Simón Pedro

El autor(a) Luis A. Amador Morales, al momento de redactar este trabajo era estudiante del Seminario Teológico Adventista de Cuba.

Categoría: Artículos, Estudios, Investigaciones

Nombre

Pedro viene del gr. Pétros, "piedra" [traducción del aram. Kêfâ', "Cefas", "roca" o "piedra"].

También llamado Simón, hijo de Jonás (Juan 1:42). En la KJV se lee "Bar-jona" [una transliteración del aram. Bar Yônâh, "hijo de Jonás"; sin embargo, de acuerdo con el libro apócrifo Evangelio a los hebreos, se debería leer Bar Yôjânân, "hijo de Juan", como dice la BJ en los capítulos 1:42 y 21:15-17]. En este caso, Barjonás sería un sobrenombre de Simón Pedro (Mateo 16:17).1 Simón es un nombre judío muy común en el NT.

Era el Hijo de Jonás (Mateo 16: 17); su madre no se menciona en ninguna parte de la Biblia. Nativo de Betsaida, en la costa oeste del Mar de Galilea, al cual también pertenecía Felipe. Allí fue criado entre los quehaceres del Mar de Galilea, siendo entrenado en el oficio de pescador. Su padre posiblemente murió cuando todavía era joven, y se cree que él y su hermano fueron traídos bajo el cuidado de Zebedeo y su esposa Salomé (Mateo 27: 56). Allí los cuatro jóvenes, Simón, Andrés, Santiago y Juan, pasaron su niñez y juventud temprana en constante compañerismo. Simón y su hermano indudablemente disfrutaron todas las ventajas de una preparación religiosa, siendo educados tempranamente en relación con la Biblia y sus profecías en concernientes al advenimiento del Mesías. Probablemente no recibieron educación alguna bajo la dirección de los rabinos, pues cuando apareció ante el sanedrín parecía un hombre sin letras y del vulgo. (Hecho 4: 13).2

Primer llamado

Su primera aparición en los evangelios es en Juan 1: 35-42, cuando Andrés, al descubrir que Jesús era el Mesías, fue en busca de él para llevarlo al Maestro. Fue en esa ocasión donde Cristo le llamó Cefas. Al mismo tiempo en esa ocasión recibió su primer llamado al discipulado de Jesús, aunque, como el resto de los doce, este llamado fue repetido dos veces.

Segundo y tercer llamados

El segundo llamado se puede hallar en Mateo 4: 19 y el tercero en Mateo 10:2. Algunos interpretan el segundo llamado como aquél en el que se le escogió para ser un compañero constante de Jesús, y el tercero cuando fue seleccionado como apóstol.3 Parece haber sido seleccionado en Capernaum cuando Jesús entró en su ministerio público; debió haber tenido más de 30 años.4

Etapas de su vida

La historia del Pedro se divide en dos partes:

  1. Desde su llamado hasta la ascensión.

  2. Desde la ascensión hasta el fin de su carrera terrenal.

Primer Período

Esta Etapa a su vez se divide en:

  1. Los eventos previos a la pasión de Jesús.

  2. Los eventos posteriores a la pasión de Jesús.

De los primeros tenemos la curación de su suegra, la pesca milagrosa, su llamado al ministerio apostólico, su unión al Maestro (revelada cuando dijo: “Señor ¿a quién iremos?”), su noble confesión acerca de Cristo como el Hijo de Dios, el privilegio que gozó con Santiago y Juan de estar en la resurrección de la hija de Jairo y en la transfiguración de Jesús, y finalmente el incidente del tributo.

Los eventos que comienzan con la pasión son más fácilmente rememorados, ya que por su extensión se encuentran en todos los evangelios casi en el mismo orden. Comienzan con el lavamiento de sus pies por Cristo en el momento de la Pascua, sigue con la primera de sus presunciones en relación con su devoción a Jesús, luego la admisión por Cristo para que lo acompañara en el duro momento del Getsemaní, el corte de la oreja de Malco, la huída cuando Jesús fue apresado, el seguimiento que le hizo hasta el palacio del sumo sacerdote, la negación delante de todos, la confirmación de esto, el recuerdo de la advertencia que Cristo le había hecho, y sus lágrimas de amargura cuando salió. En relación con su caída nadie describe mejor que Marcos los sucesos.

Nada más se habla de Pedro hasta la mañana de la resurrección cuando corrió con Juan hasta la tumba de Jesús. Su nombre fue especialmente mencionado a las mujeres por el ángel y el mismo día vio a Cristo vivo antes que el resto de los doce.

Junto al Mar de Tiberia Jesús le da la oportunidad de confesar tres veces su amor en anteposición a las tres veces que le había negado, y es asignado una vez más al ministerio apostólico. Se le predijo cómo moriría.

Segundo Período

El Segundo período está menos relatado. Después de la ascensión, de la cual Pedro indudablemente fue testigo, se paró en medio de los hermanos en el aposento alto con el propósito de buscar un sucesor para Judas. 5

Post-conversión

En el Pentecostés, plenamente convertido, predicó el gran sermón registrado en Hecho 2:14-36, un discurso inspirado que condujo a unas 3.000 personas a creer que Jesús era el Mesías (Versículo 41). Junto con Juan, sanó al paralítico en la Puerta La Hermosa (3:1-11), y más tarde, rodeado por una multitud en el templo, testificó en forma elocuente acerca de la muerte, la resurrección y del poder de Cristo (Versículos 12-26). Fue arrestado por sanar al paralítico, y cuando fue llevado ante el Sanedrín para ser interrogado, osadamente testificó otra vez acerca de Jesús (4:1-12); al ordenársele no predicar más en el nombre del Señor, Pedro y Juan afirmaron: "No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Versículos 19, 20). Desempeñó una parte importante en la recolección y distribución de regalos que hacían los cristianos más prósperos en favor de sus hermanos menos afortunados (5:1-11). Se le llegó a conocer como una persona a través de la cual operaba el poder divino para sanar a los enfermos (Versículos 15,16). Cuando otra vez Pedro y ciertos apóstoles fueron encarcelados (Versículos 17,18), un ángel del Señor los liberó y recibieron la orden de predicar y enseñar en el templo (Versículos 19, 20). Al hacerlo, fueron citados una vez más delante del sumo sacerdote (Versículos 21-27), donde se les recordó la prohibición anterior (Versículo 28). Pedro respondió: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" (Versículo 29), y sin temor testificó acerca de Cristo como Salvador de Israel (Versículos 30-32). Se habla nuevamente de Pedro cuando junto con Juan, fue enviado a Samaria para ayudar a Felipe en su ministerio pleno de éxito (Hecho 8:14). Allí reprendió severamente a Simón el Mago por proponer la compra del poder del Espíritu Santo (Versículos 18-24). Parece que allí se embarcó en un largo período de evangelización entre los samaritanos (Versículo 25). Más tarde, en Lida, sanó a Eneas, un paralítico (9:32-35). Llamado a Jope, resucitó a Dorcas de los muertos y se alojó en casa de Simón, un curtidor (Versículos 36-43).

Ministerio a los gentiles

El Señor lo instruyó, mediante una visión, "que a ningún hombre llame común o inmundo" (Hecho 10:9-17, 28). La llegada simultánea de mensajeros de parte de Cornelio lo llevó a comprender el sentido de la visión y a acompañar a los mensajeros a Cesarea, donde el centurión y su familia se convirtieron por su ministerio (Versículos 19-23, 29-48). Citado por sus hermanos de Jerusalén para explicar su asociación con gentiles, defendió sus actos señalando que estaban en armonía con el consejo y la conducción manifiesta del Espíritu Santo (11:1-18). Por ese tiempo, fue apresado una vez más, pero otra vez fue milagrosamente liberado por un ángel (12:1-11). Primero fue a la casa de Juan Marcos, donde la iglesia estaba orando por su libertad (Versículos 12-17), y luego dejó Jerusalén para quedarse por un tiempo en Cesarea (Versículo 19). En el concilio de Jerusalén, fue llamado para resolver el problema presentado por la Iglesia de Antioquía acerca de si los gentiles debían observar los ritos de la ley judía, Pedro, luego de repasar su experiencia con Cornelio (15:6-9), concluyó: "¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?" (Versículo 10). Cuando visitó Antioquía, en un exceso de prudencia, "se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión" (Gálatas 2:11, 12), pero Pablo lo reprendió abiertamente por su inconsecuencia (Versículos 13,14). Pedro trabajó principalmente para sus compatriotas judíos (2:7, 8), y Pablo se refiere a él como una de las "columnas" de la iglesia de Jerusalén (Versículo 9). Cuando éste visitó Jerusalén por primera vez después de su conversión, estuvo en la casa de Pedro unos 15 días (1:18).6

Círculo especial

Junto con Jacobo y Juan fue parte del círculo íntimo de los tres que tuvieron el privilegio de acompañar a Jesús en ocasiones especiales, y en la lista de los tres siempre está primero. Las tres veces en las cuales se les concedió este favor particular fueron: la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5:37), la transfiguración (Mateo 17:1) y la pasión de Jesús en el Getsemaní (Marcos 14:33). A menudo Pedro actuó como el vocero de todos los discípulos (Mateo 15:15; 16:16; 26:35; etc.).7

Su casa era lo suficientemente grande como para alojar a su hermano Andrés, a su suegra y a Cristo, quien parece haber vivido allí como su propia familia (Marco 1: 29, 36; 2: 1).8

Carácter

Su fervor, valor, vigor y capacidad organizadora le ganaron un lugar de liderazgo entre los discípulos desde el principio. Era un hombre eminentemente de acción, y su rasgo de carácter más notable fue su entusiasta disposición. También tenía marcados extremos, con grandes virtudes y serios defectos. Generalmente era cálido, generoso, intrépido; pero a veces también egoísta, jactancioso, impulsivo y descuidado. En un momento de crisis podía ser débil, cobarde y vacilante, y nadie estaba seguro acerca de qué faceta de su carácter y personalidad predominaría.9

Pedro era un galileo, y los galileos tenían un marcado carácter de por sí. Su reputación era la de ser independientes y enérgicos, lo que a menudo se tornaba en turbulencia. Sin embargo eran de una disposición más franca y transparente en comparación con sus hermanos del sur. Además hablaban un dialecto peculiar, teniendo dificultad con los sonidos guturales y algunos otros, y su pronunciación era juzgada como áspera en Judea. El acento galileo estuvo pegado a Pedro durante toda su carrera, y lo delató como seguidor de Jesús cuando estaba con él en el juicio y durante el Pentecostés. Era un genuino galileo en todas sus características.10

El carácter de Pedro puede ser analizado con transparencia y facilidad, y es indudable que ningún otro durante la historia bíblica se muestre con tanta fuerza y claridad. Ha sido estilizado como “el príncipe de los apóstoles”. Fue confidente, de coraje, impulsivo, enérgico, vigoroso, fuerte, amante y de fe, a pesar de sus defectos antes de la crucifixión de Jesús. Es cierto que eran inconsistentes y propensos a cambiar, pero alguien dijo que sus virtudes y faltas tenían la raíz común en su entusiasta disposición. Sus defectos fueron direccionados por la gracia de Dios hacia la más hermosa humildad, tal como se evidencia en sus dos epístolas.11

Fluctuaciones

En Cesarea de Filipo fue el primero en confesar abiertamente que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios (Mateo 16:16), pero también fue el primero en criticarlo (Versículos 22, 23). En la última Cena tuvo dudas de si debía permitir que Jesús le lavara los pies, pero cuando se dio cuenta de que ese acto era esencial para el discipulado, con entusiasmo pidió que le lavara no sólo los pies sino también las manos y la cabeza (Juan 13:8, 9). La noche de la traición fue el más enfático en profesar lealtad al Salvador (Mateo 26:33), pero también el primero en negar a su Maestro y confirmar su triple negación con un juramento (Versículos 69-74). Al darse cuenta, demasiado tarde, de lo que había hecho, "saliendo fuera, lloró amargamente" (Versículo 75). Luego de la resurrección, Pedro fue el primero de los Doce a quien Cristo se le apareció (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5); y una mañana temprano, cuando Jesús se encontró con sus discípulos a orillas del Mar de Galilea, Pedro fue el primero que nadó hacia la costa para saludar al Maestro (Juan 21:7).

Liderazgo

Su liderazgo nunca debería ser entendido como que tenía supremacía sobre los otros apóstoles, pues no hay pruebas de eso. Tal supremacía no le fue nunca conferida por Cristo, ni sus asociados, ni tampoco fue reclamada por él.

Es cierto que cuando Jesús se refirió al significado de su nombre dijo “sobre esta roca edificaré mi iglesia”, pero con ello no intentó enseñar que su iglesia sería construida sobre Pedro, sino sobre él mismo tal como Pedro lo había confesado hacía unos instantes. (Mateo 16: 16). Además cuando Cristo le dijo que le daría las llaves del reino (Mateo 16: 19) no lo invistió de poder alguno que no tuvieran los demás discípulos todos en común, ya que todos recibieron la misma comisión (Mateo 18: 18). Una llave es un instrumento de poder o autoridad, y como algunos comentadores han dicho “la historia apostólica explica y limita esta verdad de que fue Pedro quien abrió la puerta del evangelio a Israel (Hecho 2: 38-42) en el día del Pentecostés y a los gentiles en casa de Cornelio (Hecho 10: 34-46). Otros, sin embargo consideran esta autoridad idéntica a la Gran Comisión.

Días finales

Muy poco más es conocido acerca de Pedro, excepto que siguió viajando con menos extensión, siendo acompañado de su esposa (1 Corintio 9: 5) y que escribió dos epístolas.

La tradición dice que murió en Roma alrededor del 67 d. C. cuando tenía como 75 años. Su Maestro y Señor había predicho una muerte violenta para él (Juan 21: 18, 19), que se cree fue la crucifixión durante los tiempos de Nerón. Se dice que por su propia petición pidió ser crucificado con la cabeza hacia abajo, sintiéndose indigno de morir como Jesús.

Debe destacarse que la tradición de que Pedro visitó Roma no pasa de ser eso: una tradición, la cual se basa en cálculos de algunos de los primeros padres de la iglesia, quienes asumieron que fue a Roma en el 42 d.C. al ser puesto en libertad. Schaff dice que esto “es irreconciliable con el silencio de las Escrituras, y aún con el mero hecho de que la carta de Pablo a los romanos, escrita en el 58 d.C., no contiene una palabra de la obra de Pedro en esa ciudad”.12

 

Referencias Bibliográficas

  1. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día, 1995, ver "Pedro".

  2. Easton Bible Dictionary, 1996, ver "Peter".

  3. James M. Gray, "Peter, Simon", International Standard Bible Encyclopedia (Albany, USA: AGES Software Versión 1.0, 1997), 1.

  4. Easton Bible Dictionary, 1996, ver "Peter".

  5. James M. Gray, "Peter, Simon", International Standard Bible Encyclopedia (Albany, USA: AGES Software Versión 1.0, 1997), 1.

  6. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día, 1995, ver "Pedro".

  7. Ibíd.

  8. Easton Bible Dictionary, 1996, ver "Peter".

  9. Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día, 1995, ver "Pedro".

  10. Easton Bible Dictionary, 1996, ver "Peter".

  11. James M. Gray, "Peter, Simon", International Standard Bible Encyclopedia (Albany, USA: AGES Software Versión 1.0, 1997), 1.

  12. James M. Gray, "Peter, Simon", International Standard Bible Encyclopedia (Albany, USA: AGES Software Versión 1.0, © 1997), 1.

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