre inesperado. Entonces, ¿cómo responderías tú al sermón de Hebreos?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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