Lecciones para adultos: "La Epístola de Santiago"
Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2014
Lección 10: "¡Llorad y aullad!"
Para el 6 de diciembre de 2014
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El sábado enseñaré...
Saber que el resultado de apartarse del pecado es una vida transformada.
Sentir dolor por sus pecados con arrepentimiento sincero.
Hacer: Demostrar, mediante una distribución generosa de sus medios, su convicción de que toda la riqueza proviene de Dios.
Saber: Arrepentimiento verdadero
¿Por qué pide Santiago que los ricos sientan dolor, y por qué razones?
Define el arrepentimiento y la tristeza según Dios, de acuerdo con la Escritura.
Sentir: ¡Llorad y aullad!
¿Cómo puede la tristeza según Dios llevar al arrepentimiento?
¿Por qué no hay un cambio verdadero en la vida si no se experimenta una tristeza sincera por el pecado y un posterior apartarse de él?
Hacer: Almacenar riqueza para el día de la matanza
¿Cómo podemos mostrar, mediante la administración de nuestros recursos, la creencia de que todo lo que poseemos proviene de Dios?
¿Qué puedes hacer para demostrar a otros la futilidad de confiar en las riquezas?
No puede haber una reforma verdadera sin un arrepentimiento genuino.
Pasaje destacado: Santiago 5:1-6.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: No puede haber una reforma sin un arrepentimiento genuino.
Solo para los maestros: Ayuda a los miembros de tu clase a comprender que una vida transformada es el resultado de apartarse del pecado.
Actividad: Lee en tantas traducciones como sea posible, la orden de Santiago de llorar en voz alta y aullar (Sant. 5:1). Todas esas expresiones son exhibiciones públicas, visuales y auditivas, de dolor. Analiza las formas en que una persona llora una muerte, en tu sociedad. ¿Cómo se actúa en forma audible y visible como medio de recordar una pérdida?
Comparte tus experiencias de duelos y de dolores, sea por la pérdida de un ser amado u otra pérdida, incluyendo los modos de expresarlo tanto en forma visible como audible.
Considera: ¿Cómo el experimentar el dolor ayuda a comprender la orden de Santiago de llorar por el pecado? ¿Por qué es necesario llorar por el pecado? Toma tiempo en oración silenciosa, para condolerte por el sufrimiento que tus pecados causaron a otros y a Jesús. ¿Cómo este duelo te acerca a Dios?
Solo para los maestros: Ayuda a los miembros de tu clase a comprender la necesidad del verdadero arrepentimiento y su significado, y la futilidad de confiar en la riqueza.
Comentario de la Biblia
I. Llorar y lamentarse en voz alta
(Repasa, con tu clase, Santiago 5:1-6.)
Santiago invita a los ricos a que “lloren a gritos por las calamidades que se les vienen encima” (Sant. 5:1, NVI). ¿Cuál es el propósito del mandato de Santiago de ocuparse de tales demostraciones ostentosas de dolor? ¿No habría sido más beneficioso espiritualmente –sin mencionar material y civilizadamente− para toda la sociedad, si en lugar de eso les hubiera pedido a los ricos que repaguen cuatro veces lo que habían tomado fraudulentamente, como lo hizo voluntariamente el publicano Zaqueo después de la visita transformadora de Jesús a su casa? ¿No es la restauración y la reforma el fruto necesario de la gracia en una vida transformada,y el resultado definitivo de su propósito?
A esta pregunta, Santiago sin duda respondería que sí. Al mismo tiempo, reconocería igualmente que así como una reforma es el resultado de la gracia, no puede haber reforma sin arrepentimiento. La expresión “vamos ahora, ricos” parecería implicar una designación espiritual así como una material, o sea, la de ser ricos en bienes materiales pero empobrecido espiritualmente. Juan alude a este grupo de personas en el Apocalipsis, en su mensaje a los laodicenses: “Pues tú dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que no te hace falta nada; y no te das cuenta de que eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (3:17, DHH). Sin la paciente aceptación del mandato de Santiago de dolerse, la panacea que sugiere Juan no puede sanar a la persona: “Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado en el fuego, para que seas realmente rico; y que de mí compres ropa blanca para vestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y una medicina para que te la pongas en los ojos y veas” (vers. 18, DHH).
El dolor, la tristeza verdadera por el pecado, es la moneda que sirve para esta transacción. En tiempos bíblicos los lamentos eran expresiones de dolor por quienes morían. Santiago está pidiendo a los ricos que lamenten sus propias muertes mientras todavía están viviendo; o sea, mientras todavía tienen la posibilidad de arrepentirse. Santiago deja en claro que las vestimentas literales de los ricos fueron “comidas por polillas” (Sant. 5:2), sugiriendo que son inadecuadas espiritualmente para cubrirlos y que sus actos de corrupción los ven claramente los demás. Lo que necesitan es colirio para los ojos –discernimiento espiritual que da el Espíritu Santo−, dice Juan, para verse realmente como son, y el oro viviente –la fe− para comprar lo que gratuitamente se les ofrece: las imperecederas riquezas de la misericordia de Dios de modo que puedan ser ricos hacia otros, y almacenar riquezas en el cielo.
Considera: ¿Por qué les pide Santiago a los ricos que lloren y aúllen? ¿Cuál es el propósito de esa manifestación de dolor? ¿Cómo la “tristeza que es según Dios”, como dice la Biblia (2 Cor. 7:10), guía al arrepentimiento?
II. En un día de matanza
(Repasa, con tu clase, Sant. 5:2-6.)
Santiago sigue su mandato de lamentarse con dos listas de juicios contra los ricos. La primera lista (vers. 2, 3) pronuncia castigos sobre la riqueza acumulada misma, detallando exactamente cómo ha sido maldecida. La segunda lista (vers. 4-6) detalla los crímenes reales que los ricos cometieron y que le trajeron las maldiciones sobre lo que amasaron. Consideremos cada lista para entender más plenamente las implicaciones espirituales para nuestras propias vidas acerca de la futilidad de confiar en las riquezas, y el precio terrible que pagan, no solo los ricos, sino también el costo para la sociedad por la riqueza obtenida a expensas de los demás.
La riqueza se mide por lo que uno posee. Los ricos a los que se refiere Santiago, no son sencillamente los que tienen muchos bienes. Tienen más que suficiente mientras que aquellos a los que extorsionan no poseen nada. Su abundante riqueza se manifiesta de tres maneras: 1) sus [muchas] ropas, 2) su “oro y plata” y 3) los “tesoros” que Santiago no especifica (vers. 3); lo que hoy llamaríamos bienes como casas, tierras, colecciones de arte, joyas, acciones y bonos, etc. Estos tesoros –la ropa costosa, oro, plata, y los otros bienes valiosos− como dice Santiago, fueron “amontonando riquezas, y ¡eso que estamos en los últimos días!” (vers. 3, NVI). Un montón denota una pila muy grande de cualquier cosa.
Sugiere una superabundancia, e implica codicia y avaricia. Lo que más perturba es la frase “para los últimos días”, “eso que estamos en los últimos días”, lo que sugiere que hay una intención o acción de parte de los ricos de escoger la búsqueda de acumular riqueza en los últimos días de la historia de la tierra, en lugar de tener consideraciones espirituales. Implícito es el razonamiento usado para justificar esta búsqueda: hacerlo para la causa de Dios.
Pero en su segunda lista, Santiago descubre que lo que ellos están haciendo no es para Dios sino en lugar de Dios. “Oigan” dice él en el versículo 4 (NVI). Está pidiendo que escuchen, o sea que Santiago implica que la evidencia de su falsedad es claramente visible. “Oigan cómo claman contra ustedes el salario no pagado a los obreros que les trabajaron sus campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor Todopoderoso. Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que han hecho es engordar para el día de la matanza. Han condenado y matado al justo sin que él les ofreciera resistencia” (Sant. 5:4-6, NVI).
Santiago advierte que la búsqueda de riquezas por el bien de las riquezas solo conduce a 1) la extorsión, 2) la indulgencia propia, 3) la gratificación propia, 4) la glotonería material, 5) la injusticia, y 6) el homicidio. No solo estas transgresiones son claramente visibles; es posible que sean visibles porque los ricos las hacen abiertamente sin temor de represalias. Sus actos no solo los ve la humanidad, también los ve Dios. Jesús una vez preguntó: “¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mat. 16:26). El mundo con demasiada frecuencia muestra cuán poco valor le da a un alma. Santiago ruega que el mundo lamente, se conduela “por las miserias” (Sant. 5:1) con “la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento (2 Cor. 7:10) para evitar los juicios del “día de matanza” (Sant. 5:5) “que os vendrán” (vers. 1).
Considera: La riqueza es un don de Dios; no obstante, ¿por qué se condena aquí la riqueza acumulada? ¿De qué manera los ricos acumularon su riqueza? ¿Qué advierte Santiago que sucederá si los ricos no “lloran y lamentan” o se arrepienten?
Solo para los maestros: Estimula a los miembros de tu clase a aplicar la exhortación al arrepentimiento, de Santiago, a las situaciones de su vida diaria.
Pregunta de aplicación:
¿De qué manera te consideras rico? La riqueza financiera no es la única manera en que las sociedades miden la afluencia y la riqueza, aunque es una de las más obvias. Algunas personas la miden por la salud o por las familias. Otros por el reconocimiento o la fama. Todavía otros por los logros personales. Todas esas cosas son buenas cuando mantenemos dos cosas en perspectiva: 1) la riqueza que valoramos es un don de Dios, dado para bendecir a otros antes que a nosotros mismos, y 2) tiene la intención de ser dedicada al servicio de Dios, para ser usada para el progreso de su causa no para el engrandecimiento propio. ¿Con qué cosas te ha honrado Dios? ¿Por qué debemos dar el honor a Dios en lugar de buscar nuestro honor?
Solo para los maestros: Este ejercicio es para hacerse fuera de la hora de la clase, para ayudar a los miembros a personalizar el mensaje de Santiago, y a no idolatrar nada que divida el corazón.
Actividad:
Santiago pide a los ricos que lamenten las miserias a las que conduce el pecado. ¿Cuáles son las cosas que debemos abandonar o de las cuales debemos alejarnos? ¿Qué cosas, si las lamentáramos, nos acercarían a Jesús? Pide a los miembros de tu clase que compongan un lamento u oración, dirigidos a Dios, que sea una expresión de tristeza o de dolor por el pecado o el sufrimiento que éste produjo. Sugiere que ellos elijan la forma de hacerlo: un poema, una pintura, cantar un himno, o componer su propia música.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Efesios 1:13.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Promesa de poder divino basada en Hechos 1:8.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura El antídoto de la codicia basada en Colosenses 1:23.
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