El autor(a) Pastor Carlos Joel Madrigal Oliva.
Categoría: Sermones y Bosquejos
Lectura Bíblica: Juan 4: 7-15, 28, 39-42.
Uno tiene privilegios en la vida que a veces ni se da cuenta que los tuvo, muchas veces nos percatamos de ellos cuando ya se fueron y decimos: “¿Cómo?...”. La nación de Judea tuvo el mayor privilegio que alguien haya podido tener, y fue que Jesucristo comenzó su Ministerio tan esperado allí. Mucha gente esperaba al Mesías, inclusive, gente en el mundo pagano, y Jesús apareció en Judea en el tiempo proféticamente establecido y no lo reconocieron como tal, resultado, vemos a Jesús marchándose de Judea para irse a Galilea, precisamente por la envidia de los fariseos.
Nunca permitamos que Jesús se vaya de nuestra vida, es lo más triste que a un individuo le puede pasar, pero a todo se adapta el ser humano, aún a estar lejos de Jesús. Por eso, cuando sientas que Jesús no está en tu vida, inmediatamente busca a Cristo sin cesar, sin lugar a dudas que lo encontrarás.
El versículo 4 es extraño para un judío, nos dice que a Jesús, “le era necesario pasar por Samaria”. Había 2 caminos para ir de Judea a Galilea, en el centro de ambos lugares estaba Samaria, pero los judíos odiaban a los samaritanos, al punto que optaban ir a Galilea por el camino más largo con tal de no pasar por allí. La relación entre judíos y samaritanos tuvo siglos de diferencias, pero tal vez la mayor agudización se marcó tiempos de Antíoco IV Epífanes. Mientras los judíos resistieron sus intentos de helenizarlos, y sufrieron grandes persecuciones de los sirios (2 Mac. 6), los samaritanos dedicaron a Zeus (Júpiter) su templo del monte Gerizim por considerarlo el defensor de los extranjeros (2 Mac. 6:2). De allí que cuando los judíos recuperaron el control de Palestina durante el reinado de los Macabeos, se pusieran en contra de los samaritanos, y Juan Hircano (135-105/104 a.C.) destruyera el templo del monte Gerizim en el 128 a.C. Sin embargo, los samaritanos continuaron celebrando servicios religiosos en la cumbre, junto al lugar donde había estado su santuario, por considerar que ése era el verdadero lugar de culto (Juan 4:20, 21). Aun hoy siguen celebrando la fiesta de la Pascua en el monte Gerizim, de acuerdo con el rito mosaico, incluido el sacrificio del cordero pascual.
Repito que en este contexto es que resulta extraño para un judío el versículo 4, pero no para Jesús. Los exégetas nos dicen que en las veces que Juan usa en su evangelio la expresión “era necesario”, se refiere a una misión expresa de Jesús. Sin lugar a dudas que Jesús iba a Samaria a cumplir con una misión, la de alcanzar a los samaritanos y darles la oportunidad de conocerlo y de aceptarlo. Jesús nunca actuó por prejuicio, puede ser que alguien aquí en esta mañana sea víctima del prejuicio de alguien o de un sector aún de la misma iglesia, pero eso no quiere decir que Jesús te mira con prejuicio, él te ama y te acepta y se goza en que pertenezcas a su pueblo.
Allí, en el pozo, a las afueras de Sicar, Jesús espera a un alma que iba a ser receptiva a su mensaje, la mujer de la cual no sabemos su nombre, pero todos la conocemos como “la samaritana”. Ella iba todos los días a buscar agua al pozo y Jesús la sorprende con un pedido, “dame de beber”.
Jesús le estaba pidiendo agua para darle entonces un agua mejor. Sin lugar a dudas que Jesús es esa agua, sencillamente porque el agua se da gratuitamente, el agua no se niega, es algo común y tremendamente necesario. Toda la vida de Jesús consistió en darse, siendo Dios vino a ser hombre, siendo rico, vino a ser pobre y vino a constituirse en la esencia de la vida cristiana, la única vida que tiene valor. Sus beneficios no cuestan nada y están al alcance de todos sin importar raza, ni cultura, ni pasado.
Jesús le dijo a la Samaritana que “...Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; jamás el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
En estas palabras de Jesús aparecen 2 distintivos de tomar el agua que Jesús ofrece:
No tendrá sed jamás. En Cristo encontramos satisfacción plena. Las cosas del mundo no dan plena satisfacción, por ejemplo, la compra de un objeto material, lo vemos en la tienda y nos emociona, luchamos por comprarlo y al fin lo logramos tener, al principio, es decir, los primeros días, nos sentimos felices, pero llega el momento en que ya eso no es novedoso para nosotros y necesitamos entonces otra cosa que nos dé satisfacción... Cuando Jesús nos dice que él cuando habita en el corazón satisface la sed humana, nos está diciendo que tú y yo podemos estar en problemas, podemos estar sufriendo una enfermedad incurable, podemos tener apreturas económicas, pero tendremos paz y esperanza, ¿no es esto maravilloso?
Convertirá a la persona que la tome en una fuente que salte para vida eterna. En otras palabras, convertirá a la persona que la reciba en un manantial que lleve agua a otras personas que tanto la necesitan. Nos convertiremos en pozos, no en cisternas... En la Biblia no encontramos la idea de retener los beneficios del evangelio, lo tenemos para compartirlo y de esa forma nunca nos faltará. Así como un pozo para que tenga siempre agua debe siempre dar, para que tú y yo nos beneficiemos siempre con esa agua maravillosa, tenemos que compartirla con aquellos que mueren de sed en este árido mundo. Los pozos no se custodian, a los pozos no se les pone llavín ni candado, ellos están disponibles para dar agua a quien la necesite. Así tenemos que ser nosotros, tenemos que estar abiertos a la gente, a que la gente venga a participar de nuestra esperanza, de nuestra felicidad:
¿Vas de viaje? Ve abierto a darle de esa agua quien viaje a tu lado...
En tu vecindario hay gente que sin lugar a dudas aceptaría a Jesús si tú que tienes la fuente se lo presentas...
En tu centro de trabajo, en tu escuela, en el grupo de tus amistades, en el gimnasio, donde quiera vayas, quien tú no te imaginas, está esperando por ti.
El mar Muerto realmente está muerto, no contiene ninguna clase de vida, excepto varios tipos de microbios; los peces marinos que se adentran en él, mueren rápidamente. Sí, el Mar Muerto tiene algunos beneficios, por ser 6 veces más salado que los océanos, y al cada día tener menos agua, debido a la evaporación que elimina el agua tan rápidamente que las precipitaciones no pueden reponerla, esto trae como resultado enormes reservas de sal; es una fuente también de sustancias importantes como cloruro sódico (sal común), cloruro magnésico, cloruro cálcico, cloruro potásico, bromuro magnésico y muchas otras sustancias. También es un centro de atracción turística, una de sus atracciones es flotar y hasta poder leer un libro sentado flotando, ya que el agua es muy densa, también es un centro de ayuda para la salud, ya que en él se han creado centros de salud invernales que están en desarrollo.
Sí, tú y yo podemos ser de gran ayuda para la sociedad por los talentos que poseamos, pero si no beneficias a cuantos tratan contigo con el agua que quita completamente la sed, eres una cisterna, no una fuente y por lo tanto no estás cumpliendo la misión del Señor y eres una réplica del Mar Muerto.
¿Resultados?: La mujer fue y llevó el mensaje a los de la ciudad y Jesús se quedó con ellos, predicándoles, dos días y cuán hermosos son los siguientes versículos: 39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. 41 Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42 Y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
¡Qué privilegio el nuestro, el Señor nos ha llamado a ser fuente de bendición para el mundo! Desde ahora en lo adelante cumplamos esta misión.
Lecciones de la Escuela Sabática
Estudie la palabra de Dios a través de las Guías o lecciones de la Escuela Sabática.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Colosenses 3:1.
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- A Fin de Conocerle. Hoy con la lectura Fieles en lo poco basada en Lucas 16:10.
- Cada día con Dios. Hoy con la lectura Preparémonos para la inmortalidad basada en 1 Juan 5:4.
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