Lecciones para adultos: "El Libro de Hechos"
Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2018
Lección 7: "El primer viaje misionero de Pablo"
Para el 18 de agosto de 2018
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El sábado enseñaré...
Saber: Identificar los lugares, objetivos y métodos de la misión cristiana.
Sentir: Apreciar que el éxito de la misión depende de la confianza y la conducción del Espíritu Santo.
Hacer: Participar de la misión de las iglesias locales.
Saber: El por qué, el dónde y el cómo de las misiones
Tu iglesia, ¿cómo apoya la misión? ¿Tienen un plan viable? Si es así, ¿cuál es?
¿Qué tipo de equipo elegiste para que te ayude en tu obra misionera? ¿Qué provisiones financieras y organizativas han hecho para la misión?
Sentir: Llevar a cabo la misión
Incluso antes de comenzar tu obra misionera, ¿por qué debes buscar la conducción del Espíritu Santo? ¿Por qué los miembros de tu equipo deben experimentar el poder de la unidad entre ellos antes de hacer obra misionera?
Considera la posibilidad de incluir en tu plan misionero un punto de apoyo en los lugares que tienes planeado visitar. ¿Quiénes son las personas en esos sitios con las que puedes contar para obtener ayuda?
Hacer: Involucrar a los creyentes
¿Cómo piensas hacer participar a los creyentes de las ciudades que quieres visitar?
El éxito en la misión depende de la confianza en el Espíritu Santo, el respaldo de una iglesia que encomienda y la dedicación de los misioneros a la tarea planificada.
Texto destacado: Hechos 13:1-3.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: La misión evangélica no es el resultado de la iniciativa de ningún ser humano. Nuestro Señor lo dejó bien en claro poco antes de su ascensión: “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hech. 1:8). El plan de abandonar Ur no se originó en la mente de Abraham. Moisés no convocó a la liberación por iniciativa propia. Josué no decidió dividir el río Jordán. Isaías no eligió su carrera como profeta. Daniel no inventó el telescopio profético. Ester no eligió liberar a los judíos. Pedro no abandonó la red de pesca por su cuenta. Saulo tampoco llegó a ser el primer gran misionero de sostén propio del cristianismo, por impulso personal. En cada caso, el Espíritu Santo realizó el llamado.
Solo para los maestros: Antes de considerar el primer viaje misionero de Pablo, haríamos bien en observar de qué manera el Espíritu Santo planificó la tarea misionera de Pablo. Todo comenzó en Antioquía de Siria. La iglesia allí fue fundada por creyentes que huyeron de la persecución que siguió a la lapidación de Esteban (ver Hech. 11:19). Antioquía fue una de las primeras congregaciones en vislumbrar una iglesia sin muros. Aunque el evangelio se predicó primero a los judíos, fue adoptado por otros grupos étnicos. Todos recibieron el don del Espíritu Santo. Esta noticia, tan increíble, conmocionó a la iglesia de Jerusalén. La sede central decidió enviar a un dirigente confiable para investigar el fenómeno de Antioquía. El hombre que eligieron fue Bernabé. Bernabé vio lo que el Espíritu Santo había hecho en Antioquía. Una nueva creación había surgido, lo que dio como resultado una iglesia multiétnica en expansión. Bernabé necesitaba ayuda para atender a esta iglesia en crecimiento, por lo que viajó a Tarso a buscar a Pablo. Juntos atendieron a la congregación de Antioquía. Esta no era exclusivamente romana, griega ni judía. No existía un nombre que pudiera describir a esta nueva comunidad. Surgió un nuevo nombre: “A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” (Hech. 11:26).
A causa del crecimiento, la iglesia de Antioquía tenía profetas, maestros y altos funcionarios del gobierno en su medio (Hech. 13:1-3). Mientras estos creyentes servían, ayunaban y oraban, el Espíritu Santo les ordenó: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” (Hech. 13:2). Por lo tanto, se inició el primer viaje misionero.
Diálogo inicial: ¿Alguna vez sentiste un golpe en el corazón, un susurro al oído o una orden directa para participar de la misión? ¿Cómo podrías graficar tu experiencia misionera? ¿Dónde comienza y dónde podría terminar? Comparte con tu clase tu experiencia con la testificación.
Solo para los maestros: El Jesús resucitado les encargó a los discípulos que llevaran el evangelio a Jerusalén, a Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra. El derramamiento pentecostal y el poderoso testimonio de Pedro, Esteban y otros ya habían conmocionado a Jerusalén y Judea con el mensaje de que, en Jesús, la esperanza veterotestamentaria del Mesías se había cumplido. La iglesia cristiana había establecido una base sólida en Jerusalén, y una oposición al Camino de Jesús igualmente fuerte había iniciado oleadas de persecución, comenzando con la muerte de Esteban. Pero esta oposición y persecución llevaron a la difusión del evangelio hasta Samaria y los territorios paganos limítrofes del Imperio Romano. La iglesia de Antioquía reconoció que era el momento de permitir que la misión de Jesús se extendiera hasta los confines de la tierra. Pablo, Bernabé y su equipo misionero se alistaron para continuar.
Comentario de la Biblia
I. La misión a Chipre
(Repasa, con tu clase, Hech. 13:4-12.)
Chipre ya había recibido el evangelio por parte de quienes huían de la persecución desencadenada después de la lapidación de Esteban, y fue desde Chipre que los primeros predicadores del evangelio llegaron a Antioquía (Hech. 11:19, 20). Finalmente, la comunidad de fe de Antioquía, impelida por el Espíritu Santo, tuvo como objetivo convertir una ciudad conocida como la “Reina del Oriente” en un centro global para las buenas nuevas de Jesucristo. Y así, Bernabé, el hijo nativo, y Pablo, el ex perseguidor, llegaron a Chipre para comenzar su primer viaje misionero.
La exposición del evangelio que Pablo le impartió en Pafos a Sergio Paulo, el gobernador de Chipre, fue la primera de este tipo ante un gobernador romano. Satanás estaba decidido a interrumpir el esfuerzo de Pablo. Un hechicero de la corte de Paulo salió en ayuda de Satanás: un hombre llamado Barjesús (hijo de Jesús). Pablo confrontó al mago por lo que era: el hijo del diablo, un instrumento en manos de Satanás para evitar que la luz de la verdad llegue a Paulo. El milagro inmediato de la ceguera del mago convenció al gobernador de la veracidad del mensaje de Pablo. Paulo estaba “maravillado”, no tanto porque el mago se quedara ciego sino de la “doctrina del Señor” (Hech. 13:12).
Considera: La misión a Chipre marca una transición importante. Por primera vez, Lucas menciona a “Saulo, que también es Pablo” (Hech. 13:9). A partir de ese momento, el nombre de Saulo desaparece, como indicando que había llegado Pablo, el apóstol de los gentiles. Pero el momento más loable de la narración es la respuesta sumisa y humilde de Bernabé al avance de Pablo. Hasta ese momento, Bernabé era el número uno, y sin él, tal vez Pablo habría sido un factor olvidado. Pero el que buscó a Pablo para sumarse a él ahora dócilmente asume el segundo lugar sin murmurar. Para Bernabé, cuyo nombre significa “hijo de ánimo”, la misión es más importante que quien la hace. ¿Qué lecciones podemos aprender de Bernabé?
II. La misión a Antioquía de Pisidia
(Repasa, con tu clase, Hech. 13:14-52.)
El sermón de Pablo en Antioquía de Pisidia quizá sea el más completo que se registra del apóstol. El sermón sostiene que la historia no es un accidente, sino que es el plan de acción de Dios para llevar a cabo su voluntad. Esta filosofía está en consonancia con el pensamiento de otros dirigentes apostólicos anteriores, a saber, Pedro y Esteban. A través de todos los sermones, hay un tema predominante: Dios es el Dios de la historia y el Señor del universo.
Su mensaje universal es que su amor, misericordia y gracia son aplicables a todos, tanto judíos como gentiles, y esta noticia se ha transmitido de generación en generación desde Abraham hasta la época de Cristo Jesús. Pablo argumenta que el vínculo entre lo antiguo y lo nuevo, los profetas y el evangelio, la esperanza y el cumplimiento, se encuentra en la vida y el ministerio de Jesús. Jesús es el cumplimiento de la esperanza mesiánica de Israel, y en él la historia nacional de los judíos alcanza su punto culminante. Desde entonces, la salvación de los judíos y gentiles depende de cómo estos grupos de personas se relacionen con la gracia salvífica de Jesús.
El sermón de Pablo alcanza su punto culminante en Hechos 13:26 al 39 con estos puntos sobresalientes: (1) Dios reveló su plan de salvación a través de Jesús; esta revelación es fundamental en la historia de Israel desde Abraham hasta Cristo. (2) Aunque las personas por quienes Cristo vino lo rechazaron y lo crucificaron, Dios no pudo ser derrotado. De hecho, en el plan de Dios, la crucifixión fue el sacrificio supremo por los pecados del mundo. (3) Jesús no solo se ofreció como sacrificio por los pecados, sino resucitó victorioso del pecado y la muerte. Él es el vencedor final. (4) La victoria de Jesús sobre el pecado y su poder para resucitar están a disposición de todos los que creen en él, tanto judíos como gentiles, para que todos puedan disfrutar de la comunión de la novedad en Jesús.
Considera: Cuando el equipo misionero llegó a Perga de camino a Antioquía de Pisidia, se produjo un triste acontecimiento: Juan Marcos decidió abandonar la misión y regresar a su hogar en Jerusalén. No se ofrece ninguna razón. Sin embargo, la partida de Marcos fue tan controvertida que, cuando los apóstoles planearon el segundo viaje misionero unos tres años más tarde, Pablo se negó a aceptar a Marcos. No obstante, Bernabé insistió en aceptar a Marcos. La disputa se hizo tan álgida que la pareja de misioneros se separó. En cuanto a Marcos, el Espíritu Santo finalmente lo usó en una tarea no menos importante: escribió el Evangelio que lleva su nombre, que, por cierto fue el primer Evangelio que se escribió. Años más tarde, Pablo, un anciano prisionero en Roma, le escribió a Timoteo: Trae a Marcos “contigo, porque me es útil para el ministerio” (2 Tim. 4:11). Pablo tardó mucho tiempo en reconocer que la gracia significa dar una segunda oportunidad. Un creyente puede fallar en un momento, pero para Aquel que “habita al abrigo del Altísimo” (Sal. 91:1) ninguna de nuestras caídas necesita ser permanente.
Solo para los maestros: Antioquía les ofrecía protección, riquezas y la seguridad de la indiferencia religiosa a sus habitantes. Pero los creyentes que huían se establecieron en Antioquía con un propósito más elevado: hacer que lo imposible sea posible. Antioquía demostró que el cristianismo podría ser un hogar sin muros. En eso se convirtió. Pero esto no fue obra de los judíos. Tampoco fue la persistencia de los gentiles. Ni la bondad combinada de ambos. No, fueron las “evidencias de la gracia de Dios” (Hech. 11:23, NVI).
Pregunta para reflexionar y de aplicación:
En la práctica, ¿cómo se puede ver esa gracia en tu iglesia o comunidad? ¿De qué formas concretas tu iglesia puede fomentar personalmente el aprecio de tu comunidad por el resultado de la gracia de Dios?
Solo para los maestros: Tómense unos momentos para compartir testimonios. Los miembros de la iglesia de Antioquía llegaron a esta ciudad huyendo de la persecución y la opresión. Pregúntales a los miembros de tu clase si alguna vez han sido víctimas de algo ofensivo o peyorativo como seres humanos. Pregúntales cómo afrontaron ese problema, o cómo creen que deberían haberlo hecho. ¿Qué podemos hacer para que la experiencia de Antioquía no sea solo una mera ilusión, sino una verdadera experiencia de los fieles?
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Efesios 1:13.
Libros de Lecturas Devocionales
- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Promesa de poder divino basada en Hechos 1:8.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura El antídoto de la codicia basada en Colosenses 1:23.
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