Guías o lecciones de la Escuela Sabática para el Estudio de la Biblia

Lecciones para adultos: "El Génesis"

Edición para maestros. Segundo trimestre (abril-junio) de 2022

Lección 9: "Jacob el suplantador"

Para el 28 de mayo de 2022

 

Reseña | Comentario | Aplicación a la vida

 

Ir ArribaRESEÑA

Texto Clave: Génesis 27:36.

Enfoque del estudio: Génesis 25-30; 11:1-9.

Introducción:

Jacob sucede a Isaac como el siguiente eslabón en la cadena genealógica que transmite la simiente mesiánica. Mientras que sus predecesores, Abraham e Isaac, engendraron dos ramas genealógicas, de las que solo una se mantuvo en la línea del pacto, Jacob es el primer patriarca que procrea el linaje único del pacto, las doce tribus del pueblo de Israel.

La vida de Jacob está plagada de peleas y dificultades. En este segmento, seguiremos las luchas de Jacob desde el momento de su nacimiento hasta el momento de su exilio en Mesopotamia. El temperamento y el destino de Jacob ya se manifiestan en el vientre de su madre, donde lucha con su hermano por la supremacía. Jacob sale de su madre con la mano en el talón del hermano. Posteriormente, engañará a su hermano con un plato de lentejas para obtener la preeminencia, y le robará la bendición de la primogenitura. Como consecuencia, Jacob debe huir a la casa de su tío en Padan Aram para escapar de la ira de su hermano. En el exilio, el tío engaña al mismísimo Jacob y, como resultado, Jacob se verá obligado a trabajar para él durante más años de los que esperaba. Por otro lado, Dios está con Jacob y orquesta los eventos en su favor. Dios se revela en un sueño que tranquiliza al angustiado Jacob. La historia de Jacob termina con el nacimiento de sus doce hijos, que serán los antepasados ​​del pueblo de Dios.

 

Ir Arriba COMENTARIO

Mellizos contrapuestos

El contraste entre los hermanos mellizos Jacob y Esaú se presenta desde el principio, lo que simbolizaba sus respectivos destinos. Al primer hijo, Esaú, se lo describe por su apariencia; es pelirrojo y velludo. Al otro hijo, Jacob, se lo describe por su accionar: ase el talón (‘aqev) de su hermano; de ahí el nombre de Ia‘aqov (Jacob), que anticipa el acto futuro de Jacob de suplantar a su hermano (Gén. 27:36). Más adelante, cuando Esaú se da cuenta de que Jacob le había robado la bendición de la primogenitura, juega con el nombre Jacob (Ia‘aqov) para quejarse de que esta es la segunda vez que Jacob le “agarra el talón” (Gén. 27:36). Atacar el talón también connota engaño y agresión fatal (Gén. 3:15; 49:17). Así, los dos nombres de los hermanos contienen profecías, que revelan sus respectivos destinos futuros.

El contraste entre los dos hermanos se cumple de inmediato en su comportamiento y decisiones. Al igual que Ismael (Gén. 21:20), Esaú es un hábil cazador, un hombre al que le encanta estar al aire libre en los campos abiertos, mientras que Jacob es un hombre apacible que prefiere quedarse en casa. El padre ama a Esaú, mientras que la madre ama a Jacob (Gén. 25:28). La naturaleza espiritual y sensible de Jacob contrasta con la naturaleza resistente y física de Esaú. La palabra hebrea tam (traducida como “tranquilo”, NVI), que califica a Jacob, es la misma palabra que caracteriza a Job (Job 8:20) y a Noé (Gén. 6:9) que se traduce como “perfecto”. Asimismo, el verbo iashav (traducido como “habitaba”), que significa “sentarse”, sugiere el temperamento tranquilo y meditativo de Jacob (comparar con Sal. 84:4; 91:1). Esta información sobre sus caracteres anticipa el episodio de la comida, lo que determinará sus respectivas prioridades (Gén. 25:29-31). Jacob se ha planteado la importancia espiritual de la primogenitura que desea obtener con tanta pasión; Esaú, al contrario, no se preocupa por las cosas más allá de la vida actual y no le interesa lo que podría suceder después de su muerte. A diferencia de Esaú, quien se centra en el presente, Jacob se enfoca en el futuro y es especialmente sensible a los valores espirituales; sin embargo, está tan ansioso por obtener la primogenitura en ese preciso momento que utiliza medios materiales para ese propósito. Irónicamente, Jacob tiene suficiente fe para “ver” los valores espirituales y el beneficio futuro de una primogenitura, pero no tiene suficiente fe para confiar en Dios (comparar con Gén. 27:41–45). Antes de la institución del sacerdocio, la primogenitura “no solo abarcaba la herencia de las riquezas terrenales, sino también la preeminencia espiritual. El que la recib&icacute;a deb&icacute;a ser el sacerdote de la familia” (PP 176). La petición de Esaú (Gén. 25:30) sugiere que, para él, la primogenitura no tenía ninguna importancia espiritual; solo le preocupaba la gratificación inmediata. Por lo tanto, despreció su primogenitura (Gén. 25:32, 34; comparar con Heb. 12:16, 17).

Betel y Babel

La frase “puerta del cielo”, que aparece solo aquí (Gén. 28:17) en toda la Biblia hebrea, recuerda el nombre “Bab-El” (“puerta de Dios”) y, por ende, la vana empresa de los hombres de Babel, que nunca llegaron a la “puerta del cielo”. La frase “puerta del cielo” es paralela a la frase “casa de Dios”, que se refiere a “aquel lugar” que es “la piedra” (Gén. 28:18, 19); este lugar, a su vez, es el lugar terrenal de la “escalera” (Gén. 28:12) del sueño de Jacob. Por lo tanto, como la contraparte celestial de la “casa de Dios” terrenal, la “puerta del cielo” apunta a la morada celestial o al Santuario del Templo.

La lección de Betel es que existe una conexión entre el cielo y la Tierra, y que esta conexión es la escalera de Jacob, que es Dios mismo. Por eso, Jacob toma una de las piedras que había colocado alrededor (o debajo) de su cabeza, una piedra que guardaba relación con su extraordinario sueño, y “la levantó como un pilar” (RVC). La palabra hebrea para “pilar”, matsevá, “de pie” (DHH), que se refiere a la piedra vertical, recuerda las palabras mutsav y nitsav, que designan, respectivamente, la escalera que “se eleva” y el Dios “de pie” (traducción del autor). Jacob unge la piedra para representar que la consagró como monumento, y así transmitir una lección espiritual. Esta piedra recuerda las lecciones de la escalera de Jacob, la conexión cielo-Tierra. En contraste con el nombre de Babel, que recuerda el vano intento de los hombres que nunca llegaron a la puerta de Dios, Betel asegura que estamos en la “casa de Dios”. Los hombres de Bab-El albergaban la ambición de alcanzar y penetrar el lugar de Dios para ocupar el lugar de Dios. La lección de Betel es que el acceso a Dios solo se puede lograr mediante el don de Dios, mediante su gracia y encarnación, mediante la escalera de Jesucristo (Juan 1:51).

La religión de Jacob. Evidentemente, es en esta piedra, el lugar donde se encuentra la escalera (Gén. 28:22), donde Jacob encuentra su religiosidad. Jacob identifica esta piedra como la “casa de Dios” (Gén. 28:22). La piedra significa la seguridad de la conexión entre el cielo y la Tierra (Gén. 28:12). Jacob se compromete a construir un lugar de adoración, un Santuario que dé testimonio de esta verdad. Su voto es una respuesta a la protección de Dios en el viaje de regreso de Jacob a la Tierra Prometida. Jacob también se compromete a dar el diezmo en respuesta al regalo de Dios de abrigo y alimento. La religión de Jacob, su adoración y su fidelidad se describen así como una respuesta a los actos de gracia de Dios, y no como un medio para obtener los favores de Dios. Debido a que Dios es el Dios personal de Jacob, debido a que el Dios celestial ha descendido y se ha conectado con la Tierra, Jacob responde mediante la adoración. Como Dios es el Dios que se preocupa por las necesidades físicas de Jacob y las atiende, y como Dios es la fuente de todo lo que tiene (Gén. 28:22), el patriarca responde con la promesa de entregar el diezmo a Dios. El texto bíblico no indica que Jacob haya cumplido sus dos votos con respecto al Santuario y al diezmo. El libro de Génesis solo registra la parte del pacto que le tocaba a Dios. Jacob reconocerá la parte de Dios cuando se refiera a su experiencia de la protección de Dios (Gén. 35:3; comparar con Gén. 46:3, 4). Más adelante, la construcción del Santuario por parte de Israel, la señal de adoración del Dios del cielo y la institución del diezmo, la señal de reconocimiento del Dios de la Tierra, sugieren que Jacob también cumplió sus votos.

La bendición de Jacob. Cuando Jacob propone el trato de apartar todas las ovejas manchadas y salpicadas (Gén. 30:32) como su salario, Labán acepta inmediatamente (Gén. 30:34). Para alcanzar su meta, Jacob usa álamos, avellanos y castaños (Gén. 30:37). Este sistema no es accidental, ya que estos tres árboles contienen sustancias químicas que tienen diversos beneficios para la salud. Debido a que los animales híbridos son naturalmente más fuertes que otras razas, al elegir los más fuertes (Gén. 30:41) de acuerdo con la visión divina, Jacob selecciona los carneros que ya tienen los genes recesivos. Con este método, Jacob puede producir un gran rebaño compuesto de ovejas y cabras fuertes y multicolores. El método de Jacob puede parecer una magia supersticiosa; sin embargo, el texto bíblico nos informa que Jacob procedió bajo la dirección divina (Gén. 31:11, 12). Además, los estudios científicos indican que el método de Jacob podría haber sido consistente con la ley de la genética moderna. Finalmente, Jacob llegó a ser “muy rico” (Gén. 30:43, RVC). Esta expresión recuerda la descripción que hace sobre la riqueza de Labán (Gén. 30:30). Esta repetición entre estas dos evaluaciones de la riqueza de Jacob y Labán sugiere que el patriarca ahora se ha vuelto más rico que Labán, y que adquirió su prosperidad a partir de la prosperidad de Labán, que fue el resultado de la bendición de Dios en su favor (Gén. 30:27).

 

Ir Arriba APLICACIÓN A LA VIDA

Mellizos contrapuestos. Se sugieren dos mentalidades a causa del contraste entre Jacob y Esaú. Analicen con la clase las dos psicologías y las dos formas de vida que están implícitas en estos dos personajes bíblicos. ¿Por qué la clase de gente que Jacob representa es la que agrada a Dios? Todos los valores de Esaú (placer por la buena comida, el deporte, la fuerza, el amor de su padre), ¿son menos valiosos que los que estimaba Jacob (meditación interior, afabilidad, el amor de su madre)?

Betel y Babel. Lean Génesis 11:1 al 9; y 28:10 al 22. Comparen las dos formas de acercarse a Dios. ¿Cuál es la diferencia entre Betel, “casa de Dios”, que implica estar en la casa de Dios, y Babel, “puerta de Dios”, que implica estar a la puerta de Dios? ¿Dónde sitúan a nuestra civilización y por qué?

La religión de Jacob. ¿Cuál es nuestra motivación al devolver el diezmo? ¿Por qué guardamos los Mandamientos de Dios? ¿Cómo vinculamos nuestra obediencia a Dios con nuestra relación con él? Supongamos que perdieran el trabajo debido a su fidelidad al Mandamiento del sábado, ¿cómo se las arreglarían para dar el diezmo?

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