Los que están familiarizados con los escritos de Elena G. de White, y han venido atesorando los libros de su pluma empleados en los cultos matutinos, darán la bienvenida a este nuevo libro emanado de la misma rica fuente.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciarlo, y no lo estimamos. Isaías 53:3
Cuán pocos son los que tienen un concepto de la angustia que desgarró el corazón del Hijo de Dios durante sus treinta años de vida en la tierra. La senda desde el pesebre al Calvario fue ensombrecida por el dolor y la pena. Fue el varón de dolores y soportó tal quebrantamiento de corazón que ningún lenguaje humano puede describir. Podría haber dicho en verdad: "Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido" (Lamentaciones 1: 12). Su sufrimiento fue la más profunda angustia del alma; ¿y qué hombre pudo haber simpatizado con la angustia de, alma del Hijo del Dios infinito? Odiaba al pecado con perfecto odio, y sin embargo atrajo sobre su alma los pecados de todo el mundo al recorrer la senda del Calvario, sufriendo el castigo de los transgresores. Sin culpa, llevó el castigo de los culpables; inocente, sin embargo se ofreció a sí mismo para llevar el castigo de las transgresiones de la ley de Dios. El castigo de los pecados de cada alma fue llevado por el Hijo del Dios infinito. La culpabilidad de cada pecado hizo sentir su peso sobre el alma divina del Redentor del mundo. El que no conoció pecado se hizo pecado por nosotros para que pudiéramos ser hechos justicia de Dios en él. Al tomar la naturaleza humana, se colocó a sí mismo donde fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados, a fin de que por su llaga pudiéramos ser curados.
En su humanidad, Cristo fue probado por tentaciones tanto más grandes, y con mayor energía persistente de lo que es probado el hombre por el maligno, así como su naturaleza es superior a la del hombre... Las malas obras, los malos pensamientos, las malas palabras de cada hijo e hija de Adán oprimieron su alma divina (Review and Herald, 20-12-1892).
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Gálatas 4:7.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Requisitos para la ciudadanía celestial basada en Apocalipsis 22:14.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura La grandeza de la humildad basada en Lucas 9:24.
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