Lecciones para adultos: "El Libro de Hechos"
Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2018
Lección 10: "El tercer viaje misionero"
Para el 8 de septiembre de 2018
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El sábado enseñaré...
Saber: Meditar en el hecho de que Pablo estuvo dispuesto a sacrificar la vida misma por difundir el evangelio del reino de Dios.
Sentir: Apreciar que Pablo haya descubierto el propósito de su vida en el servicio a Dios. Anhelar que el Espíritu les muestre lo mismo.
Hacer: Adoptar el llamado de Dios para su vida poniendo toda la energía en esto y recurrir al recuerdo de Pablo si el sacrificio parece demasiado grande.
Saber: Pablo nunca se rindió
¿Podemos estar tan seguros de nuestro llamado al ministerio como lo estuvo Pablo, aunque él haya tenido visiones y nosotros no?
Aun cuando la mayor parte de nuestro ministerio está en el lugar de trabajo, ¿cómo podemos aplicar las estrategias ministeriales mundiales de Pablo a nuestra situación?
Sentir: Unidad de propósito
¿Por qué es realista pensar que se puede hallar la felicidad al procurar llevar una vida como la de Pablo?
¿Cómo le explicarías a una familia no creyente que vale la pena sacrificarse por el ministerio?
Hacer: Sin remordimientos
Piensa en todos los que te conocen. ¿Qué pasos debes dar para poder testificar como lo hizo Pablo a los efesios: “Estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hech. 20:26, 27)?
El tercer viaje misionero de Pablo estuvo plagado de obstáculos y presentimientos de aflicciones futuras, pero Pablo cumplió resueltamente con su misión y expresó que ni siquiera la muerte podría disuadirlo.
Texto destacado: Hechos 19:11-16, 23-28.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Los enemigos del reino de Dios se muestran claramente en la última campaña misionera de Pablo. A pesar de las fuerzas seculares y espirituales dispuestas contra Pablo en Éfeso, la “palabra del Señor” recorre toda Asia (Hech. 19:10). El dinero, la magia, el paganismo y la política no pueden detener la propagación del evangelio ni desmoralizar al mensajero del evangelio, que está listo para entregar su vida “por el nombre del Señor Jesús” (Hech. 21:13).
Solo para los maestros: La siguiente historia misionera ampliada muestra que incluso en esta época, Dios puede obrar milagros, especialmente cuando los milagros divinos sirven para socavar la confianza de la gente en la magia o los sistemas paganos de adoración.
Diálogo inicial: El fallecido Bill Liversidge relató su experiencia misionera sobre una tribu no alcanzada y peligrosa cerca de Papúa Nueva Guinea. El joven Rubén, el único converso al cristianismo de esa tribu, acompañó a Bill a la isla durante la noche, pero rápidamente fueron capturados por los miembros de la tribu. Se les permitió pasar la noche con la expectativa de que serían expulsados de la isla a la mañana siguiente. Después de dormir un poco, oyeron un llamado desde la selva: “¡Tú, hombre siete día, tú venir!” La tribu estaba llamando a Bill y a Rubén, los adventistas del séptimo día. Bill envió a Rubén a averiguar qué estaba pasando. Rubén regresó y relató que casi todos los de la isla se habían reunido en la aldea, porque el hijo de 18 meses de una joven madre estaba enfermo con “fiebre”, es decir, malaria. Bill pensó en forma realista: “Eso no es algo fuera de lo normal”. Con una tasa de mortalidad infantil del setenta por ciento, los niños morían de malaria todo el tiempo. Pero Rubén prosiguió, entusiasmado: “Por lo general, el brujo curandero estaría allí con toda su magia y pociones, pero esta madre clama que los dos cristianos que llegaron en medio de la noche vayan a orar a su Dios”. Ellos se dirigieron a la aldea entusiasmados, al darse cuenta de que Dios había abierto una puerta. Sin embargo, pronto se desvanecieron sus esperanzas de una posible curación cuando se acercaron a la multitud de aldeanos y escucharon los lamentos y llantos caóticos. Habían llegado demasiado tarde. Un joven “doctor”, que trabajaba en una clínica improvisada, les informó que el niño había muerto hacía veinte minutos. Decepcionado e interpelando a Dios, Bill pensó en ofrecerle sus condolencias a la madre. Tal vez Dios tenía la intención de que él realizara un funeral cristiano. De repente, Rubén se adelantó de una zancada y suavemente tomó al niño sin vida de las manos de la madre y alzó el cuerpito con firmeza. Bill se quedó estupefacto. Todo el pueblo quedó en silencio mientras todas las miradas se clavaban en Rubén. Y entonces Rubén hizo algo inesperado. Oró: “Papá, tú tocar todo, tú poner vida antes este pikinini, tú kisim kambek” [Padre, tú tocas todo; tú le has dado la vida a este niño, y tú has tomado su vida]. “Ahora Papá, alto tú, nombre pertenecer tú, kisimi kambek” [Ahora, Padre que estás en lo alto, para glorificar tu nombre, devuélvele la vida]. Las dos piernitas del niño que colgaban comenzaron a irradiar vida. La madre corrió hasta el niño que lloraba y se lo quedó mirando totalmente asombrada. Como resultado, toda la isla se hizo adventista del séptimo día.
Pregunta para analizar:
¿Por qué crees que Dios obra milagros en algunos casos y en otros no?
Solo para los maestros: El trío del paganismo, la magia y el dinero a menudo están tan presentes en la actualidad como hace dos mil años. Aprovecha este hecho para mostrar cuán relevante es la Biblia mientras estudias lo siguiente.
Comentario de la Biblia
I. Milagros versus magia
(Repasa, con tu clase, Hech. 19:11-20.)
Lamentablemente, en la actualidad no es raro encontrar muchos cursos de religiones mundiales que intentan persuadir convincentemente al lector de que los milagros realizados por Pedro y Pablo no eran diferentes de los de otras tradiciones chamainas/paganas, y por lo tanto bien podrían calificarse como magia. Existen similitudes: los milagros divinos y la magia canalizan poder desde un mundo invisible; a menudo ambos utilizan el tacto o las palabras para encauzar las fuerzas espirituales, producir resultados extraordinarios como curar o tener un conocimiento especial, y otros. Comprender las diferencias entre los auténticos milagros divinos y la magia beneficiará a los cristianos inmersos en culturas influenciadas por prácticas espirituales y ocultistas.
El poder curativo sobrenatural que unge el ministerio de Pablo contrasta marcadamente con los intentos de los exorcistas judíos. El contraste no debe pasarse por alto. Tan potente era el don de sanidad de Pablo que incluso los “pañuelos y delantales” (Hech. 19:12, NVI) que habían tocado su piel podían sanar a los enfermos que recibían los artículos. Estas hazañas extraordinarias motivaron a los competidores judíos a querer emular a Pablo. El rotundo fracaso de estos y el consiguiente abuso por parte de los demonios respaldaron involuntariamente a Pablo y su misión, dando como resultado que fuese “magnificado el nombre del Señor Jesús” (Hech. 19:17). Además, el hecho de que los mismos que “habían creído” quemaran sus libros de magia demostró que las prácticas sincretistas de Éfeso también podrían haber infectado a los hijos del sumo sacerdote.
Este relato de exorcismo demuestra el principio más fundamental del sobrenaturalismo cristiano que lo diferencia de todas las demás formas de sobrenaturalismo. Ese principio, dicho en una palabra, es intención. Cuando los exorcistas judíos invocaron el nombre de “Jesús, el que predica Pablo” (Hech. 19:13), su súbdito quizá podría haber sido liberado, pero solo a expensas de que los exorcistas fueran subyugados demoníacamente. Los demonios conservaron el control y el nombre de Jesús demostró ser impotente en ese incidente. ¿Por qué? Porque estos sanadores judíos no habían alineado su vida personalmente con el evangelio de Dios ejerciendo fe en el Señor Jesús; por lo tanto, sus intenciones no estaban sincronizadas con el movimiento del reino mesiánico que Pablo anunciaba. Podrían hablar de Jesús solo de segunda mano, es decir, como “el que predica Pablo” (Hech. 19:13, énfasis añadido). El nombre “Jesús” es irrelevante como talismán o conjuro.
Las palabras de Pedro a Simón son pertinentes aquí. Simón, el (ex)hechicero, aunque se había bautizado, ofrecía dinero para poder influir en el Espíritu Santo y fue reprendido sagazmente: “No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios” (Hech. 8:21). El corazón, la intención, la motivación, todo contribuye a que Dios haga “milagros extraordinarios por mano de Pablo, o cualquier otra persona” (Hech. 19:11).
Debiéramos destacar que ninguno de los puntos mencionados hasta aquí niega la realidad de que el mal sobrenatural pueda ser mediado a través de los seres humanos. Esto es posible. Pero la seguridad del creyente se encuentra en la autoridad y el poder incuestionables de Dios. A pesar de que los magos de Faraón pudieron convertir las varas en serpientes, no pudieron evitar que la serpiente de Dios las consumiera (Éxo. 7:12). La “serpiente” de Dios siempre gana.
Estas ocasiones muestran el marcado contraste entre las prácticas mágicas que apaciguan o manipulan las fuerzas espirituales y las prácticas milagrosas de la iglesia neo-testamentaria como cuerpo de Cristo, que llevó adelante su ministerio profético, de curación y del reino.
Considera: Las filosofías de la Nueva Era todavía son populares en occidente, donde Jesús es otro sabio más, junto con otros personajes religiosos. ¿Cómo le explicarías a un amigo de la Nueva Era la singularidad de Cristo y su reino?
II. Cuestiones monetarias
(Repasa, con tu clase, Hech. 19:23-27.)
Curiosamente, el dinero a menudo desempeña un papel en los intereses paganos, y tanto Pedro como Pablo estaban familiarizados con esta alianza impía. (Hasta el día de hoy, el dinero y el ocultismo a menudo van de la mano. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a un adivino ofrecer sus servicios gratis? Compara eso con las veces que viste a un cristiano elevar una oración pidiendo dinero en efectivo.) La narración del exorcismo termina diciendo que los efesios prefirieron a Dios por sobre la magia y el dinero mientras observaban cómo se convertía en humo una colección extraordinariamente costosa de libros de magia (Hech. 19:19, 20). Esto prefigura el relato siguiente en el que los intereses paganos y económicos vuelven a confrontarse con el evangelio y reaccionan contra la amenaza que este representaba. Se genera una turba pero esta fracasa, y Pablo avanza hasta Macedonia (Hech. 19:21-20:1). Aunque al personaje de este relato a menudo se lo caracteriza adecuadamente como un pagano egoísta que teme perder su negocio de fabricación de ídolos, hay otros aspectos a destacar. Es importante comprender que, en algunas circunstancias, los conversos a Cristo deben sacrificar sus fuentes de ingresos y, a veces, hacer un cambio total de profesión como resultado de su fe. Especialmente como adventistas que observamos el sábado, como iglesia podemos ser sensibles a estos desafíos económicos mientras conducimos y velamos por aquellos que están en transición.
Considera: ¿Qué crees que le habría dicho Pablo a la turba que gritó: “Grande es Diana de los efesios!” (Hech. 19:28) durante dos horas si hubiera tenido la oportunidad de hablar?
Solo para los maestros: Según el lugar donde vivas, la magia y el paganismo tendrán diferentes influencias culturales. Comenta y adapta tus preguntas específicamente para examinar el contexto de tu clase.
Preguntas de aplicación:
¿Cómo podrías ayudar a un hermano creyente que haya participado de la magia sincretista “cristiana”?
¿Qué seguridad podrías darle a alguien que le teme a la ruina económica tras su conversión?
Solo para los maestros: Testimonios como los siguientes pueden ser una bendición o un bochorno si alguien ocupa todo el tiempo de clase. Dirige el análisis con cuidado para que sea apropiado y dentro de los límites.
Actividad:
Muchos de nosotros podemos dar testimonio de una experiencia sobrenatural que involucra a Dios o al diablo. Comparte una historia corta y edificante del poder de Dios sobre el mal.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Efesios 1:13.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Promesa de poder divino basada en Hechos 1:8.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura El antídoto de la codicia basada en Colosenses 1:23.
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