14 mar 2015. La Habana, Cuba [Boletín Mensajero, Unión Cubana]

Lorenzo Miguel García Díaz de 51 años, nacido en la Isla de la Juventud, Cuba, comenzó a los 18 años su vida militar. Por su destacado desempeño ya a los 24 pertenecía al Ministerio del Interior, organismo más importante del Estado Cubano donde por más de 28 años de servicio activo operó en la localidad de la Demajagua en la Isla de la Juventud.

A la edad de 40 años debido a una grave enfermedad García tuvo que ser hospitalizado y allí, con graves pronósticos para su vida, fue donde comenzó su lucha espiritual por alcanzar la paz y la sanidad que tanto necesitaba. Las circunstancias lo llevaron a probar el espiritismo para darse cuenta que nada de eso lo podía curar.

"Una conocida me presentó una congregación evangélica donde estuve asistiendo por algún tiempo y realmente sentía algo de tranquilidad hasta que pensé que ya todos mis problemas de salud habían pasado y volví a mis antiguas costumbres de alcohol, mujeres y diversión."-expresó García.

Nuevamente su salud se resquebrajó al punto que tuvo que internarse y fue remitido a la capital para estudiar su caso.

Justo antes de montar en el avión que lo conduciría a la Habana, ya preparado con todos los equipos médicos, una señora que se encontraba en el mismo aeropuerto y lo había estado observando, se le acercó, le entregó una pequeña Biblia y le susurró: “Que Dios te bendiga”.

Durante los días posteriores mientras García se encontraba internado en el Hospital Militar de la capital, comenzó a leer la pequeña Biblia que apenas entendía y a experimentar las primeras muestras de fe en un Dios que era desconocido para él.

“A veces en momentos en que tenía que pasar pruebas terribles en el hospital que les tenía mucho miedo, hablaba con Dios pues no sabía orar y le decía a Dios que no quería hacérmelas, él permitía que a la mañana siguiente el equipo amaneciera roto”- nos cuenta García.

Internado en el Hospital Militar de la Habana permaneció hasta que las investigaciones probaron que no había nada malo en él, todas las pruebas dieron negativas y pudo salir del hospital y regresar a su natal Isla de la Juventud.

Ya una vez jubilado por haber cumplido su vida de servicio, la vida continuaba aparentemente normal para García aunque ya veía las cosas desde otra perspectiva y comenzó a trabajar en el Campismo Local de la ciudad donde en una ocasión tuvo la oportunidad de relacionarse con varios jóvenes adventistas que pasaban unos días de recreación allí.

Entusiasmado por las nuevas cosas que iba conociendo, comenzó a estudiar con los adventistas del séptimo día y a asistir a los cultos regulares hasta que aceptó de una vez y por todas al Dios que él reconoce hoy que lo sanó de su enfermedad y tenía un propósito para su vida.

El sábado 14 de marzo de 2015, Lorenzo Miguel García Díaz descendió a las aguas bautismales en el Templo de la Demajagua en la Isla de la Juventud, para ser bautizado por el Secretario de la Delegación del Oeste de Cuba, Pr. Rubén Recio, y así sellar su vida con Cristo.

“Hoy agradezco a Dios –agregó García porque antes era un soldado que llevaba uniforme y cumplía con un deber por el cual había firmado un papel pero hoy Dios me da una nueva arma, la Biblia, y estoy comprometido a sumar a este nuevo ejército a muchos y muchos soldados para que se cumpla lo que está escrito en ella, que seremos verdaderamente libres y salvos cuando Cristo regrese nuevamente”.